Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

✴Capítulo 16✴

✴💌✴

– Oh Dios, Jinnie. Maldición, eso se siente tan bien.

SeokJin estaba de rodillas frente a mí, una imagen que se había convertido en una de mis favoritas en las semanas desde que habíamos empezamos a dormir juntos.

Lo que ese hombre podía hacerme con solo su boca...

Estaba encantado cada vez más.

Era domingo y después de una tarde en la noche en el bar literario la noche anterior, Jin había venido a casa conmigo y nos habíamos metido a la cama, donde había acurrucado su cuerpo alrededor del mío y me atrajo cerca.

Siempre dormía mejor cuando SeokJin estaba conmigo, su largo cuerpo comprimiendo el colchón, así que siquiera sin intención consciente, yo pasaba la noche pegado a él.

Había despertado con su boca en mi cuello, su aliento sobre mi piel, y el sonido de su voz en mi oído.

No había tomado más que minutos antes de que estuviera dentro de mí, golpeando contra mí, calificándome con la forma en que se movía sobre mí, dentro de mí.

Era la mejor manera de despertar y que se había convertido en nuestra rutina en las semanas anteriores.

Los sábados eran de series y sándwiches de aguacate.

Los domingos por la mañana eran de maratón de sexo con Jin.

Mi miembro estaba enterrado en la garganta de SeokJin, mis ojos rodando mientras su dedo en rodeaba mi agujero.

La cosa de estar con Jin era que nada era predecible.

Cada vez que teníamos sexo, se sentía como una nueva experiencia, pero había una cosa con la que podía contar, y eso era por lo menos un orgasmo que partiría mi mundo en dos.

Apreté mis manos en su cabello de la forma que a él le gustaba, mis caderas azotándose hacia delante mientras me succionaba hasta olvidé en qué planeta estábamos.

Su lengua trabajó alrededor de mi punta cada vez que se retiraba, y su dedo resbaladizo empujaba dentro para llenarme.

Cuando tomó hasta dentro, gemí, su nombre retumbando desde el fondo de mi pecho.

– ¿NamJoonie? ¿Estás en casa? –una voz llamó desde la sala de estar.

SeokJin se quitó, sus labios estaban rojos e hinchados mientras me miraba con ojos ensanchados.

– Mierda –respiré– Jackson...

Jin se echó hacia atrás, sentándose sobre sus talones.

Su pecho estaba cubierto de sudor, y su miembro todavía estaba envuelto en su puño.

Dejó caer su mano a un lado y se puso de pie, presionando un beso rápido en mis labios.

– Ve. Guardaré silencio y esperaré aquí por ti.

Mi cerebro estaba corriendo por delante de mí, analizando los posibles resultados de este escenario.

Asentí sin comprender y agarré los pantalones más cercano, poniéndomelos en antes de salir a ver a Jackson.

– ¿Qué estás haciendo aquí?

– Traje a sus herramientas de vuelta –levantó la caja roja metálica que no había visto en meses mientras se agachaba, tratando de mirar alrededor de mí– ¿Tienes compañía?

Asentí.

En ese momento, tenía que tomar una decisión.

Podría seguir mintiéndole a mi hermano sobre el hombre del que estaba enamorado, o podría sincerarme y dejar reproducir la escena como era.

No había razón en tratar de ser tímido.

Yo estaba a medio vestir, Jackson nos había oído a través de la pared, y toda la casa olía a sexo.

Incluso si no, sabía que quería que Jackson conociera a Jin.

Ese era tan buen momento como cualquier otro.

– Jinnie, cariño, ¿puedes ponerte unos pantalones y venir aquí, por favor?

SeokJin se paseó fuera de la habitación unos minutos más tarde, pantalones deportivos colgaban lo suficientemente bajo sobre sus caderas que la V de sus músculos abdominales casi estaban a completa vista.

– Jinnie, este es mi hermano, Jackson. Jackson, este es SeokJin.

– No eres una mujer.

Jackson sonaba totalmente asombrado.

– Nop. Pero al parecer eso es una suposición común en la familia Kim.

– Pensé que eras una mujer.

Seok Jin rió.

– Aparentemente.

– Bueno, esto es incómodo –dijo Jackson, frotando su nuca.

– Voy a hacer un poco de café –ofreció Jin– Es un placer conocerte, Jackson.

– Igualmente –dijo Jackson y observó como SeokJin desaparecía en la cocina antes de volverse hacia mí.

– ¿Qué carajos, NamJoon? –dijo entre dientes.

– Lo siento.

– ¿Por qué carajos no me dirías? ¿Cuánto tiempo has estado mintiendo acerca de ser gay? ¿Y qué hay de Mina? ¿Eso fue sólo-...

Alcé las dos manos para detenerlo.

– Lo siento –repetí– Debí haber dicho algo. Lo sé. Pero no sabía cómo decírtelo.

» Durante mucho tiempo, ni siquiera estaba seguro de cómo ponerlo en palabras, cómo explicar mí mismo lo que estaba pasando, y luego una vez que finalmente tuve control sobre lo que significaba todo, había pasado tanto tiempo y no sabía cómo sacar el tema.

– ¿Desde cuándo?

– Mi cumpleaños.

– ¿Desde tu maldito cumpleaños?

Asentí.

– Conocí a Jinnie esa noche.

– Me acuerdo, pero pensé... Supongo que no entiendo –dijo, luciendo tan perdido como yo me sentía.

Suspiré.

Entendía.

Yo me había sentido así también, pero no sabía cómo hacerle ver eso.

– Apenas podía explicármelo a mí, ¿cómo diablos se supone que deba explicárselo a alguien más? –dije, tomando asiento en el sofá.

Él hizo lo mismo, dejándose caer en la silla frente a mí.

– Pasé mi vida entera pensando que era hetero. Siempre supe que era diferente a ti, nunca experimenté enamoramientos de la misma forma que tú...

» Tener una novia nunca fue una prioridad, pero me gustaban bien las mujeres.

– ¿Y los hombres?

Negué con la cabeza.

– No hasta SeokJin. O al menos, no que pudiera recordar. Cuando tuve una copa con él en ese bar, algo entre nosotros hizo clic.

» Ni siquiera me di cuenta de que estaba ocurriendo, y entonces antes de que supiera qué era, habíamos pasado la noche juntos y él me estaba dando un beso de buenas noches.

– Y te gustó –aclaró Jackson.

– Me asusté. Esquivé sus llamadas durante dos semanas completas, y luego se presentó en mi oficina, y le confesé que no me había dado cuenta de que fue una cita. Le dije que no estaba interesado en los hombres de esa manera.

– Entonces, ¿qué cambió?

– Yo, supongo. O tal vez cambió no es el término correcto. Llegué a una conclusión podría ser más adecuado –pasé mis dedos por mi cabello.

» No podía dejar de pensar en él, en cómo fue cuando me besó, y luego pasamos tiempo juntos y todo lo que quería hacer era besarlo otra vez.

– ¿Y ahora? –preguntó Jackson.

– Y ahora estoy enamorado de él.

Jackson no dijo nada.

Su expresión no era una de juzgar o condenar, aunque no había esperado que lo fuera.

Siempre había sabido que mi hermano comprendería.

Su aceptación de mí de un modo u otro no había sido un factor en mi decisión de no decirle.

Ahora, observando cuan herido parecía, sus usuales ocurrencias ingeniosas desaparecidas, me arrepentí de no decir algo antes.

– Lo siento... –repetí por lo que pareció la enésima vez.

Jackson me miró, sus ojos encontrando los míos.

– Lo entiendo. Me habría asustado también, y supongo que es comprensible que quisieras tomarte un tiempo para averiguar la mierda por ti mismo antes de decirle otras personas.

» Pero Jesús, NamJoon. Pudiste decirme. No me habría importado una mierda –soltó respiración– ¿Alguien más sabe?

Negué con la cabeza.

– Eres el primero.

– Bien.

Relajé los hombros.

– Entonces no debería ir a soltarle la sopa a mamá y a papá, ¿eh? –su sonrisa estaba de vuelta, y supe que todo iba a estar bien.

Veinticinco kilos de tensión se desvanecieron.

Jackson se puso de pie y atrajo en un abrazo.

No éramos una familia afectuosa, pero recibí su abrazo, abrazándolo con tanta fuerza que gruñó antes soltarlo y dio un paso atrás.

– Creo que es mejor los dejo estar. Pero para que conste, en los treinta segundos que pasé con él, tuve la impresión de que es un buen tipo.

– De verdad lo es. Debemos ir a almorzar en algún momento. El tres, o cuatro, si es que quieres invitar a Jen. ¿Tal vez a Happy Fortune Noodle House?

– Y con más ropa la próxima vez –se dirigió hacia la puerta antes de girarse.

– Pero para que lo sepas, estoy orgulloso de ti por finalmente follar, NamJoon. Ya era tiempo –con eso, se fue.

Exhalé fuerte y me dejé caer al sofá, rebotando una vez sobre los suaves cojines.

Jin salió de la cocina con dos tazas de café y las puso sobre la mesita de café.

– ¿Te sientes mejor? –preguntó.

– Mucho mejor –tomé una de las tazas y bebí un sorbo, quemando inmediatamente mi paladar.

Hice una mueca y puse la taza junto a la suya.

– ¿Cuánto de eso escuchaste?

– Uhm... ¿Todo? Tu cocina está abierta al comedor, que a su ves está abierto a la sala de estar. Sé que eres un psicólogo, no un físico, pero puedo tratar de explicarte cómo funcionan las ondas de sonido si lo deseas.

Traté de empujarlo, pero agarró mi muñeca y me puso de pie.

– NamJoon –comenzó, y el aire de la habitación cambió casi de inmediato.

Tragué saliva y lo miré, sabiendo que esto era importante, pero lo detuve antes de que pudiera hablar.

– Espera –dije– Así no era como me había imaginado que esto ocurriera, pero parece que cuando se trata de ti, nada sale como creo que lo hará. He querido decirte tantas veces antes, pero nunca pareció el momento adecuado.

» La forma en que me siento por ti es tan lejos de la forma en que nunca pensé que podría sentirme acerca de otra persona. Haz roto cada creencia que tenía sobre mí y lo que yo era, pero estoy tan agradecido de que lo hicieras.

Él me miraba con esos ojos de azul profundo y casi me deshice.

– Te amo –necesitaba que lo oyera.

– NamJoon –repitió– Puede que hayas notado para ahora que no soy el tipo de persona que se adhiere a las rutinas.

– No repites –dije, recordando sus palabras de la primera noche que nos conocimos.

– Exactamente. No repeticiones. La vida es demasiado corta como para no sacar el máximo provecho de ella, y por esa razón, odio quedarme quieto.

No sabía hacia dónde se dirigía esto, pero él parecía tan serio que hacía doler mi pecho.

Yo no hablé, sólo dejé que dijera lo que tenía que decir.

– Las cosas cambiaron cuando entraste a ese bar. Después de un tiempo, la vida no se trataba tanto de perseguir la próxima nueva cosa. La vida se volvió sobre estar contigo.

» Tú eres el tipo de hombre que le gusta quedarse quieto, que disfruta de la rutina y la previsibilidad. Solía creer que estas cosas eran veneno, pero me he dado cuenta de que cuando algo es correcto, no hay necesidad de perseguir otra cosa más.

Se inclinó para besarme, suave, casto, y luego se apartó para mirarme a los ojos.

– Lo que estoy tratando de decir es que nunca he sido más feliz de lo que lo he sido estos últimos meses contigo. Quiero quedarme quieto contigo. Yo también te amo.

Mi garganta estaba apretada y mis manos estaban temblando.

Lancé mis brazos alrededor de su cuello y lo abracé, con la cara enterrada en la curva de su hombro.

Respiré profundo, el olor a café y madera llenando mis pulmones.

Nos quedamos allí durante un largo momento, ninguno de los dos aflojando nuestro agarre, y yo no estaba dispuesto a soltarme.

No lo soltaría.

Nunca.

~ FIN ~

✴💌✴
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

¡Amo esto!

Atte. ⚜☦ Ðҽʋιℓ Ɱιɳ ☽⋆

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro