Se encontraba en frente de un espejo, pero era circular.

Era un espejo completamente redondo, no poseía ninguna línea recta que diera lugar a un perímetro –como resultado de la suma de los correspondientes lados– en puesto de la longitud de la circunferencia –obtenida mediante la multiplicación del doble de π por su radio–; era un círculo, un espejo circular.

Y eso, al contrario que a Pitágoras –estaría encantado este filósofo y matemático con la perfección de dicha forma–, lo inquietaba sobremanera.

¿Cómo podría mirar a través del espejo si este no presentaba ningún ángulo para su visión?

Precisamente, fue el ángulo muerto que obstaculizaba el propio reflejo del matemático el que le impidió ver a su asesino apuntándole con un arma de fuego.

Oyó el disparo.

La bala atravesó su cráneo e impactó en el espejo, originando infinitos radios que partían de su centro, punto equidistante de cualquier otro.

***

Nota mental: tengo que dejar de matar gente en mis microrrelatos XD

A ver, no es que de pronto me haya entrado un amor infinito por las matemáticas y por eso les escribo dos relatos. No van por ahí los tiros (chiste malo, lo sé).

Este microrrelato es la respuesta a un reto de iRobertortiz, que me hizo una propuesta muy espontánea de escribir un microrrelato de 150 palabras (justo las que he puesto XD) relacionado con las matemáticas y que empezara por la frase que he señalado en cursiva (cambié el "me" por un "se" porque me venía mejor :P).

Espero que te haya gustado ;) y a los demás también, claro, aunque haya metido definiciones matemáticas a diestra y siniestra.

¡Chao chao! :D