✴Capítulo 14✴
✴💌✴
Estaba empezando a sufrir los efectos de estar en el agua durante tantas horas con el sol cayendo a plomo sobre nosotros.
Para el momento en que habíamos atracado, una pesada especie de satisfecho agotamiento comenzó a asentarse.
Ayudamos a Hyun Ah y a Dawn a limpiar y a atar el barco antes de decir adiós.
Ella me hizo prometer que le enviaría mi receta de ensalada de papas y luego solicitó otra promesa para cenar, sólo nosotros cuatro, en algún momento de las próximas semanas.
Podía ver por qué Jin era tan cercano a ellos.
Eran buenas personas, y genuinamente se preocupaban por él.
– ¿Te quedarás? –pregunté cuando SeokJin se detuvo delante de mi casa.
Había sido un largo día y los dos estábamos cansados, pero yo no quería que se fuera.
– Si quieres.
– Quiero –repetí y fui recompensado con una sonrisa.
Se estacionó, entramos a la casa, cerrando y asegurando la puerta detrás de nosotros, y luego fuimos a la cocina.
Nos serví una copa de vino, y nos acomodamos para la noche en el sofá.
Encendí la televisión, pero ninguno de los dos estaba realmente viendo.
Después de una hora o así, empecé a dormirme contra Jin, su pecho la mejor almohada que jamás había tenido.
– NamJoon –susurró, despertándome– Es hora de acostarse, creo.
Asentí y se puso delante de mí para ayudarme a pararme.
Mi cuerpo pesaba quinientos kilos, y casi le pregunté si me podía cargarme a la habitación.
Nos cepillamos los dientes y nos desvestimos, luego nos subimos a la cama y jalamos con las mantas.
SeokJin se estiró por mí, atrayéndome contra su cuerpo, su piel cálida y suave contra mi espalda.
Me encantaba la forma en que su mano se extendía a lo largo de mi estómago y la forma en que besaba mi nuca.
Me meneé más cerca y sus besos continuaron de la nuca hacia el costado.
A medida que su boca se movía a través de mi piel, mi cuerpo respondía, y mi sueño de minutos antes se había desvanecido.
Esto era familiar ahora, esta pesada excitación que surgía a través de mí ante el toque de Jin.
Me arqueé contra él, contra su dura cresta inclinada contra mi culo.
– NamJoon –salió más como un gruñido que nada, y el sonido viajó a través de mí, anclándose en mi pecho.
Me di la vuelta para verlo.
Sus ojos estaban oscuros con excitación y la forma en que me miraba, con hambre y con ganas, aceleró mi corazón.
Me moví más cerca, mi mano yendo al lado de su cuello mientras me inclinaba para besarlo.
Sabía a menta de mi pasta de dientes.
Deslicé mi lengua contra la suya, lamiendo su boca, sus labios, convocando lo que necesitaba a través de acción más que palabras.
Se movió, rodando para fijarme debajo de él, presionándome en el colchón con la solidez de su cuerpo.
Me encantaba esa sensación, la sensación de estar sujetado por él, la sensación de estar rodeado.
Jin me besó de nuevo y nos instalamos en un ritmo fácil, nuestros cuerpos moviéndose lánguidamente juntos.
Se agachó y atrajo mis rodillas a cada lado de sus caderas, una mano agarrando mi culo.
Se balanceó contra mí, y yo gemí.
– Jinnie –jadeé, deslizando su miembro a lo largo del mío y enviando escalofríos a través de mí.
Tarareó contra mi hombro.
– ¿Me follarías? –estaba sin aliento sólo con preguntar.
La forma en que se alzó para mirarme habría sido cómica si no fuera por la expresión seria en su rostro.
Sus ojos se encontraron con los míos.
– ¿Estás seguro?
Asentí.
– He estado pensando en ello, desde la primera vez... Quiero saber lo que es tenerte dentro de mí, sentir lo que tú se sientes.
Miró de nuevo a mí, nada más que crudo deseo en sus ojos.
Tiré de él para besarme, para tranquilizarme.
Quería eso.
Lo había deseado durante mucho tiempo, pero estaba nervioso.
No sabía qué esperar.
– Iremos lento –prometió mientras tomaba los condones y el lubricante.
Asentí, confiando en él completamente, y esperé mientras destapaba la botella y ponía un poco sobre sus dedos.
Cerré mis ojos y esperé.
El aire frío en el cuarto patinaba a través de mi cuerpo, y mi piel se erizó con anticipación.
Cuando finalmente me tocó, salté.
– ¿Estás bien?
Asentí de nuevo.
Sabía que si hablaba, mi voz temblaría.
Presionó su boca en la mía, distrayéndome.
Me dio un beso por una eternidad hasta que estuve relajado y dócil, y entonces sentí sus dedos contra mi entrada.
Me tensé otra vez, pero él se movió en gentiles círculos alrededor del músculo, aumentando la presión poco a poco.
Presionó dentro de mí, y mi cuerpo se congeló.
Ardía, y por un momento, pánico se apoderó de mí.
SeokJin se inmovilizó, y mientras pasaban los segundos, el ardor se desvaneció a algo más placentero.
Después de unos momentos, empujó más adentro, lo agradable se convirtió en deseo.
Me incliné hacia atrás contra él y lo besé más fuerte, necesitando algo, necesitando más.
Un dedo se convirtió en dos y me sorprendí con lo bien que se sentía.
Dobló sus dedos profundamente en el interior, frotando contra mi próstata, y casi volé fuera del colchón.
Jadeé su nombre y lo agarré con fuerza.
El placer era intenso, casi demasiado, pero no era lo que necesitaba.
Jin retiró sus manos y se puso un condón antes de que se acomodara entre mis muslos.
La seriedad de lo que estábamos haciendo azotó contra mí mientras él me miraba, pero confiaba en Jin con todo lo que tenía.
Sabía que no me lastimaría.
Yo quería esto.
Así que cuando colocó la cabeza de su miembro contra mi entrada, dejé que mis ojos se cerraran y esperé a que él empujara dentro.
No tuve que esperar mucho tiempo.
Jadeé mientras se deslizaba dentro, tan increíblemente lento.
Igual que antes, la sensación de ardor me consumía y gemí, pero Jin calmó el dolor con besos y paciencia hasta que todo lo que quedó fue una dolorosa sensación de placer.
No sabía si lo odiaba o lo amaba, pero estaba tan lleno, era SeokJin y necesitaba que se moviera.
Me mecí contra él, queriendo la fricción.
Él gimió en mi boca mientras sus besos perdieron parte de su finura y empezaba a empujar.
Calor y placer estalló a través de mí, encendiendo fuegos artificiales en mi pecho mientras él me follaba.
Nunca había experimentado algo así, algo tan básico, tan primitivo, como mi necesidad por él.
Incliné mis caderas, igualando su ritmo y tratando de tomarlo más profundo.
Necesitaba todo de él, y cuando envolvió su puño alrededor de mi miembro, moviéndolo a tiempo con sus embestidas, mi cerebro hizo corto circuito.
No sabía en qué concentrarme, qué sensación era mejor.
Presión se construyó, mi orgasmo enrollándose dentro de mí.
Los sonidos del sexo y el aroma de Jin me rodearon, y todo se volvió demasiado.
Mi orgasmo me golpeó fuerte y me deshice, consumido por completo de adentro hacia afuera.
Grité el nombre de SeokJin, semen salpicando contra mi vientre y el suyo mientras cabalgaba ola tras ola de placer.
Sus caderas azotaron hacia delante y se enterró tan lejos como pudo mientras se venía dentro de mí.
Agarré sus hombros y lo besé en el costado de su cuello, húmedo con sudor.
No podía decir cuál de los dos estaba temblando.
Tal vez los dos lo estábamos.
No importaba.
Con cuidado, él salió y colapsó junto a mí, sosteniéndome durante unos minutos antes de levantarse para tirar el condón.
Cuando regresó a la cama, me atrajo fuerte contra él.
Cerré mis ojos y lo aspiré, demasiado ido para hablar.
Nos quedamos así durante lo que pareció una eternidad antes de que me quedara dormido, saciado y feliz.
✴💌✴
El tocino estaba un chisporroteando en el sartén cuando SeokJin metió la cabeza en la cocina.
– ¿Puedo tomar prestado esto?
Levanté la vista para verlo sosteniendo mi copia de La Vista desde el Árbol de Sauce.
– ¿Quieres leerlo?
– Dijiste que era tu favorito, ¿cierto?
– Cuando tenía doce años. No creo que lo haya leído desde entonces, pero probablemente lo leí cien veces ese año. Es el único libro que se quedó conmigo.
– Entonces sí, quiero leerlo.
Le sonreí.
– Entonces sí, por supuesto que puedes tomarlo prestado.
Había algo en Jin, el cabello alborotado por el sueño, desnudo de cintura para arriba, y sosteniendo un libro, que me hizo querer a arrastrarlo de nuevo a la cama y nunca dejarlo ir.
✴💌✴
Después del desayuno, SeokJin se dirigió a casa para tomar algo de ropa limpia, pero prometió que volvería más tarde y podríamos cocinar juntos la cena.
No podía recordar un momento en el que me había sentido más feliz de lo que lo hice esa mañana.
Me dolía el cuerpo, pero agradablemente, y me recordaba lo que había sucedido la noche anterior.
Me había sentido tan conectado a él.
Era casi aterrador lo intenso que había sido la experiencia, pero todo lo que sentía por Jin parecía ser muy intenso.
Mientras desmontaba la cama para cambiar las sábanas, mi teléfono sonó.
– Hey, Jackson –dije a modo de saludo.
– ¿Dónde estabas ayer? –preguntó– Llamé a tu casa, a tu celular, y nunca devolviste mis llamadas.
Mierda.
Se me había olvidado que llamó.
Cuando se trataba de SeokJin, todo el mundo parecía desaparecer en el fondo.
– Lo siento, estaba en un barco conociendo a los amigos de Jinnie.
– Ustedes han estado pasando juntos cada despertar, y estoy asumiendo algunos momentos de no despertar. ¿Las cosas poniéndose serias?
– Tal vez un poco.
– Entonces, ¿cuándo se me hará conocer a esta misteriosa mujer? Me presentaste a Mina de inmediato, ¿pero has estado saliendo con esta chica por cuánto ahora? ¿Meses? ¿Tienes miedo de que ella vaya a darme una mirada y vaya por el hermano más sexy?
Por un momento, pensé en confesarle todo, pero había una parte de mí que se contuvo.
Le diría eventualmente.
Las cosas con SeokJin estaban volviéndose más serias, y tan cercanos como Jackson y yo éramos, llegaría a un punto en que tendría que decirle.
Yo quería decirle.
Quería que Jin lo conociera, que conociera a toda mi familia de hecho.
Después de que superaran el shock inicial de verme con un hombre de uno ochenta, sabía que ellos iban a quererlo.
Al mismo tiempo, quería mantener SeokJin para mí mismo por un poco más de tiempo.
– Estoy bastante seguro de que eso no es posible.
– ¿Cuál es el puto atraco, entonces? ¿Es fea? ¿Estúpida? ¿Republicana?
– Nop. Ninguna de esas cosas. No he tenido el tiempo, eso es todo.
– Bueno, haz tiempo entonces. Jen está molestándome con tenerlos para cenar. Ya la conoces. Quiere unirse a esta chica y llevarla para hacerse pedicura o una mierda así.
Me imaginé a SeokJin teniendo sus uñas de los pies pintadas en el salón con Jen y apenas contuve una risa.
– Acomodaremos algo pronto. Lo prometo.
– Me atendré a eso.
Jackson dejó caer su habitual tono de lengua en la mejilla.
– Pero en serio, viejo. Suenas feliz. Y estoy feliz de que hayas encontrado a alguien que te haga feliz.
No sabía cómo responder.
Mi hermano, que nunca había sido demasiado muy observador de los sentimientos de los demás, había notado el cambio en mí desde que conocí a Jin.
– Gracias. Realmente lo estoy.
– Es sorprendente lo que echar un polvo hace por la disposición de un chico, ¿eh?
...Y mi hermano estaba de vuelta.
✴💌✴
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
👀
Atte. ⚜☦ Ðҽʋιℓ Ɱιɳ ☽⋆
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro