Hola mis queridos lectores, aquí os dejo un nuevo relato corto. Me vino ayer la idea antes de irme a dormir y creo que es muy sentido y os puede gustar. Así que, espero que lo disfruten. Un beso :3

Trabajo, trabajo y más trabajo. Eso es lo que caracteriza a Matthew, el empresario más codiciado de toda la ciudad. No tiene tiempo para nada, solamente para el trabajo, dejado atrás a su prometida y a todas las personas que lo quieren. No se da cuenta de todo lo que está dejando perder, hasta que lo pierde...

Como otro día cualquiera entra a casa, cansado de tanto hablar, de firmar tantos contratos, papeles, de hacer conferencias, de ir a comidas y cenas. Sin embargo, cuando llega al salón encuentra la mesa decorada con un mantel rojo granate, con dos cirios alumbrándola, dos cubiertos y, alrededor, unos cuantos pétalos de rosas. Bufa al recordar que ese día era su aniversario. El día en que se conocieron. Deja su maletín tirado en el sofá y sube rápidamente a la habitación para disculparse. No obstante, allí no hay nadie. Carol no está y, solamente, hay una carta con su nombre encima de la cama.

El miedo empieza a calarse en sus huesos, su corazón empieza a quebrantarse y su mirada se llena de puro temor. Temor que nunca había sentido y que, en ese mismo instante, lo estaba acorralando. Coge el sobre, lo destapa y desdobla la carta, viendo la letra de su prometida. Acaricia las huellas de las lágrimas que están marcadas en el papel y decide leerla.

 "Querido Matthew,

Esta será la última vez que te escriba. Todas las noches he estado escribiendo lo mucho que te quiero y, me he dado cuenta, de que cada día estaba más triste, más desenamorada. Estoy realmente decepcionada, sola y destrozada. Desde que te eligieron como director de esa empresa hemos dejado de formar parte el uno del otro. Siempre vienes tarde, cansado, sin ganas de hablar, de besar, de amarnos. La única que importa es la empresa. Ella está por delante de mí y yo no puedo hacer nada. Preparo cenas para los dos, pero siempre termino sola. Preparo salidas, pero siempre termino anulándolas. Hago muchas cosas para llamar tu atención pero es inútil, soy un segundo plato en tú vida y eso me duele en el alma. Lo dejé todo por ti, dejé a  mi familia, mis estudios, mis amigos para estar contigo. Sin embargo, no me ha servido de nada. Me he sentido sola y abandonada. No sé si creer que algún día me quisiste o solo dejar a mi mente que lo imagine.

Me voy y no me busques. Quiero vivir lo que no he vivido, soñar, sentirme amada y formar, realmente, una familia. Una familia con la que me hubiera gustado formar contigo, pero tú has decidido apartarme. Y no solamente me has apartado a mí, has apartado a tus padres, a tus hermanos, a tus amigos... Espero que algún día, te des cuenta de todo lo que has perdido y, que encuentres esa persona especial que vuelva a encender tu corazón. Pues, parece ser que yo no lo supe hacer.

Se feliz,

Carol."

Matthew siente una corriente atravesarle el pecho al leer su nombre, él sabe que está enamorado de ella, pero la ha perdido. Sus palabras han sido claras y su deseo de vivir otra vida se lo va a conceder. No quiere amargar más su vida, quiere que sea feliz. Y es que nos damos cuenta de lo que tenemos, cuando lo perdemos.