De repente se escuchó un gran rugido como si fuera un gran rugido que hizo eco en toda la mansión, mis acosadores hicieron para atrás de temor y mirando a todos los lados, garras rasgando el suelo, como si un perro caminará, entre las sombras salió un Arcanine muy grande, el doble del tamaño mostrando sus ojos atemorizante y sus grandes colmillos, todos e incluyéndome estábamos muy asustados de semejante Pokémon enfrente de nuestros ojos, rugió provocando intimidación hacia mis acosadores, ellos temblaron y salieron corriendo de la mansión, tomaron sus bicicletas y huyeron.

—!!!Dejemos al llorón que se lo coma ese monstruo¡¡¡ Dijo uno de los amigos de Roberto mientras huían.

Yo igual quería huir pero mis heridas y moretones me lo impidieron quedándome en el suelo, así que cuando volteé a ver el Arcanine, me asusté mucho que solo llore en posición fetal.

—No me comas... por favor. Lloraba mientras suplicaba por mi vida.

Brillo de color morado, cambio de forma y resultó que era un Zoroark, aún así, seguía suplicando, se acercó a mí y comenzó a olfatear me, yo en ese momento tenía mucho miedo, latía fuerte mi corazón y sudaba de miedo hasta que sentí como lamió mi mejilla.

Al sentir su cálida lamida en mi mejilla, me sorprendí, me sonroje un poco y al verlo enfrente de mi, de alguna manera logró calmar mi miedo y ansiedad de ser lastimado o de morir. Reí un poco pero sentía un cansancio muy extremo que empezaba a ver borroso y me quedé dormido; me había desmayado.

El Zoroark se sorprendió al ver esto, con una garra mueve mi cabeza para ver mi cara... Se quedó pensando un poco, y a continuación, con su cabeza me carga y me deja sobre su lomo y comienza a caminar en 4 patas mientras subía las escaleras y caminaba a través de los grandes pasillos, hasta llegar a unas grandes puertas, las abre y era un cuarto muy grande, con una cama matrimonial, un balcón y un gran espacio para como poner muchas cosas y aún sobra espacio para más. Él camino hacia la cama y me recostó en la misma, mientras me acomodaba contempló las heridas abiertas y como goteaba poco a poco, sin dudarlo, salió corriendo rápido hacia el bosque y comenzó a buscar muchas hojas grandes largas y muchas bayas diferentes, mientras recolectaba eso, en su mente le venía recuerdos de un joven con traje que siempre estaba jugando con un pequeño Zorua, su sonrisa, su voz y su risa, reaccionó, dejo de pensar en eso.

Al terminar de recolectar todo, lo carga en una gran bolsa hecha con muchas hojas largas que había encontrado, al regresar a la habitación, ya estaba atardeciendo, comenzó a combinar las bayas y machacarlas sobre las grandes hojas haciendo un medicamento natural, al terminar, comenzó a aplicarme el medicamento sobre todas las heridas que me encontraba en todo el cuerpo, al pasar los minutos para Zoroark parecían horas con el fin de que me recupere lo más rápido posible.

Al anochecer, comencé a recuperar la conciencia, me sentía muy mareado y agobiado, me sentí muy cómodo y relajado, al abrir mis ojos lentamente, observé que estaba reposando en la cama, comencé a recordar todo lo que había sucedido antes de despertar​ en esa cama.

Volteé a mi izquierda y observaba como el Zoroark estaba durmiendo en el suelo, al intentar moverme me ardió un poco mi cuerpo, me quite las sábanas y me asombro que casi todo mi pecho, en un brazo izquierdo y en una pierna derecha estaban cubiertas por hojas como si fueran vendas y las bayas como el medicamento, me asombro del acto tan amable. Al poner un pie sobre el suelo, se escuchó la madera del suelo rechinar, me espante en ese momento en poder despertarlo, antes de dar el siguiente paso sentí unas garras frías en mis hombros; sentí miedo, me jalo hacia la cama, al voltear vi como Zoroark se había despertado, me acomoda y me tapa de nuevo con las sábanas, en mi mente pensaba en cosas malas de este Pokémon, pero al ver su propósito de volverme a acostarme en la cama, me hacía estar tranquilo de algún modo.

—¿Tu me... curaste mis heridas?. él me afirmó con su cabeza.

Al ver que si me entendía mis palabras, pensaba que debía ser inteligente para haber entendido mi pregunta, así que pregunte lo siguiente:

—¿Que eres tú y qué quieres de mi?. Esperando sus respuestas.

Busco por un momento en su alrededor hasta encontrar una hoja blanca toda arrugada y algo rota y sucia que estaba en el suelo, me asombro el hecho de que él sabía escribir, al terminar, me dio la hoja y comencé a leerlo con lo que decía:

SOY UN ZOROARK

YO.... CARLA

Y QUIERO YA NO ESTAR SOLA...

Al terminar de leerlo, comencé a visualizar en mi mente toda sus acciones;  me defendió de aquellos acosadoras, trato mis heridas y me cuido todo el tiempo que estaba dormido en la cama, baje la hoja y la vi a sus grandes ojos color rojo oscuro y me responde a mi mirada con una sonrisa, al ver eso, sin pensarlo, la abrazo fuerte; sentí su pelaje increíblemente suave, caliente y espeso.

Se sonroja mucho ante mi abrazo, ella tardó en reaccionar en qué hacer, al termino ella correspondiendo mi abrazo algo lento y dudosa de su acción, a pesar de que como mencione antes, sus garras estaban heladas pero no me importaban eso.

—Gracias... Carla por ayudarme y cuidarme. Se lo decía mientras abrazaba ya sabiendo que era hembra.

Ella me respondió feliz con su sonido de Zoroark, deje de abrazarla y al ver mi reloj de mano, eran la media noche.

—!!!Dios¡¡¡ mis padres me van a regañar y castigar. Intento sostenerme con la esperanza de poder al menos caminar pero fue inútil al dar el primer paso y caigo al suelo.

Carla me levanta y me regresa a la cama, después reacciona con una cara de preocupación y se niega moviendo su cabeza, acto seguido, me tapa de nuevo con las sábanas, en eso ella se sube a a la cama y se transforma en una Zorua, al verlo en esa forma me alegro por lo tierna que se veía en esa forma, camina hacía al lado mío de mi cabeza y se mete entre las sábanas y se acuesta sobre la otra almohada que tenía la cama, sabía que ella me cuidaría en la noche. A pesar de las consecuencias que me darían mis padres por no regresar a la casa e inquietarlos por haberlo desaparecido así de la nada, prefería en esta ocasión dormir en la mansión al estar con Carla, debido a mis heridas y todo lo que había sucedido todo el día, ella bostezo del cansancio, se acomoda en la almohada, me sentía feliz al saber que alguien me había defendido y ayudado. Me sentía muy feliz, así que beso su cabeza.

—Duerme bien Carla. Bostezo igual, me acomodo en la cama y me duermo ante la luz de la luna que penetraba la ventana que tenía detrás de la cama.