RETO:

Otro día, otro reto. En esta oportunidad un relato contado exclusivamente en base a diálogos. Y con el extra de contar con dos tipos de lenguaje diferentes. En este elegí a un joven argentino actual con su modismos y a un nórdico antiguo. 

5 de Enero 2016

22: 50 PM

—Pasá, por favor.

—...

—Oh, así que hoy me tocó a mí el cliente especial. Nacho no me dijo nada pero está bien, grandote. Podés ir sacándote el disfraz, o dejátelo puesto, como quieras.

—¿Quién eres?

—¿Qué quién soy yo? La pregunta es quien sos vos. O a que querés jugar... Guerrero vikingo, ¿no? Qué sensual.

—Responde. Quién eres y dónde me hallo. Recuerdo el banquete, el salón atestado, el hidromiel en mi mano y la moza en mi regazo pero luego... nada más. No, si hay algo, una puerta que resplandecía con luces extrañas, voces que me llamaban por mi nombre...

—¿Qué es?...

—Daven, hijo de Einar.

—Daven, que bonito. Bueno, yo me llamo Andrés, hijo de... Raúl. Perdona que me ría es que sos todo un personaje. Si Nacho te mandó conmigo es porque sabe que soy bueno con las fantasías y los juegos de rol. Pero la verdad, vos sos muy bueno. Pero, pará, dejá que me ponga en papel. A ver vos serías el vikingo rubio, fuerte y poderoso; todo un Thor, y yo, ¿qué te gustaría? Un elfo virgen, un enemigo de tu pueblo convertido en esclavo...

—Hijo de Raúl. No entiendo tu palabrería ni lo que intentas decir. Solo quiero que me digas qué hago aquí, que lugar es este, en que reino estoy.

—A ver... Estáis, mi señor, en el reino de Buenos Aires. Este lugar es una ¿casa de masajes? ¿O eso es romano? Ay, quiero hacerlo bien, pero me pones nervioso. Daven, pagaste por una hora corazón, ¿y si dejamos los rodeos y vamos al grano? Te juro que la próxima vez práctico algo vikingo y hasta me pongo un disfraz igual al tuyo y todo. Pero ahora, dejá que te haga sentir bien... hace rato que no me toca un cliente tan atractivo.

—¡Por las disir! Eres un ergui. ¿Quién te trajo a nuestra celebración?¿Eres unos de los esclavos de Gerd?

—... No.

—Ahg, bestia inútil.

—¡Andáte al carajo, idiota! ¿Quién te pensás que sos? Acá a Nacho no le gustan que nos maltraten ni que nos falten el respeto. Así que tomátelas. Estás más loco que una cabra.

—Puedo ignorar tu palabrería, esclavo. Pero no voy a tolerar insultos. Una sola impertinencia más y voy a darte el escarmiento que Gerd no te supo dar.

—...

—Debo haberme excedido con el hidromiel. La sangre aun me bombea feroz luego de la contienda. No es buena combinación la bebida y la sangre caliente. Es mejor que cruce la puerta y vuelva de nuevo al salón.

—Sí, mejor, andáte y no vuelvas nunca más al Serpiente roja.

—¿Qué has dicho?

—Aparte de estúpido sos sordo. Que no quiero volver a ver tu cara de vikingo idiota en el Serpiente roja.

—Serpiente roja...

—Sí, así se llama este finísimo establecimiento en el cual no sois bienvenido ¿Así me entendés mejor?

—En la serpiente roja hallarás tu destino. Él tendrá veneno en la lengua y ponzoña en los labios pero cuando las cadenas sean quitadas se convertirán en miel y leche. Su astucia se unirá a tu fuerza y ambas te elevarán sobre todos los hombres del Norte. Él será la piedra solar de tu nave y tú el camino que no halla. La losanez de sus ojos te guiará en la oscuridad de la noche y en las mañanas recostará su cabeza en tu pecho y hallará la paz.

—¿Qué carajos...?

—Te llevaré conmigo, Andrel.

—Soy Andrés, no Andrel. Y no, ni loco.

—No hay otro camino. Las Nornas me hablaron a través de la boca de la hechicera del Volga. Sus palabras se clavaron en mí como saetas bien lanzadas. Nunca las pude olvidar. Tú eres quien el destino puso en mi camino. Palabras envenenadas, cadenas de esclavo, ojos verdes. Eres tú.

—Ché, mirá. Escucháme una cosa Daven. No sé que locura tenés, ni con que locos te juntás y no me importa. Yo no voy con vos a ningún lado. Y si me decís eso otra vez voy a gritar tan fuerte que voy a alertar a todos. Y créeme, Nacho va a llegar tan rápido que no te va a dar tiempo ni a poner un pie afuera. Serás muy grandote pero él fue patovica de el Amerika y sabe artes marciales. Te va a romper la cabeza.

—No ha nacido hombre al que tema, Andrés. Mucho menos temeré al que se interponga en el camino que me han trazado las Nornas. No dudara mi corazón en tomar lo que me ha sido dado. Si es por la fuerza que así sea.

—¿Qué estás...?

—Te soltaré para que lo veas con tus propios ojos, Andrés. La puerta se cerró cuando cruzamos de tu reino al mío. Volver a tu Buen aire será imposible.

—¿Qué acaba de...?¡Por Dios! ¡Dónde estoy!

—En los salones de mi rey. En nombre de los hombres del norte y del Clan Triggvason te doy la bienvenida.

—No. No, no puede ser, ¿cómo es posible?

—Debe ser magia. La que trae la puerta, la misma por la cual entiendo tu lengua y tu la mía, pues se que vienes de lejos. Tal vez mas allá de los nueve mundos. Andrès, no desesperes. El destino ha decidido por los dos y debemos aceptar sus designios. Todo hombre sabio sabe que no es prudente luchar contra la voluntad de los dioses.

—Me importan un comino tus dioses, Daven. No sé que es esto, magia o lo que sea, pero quiero que me dejés volver. ¿Dónde esta la puerta?....¿Cómo hiciste para que apareciera la primera vez?

—Pensaba en las palabras de la hechicera. Tenía a esta hermosa mujer dispuesta a acogerme entre sus brazos pero no quería su consuelo sino a quien me había sido destinado. Sin saber de tu existencia pensaba en ti.

—Eso no me ayuda en nada... ¿Cómo hago?

—¿En verdad quieres volver a tu Buen aire?

—Buenos Aires. Y sí. Allá esta mi vida. No es la mejor y a veces ni siquiera encuentro razones para vivirla pero, es lo que conozco. Ayudáme a volver. Si es verdad lo que decís, que estamos destinados a estar juntos, vamos a vernos otra vez, ¿o no? Entonces dejáme. Por favor.

—Pero...

—¡Por favor!

—Se halla a tus espaldas.

—Si...

—Hubiera deseado que conocieras a los míos. Que supieran que no eran los delirios de una loca mujer, que realmente existías.

—Lo siento, Daven pero me tengo que ir. No quiero que desaparezca otra vez.

—Andrés...

—Chau. Fue... divertido.

24 de Junio del 2019.

23: 55 PM

—¡Cuántos suspiros lindo! Te vas a quedar sin aire en los pulmones.

—Disculpáme, Miguel. Estoy cansado. Fue una noche larga y los clientes no se atienden solos.

—Oh si, es tarde. Mi mujer debe estar como loca. Tenía que llegar a las diez.

—Si querés verme la semana que viene anotáte con Maria. Mi agenda esta casi llena el resto del mes pero para vos siempre hay un espacio.

—Y, el viaje hasta acá me lleva dos horas. Como no hacerle espacio a un tipo que viene de tan lejos solo por vos.

—...

—Bueno, por fin una sonrisa sincera, ¿Qué te vino a la mente?

—Nah, lo que dijiste. Como negarle la oportunidad a un tipo que vino de tan lejos solo por vos. Uno que piensa que sos su destino. Que te ama sin conocerte. Que te deja ir aunque no quiere. Uno que te quiere sin cadenas; él las ve, pero vos ni siquiera sabías que las tenías puestas.

—No sé de que hablas pero si creo que necesitas un descanso urgente.... Me voy, ¿si? Hasta la próxima lindo.

—Los esclavos no reconocen a la libertad ni aunque la tengan enfrente.

28 de Junio del 2019

20: 15 PM

—Hola, grandote.

—Andrés...