La historia que voy a contar fue hace muchos años atrás, cuando recordaba que yo aún era joven para hacer muchas cosas y divertirme haciendo muchas cosas bobas o divertidas con amigos o amigas, pero en esta ocasión, yo no era el chico fuerte pero ni el más débil, ni tampoco no era el popular a comparación de los que si lo eran, ya sea porque tenían carisma, tener fuertes Pokémons o muy raros, yo no tenía uno por el motivo de mis padres que no me los permitían; eran muy estrictos conmigo sin saber sobre los problemas que tenía a diario en la escuela; la soledad y el bullying constante, creía algunas veces que no soportaría semejante problemas si no le daba un alto antes de que fuera tarde... Hasta que alguien... Alguien especial llegara a aparecer en mi vida, alguien en quien me acompañaría en los momentos divertidos y difíciles que nos cruzáramos, alguien que me comprendieran mis problemas e intentar ayudar a solucionarlos y más, pero me tomaría un rato estar escribiendo todo esto. Esta es mi historia de mi amor de un humano y un Pokémon.

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Era por alrededor del mes de Septiembre, había comenzado mi segundo semestre de la preparatoria, desde que había ingresado al nivel media superior, mis clases, la mayoría eran aburridas y de vez en cuando eran "entretenidas" por decirlo así, y como era de esperar, mis acosadores; un grupo de 5 chicos siempre me molestaban después de salir de la última clase, era a diario, siempre me pateaban, golpeaban o me ofendían verbalmente, yo personalmente prefería eso antes de que me siguieran a mi casa y que me siguieran molestando.

Algunas veces cuando tomaba el rumbo hacia a mi casa después de las clases; consistía en cruzar un hermoso bosque con un sendero que se dirigía hacia un pueblo muy grande, podría hasta parecer una ciudad pequeña, tenía la sensación de que alguien o algo me observaba desde los lejos o cercas o que me seguía, pensaba a veces que eran esos chicos que me molestan o algún Pokémon rodando por allí, al llegar a la casa veía que nada sucedía por mis alrededores pero tenía la sensación de que realmente algo me seguía o sentirme observado mientras iba mi rumbo.

En ese día, daban clases de matemáticas, veían algo sobre derivados, pero la verdad no ponía atención, prefería estudiar más en la casa que en la escuela, al escuchar la campana de fin de clases, mi mente gozaba de por fin regresar a mi casa.

—Que bien, ya puedo regresar a mi casa. Lo decía mientras guardaba mis cosas.

Cuando pude observar a los lejos del marco de la entrada del salón a mis acosadores, tenía un poco de miedo de sus abusos, pensé un momento en como poder evadirlos, así que decidí meterme entre el montón de mis compañeros cuando salía del salón para confundirnos, mientras caminaba entre el gentío que iban hacia la entrada principal de la escuela, tenía las ansias de llegar a aquellas puertas para salir de la escuela sin problemas hasta que sentí que alguien sujeto fuerte de mi mochila y dio un jalón sacándome del grupo que me estaba escondiéndome, cuando volteé para ver quién me había jalado, vi a Roberto y su grupo de 4 personas en frente de mi.

—¿A donde ibas, pequeño llorón? Lo decía con un gran confianza.

—Voy a mi casa, déjame en paz. Replique con una molestia y a la vez con miedo ante su respuesta.

—No irás a ninguna parte llorón. Comenzó por empujarme cayendo suelo boca arriba, él y sus amigos me comenzaron a dar patadas en todo mi cuerpo.

Sentía un gran dolor producto de los golpes que recibía, hasta que dejaron de hacerlo, me pare con mucho dolor y con dificultad pero dentro de mi ya sentía un gran enojó ya acumulado desde hace tiempo, ya no podía que siguiera así.

—¿Dime que eres un niño débil y tonto? Pregunto Roberto mientras su grupo se reían de mi pero no respondí su pregunta mientras apretaba mi puño de irá.

—¿Que me respon...? Lo golpee con la irá que tenía en su cara, pero al momento de que le dí el golpe, dude en lo que acababa de hacer.

—Esto te costará muy caro niñita. Observe que mi golpe que le dí su cara provocó que sangrara y al escupir en su mano había sangre. —Te golpeare hasta romperte un hueso.

Empuje a Roberto haciendo que él y su grupo cayeran mientras comencé a correr hacia a mi casa lo más rápido que podía.

—Atrapenlo. Reclamo Roberto muy molesto y comenzaron a seguirme.

Yo mientras corría ellos tomaron sus bicicletas y me comenzaron a seguir, corrí hacia al bosque por el sendero que va hacia el pueblo donde está mi casa, mientras corría giraba mi cabeza para ver como ellos me seguían, para despistarlos me desvíe del sendero y me metí entre los arbustos. No muy lejos de allí había una sombra con forma humana que veía como huía de ellos y era testigo de todo lo acontecimientos.

Mientras corría a través de los arbustos sin saber hacia donde iba, termine cayendo por un colina, rodaba mientras descendía y me golpeaba con arbustos, ramas o con piedras, al llegar al suelo, sentía mucho dolor producto de los golpes recibidos, veía entre mis brazos, mis piernas rasguños, heridas abiertas que goteaba poca sangre y golpes, me quedé por algunos segundos en el suelo gimiendo del dolor y el ardor de las heridas.

—¡¡¡Allí esta!!!! Grito uno de sus amigos y descendían de la colina con sus bicicletas, al oírlo comencé a correr de nuevo sin percatarme que dejaba gotas de sangre por el camino, dejando un seguimiento hacia a mi.

A los lejos vi entre los árboles una gran mansión, seguí corriendo hacia esa dirección hasta llegar a la gran mansión, sin dudarlo entre a la mansión, al estar dentro distinguí que era una mansión abandonada; había algunas ventanas rotas, cortinas rasgadas o hecha pedazos, puertas ya algo podridas, el sueño rechinando por cada paso, etc. Observé por mi alrededor algún lugar de donde poder esconder, al lado de las escaleras principales había una puerta, entre allí y cerré la puerta, en donde guardan utensilios de limpieza, sentía mi corazón latiendo rápido por el temor y por tanto correr, pude oír a Roberto como entra a la mansión preguntando si había entrado aquí, tape mi boca para no hacer nada de ruido, oía cada unos de sus pasos buscándome adentro hasta que deje de escucharlos, pensé en un momento que me había salvado, estaba muy equivocado, abrieron la puerta de dónde yo me estaba escondiendo, me habían encontrado y entre 3 personas me sujetaron y me llevaron ante Roberto.

—¿Porque huías llorón? Me golpeó muy fuerte en el estómago haciendo que caiga al suelo sobando mi estómago por el dolor. —Ahora... Yo te devolveré el golpe que me diste.

—¿Como es que... me habían encontrado?. Pregunto con lentitud y dolor.

—Dejaste tu sangre en el suelo. Respondió uno de sus amigos de Roberto.

Al escuchar esa respuesta, recordé que desde que había caído en la colina, los estaba guiando hacia a mi sin darme cuenta con mi sangre, visualice mi error que conllevó que mi plan fallara.

—Ya basta, es hora de hacer justicia. Hace tronar sus dedos y entre todos comenzaron a golpearme y patearme, por el gran dolor que ya tenía comencé a soltar lágrimas.

—¡¡¡YA DÉJENME EN PAZ!!!. Gritaba llorando.

Gracias por empezar esta lectura, es posible que haya cambios en el texto para una mejor experiencia de lectura o una mejora del mismo, al igual que la integración de imágenes :D