Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Autoscopia

Miras a los lados intentando situarte, saber dónde estás, pero es en vano. Solo ves... nada. Una nada impenetrable y perturbadora. 

Giras sobre ti: nada detrás y delante... ¿qué es eso a lo lejos? Decides caminar hacia esa figura que rompe la monotonía de la nada. No sientes el suelo bajo tus pies, no sabes si estás avanzando o es la figura —de formas humanas, como compruebas aún en la distancia— quien se aproxima a ti.

De pronto, empiezas a correr cuando crees reconocer a sus rasgos.

«No, no puede ser...»

Tienes que comprobarlo, acercarte más. Sigues corriendo. A solo unos metros, te detienes, sin poder creer lo que ves.

«No es posible...»

Ahí, frente a ti, estás tú. Tu cuerpo, tu rostro. Tus ojos, mirándote, inexpresivos. Pero ¿cómo? ¿Qué está pasando?

Por un instante que parece volverse eterno, ni siquiera sabes cuál es tu cuerpo.

Sin darte tiempo a pensar más, observas con estupor que de esa nada que os rodea surge un ente fluido, vaporoso, hecho de tinieblas y horror. Tiene la forma de una bestia propia de la peor de las pesadillas; parece un lobo, pero mucho mayor, de pupilas inyectadas en sangre y afilados colmillos que refulgen con un brillo de muerte. El miedo te paraliza. Eres consciente de que si esa bestia se lanza hacia ti no podrás hacer nada, será tu fin.

Mas eso no ocurre. El lobo se dirige hacia tu otro yo, que echa a correr una fracción de segundo antes de que se abalance sobre él; y, sin que hayas mandado una orden a tu cuerpo, sin poder controlarlo, tú también corres. La bestia te persigue y tú la persigues a ella.

Entonces, tras un pestañeo, ya no te ves ni ves al monstruoso engendro; solo hay nada frente a ti. Pero lo escuchas, justo detrás, sus rápidas pisadas, sus gruñidos. Por el rabillo del ojo ves que ahora es a ti a quien persigue y tu otro yo corre tras vosotros.

No tienes la oportunidad siquiera de hilvanar un solo pensamiento antes de sentir el zarpazo arrancando sangre, piel, dolor lacerante de tu espalda.

Al instante siguiente —si no el mismo—, te encuentras viendo esa escena, no como protagonista sino como espectador, solo para volver justo después a la posición anterior: frente a esa endemoniada bestia de oscuridad, intentando correr tanto como te sea posible para tratar en vano de huir, mientras soportas un dolor inaguantable.

Al fin, su amenazante cercanía desaparece: te ha alcanzado definitivamente. El lobo atrapa una de tus piernas entre sus fauces. Los colmillos desgarran la carne y el dolor estalla otra vez. Y aun así, aun sin saber cómo, consigues liberarte y avanzar unos pasos más, como si tu consciencia estuviera sumergida en un trance hipnótico. Ni siquiera sientes el dolor. Pero no llegas a creer en tu libertad, no. Con un nuevo gruñido de la bestia, tus pies se enredan con el pánico y tropiezas y caes.

Ruegas por que una vez más tu percepción se confunda de cuerpo y puedas escapar de ahí, de la bestia, de la certeza de su proximidad.

Cierras los ojos.

Al abrirlos, sigues ahí, con el temible lobo sobre ti, impidiéndote la huida. Sientes su respiración en la piel y reconoces en ella el olor dulzón de la muerte.

Es el fin, lo sabes

Sus fauces, sedientas por beberse tu último aliento, se lanzan a tu garganta en una tarascada certera.

Despiertas.

Con el pulso acelerado, la respiración jadeante, el cuerpo cubierto de sudor frío.

Despiertas.

«Solo ha sido una pesadilla, un mal sueño, ya está», te dices con alivio.

Inspiras profundamente y espiras, buscando tranquilizarte.

Algo se mueve a los pies de tu cama. No ha sido más que un susurro de aire pero ha conseguido hacerte temblar de terror. Tienes la garganta seca, no puedes tragar; los músculos los sientes agarrotados, encadenados al miedo. Clavas tu mirada en la oscuridad, rogando por que ese movimiento haya sido solo un producto de tu imaginación alterada. Escudriñas la negrura, notando el corazón enloquecido por huir de tu cuerpo, y lo ves.

Te ves.

A los pies de tu cama, sonriéndote.

Te acercas a ti, como levitando; tu cuerpo está sobre tu cuerpo, justo encima, sin llegar a tocarlo. Tus ojos se clavan en tus ojos, un escalofrío de terror recorre tu espina dorsal. Intentas moverte. Quieres huir, quieres gritar.

Pero no puedes.

***

¡Feliz noche de Halloween!

Y a los que esta fiesta ni ni (como yo) pues... ¡Feliz noche de miércoles y tomad este relato de terror because yes!

O, bueno, espero que al menos un poquito de mal rollo...

¿Inspiración para escribir esto? Hablar en clase de experiencias extracorpóreas, parálisis del sueño, sueños lúcidos para tratar de demostrar la existencia del alma... No es coña, eh, esto último se ha hablado y el profesor flipaba al escucharlo XDD

En fin, último apunte de hoy: me ha hecho mucha ilusión encontrarme por Google al bicho que me imaginé :D


¿Los llamamos Sonrisitas? X3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro