Al seguirlo por un buen rato con la esperanza de poder por fin de ver a mi querida Carla y de todas las cosas bonitas que quería hacer con ella, más principalmente de ver su sonrisa que tanto amaba, poder abrazarla y poder descansar en paz conmigo mismo. 

Al recorrer una zona de bosque de donde nunca había visitado al ver los grandes arboles y medianos que abundaban, y muchos arbustos, al contemplar mi alrededor me daría la sospecha de que algún Pokémon salvaje se nos interponga en el camino. Finalmente llegamos a una entrada de una cueva la cual no se lograba ver casi nada el camino, solo un tramo de la entrada que penetraba el sol.

—Aquí fue en donde yo recuerdo que la vi. Intentando dar su mejor esfuerzo visual al ver mas profundo de la boca de la cueva.

—¿En serio? Dudando de su respuesta.

—Te lo afirmó. Respondió con seguridad de si mismo. —Aquí mismo vi que un Zoroark entro aquí.

—Vale. Dudando de su confianza de su respuesta.

Al mirar por dentro de la cueva no reunía el suficiente valor para poder adentrarme.

—Descuida. De su cintura saca una Pokeball y libera un Charmander. —No vengo solo, él es mi amigo que no me falla por nada.

—Es muy lindo tu amigo. Acariciando su cabeza lo cual me corresponde con una sonrisa.

—Parece que le agrada.

—Si, Charmander, necesitamos de tu ayuda.

Afirma con la cabeza y entra a la cueva la cual su cola iluminaba bien el interior y comenzamos a seguirlo detrás de él, el sendero dentro de la misma era muy oscuro y se escuchaba gotera no muy lejos de nuestro punto. Al seguir por unos pocos minutos veíamos una luz al final del túnel, al intentar correr un poco más rápido hasta llegar a la luz y nos encontramos en una zona donde había un pequeño lago con césped al igual que había algunos Pokemons en esa zona la cual era iluminado por el sol que se colaba por una gran apertura que se ubicaba arriba de nosotros.

—Es un hermoso lugar. Gozando de nuestro alrededor. —No sabía que este lugar estuviese dentro de una cueva.

Busque alguna señal de Carla hasta que vi que no muy apartado de mi un brillo repentino y débil, corrí hacia allí, me agache el origen del brillo y solo estaba el collar que le había regalado a Carla con mucha tierra y húmedo, sin comprender bien el significado de esto solo apreté mis manos como respuesta.

—No esta aquí... Con muchos sentimientos revueltos dentro de mi, la decepción y la tristeza de saber que de seguro ya me había abandonado para siempre. —Me largo de aquí.

—¿Qué pasa amigo? Me frena de mi brazo. —De seguro ella huyo por alguna razón, no podemos dejar esto de alado.

—Suéltame. Agito mi brazo bruscamente. —Ella me olvido, me abandono, ya de seguro debe estar muy lejos o con otro entrenador. Respondí con ira muy seco.

—No digas eso. Me respondió con preocupación. —Ella no te ha olvidado, solo hay que seguir buscando mas respuestas.

—¡¡¡TE DIJE QUE ME SOLTARAS!!! Con la otra mano me quite su mano y lo empuje fuerte provocando que cayera a un pequeño charco.

—¿Qué te sucede? Mirando con unos ojos de preocupación y asustado.

—Lo... lo... siento. Salgo corriendo de la cueva dejándolo solo.

—¿Amigo? Pregunto sin obtener respuesta mía y el Charmander se acerca preocupado a su entrenador. —Tranquilo amigo, al menos él es mas piadoso conmigo, hay que dejarlo solo por un momento.

El Charmander ve arriba viendo que muy repetidamente las nubles tapan el sol comenzando a oscurecer muy levemente.

—Va a llover pronto amigo mío, tenemos que volver a casa.

Salí corriendo de la cueva muy rápidamente y seguía corriendo sin parar sin importar si estaba viendo hacía que rumbo estaba tomando, no me importaba mas que solo buscar un lugar en donde no había buscando antes. Comenzó a llover, miraba mis alrededores para ver si había una esperanza de poder ver alguna señal o alguna pista pero al no poder atención a mi frente termine cayendo a un río que no había visto debido a unos arbustos muy grandes que ocultaban su vista, la corriente era muy fuerte, apenas podía sacar la cabeza del agua mientras me desplazaba rápidamente sin saber a donde me dirigía.

—¡¡¡AYÚDENME!!! Gritaba sin obtener ninguna respuesta. 

Al ver mas al frente vi que había una vista muy linda de las montañas, hasta que comencé a razonar de que solo obtendría una vista así al ver que se trataba de una cascada, al acercarme mas, efectivamente me estaba dirigiendo hacía una cascada, comencé desesperadamente a nadar en el sentido contrario sin obtener ningún resultado hasta fatigarme, en ese entonces vi que una liana algo gruesa cayo al lado mío.

—¡¡¡TOMA DEL LAZO!!!

Vi que era mi amigo con su Charmander sujetando la liana. Sin dudarlo me sujete y ellos comenzaron a tirar fuerte de ella.

—Solo... aguanta amigo. Él jalaba con todas sus fuerzas pero era inútil por la gran fuerza de la corriente que poco a poco los estaba arrastrando. —No puede ser... nos vamos a caer. 

Seguían con toda la fuerza que tenía pero era inútil que terminaron cayendo ambos junto a mi. Ambos estábamos desesperados en saber que posiblemente este sería nuestro fin, mi amigo cerró los ojos al momento de caernos pero nunca sintió el suelo, al abrir los ojos vio que lo estaba sujetando del brazo mientras yo lo sostenía gracias a que a tiempo me sujete de una pequeña roca que estaba sobresaliendo de la cascada.

—No creo poder aguantar... tanto. Gemía al no poder resistir por tanto tiempo y mis dedos lentamente se desprendía de la roca. —Creo que este sera nuestro fin.

Mi amigo vio que algo negro se movía rápidamente entre los lejanos árboles antes de que me mi cuerpo me traicionará quedándose desmayado y soltando de la roca, antes de caer en eso escuche.

—¿Que es eso? Reclamo mi amigo antes de quedarme en ese estado.

Escuchaba muy débil unas quejas, al abrir los ojos lentamente vi que mi amigo mirándome preocupado.

—Por fin despertaste. Me sonría mientras yo no entendía nada de la situación actual.

—¿Que fue lo que pasó? Respondí con un tono de recién levantado.

—Hemos sido salvados y sanados. Me respondió mi pregunta con alegría. —Y ahora estamos aquí cubriéndonos de la fría noche con la fogata.

—¿Quien fue que nos salvo? Muy confundido de saber la respuesta.

Observo que estaba acostado en una cama hecha de hojas grandes y pequeñas, aún sentía que la ropa que tenía puesta seguía húmeda, al escuchar como unas garras chocan contra el suelo como si fueran pasos de un Pokémon, yo y mi amigo volteamos a ver la entrada de la cueva y ambos vemos una silueta negra y muy grande, al acercarse mas a la iluminación que daba la fogata ilumino su cuerpo y al verlo asombrado de lo que ante mis ojos estaban viendo, me levante con todas las energías que tenía mi cuerpo en ese momento para correr al reconocer por total la silueta y aferrarme al mismo.

—Que bueno que no me abandonaste, te estuve buscando por todos lados sin descanso. Demasiado exaltado de alegría y de relajación mutua. —Carla...

—Lamento por haberme desaparecido por semanas sin decirte nada. Respondió con total relajación y calma. —Lo siento, no debí hacer esto.

—Te extrañe tanto. Comencé a sollozar en su pecho ya que mi alma ya había retenido demasiado tiempo todos los sentimientos y las malas energías que no lograba disipar por cuenta propia.

—Yo igual. Me abraza fuerte mientras tenía los ojos cerrados conciliando.

—¿Ese Zoroark puede hablar? Se queja mi amigo asombrado al ver las palabras expresadas de Carla mientras tiembla por el miedo.