Fue una respuesta a lo que en ese momento necesitábamos...

De la nada aparecieron seres con terribles poderes. Enormes legiones devastaban ciudades, mataban a cada guerrero que les hacía frente y todos los demás aldeanos, les servían de alimento.

Los genetistase empezaron a planear algo totalmente fuera de sus cabales, usar la sangre y carne de los moustros para crear nuevos guerreros y poder hacerle frente a nuestros terribles enemigos. Empezaron por reclutar a varones para experimentar, pusieron injertos de piel de los moustros dentro de ellos y combinaron su sangre con la del enemigo, al principio. todo fue un éxito, tuvieron más fuerza, más agilidad, desarrollaron poderes con los que no se contaba que tuvieran, piromanía, telequinesis, ilusiones, el uso de los elementos, etc...

Al paso del tiempo, nuestros guerreros fueron indestructibles, imponentes ante el enemigo, se deshicieron de cada uno de ellos hasta extinguirlos, pero, ahí no termino todo.

Los guerreros varones después de tantas batallas se fueron consumiendo por la sangre y carne del enemigo hasta convertirse en algo peor, dejaron su forma humana, su piel cambió a un color más blanco que la nieve, unas enorme alas salían de su espalda, unos colmillos en forma de punta sobresalían de su boca ,sus ojos tomaron un rojo brillante como la sangre y sus manos se convirtieron en unas enormes garras letales, que con el aire creado por el movimiento, cortaban cualquier cosa.

Ahora, ellos eran los enemigos, más peligrosos que los anteriores, no tenían piedad de nadie, mataban por igual, no razonaban, la locura los invadió, eran extremadamente letales para los humanos normales.

El ser humano es tan tonto, cree que por que puede manipular ciertas cosas los hace mejor , no aprenden y comenten el error una y otra vez. Después de que los experimentos para conseguir al guerrero perfecto e inmortal fueron fallidos ,tenían la tarea de arreglar su equivocación, más insistieron en hacer lo mismo, pero en esta ocasión, en vez de utilizar varones, lo hicieron con mujeres.

La mayoría de ellas, eran niñas y jóvenes que se habían quedado sin familia a causa de la masacre de los monstruos, se ofrecían para cobrar venganza en el caso de las más jóvenes, en las niñas menores, aquellos que trabajaban para este experimento y para el gobierno las llevaban a los laboratorios con la mentira de que les darían hogar, un futuro. Al final, terminaban siendo modificadas para sus intereses personales.

Se les entrenó como guerreras en diferentes disciplinas, no se les dejo salir a combate recién modificadas, se les observó y cuando estuvieron listas, entonces les comenzaron a asignar blancos.

Todas las guerreras controlaban su cuerpo, sus emociones, razonaban tanto las cosas que no cometían errores y entonces estaban listas para salir a combatir a los guerreros inmortales.

Al principio eran 7 guerreras, con habilidades tremendas que sus sucesoras nunca pudieron tener a pesar de modificarlas una y otra vez, capaces de utilizar los elementos a su favor de forma colosal, titánica, cada una era mandada a cierta zona para exterminar a los que una vez fueron como nosotras, a nuestros antecesores guerreros.

Siempre regresábamos victoriosas, con la cabeza de nuestros enemigos en sacos y entregados para su estudio, pero al pasar el tiempo los demonios se hicieron más perspicaces , se dieron cuenta que uno de nuestros puntos débiles no tenía nada que ver con nuestro físico, si no, con cosas venidas del corazón, entonces comenzaban a confundirnos y al final si no les resultaba eso para dejarlos vivir, esa parte humana de todo un hombre lo consumía, terminaban dejándose llevar por su deseo de poseernos carnalmente y eso les daba aún más fuerza de lo normal, varias de nosotras murieron..

Los ingenieros al ver la bajas, siguieron reclutando a jóvenes para crear más guerreras, pero una tras otra iban muriendo, no por que fueran débiles, si no por que los demonios ya sabían como obtener más fuerza.

Así que por una extraña razón yo seguía viva, luchando una tras otra guerra, lo mas difícil hasta entonces fue, exterminar a los que alguna vez fueron mis amigos, y aquello que me destrozó hasta quitarme esa última gota de humanidad fue matar a mi hermano, mi única familia viviente que se había ofrecido como voluntario para exterminar la amenaza inicial y ahora era uno de nuestros depredadores, así que terminé por llevar su cabeza en mis manos.

Después de un par de años, de las siete que fuimos al inicio sólo quede yo, en compañía de muchas guerreras novatas, simples, muy jóvenes, y llenas de miedo. Sabía que no sobrevivirían ni unas horas haya afuera con ellos, pero aún así las mandaban en un intento desesperado de terminar con ellos.

Los ingenieros se cansaron, entraron en pánico, ya no entrenaban a las nuevas, así como salían del quirófano, salían de inmediato a batallar con los enemigos, era obvio que morían en el intento, hasta que algo ocurrió, una de ellas, una niña de 15 por mucho 16 años entró en pánico total, su miedo, el terror dentro de sí, hizo que cambiara, al ver eso yo me llene de pánico, pues me vino a la cabeza el recuerdo de los guerreros anteriores a nosotras, y no me equivoque, ella tomó la apariencia de una hermosa vampiresa, tan alta, con labios rojos cual carmín, y esa mirada tan sensual, atractiva, que hipnotizada de solo verla, su cabello negro largo y lacio, su piel blanca pero con un brillo muy especial, era realmente hermosa.

Ahora no sólo debía preocuparme por "ellos" si no por "ella" también, intenté detenerla, pero ese poder que expulsaba era terrorífico, blandí mi espada y le transmití parte de mi poder, la hoja de la espada se iluminó de color verde y sacaba chispas de ella, me lancé al ataque, debía encestarle solo un golpe, solo uno, sin embargo ella abrió sus brazos y entonces todos los varones la obedecían, la protegiendo de mi ataque.

Ella en ese momento se volvió su Líder, su reina, y al ver las hojas de monstruos tuve que retirarme antes de que pudieran matarme.

Con esta situación inesperada todo dio un giro , ahora ya no había cómo pararlos, los humanos se fueron extinguiendo, uno tras otro, ya no quedaba nadie, más que yo, o al menos sabía eso, por cada lugar por el que pasaba, no había ni una vida que salvar, ni un susurro, una voz, así que en mi camino mataba a todo demonio que me encontrará a mi paso, no se por que cada vez era más fácil para mi, desenfundar mi espada, cortarlos en pedazos no sin antes darles una tremenda golpista hasta dejarlos inconscientes.

Cuando me enteré por uno de estos que su vampiresa estaba matando a los suyos por razones que desconozco, me sentí algo aliviada al saber que me ahorraba el trabajo y que no toda la carga sería mía, así que me dispuse a viajar a su territorio y entonces llegué, mi sorpresa fue ver ese paisaje lúgubre, oscuro y con olor a muerte, en el piso ya hacían los restos de los demonios muertos, eran cientos de ellos quizá miles, me acerqué más y entre a esa caverna oscura, por primera vez después de tanto tiempo sentía miedo, no sabia que pasaría ahí, pero estaba dispuesta a terminar ese apocalipsis de una vez por todas.

Cuando llegué a lo más profundo de esa caverna, me tope con un sin fin de esqueletos y cráneos, en un pedestal al centro ya hacia su Vampiresa bebiendo la sangre de un pobre incauto que cayó en sus manos, no perdí más tiempo y grite:

"Alguna vez fuimos iguales, guerreras honorables, con valores, honestas, justas, poderosas, tu cambiaste, dejaste que el miedo te invadiera, perdiste...."

Ella rio como eco en montañas que resonaba por doquier, no tardó y dio la orden a sus lacayos de atacarme, cosa que no me asustó en lo más mínimo y de inmediato ataque con mi espada y daga, uno tras otro caían muertos, pues mi fuerza no se comparaba con nada, mi poder era aterrador y solo lo mostraba cuando era necesario, al paso del tiempo y con cada batalla algo cambiaba dentro de mi, muchas veces creí que cambiaría como ella, pero me controle cuando sentía que llegaba a mi límite, esa sensación de libertad al llegar a ese punto, lo convertí en algo provechoso para mi, llegar a mi límite sin llegar a el en realidad, mantener siempre la cordura y la razón recordando por que comenzó todo esto, cual había sido mi meta principal desde el inicio, protegerte a otros de que no pasaran lo mismo que yo, eso me ayudó muchas veces a no cambiar mi humanidad por un monstruo.

Acabe con esos demonios blancos, al ver esto la Vampiresa se paró de su trono y me hizo frente, yo una guerrera de alta experiencia y que se pudo resistir al encanto de la sangre y carne de los moustros, una de las siete primeras en ser creadas y ella, un demonio muy poderoso nuevo y revitalizado, pero apenas nacido.

No sabía el resultado, pero aquí terminaba todo, o yo la mataba a ella, o ella terminaba por matar toda existencia de lo que un día fue un ser humano.