Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Una historia de asesinatos

¿Apellido? No necesitas saberlo, soy Leina, una asesina, soy esto desde que tengo memoria. N, como se hace llamar, me recogió de las calles cuando era pequeña, no importa mucho, aprendí todo de él e incluso lo he superado. El pobre anciano ya se está por jubilar pero mientras tanto me consigue trabajo. Su tienda parece una simple casucha donde vende objetos raros pero en realidad es como su centro de operaciones, me dirijo allí para conocer mi próximo objetivo.

―Es este ―dice N alcanzándome una foto.

―No se ve nada ―exclamo al ver que la fotografía esta borrosa. N se ríe―. ¿Qué es tan gracioso? ―Frunzo el ceño.

―Es otro asesino a sueldo como nosotros, no encontrarás una foto mejor que esa.

―Razón ―digo directa, me gusta saber por qué voy a matar a mis objetivos, aunque este ya se deduce el porqué.

―Asesino al hermano del cliente, no se me permite decir más.

―Genial, un cliente idiota. ―Y me retiro del lugar con la poca información que me entregaron.

Una foto borrosa, una dirección poco concreta y ni siquiera un nombre. Esto no vale lo que me pagan, voy a exigir más cuando mate a este desconocido.

Me acerco a la dirección, más bien a las calles en las que cree el cliente que puede estar, que concurre. Entro a una cafetería y pedo algo para beber. No está mal, es un rico frappuccino de frutilla, una bebida de café congelada. Dejo de pensar en mi bebida cuando veo entrar a un hombre de ojos azules y cabello castaño oscuro. Mis ojos se clavan en él, cuando se percata corro la mirada. Estoy trabajando, no puedo andar fijándome en un buenorro como ese mientras lo hago. Me reto a mí misma pero entonces...

―Hola. ―Escucho una voz masculina que me hace enloquecer, lo miro y efectivamente, es el chico sexi que acababa de entrar, su sonrisa es increíble, pero no me va a distraer.

―Adiós ―le respondo cortante y volvo a mi bebida.

Al parecer se molesta con mi respuesta y se va pero, ¿vuelve? Se sienta en la misma mesa que la mía con lo mismo que pedí yo.

―¿Qué haces? ―le replico enojada.

―Me mirabas demasiado así que vine, señorita desconocida de ojos verdes. ―Sonríe con esa boca que me hace enloquecer pero yo no voy a cederle nada.

―No te creas mucho, fue solo una coincidencia. ―Me paro enseguida.

Él me detiene agarrándome de la mano.

―Y que buena coincidencia, soy Jeke.

―¿Y quién te pregunto tu nombre? ―Frunzo el ceño.

―Nadie, pero tú me debes el tuyo.

―¡Ja! Sueña. ―Aparto su mano, arrebatándola rápidamente y me voy.

No encontré nada en este lugar, solo un idiota, maldito idiota.

Estoy en mi casa puliendo mi arma, pensando cómo voy a encontrar al desconocido que tenía que asesinar.

Al día siguiente vuelvo a la cafetería ¡Dios! Otra vez él. Jeke está en la mesa agitando su mano para saludarme.

«Que molesto». Pienso y me volteo para salir de allí.

―Espera. ―Me detiene agarrándome de la cintura.

¡Lo mataré! Definitivamente lo mataré.

―¿Qué quieres? ―Intento zafarme.

Sonríe y responde al instante.

―Un beso.

¿Que? ¿Quién se creé que es? Este definitivamente se ha ganado estar en mi lista de objetivos, así no dirá más bobadas.

Lo empujo.

―Púdrete.

Él se ríe.

―Claro ―luego dice―. Pero si me dices tu nombre.

―Si te lo digo, ¿dejarás de molestarme?

―No, porque no me has dado un beso. ―Hace puchero.

―Eres un...

―Desconocido ―me interrumpe, no iba a decir eso.

―¿Qué te pasa? ¿Quieres morir?

―Dime tu nombre ―exige.

No me puedo resistir su sonrisa es tan... no la puedo describir.

―Soy Leina.

Se acerca a mi oído y me susurra.

―Gracias, Leina. ―Y se retira de allí.

¡Oh dios! Este hombre me puede, me hace sentir algo y es solo la segunda vez que lo veo. Lo matare.

Al tercer día no vino, me aburrí mucho en la cafetería, tampoco encontré información de mi objetivo. Es trabajo perdido y es culpa del maldito cliente, como lo odio, pierdo dinero y tiempo.

Entonces llame a N.

―Necesito más información, estoy perdiendo algún otro objetivo por culpa del cliente.

―Ojos azules, el objetivo tiene ojos azules, lo recordó anoche.

¿Ojos azules? Me está mintiendo, no puede ser. Le corto enseguida a N y observo la foto. Es él, Jeke es el desconocido, es mi objetivo. Parece que sí está en mi lista.

Pero al pasar los días él siguió sin aparecer en la cafetería, de algún modo me aliviaba, aunque no podía tardar más, se me acababa el dinero. Ahora con unos datos más precisos logre conseguir la dirección de su casa. No está muy lejos de aquella cafetería, así que fue fácil y en el barrio muchas personas lo conocen ¿Qué clase de asesino a sueldo es tan descuidado como para decir donde vive? ¡Esto es muy fácil! Terminaré enseguida y me olvidaré de él.

Al llegar, toco el timbre, abre la puerta y ahí está con su hermosa sonrisa que me enamora. No puedo distraerme debo terminarlo.

―Adelante, pasa ―dice sin saber lo que le espera.

Su casa es bonita, lo admito, más linda que la mía, incluso parece que le pagan mejor que a mí. Cuando termine esto le pediré un aumento a N, le pegare a ese avaro anciano si no lo hace, esto no es justo, me da envidia.

―¿Quieres tomar algo? ―Me ofrece.

Me siento en una de sus sillas lujosas.

―No, gracias ―le respondo rápidamente.

¿Cómo voy a matarlo? ¿Quizás un corte en la yugular o acepto su bebida y le pongo mi veneno especial o debería irme y usar mi rifle a distancia? Esto me está volviendo loca, nunca dudo cuando hago un trabajo. No quiero que su muerte sea dolorosa, él me cae bien.

―Creo que estas tardando mucho ―de pronto él dice algo que no logro entender.

―¿Qué?

―Eso, que estas tardando mucho en matarme. ―Saca una sonrisa maliciosa y me paro enseguida.

―¡¿Lo sabías?!

―Tengo mis contactos, me avisaron que alguien iba a venir a matarme, entonces simplemente lo averigüe. ―Continua sonriendo pero con una sonrisa más normal.

―¿Y qué piensas hacer?

―No sé, dime tú. ―Se me acerca y acaricia mi mejilla.

Lo aparto, saco mi arma escondida y lo apunto con esta.

―Entonces vas a morir. ―Es la primera vez que mis manos tiemblan al apuntar a un objetivo. Maldición, me han engañado ¿Ahora qué voy a hacer?

Él también saca un arma pero mucho más despacio, tiene muchas confianza al parecer.

―¿A la cuenta de tres? ―¡¿El maldito ofrece aquello?! No me da tiempo a reaccionar que empieza a contar―. Uno... dos... y...

No dice tres, me saca el arma y me abraza.

―Me gustas. ―Me besa.

¡Por dios! Qué beso tan indescriptible, pero lo aparto.

―¡¿Qué haces?! ―Cubro mi boca.

―Nadie disparo, solo queda esto. ―Me vuelve a besar.

Esto es... no, no, no puedo resistirme más, correspondo a su beso y es como si quedáramos hechizados, hay amor en el aire. Esto ya no parece más una historia de asesinatos, pero la verdad, ya no importa.

Fin.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro