Aventura inimaginable
Solo de forma rápida puedo saber que podrías ser una chica bastante excitante para mi, debido a que te ves muy ardiente. Eres una hermosa mujer que no llega ni a los 30 años pero tiene una experiencia como de 40 años, una experiencia suficiente para hacerme venir una y mil veces en la cama, estoy completamente seguro que quisiera probar lo que hay en ti y he quedado con ganas de nunca parar con todo esto. Pienso que a mí jamás me habria pasado esta emoción. Cuanto más te veo más quiero tenerte en mis brazos y probar tu bellísimo paladar. No tengo ninguna excusa para deleitarme con tu belleza, se nota en tu mirada la calentura y la lujuria que te envuelve y tu misma me lo has dicho. No sabes las ganas que tengo de ver tu sensualidad, son unas ganas inmensas de hacerte gritar de amor que muchas veces no se cómo puedo contenerlas ... Era un día como cualquier otro, cuando empezaste a mandarme mensajes algo eróticos ,diciéndome que habías salido a hacer compras y no tenias ropa interior, pues andabas muy excitada y querías sentirte deseada por mi . Mientras caminaba sentías como el aire recorría todo tu sexo y hacía que cada paso que dabas te mojabas más, nuestras miradas se encontraban una sobre la otra y ya estabas imaginando que pasaría si alguno se le acercaba y no quería solo juguetear con los labios, lo más seguro es que tu accederías conmigo , imaginaba que te tocaba y así te humedecias cada vez más, mientras, tu solo querías excitarme más con tus montañas llenas de nieve que tienes. Mi pene se ponía muy duro y estrecho, los nervios me empezaban a subir a la cabeza, o no sé si eran nervios o era excitación o tal vez un poco de ambas al leer tus intenciones y deseos, lo único que si era cierto es que esa situación me habías calentado muchísimo y deseaba estar contigo hasta que mi corazón terminará de latir. Sin pensarlo seguimos el juego de tener sexo, inmediatamente me llego una imagen a la cabeza de lo hermoso que sería descubrir tu vagina entera y lo rica que es, en mis pensamientos no podía dejar de imaginarte y se podía apreciar como tu cuerpo era la luna misteriosa y brillante de las noches de nuestras vidas, tus nalgas ya estaban roja e hinchada por la calentura que tenía encima y el calor de la habitación, y por obra de magia te hiciste una mujer dulce cariñosa erótica y con ganas de seguir sintiendo la energia que yo te estoy transmitiendo. Se sentía el mejor sexo de mi vida con una belleza de mujer que con tus dedos me tocabas el cuerpo y luego me mordía el cuello dejándome el labial rojo y ardiente de tu boca y podía ver como tu abdomen sudaba de pasión y palpitabas de deseo e intensidad, como tu clítoris estaba en su punto enrojecido pidiendo que se llene de saliva y liquido para sentirse satisfecho. Al finalizar me exite tanto que expulse mucho líquido de mi miembro y se disparo en tu cuerpo y estabas empapada y aún así gozabas y me empezaste a succionar todo de mi cuerpo con el fin de seguir buscando la humedad y la bebida del olimpo.