Al día siguiente, al salir el sol completamente como por las 10 de la mañana, los rayos del sol iluminaba perfectamente la habitación por el gran tamaño que poseían las mismas. Al abrir los ojos y ver que ya era de día, me sentía como un hombre nuevo, movía mi cuerpo sin ningún problema, volteé a mi derecha y vi que ella no estaba. En mi mente me imaginé que había ido a cazar, a entrenar o algo así. Tome mi mochila que estaba en un rincón de la habitación y al salir del cuarto, contemplaba lo hermoso que era la mansión, los pasillos tenían tapetes largos de color púrpura al igual que las ventanas que cubrían las grandes ventanas; la mayoría de las ventanas estaban rotas o intactas a pesar de eso  no le quitaba mucho la estética, camine por el pasillo largo y al llegar a la esquina, vi las escaleras principales y al bajar, observé que había algunos zarpazos producidos cuando Carla era un Arcanine, al caminar a la entrada principal, antes de dar el paso para salir, escuché un gruñido muy tranquilo, al voltear vi que Carla estaba detrás de mí, observe su expresión que transmitía su estado; estaba triste y preocupado, así que opte por acercar a ella.

—Muchas gracias Carla. Pensé en como poder expresar mis condolencias de sus acciones del día anterior. —Ya me siento mejor que ayer. Le doy una sonrisa.

Pero al notar que no logré quitar su mirada que me estaba como que inquietando, pareciera como si hubiera hecho algo malo «¿Porque está triste?», me pregunte al no entender el motivo y más en especial en sus ojos que por alguna razón no dejaba de mirarla, me había enganchado de algún modo el color de sus ojos, rojos vivos como el fuego pero...

—¿No quieres que me vaya... Cierto? Ella negó con la cabeza ante mi pregunta y pega su cabeza en mi pecho y la frota contra ella.

Con esas acciones, sentí mucha empatía, ella no quería que me fuera, como si se hubiera encariñado de mí en tal sólo en el transcurso del día de ayer, era la primera vez que alguien se había preocupado por mi desde hace mucho tiempo antes de que mis padres se metieran en la adición del alcohol y nadie más, tal acto, la abrazo lentamente y siento en su espalda su cálido pelaje que me gusta sentirlo en las palmas de mis manos y pensé en como poder calmarla o hacerla feliz, hasta que se me ocurrió una idea.

—Carla. Me pongo de cuclillas y con mis manos sujeto su cabeza para que me observé directamente a mis ojos. —Te prometo que vendré a visitarte después de las clases por algunas horas todos los días ¿de acuerdo?

Derramó una lágrima al escuchar esas palabras salidas de mi boca, pero ella al final acepta afirmando con la cabeza.

—No llores Carla. Le limpio su lágrima con un dedo y tomo de sus manos sintiendo sus garras filosas. —Te prometo volver mañana y los días siguientes. Intentando convencer con mis palabras.

Carla responde afirmando con la cabeza, da una sonrisa y gruñe feliz. Me paro y antes de salir, la observe a sus ojos por una última vez, le di una gran sonrisa y salí corriendo hacía el pueblo mientras ella me observaba desde la puerta como me apartaba de la mansión hasta perderme de la vista a través del bosque.

Mientras corría hacía mi casa, pensaba en las cosas malas que me sucederían al llegar a la casa, pero a la vez sentía una preocupación de mis padres al saber de qué ellos me estarían buscando y estarían desesperado por encontrarme. Al llegar a mi casa, me invadió un miedo y temblaba de saber cómo se podrían mis padres, pero al entrar a la casa muy silenciosamente, escuche el estéreo encendido con la música a un volumen entre bajo y normal, al caminar lento a la sala principal de mi casa, vi a mis padres en la sala dormidos en el sillón, al ver que en la mesa del centro había varios botellas de licor vacías, los ceniceros llenos del tabaco consumido, era de notar que habían bebido mucho desde anoche, si viniera una visita a la casa, se sorprendería de tal escenario pero como ya estaba acostumbrado a que ellos beban y fuman muy seguidamente que ya no me sorprendía para el día de hoy, prefería mejor irme a mi cuarto sin que se percaten que no regrese en la noche teniendo esperanza de salvarme.

Al caminar hacía las escaleras para dirigirme a mi cuarto, al dar el primer escalón.

—¿Hijo? Mi padre me hablo con un tono medio dormido. —Ven para acá.

Con una cara de angustia, lo obedecí y me acerque a mi padre un poco lento hasta llegar a frente de él.

—¿Qué motivos tienes para no haber llegado ayer? Pregunto mi padre.

—Había... había un convivió en la casa de un a-a-migo, estabas lejos de aquí y me quede a dormir. Tenía temor ante mi padre y mas en ese estado en que estaba «Espero que me crea e irme a mi cuarto», pensaba mientras esperaba su respuesta.

— ¿Porque me mientes hijo? Se paró del sillón y vi sus ojos muy rojos de la desvelada y la falta de sueño. —Yo no te enseñe a mentir.

—No estoy mintiendo padre. Respondí con un poco de enojo y miedo. —Estoy diciendo la verdad.

—Te mereces un castigo hijo, por no llegar anoche y mentirme. Me contradijo muy seriamente y firme. —¿No ves que tu madre y yo nos preocupamos ayer por ti?

—Vaya manera de preocuparse, tomando y fumando mucho, no hicieron nada para buscarme y solo hicieron eso. Le respondí sin haber analizado las palabras que había lanzado hacía mi padre.

En ese momento mi padre tomo unas de las botellas de licor que estaban vacías y me golpeo con ella en la cabeza rompiéndose en el impacto del golpe y caí al suelo de rodillas manos al suelo.

—No me contradiga hijo, yo no te enseñe eso. Muy furioso con la botella rota en su mano. —Estas castigado, te prohíbo salir de la casa solo para ir al la escuela... Ve a tu cuarto y piensa sobre tus acciones cometidos.

Yo estando en el suelo de rodillas y con las manos en el suelo, no comprendía todo lo que acababa de suceder « ¿Porque?... ¿Que hice para merecer este golpe?», pensaba en eso y me hacía esas preguntas varias veces sin poder encontrar una respuesta lógica.

—¡¡¡VE A TU CUARTO!!!... Grito más furioso, me asusto y salí corriendo hacía las escaleras.

Subí hacía a mi cuarto, al entrar, cerré la puerta con seguro, fui hacía el espejo de cuerpo completo, y vi que me abrió una herida en la parte izquierda superior de mi cabeza al descubrir un poco mi cabello que cubría una pequeña parte de mi cara, al no aguantar todo lo sucedió, salte hacía mi cama boca abajo contra la almohada, tomo mis audífonos y al escuchar la música comence a llorar contra la almohada, llore por una o dos horas, no lo se, me había quedado dormido sin pensar muchas veces las siguientes palabras que volaban dentro de mi cabeza y no salían de allí :

« ¿Que hice para merecer una vida tan horrible, cruel y duro?»