Ha sido un viaje maravilloso. Momentos inolvidables. Con una compañía que no cambiaría por nada. Millones de experiencias compartidas: alegres, tristes, curiosas, terroríficas e incluso, alguna que rompió cualquier tipo de lógica.

Como ilógico era lo que sentíamos el uno por el otro.

Recuerdo la primera vez que te ví, leyendo aquel libro de Neruda. Tu cabello se mecía lentamente por la brisa de un otoño que acariciaba todos los elementos del paisaje y hacían de tu cara la mayor obra de arte. Y, que decir que tras penetrar en mi retina, el destino quiso que coincidieramos varias veces mas en distintos puntos de nuestra ciudad, hasta que cupido, con una estúpida casualidad, hiciera que nuestros caminos se entrelazaran para siempre.

Pasaron los años. Recorrimos el mundo. Un café en Praga. El atardecer de Lisboa o aquella maravillosa noche estrellada que vivimos en un pueblo recóndito de Vietnam.

Tantos son los rincones que visitamos como aquellos de tu cuerpo que jamás podré olvidar, como los besos que quedaron marcados en mi piel, cual sello estampado en una carta. Como esas cartas que guardo de nuestro noviazgo. Como esos versos, mal enlazados, que se convirtieron en mi pieza literaria favorita.

Pero si hablamos de pasiones, estarás de acuerdo conmigo que nuestro hijo es sin duda, la mayor de ellas. Una auténtica oda al amor de dos personas representada con la forma más pura de vida.

Nuestro heredero. Nuestro príncipe. Nuestro tesoro.

Llevará nuestras enseñanzas y nuestros valores a generaciones futuras e inculcará todo aquello que pusimos en su mente y su corazón, para hacer mejores a las personas que le rodean y sobre todo a sus seres queridos.

Hablando de querer...

Me gustaría despedirme de ti diciendo por última vez aquello que te repetí dia tras dia durante todos los años que compartí contigo.

TE QUIERO

Pero, estoy enfadado, porque has decidido marcharte antes de tiempo y emprender un viaje por primera vez, desde que te conocí, sin mi.

No te preocupes. Yo también he organizado el mío. Cuyo destino, cuando se acabe mi tiempo, será estar a tu lado.

Sin otro particular, me despido. Sabiendo que solo me queda una vida para volver a encontrarme contigo.

Hasta pronto,

Mi pareja, mi amor y mi amiga.