Al llegar la noche, desperté con la caja llena de lágrimas secas, eran las 10 de la noche, había dormido por muchas horas, pero no le di importancia a eso, solo quería olvidar los sucesos de hace horas atrás, comencé a hacer mi tarea que tenía pendiente y estudiar lo que me quedaba de noche, al pasar un rato estudiando escuche que alguien toco la puerta de mi habitación.

-Hijo... ¿estás bien? Era la voz de mi madre.

- ¿Si mama? Respondí a su pregunta.

- ¿Puedo pasar?

Al escuchar su pregunta, me pare y quito el seguro de mi puerta permitiendo a mi madre entrar a mi cuarto.

-Hijo, lamento por toda la actitud de tu padre. Preocupada al verme y ve la herida que tenía en mi cabeza. -Ay dios... ¿Cómo tu padre te pudo hacer eso?

-Él tiene la razón mama. Dándole razón a mi padre. -Yo no vine ayer toda la noche y los hice preocupar, además, de que no avise que no vendría a la casa.

-De todos modos, eso no debió hacer eso a ti. Ambos nos sentamos en mi cama. -Dime, ¿qué paso ayer para que no hayas venido?
Dude un poco en si decirle realmente la verdad de lo sucedido, pero no me creería si le digo que un Zoroark llamado Carla me cuido de mis heridas por unos acosadores de mi escuela, así que preferí decirle lo que le dije a mi padre, ella se lo creyó.

-De acuerdo. Vi su rostro tranquilo. - Intentaré dejar el alcohol, esto no puede seguir sucediendo con mi hijo.

-Gracias mamá. Respondo con tranquilidad.

Ella había logrado calmar mi yo interno, me hacía feliz el hecho de tener a alguien que mee quisiera, en ese momento pensé en Carla, así que se me ocurrió una idea.

- ¿Madre?... Me gustaría tener un amigo. Analizando mis palabras. - ¿me permites tener un... Pokémon? . Con algo de temor ante su repuesta y ella se queda pensando un poco.

-Deja pensarlo muy bien, y discutirlo con tu padre.

-De acuerdo. Tengo he dormir madre, mañana tengo clases.

-Descansa hijo. Besa mi mejilla, se retira y cierra la puerta.

Al día siguiente, al ir a mis clases y hacer lo de mi rutina diaria, al terminar las clases, había notado que mis acosadores no estaban en donde suelen esperarme para ser molestado por ellos, de me habías hecho algo raro, al salir de la escuela pude escuchar​ y ver cómo Roberto había cambiado de víctima; era un niño un poco menor que yo, lo empujaban entre ellos, le daban zapes o le ofendían verbalmente, tuve un poco de coraje, quería defender lo, pero antes de hacer algo, pensé que yo estando solo si nadie ayudándome no llegaría a nada, me sorprendía el hecho de que pasaban muchos alumnos y nadie se frenaba para ayudarlo, todos se inmuta ante tal suceso, al final decidí irme de la escuela, antes de entrar por el bosque a ir por mi rumbo, pensé en Carla, debía comprarle algo de comida, antes de seguir, compre varios tipos de panes y entre al bosque rumbo a verla.

Al llegar a la mansión, entre y observé mis alrededor.

-Carla!!!... ¿estad aquí? . Esperando alguna señal de vida. -he venido a verte, traigo comi... Veo como ella desciende de las escaleras principales corriendo en 4 patas y antes de bajar da un brinco hacia a mi feliz como un perro feliz.

-Oye, espera!!!. Ella me embiste y caigo al suelo, estando ella subida sobre mí, me da una sonrisa y lame mi mejilla muy feliz.-awww, ¿estas feliz de verme?

Ella responde con un gruñido feliz, me paro y la abrazo.

-Vengo a cumplir mi palabra. Muy feliz sintiendo su pelaje. -he traído comida. Ella me vuelve a afirmar con un gruñido feliz.

Pasaron algunas horas estando al lado de ella comiendo los pasajes, jugando diversos juegos y escuchando uno del otro.

- ¿Carla?... ¿porque eres tan bueno conmigo?

Observó a los ojos de Carla, brillan de color púrpura y en mi alrededor crea una ilusión, en donde ella me espiaba cada vez que yo regresaba a mi casa «así que era ella quien me espiaba», pensé mientras veía su ilusión, después cambio de ilusión y muestra que ellas fue testigo de todo cuando Roberto me seguía hacia la primera vez que fui a la mansión y termina la ilusión.

-Ya veo, así que me seguidas y me espiabas, ¿porque? Pregunto claramente al no saber los motivos. Nunca antes no habíamos visto y ¿que tengo de especial para ti?

Ella se para, camina en 4 patas lento y me hace una seña con su cabeza indicándome que la siga, la obedecí y caminaba tras ella, caminamos mucho hasta llegar a un gran sala que estaba ubicado en la parte muy derecha de la mansión, el cuarto era muy grande, con ventanas muy grandes, había una mesa larga como el que ocupaban los ejecutivos y directivos de una gran empresa y había muchas pinturas grandes de varias personas en traje y elegante, paseaba entre las fotos hasta que Carla de detiene el que está enfrente de la silla del líder y señala la foto de un joven muy parecido a mí y en sus manos cargando un Zorua, la cual en la foto lleva la firma de "Carla y Rito, presidente de la empresa". Me sorprendí mucho de lo parecido con la persona, empezaba a comprender todo lo que ella me indicaba y quería de mí.

-Dime Carla... ¿qué le sucedió a tu amigo?

Carla tarda un poco en responder al ver que tenía una mano tocando la pintura, ella creo una ilusión en donde una noche, cuando aún era una Zorua, se escuchaba mucho escándalo, muchos hombres malos empezaron a hacer vandalismo y con cócteles incendiaron la casa, Carla intento detener a los malhechores, pero no tuvo éxito, Rito no estaba dentro de la mansión cuando el incendio avanzó sin parar, Rito, en un acto heroico, entra a la mansión al saber que Zorua quedó inconsciente por enfrentarse a los malhechores, Rito logra alcanzarla e intentar salir de la mansión, pero antes de llegar a la salida, vio que el techo se iba a derrumbar, así que Rito lanzó a Carla con el fin de que saliera de la mansión, ella volteo solo para contemplar como él soltó una lágrima feliz despidiéndose con una mano levantando y tirando una lágrima, el techo se derrumba y cae sobre el Rito, Carla llorando y triste gritando.

Al día siguiente, apenas que había acabado el incendio, Carla buscaba entre los grandes escombros quemados y pesados, ella no iba a parar de buscarme.

-Carla. El padre de Rito estaba detrás de ella. -Es inútil, mi hijo... paso a una mejor vida, no puedes impedirlo.

Ella voltea al escuchar esas palabras, suelta lagrimas pero no le cree y le empieza a reclamar con gruñidos y triste.

-Se libre, empieza a crear tu propia vida en la naturaleza. Lo carga con lentitud, y la abrazo con mucho amor mientras solloza entre sus brazos. -Adiós, amiga de mi hijo difunto, valora la vida que mi hijo te dio por salvarte. Lo deja en el suelo camina hacía su carro y se va.

Quede muy impactado y muy triste al ver esta ilusión, ella termina de mostrarme los sucesos, al verla, tenía una mano sobre la foto de Rito, y solloza intentando no hacerlo, para consolidar la, me acerco y tomo de su mano.

-Te prometo Carla que no te dejará a partir de hoy sola. Sin dudarlo la abrazo por detrás. -Ya has sufrido mucho, y no permitiré que eso pase.

Ella al sentir mis palabras y mi abrazo, termina sollozando mucho aunque intente no hacerlo. «NO TE DEJARE SOLA» , lo afirmaba desde mi mente.