El fin de una vida y el nacimiento de un amor fugazmente eterno
Nuestro protagonista, Frodoberto, sabía que iba a morir y no le importaba. Acababa de presenciar la muerte de su hermano Almaquio y, hacía apenas unos minutos, la de su amada Eufrosina. No le quedaba nada, ni siquiera esperanza. El único sentimiento que embargaba su ser era el desprecio por aquellos morbosos que asistían a la matanza de cientos de inocentes.
«¡Malditos bastardos miserables!»
El fuego se aproximó al cuerpo de Frodoberto y lo siguiente que sintió fue el aire golpeándolo sin piedad en su vertiginoso ascenso.
Oscuridad, ruido y luz.
—¿No es precioso? —Oyó que decía una joven con el rostro iluminado, allá abajo, a otra muchacha que estaba junto a ella.
«¡¿Precioso?! ¡¿A ti te parecería precioso que te lanzaran por los aires con una mecha encendida en el culo que hiciera estallar todos tus órganos internos?!», pensó Frodoberto en un último suspiro de vida.
—Sí que lo es —respondió la otra chica, para luego dejar un pequeño beso en los labios de su acompañante y regresar su mirada al cielo nocturno iluminado por un espectacular castillo de fuegos artificiales.
Llevaba toda la razón. Y eso que ignoraba lo que estaba sucediendo allí arriba...
De la hermosa explosión de nuestro difunto Frodoberto había nacido algo incluso más bello: un entrañable amor a primera vista entre dos chispas de luz.
Una de esas chispas, a la que llamaremos Elzy (para evitar confusiones, a pesar de ese nombre, Elzy era todo un machote, que quede claro), era de color rojizo y desprendía brillos de tonos dorados y amarillos. A pesar de su pequeño tamaño, albergaba en su interior una descomunal fuerza... para amar, en un abrir y cerrar de ojos (que no tenía), a Amy, la otra chispita luminosa.
Amy era completamente distinta a Elzy: del blanco más puro salpicado de reflejos esmeralda; era inquieta, extraña (según la opinión de las chispas que la rodeaban... y sentían temor de ella sin más motivo que ser diferente al resto) y, en definitiva, estaba como una puta cabra.
Pero nada de eso importa en el amor, ¿no?
Dos chispas de luz, tan distintas y tan parecidas, dos opuestos que se atraen irremediablemente el uno al otro. Con solo una mirada a través de la distancia que los separaba, supieron que su destino era estar juntos por toda la eternidad, amándose como nadie había amado hasta entonces.
Pero, por desgracia, las cosas bellas como esta no duran eternidades sino instantes; tan embelesados estaban contemplando a su amado desde la lejanía que Amy y Elzy no se dieron cuenta de que su luz se perdía entre las estrellas.
Pff, vaya caca de final: ni boda ni churumbeles ni nada...
Un momento... ¿Las lucecitas de los fuegos artificiales pueden tener hijos?
Quién sabe, esto no es más que un montón de tonterías para felicitar el nuevo año de una forma original 😝😝😝
¡¡FELIZ AÑO NUEVO!!
Primero: hay que ver lo que ha cambiado mi relato de año nuevo comparando el del año pasado con este XD
Segundo: he escogido los nombrajos de los fuegos artificiales siguiendo la técnica de mi profesor de Infancia: los santos de hoy [Solemnidad de santa María Madre de Dios. Conmemoración del Nombre de Jesús (en el rito de la Circuncisión; celebran su santo los que se llaman Jesús, Manuel, Manuela y sus hipocorísticos). Agripino, Frodoberto y Justino obispos; Almaquio y Concordio mártires; Beatriz y Eufrosina vírgenes; Vicente Mª Strambi confesor; Odilón y Guillermo abades], menos Amy y Elzy, que eso ya son cosas mías y de YourLittleBiscuit 😂😂😂
Pues nada más que decir, salvo que este nuevo año que acaba de empezar os dé todo lo que deseáis, que se cumplan vuestras ilusiones y esperanzas y todas esas pijadas que se envían por WhatsApp hoy XD
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