Caperucita y el lobo
Su lasciva mirada se posó en el bamboleo de sus caderas. Contempló la femenina silueta que se adivinaba perfectamente bajo su ceñido vestido rojo. Una sardónica sonrisa se pintó en sus labios al comprobar que el estado de embriaguez de la mujer le impedía avanzar en línea recta y una ronca carcajada brotó de su garganta cuando vio que perdía el equilibrio sobre sus altos tacones.
La mujer se giró para encarar a quien había escuchado reír y, con la voz afectada por el alcohol, preguntó:
—¿Quién hay ahí?
El hombre dio una última calada a su cigarro y salió del callejón en penumbra donde había permanecido oculto hasta entonces. No disimuló el descarado escrutinio al que sometió a su voluptuosa figura enfundada en rojo.
—¿Nunca te han dicho que las niñas buenas no deben hablar con desconocidos? —dijo en tono jocoso, avanzando varios pasos hacia ella, acortando la distancia que los separaba.
—No eres ni mi madre ni mi abuela para hablarme así —le respondió ella alargando varias vocales.
Estando tan cerca, él fue capaz de ver sus pupilas dilatadas, sin duda por otra sustancia distinta al alcohol.
—No, no soy tu abuelita —replicó al tiempo que en su rostro aparecía una sonrisa lobuna.
***
Otro microrrelato más en apenas un día, ¡estoy en racha!
Este es "largo" porque me parece casi imposible condensar la idea que buscaba con menos frases aún.
Momento flash-back: una "adaptación" del cuento de Caperucita roja fue mi primer contacto con el mundo de los microrrelatos. Un profesor de lengua nos puso como ejemplo a Caperucita que salía de fiesta por la noche y se encontraba con un yonki... O algo parecido, no le busquéis mucho sentido porque no lo tiene. De hecho mi adaptación es algo más fiel al cuento, aunque en este caso la drogada sea ella; hablar con el lobo, como en el célebre cuento infantil, sigue siendo la causa de la perdición de Caperucita.
Imagino que esta versión del cuento (el "lobo" pretendiendo violar a "Caperucita") os parecerá fuerte y no apta para niños pero resulta que la versión original tampoco lo era. O al menos a mí no me parece que sea muy recomendable para un niño leer cómo el lobo ofrece a la niña carne y sangre de la abuela. Bastante gore todo, sí. Pero no os preocupéis, que las versiones originales de otros cuentos infantiles son... iguales o peor aún.
Lo siento si me he cargado un pedacito de vuestra infancia contándoos esto.
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