Arder
Hacía rato que me había quedado sola en aquella barra del ajetreado chill out donde había decidido perderme esa noche. En todo ese tiempo no había podido dejar de mirar a aquel chico de profundos ojos azules, que me provocaba chispas en la piel cada vez que se llevaba el cigarro a la boca, dando caladas de forma acompasada con el movimiento de las llamas que se veían reflejadas en sus ojos.
Él sabía lo mucho que me estaba provocando, y por eso mismo no apartaba la mirada de mis ojos, ni siquiera cuando los suyos se perdían en el humo de su cigarro.
Seguía mirándole fumar sin dejar de recordarme hacía cuánto que me habían quitado el fuego, otros ojos, otros labios..
Por un segundo pude ver en sus ojos el alma de un demonio encerrado, condenado a estarlo, que lo único que quería era ver el mundo sumirse en caos y destrucción.
Sentí como si alguien me empujara hacia delante, hacia él, y no fui la única en notarlo ya que él también empezó a recortar la distancia que nos separaba al uno del otro, dando la última calada y dejando caer ese cigarro que parecía haber sido eterno.
Estábamos cara a cara. No hicieron falta presentaciones, ambos nos conocíamos a un nivel tanto inexplicable como incomprensible.
Las miradas compartidas no nos habían engañado al enseñarnos que la conexión era real.
Sacó su cajetilla y me paso un cigarro, el cual inmediatamente coloque en mis labios, esperando desesperadamente a que sacara el mechero y lo encendiera.
Porque si, estaba desesperada. Desesperada de volver a sentirme llena, de volver a notar el fuego ardiendo en mis venas,dejándole paso para que derretiera el hielo que se había impregnado en mi pecho.
En ese momento, ambos fuimos conscientes que habíamos creado nuestro propio infierno, nuestro propio paraíso, donde ambos arderíamos eternamente. Aunque la vida nos separará,y nuestros caminos se distanciaran sabíamos que pasase lo que pasase siempre podríamos volver a encontrarnos el uno en el otro.
Solo nos bastó para confirmarlo mirarnos a los ojos, perdiéndonos en las llamas del otro, encendiéndonos con el simple respirar del otro.
Porque aunque yo era cenizas y el era una llama incontrolable, ambos nos complementamos al instante, sintiéndonos llenos y comprendidos por primera vez.
Nos convertimos en el caos perfecto, siendo de tal forma un equilibrio único.
***********
No se porque pero estoy un poco insegura con este relato, espero que os guste y lo disfruteis. Ahora subire un par de frases de el a instagram
¿Qué os ha parecido?
Por cierto, ¿ qué tal vuestra cuarentena? Espero que bien.
Nos vemos en el siguiente capítulo, os quiere oldspirit9.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro