Ni una sola puta oportunidad

La noche se había extendido hasta altas horas en la avenida principal de la ciudad, un lugar lleno de peligros y tentaciones para aquellos que se aventuraban en ella. En una esquina, iluminada por la luz anaranjada de un letrero de neón, se encontraba un burdel conocido por todos los habitantes de la zona.

En el interior del local, las chicas se preparaban para una noche más de trabajo. Entre ellas se encontraba Ana, una joven prostituta que había estado trabajando allí durante años. Desde hace varios días, el burdel había sido objeto de extorsión por parte de un grupo de sicarios que se hacían llamar "Los Cobradores".

Esa noche, mientras las chicas se encontraban en el interior del local, se escuchó un estruendo que sacudió los cimientos del edificio. Los gritos de pánico y dolor de las chicas inundaron el lugar cuando dos hombres en motocicleta, vestidos de negro y armados hasta los dientes, irrumpieron en la sala. Los sicarios comenzaron a disparar sin piedad a todo lo que se movía, dejando un rastro de cadáveres y heridos a su paso.

Ana estaba paralizada de terror, sin saber qué hacer mientras su compañera y amiga de toda la vida caía abatida a su lado. No había duda de que los Cobradores habían cumplido su amenaza y que la vida de todas las chicas estaba en peligro.

Pero Ana no iba a quedarse de brazos cruzados. A pesar de los ruegos de sus compañeras, estaba decidida a tomar venganza contra los sicarios. Sabía que eran bien conocidos por toda la zona, pero tenía un as bajo la manga: había sobornado a la policía local para que no les hicieran nada.

Así que salió a la calle en busca de los Cobradores, armada con una pistola que había conseguido gracias a sus contactos en el bajo mundo. En su mente, solo había un objetivo: acabar con aquellos hombres que habían asesinado a su amiga y estaban amenazando su vida y la de sus compañeras.

Caminó por la avenida, buscando a los Cobradores. Pero mientras avanzaba, un hombre desconocido apareció de repente ante ella. Era alto, con barba y vestía de manera elegante, con un abrigo negro y un sombrero a juego.

"¿Quién eres?" preguntó Ana, mientras levantaba su arma.

"Tranquila, no soy uno de ellos" respondió el extraño, levantando sus manos en señal de paz. "Me llamo Carlos. Soy un detective privado y he estado investigando a Los Cobradores durante meses. Quiero ayudarte a acabar con ellos".

Ana no estaba segura de si debía confiar en ese extraño, pero algo en su mirada le decía que podía hacerlo. Así que se unió a Carlos en su búsqueda de los sicarios.

Pero la venganza de Ana no iba a ser tan fácil como pensaba. Los Cobradores no eran unos delincuentes comunes, eran un grupo bien organizado y armado hasta los dientes. Carlos y Ana pronto se dieron cuenta de que estaban en desventaja, y que necesitaban un plan para enfrentarlos.

Así que idearon un plan: esperarían a que Los Cobradores salieran de su escondite y los seguirían hasta su base. Después, atacarían en el momento adecuado.

Durante varios días, Carlos y Ana vigilaron la avenida, esperando su oportunidad. Finalmente, tuvieron suerte: vieron a los sicarios salir de un edificio abandonado y subirse a sus motocicletas. Sin perder tiempo, los siguieron a través de las peligrosas calles de la ciudad, hasta que llegaron a una enorme fábrica abandonada en las afueras.

Carlos y Ana se acercaron con cautela, asegurándose de no ser detectados. Cuando estuvieron lo suficientemente cerca, abrieron fuego contra los Cobradores, sorprendiéndolos. Una feroz batalla se desató, con ambos bandos disparando sin piedad el uno contra el otro.

Pero en medio del caos, ocurrió algo inesperado. Carlos, quien había sido herido en el tiroteo, reveló que había sido contratado por uno de los socios de Ana para asesinarla y hacerse cargo del burdel. Ana se quedó en shock, incapaz de creer lo que estaba escuchando.

Mientras Carlos explicaba sus motivos, uno de los Cobradores aprovechó la oportunidad para atacar a Ana. Ella intentó defenderse, pero fue superada en número. Cuando la policía llegó, encontraron a Ana herida de muerte y a Carlos muerto a su lado.

La venganza de Ana se había convertido en una tragedia. Los Cobradores nunca serían llevados ante la justicia, y Ana había perdido todo lo que tenía. Pero su sacrificio no fue en vano. La policía finalmente descubrió la verdad detrás de la conspiración y arrestaron al socio de Ana y sus cómplices.

Aunque Ana no pudo obtener su venganza, su valentía inspiró a muchos otros a luchar contra la corrupción y la violencia en la ciudad. Su legado perduraría en las calles de la avenida, donde su nombre sería recordado como el de una heroína que luchó por lo que creía, incluso si eso significaba sacrificar todo lo que tenía.

Nota:

Esto fue lo que le pedí a la IA:

"Hola. Escríbeme un relato largo de acción, venganza y tragedia cuya trama tenga lugar en una concurrida pero peligrosa avenida, a altas horas de la noche. El personaje principal es una prostituta cuya casa burdel lleva siendo extorsionada hace ya varios días. Debido a que el local tiene varias deudas atrasadas, dos sicarios en motocicleta llegan y asesinan a tiros a una compañera y querida amiga suya... justo a su lado.

La protagonista está decidida a tomar venganza contra los sicarios, ya que son bien conocidos por toda la zona, y tiene comprada a la policía para que no les haga nada. Pero haz que ocurra un giro de guión inesperado que provoque que ella no logre su venganza".

Hoy escogí que me dé un relato largo porque me encanta la acción y la tragedia.

Como siempre le pido relatos cortos, me dejó de escribir en la parte que dice "Así que idearon un plan". Tal vez se habrá confundido, así que le pedí que me siga contando.

El relato fue bastante simple, pero me gustó. Aún le falta añadirle motivos coherentes a los personajes secundarios para hacer lo que hacen, pero sería pedirle demasiado.

Con ustedes, este fue el quinto relato no corto escrito por Inteligencia artificial. ¡Nos vemos!