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Capitulo 9

Cayó pesadamente al sillón de su oficina. ¿Pero que había hecho? ¿Por qué lo hiso? Sacudió la cabeza, regañándose a sí mismo. Estuvo a punto de besarla. Porque no simplemente salió de ahí. ¿Por qué tenía que hacer eso? Y lo peor de todo ¿Qué le iba a decir? Que lo hiso por hacer un chiste, porque definitivamente eso no parecía chiste. Lo peor fue cuando sus labios se rozaron, una corriente eléctrica lo atravesó y por un momento pensó que perdería la cordura y la besaría ahí en frente de todos. Gracias a Dios que se separo. Tenía que alejarse de ella, podrían hacerle daño, y era lo que menos quería en el mundo. Pero, vaya que era difícil, cuando la tenía en frente todos esos pensamientos de mantener la distancia se esfumaban como el vapor, y lo único que se le venía a la mente era besarla, abrazarla y estar a su lado toda la vida.

Sacudió la cabeza con fuerza, riéndose de sus pensamientos, ¿Qué estaba diciendo? Esos pensamientos son de gente enamorada, y él no estaba enamorado, no para nada, jamás podría enamorarse de ella ¿o sí?

                                                                                      ***

Las horas pasaron lentas y cansadoras, todos en la oficina se movían como hormigas de un lado a otro. Había mucho trabajo. Y todos estaban concentrados en lo mismo.

Ruggero no salió en ningún momento de su oficina, sin embargo de ella entraban y salían personas, repletas de información y papeles. El cansancio en los ojos de ruggero se comenzaba a notar, y su cabeza, por segundos, se iba y en lo único que pensaba era en Mercedes. ¿Qué estará haciendo ahora? ¿Estará con ese idiota de Fabián?

-ruggero... ¡ruggero!- grito su jefe- ¿Me estás prestando atención?

-sí, sí.

Su jefe suspiro y continuo- los últimos avisos que obtuvimos, fueron hace tan solo 2 días, a las afueras de la ciudad, así que no deben estar lejos.

-¿Quiénes?- su jefe lo miro agotado.

-¿Dónde andas ruggero? Ya te lo dije- se apoyo en el respaldo de la silla.

-sí, lo sé, perdón es que...

-será mejor que continuemos mañana, ya es tarde- agarro sus cosas y salió arrastrando los pies de la oficina de ruggero.

Un largo suspiro se escucho en toda la sala, ruggero se tomo la cabeza mirando la superficie de la mesa ¿Por qué no podía concentrarse? Lo intentaba, pero después de unos segundos, sus pensamientos se iban a otro lugar. Por lo general donde mercedes.

Se levanto de un salto, algo molesto. Se colocó su chaqueta y agarro sus cosas. Camino hasta la puerta y apagó la luz. Ya casi no había nadie, solo unas cuantas personas ordenando las últimas cosas. A unos metros ve a mercedes despidiéndose de algunas personas, comienza a caminar, lentamente, con la intención salir con ella.

Ella se coloca bien la bufanda, y camina por el pasillo, donde divisa a ruggero, su mirada se torna seria, con un suspiro, continua su camino. Pasa por su lado, y sin voltearse se despide.

-adiós.

Ruggero se detiene y la mira alejarse. Sacude la cabeza y se acerca a ella.

-¿estás enojada?

-no.

-¿segura?

Ella se ríe y lo mira- esto me recuerda a algo- dice mientras los recuerdos de la cafetería vuelan en su mente.

Ruggero le sonríe y camina con ella.

-perdón por eso- se disculpa, colocándose el gorro de su chaqueta en la puerta principal.

-ya paso- le responde. Abrigándose un poco más. Estaba a punto de llover.- bien, nos vemos mañana- le sonríe delicadamente y sale al exterior.

-¿puedo acompañarte?- mercedes se detiene

-si quieres- le dice parada en la entrada, dándole la espalda

Efectivamente, a los minutos después la lluvia comenzó a caer, al principio delicadamente, pero luego comenzó a llover de tal manera, que parecía una tormenta, obligándolos a caminar más rápido, hasta casi correr.

-puedes apurarte- dice ruggero con una sonrisa mientras mira a mercedes detrás de él corriendo con las mejillas rojas.

-hago lo que puedo- le responde llegando finalmente a su lado.

-pues no te está saliendo muy bien- se ríe sacudiéndose el cabello mojado, y volviéndose a colocar el gorro.

Mercedes no responde y sigue caminando. Ruggero la alcanza y de una canaleta de una casa un chorro de agua cae sobre él, empapándolo por completo. Mercedes estalla en repetidas carcajadas, burlándose de lo que le acaba de pasar.

-eso te paso por reírte de mí- le contesta riéndose.

Ruggero se sacude y la mira serio.

-no es gracioso.

-sí, sí lo es- le dice mientras calma un poco su risa

Ruggero le sonríe, y luego comienza a temblar, mientras la lluvia sigue cayendo sobre ellos.

-ok, tenemos que secarte- mercedes lo toma de la mano y lo arrastra hasta su casa, que se encuentra un poco más allá. 

                                                                                  ***

-espero que te quede- le dice entregándole una muda de ropa en las manos a ruggero quien acaba de salir del baño, tras darse una ducha.

-gracias.- cierra la puerta y comienza a cambiarse.

Mercedes va hacia la cocina y hierve agua. Cuando estuvo lista saco dos tazas y comenzó a hacer chocolate caliente. Fue hacia la sala y se sentó en el sofá prendiendo la televisión. En ese momento aparece ruggero.

-te prepare chocolate caliente, está ahí- dice apuntando a la mesa de la cocina

Él asiente y la toma, desde ahí la observa. Estaba hundida en el sillón, con los pies sobre la mesa, y una taza de chocolate caliente en sus manos, mientras mira la televisión. Una sonrisa se escapa en su rostro, y una sensación de bienestar se expande por todo su cuerpo, da un sorbo a su taza y deja que el chocolate caliente le recorra él esófago. Camina y se sienta junto a ella. Sus miradas se encuentran y se sonríen.

Mercedes coloca una manta sobre ambos, ya que la temperatura comenzaba a bajar rápidamente, y luego su mirada queda fija en la televisión. Pero ruggero no puede concentrarse en eso, su cabeza está en otro lugar, a un lugar donde le gusta ir, y que ahora tiene nombre Mercedes.

Definitivamente ya no podía más, no podía seguir mintiéndose a sí mismo, no podía seguir ocultando todo lo que mercedes le hacía sentir, todo lo que provocaba en él, no podía seguir fingiendo que nada pasa, que era culpa o cualquier otra cosa que haya pensado, porque no era así, mercedes le gustaba, y mucho, hasta podría decir que se estaba enamorando.

Un extraño calor, acompañado de un escalofrío, se hiso presente en su hombro, en cuanto mercedes apoyo su cabeza sobre él. La miro por el rabillo del ojo, y noto que los de ella estaban cerrados, aunque no dormía, no aun.

Su mano instintivamente le rodeo la cintura acercándola más a él, mientras que recargaba su cabeza sobre la de ella, su perfume se coló por sus fosas nasales, acelerándole el corazón. Nunca se había sentido tan bien en su vida. Nunca se había sentido tan tranquilo y a la vez tan nervioso. Ojala el tiempo se detuviera justo ahora y se quedara así para siempre, con mercedes en sus brazos, acurrucada a su lado, en el sillón, mientras afuera una lluvia intensa les inunda los oídos, agregando el toque final al momento.

Su mano recorrió los finos cabellos de mercedes, mientras que la otra buscaba su mano. Mercedes, quien aun tenía los ojos cerrados, sonrió al sentir sus caricias y como él sujetaba su mano. Se acurruco más hacia él, y su mano libre se posó en su pecho, sintiendo el acelerado latido del corazón de ruggero.

Finalmente sus miradas se volvieron a encontrar, con un intenso brillo en sus ojos se sonrieron, mercedes acaricio su mejilla, mientras que él la miraba, intentando calmar los nervios que ahora recorrían su cuerpo. Ella dejo la mano detenida en su mejilla, para luego bajarla hasta su hombro, ruggero la acerco un poco más tomándola de la cintura, y volviendo a respirar su delicioso aroma.

Ahora nada más importaba, ni Fabián, ni el trabajo, ni los tipos de la llamada. Solo importaba ella, mercedes. Y no dejaría que nada malo le pasase a la persona que aceleraba su corazón, que lo ponía nervioso, y quien amaba. Si, ya estaba seguro de su respuesta. Su mente lo llevo a unos días atrás.

¿Se estará enamorando? ¿Qué es lo que realmente siente por su compañera? ¿Amor?

Ahora sabía como responder a esas preguntas. Estaba enamorado, no había duda de ello, una oleada de satisfacción le recorrió el cuerpo, pero a la vez también sintió miedo ¿Qué si le hacían algo? No. No le harán nada, porque yo estaré ahí para protegerla y no dejare que nada malo te pase. Pensó. Al instante en que se daba cuenta que estaba demasiado cerca de su compañera, y que solo un movimiento podía acabar con la distancia que los separaba. Ya no tenía dudas, sabia cual sería su siguiente movimiento.

bueno espero que les guste, lamento la tardanza, pero los primeros días de clases, después de las vacaciones, son agotadores, además de que tengo 3 pruebas para la prox. semana. pero bueno espero que hayan disfrutado el capitulo, estoy escribiendo el capitulo y si me da tiempo lo subo hoy. y sobre el concurso, ya tengo a la ganadora, pero lo avisare mas adelante, y a las demás, dos cosas.

1.- gracias por participar, de verdad se los agradezco.

2.- no se preocupen, porque igual saldrán en la novela, un poco después que la ganadora, pero saldrán. y obviamente todas, tendrán su momento con ruggero y mechi.

bien con eso me despido, no se olviden de comentar y votar y esperen el próximo capitulo. fabiola025 en el capitulo 10 si que habrá ruggechi. besos y cuídense.

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