Epílogo
─ Llevamos caminando por media hora, y hasta ahora solo sé que te llamas Evan ─reclamó la pelirroja mientras levantaba un pie para no patear una pila de hojas.
Mónica iba caminando detrás de su ángel guardián, aún con la chaqueta de este sobre sus hombros, cuando empezaron a caminar Evan le había quitado la mochila que tenía en la espalda, ya que decía que la mochila estaba pesada, aunque no fuera verdad, y ella aún estaba muy débil por todo lo que había pasado con el rey.
─ Bien, bien, te diré más, pero no te enojes, soy tu ángel guardián ─le dijo riendo logrando que Mónica lo empujara.
─ Eso ya lo sé, ¿Quisieras explicarme en qué consiste todo eso? En estos momentos no sé nada respecto a eso ─le preguntó más rápido para ir a la par de Evan.
─ No, no me corresponde explicarte eso, alguien más lo hará ─le explico él─, lo hará un chico guapo, divertido, divino, él es todo lo que está bien en este mundo─ terminó mientras pasaba un brazo por los hombros de Mónica.
─ ¿A sí? ─preguntó ella mientras lo miraba con los ojos entrecerrados─ ¿Quién es?
─ Yo
─ ¡YA, EVAN! ¡POR EL AMOR DE TODOS LOS DIOSES DE LOS ELEMENTOS! ¡DIME! ─gritó la pelirroja mientras empujaba al chico.
─ ¡No grites! Me duele la cabeza ─le reclamó él de vuelta mientras le daba una mala mirada─, maldita berrinchuda.
─ Solo quiero que me expliques.
─ Está bien, ¡Ya!, Todo con tal de que dejes de reclamarme. Mira, cuando nacimos, bueno, yo nací 14 días antes que tú ¿Está bien? El punto es que mis padres me abandonaron, tus padres lo supieron y decidieron darme una familia, contigo y con ellos, creo que te queda más que claro que no pude disfrutar por mucho con ellos; me eligieron como ángel guardián de su hija, tengo algunas habilidades como el cambio de forma y la telepatía con otros ángeles guardianes, pero también van dependiendo de lo que tú necesites. Cuando llegamos a cierta edad nos obligan a hacer un juramento, que dice que nosotros estamos dispuestos a dar la vida por nuestros protegidos.
─ ¿Entonces eres algo así como mi hermano?
─ Sí, algo así, yo digo que soy como tu versión masculina, pero mucho más genial ─se burló Evan ganándose otro empujón de parte de la pelirroja─, estoy para cuidarte, Mónica, créeme cuando te digo que, en ningún reino, en ningún mundo y en ningún universo va a haber alguien que te cuide mejor que yo, tu ángel guardián.
Ya habían pasado el bosque de invierno, el de otoño y el de primavera, no habían tenido inconvenientes, pero ella estaba desesperada, este chico si sabía cómo hacerla enojar, era impresionante que el fuera "su ángel guardián" teniendo en cuenta todas las bromas y burlas que le hacía, aunque lo que él le estuviera diciendo parecía verdad ella no se fiaba mucho, no después de todo lo que había pasado. Caminaron en silencio por un momento, pues ella no tenía ganas de hablar y él lo sabía, fue cuando llegaron a un arco de cristal enorme que ella decidió que tal vez ya era hora de retomar la conversación.
Ella lo vio por un momento confundida por el lugar en el que estaban, pero él solo tomó su mano y se adentraron juntos en el camino que atravesaba aquel gran arco, la pelirroja se quedó asombrada al ver todo lo que había del otro lado, como era que el paisaje era más majestuoso conforme iban avanzando. Pegasos, unicornios, grifos, fénix y hadas, sabía qué lugar era y eso la alertó.
Crissan.
─ Evan, estamos en Crissan, hay que irnos de aquí, nos van a matar si nos miran y... ─empezó a hablar la chica, pero Evan le colocó un dedo en los labios dándole a entender que se callara─ es ilegal ─susurró Mónica.
─ Tranquila ¿Siempre eres así de asustadiza?, no pasara nada, todo está bien, vamos a dar una vuelta ¿Te parece? ─le preguntó mientras se paraba frente a ella y la miraba a los ojos.
─ Evan, nos van a matar, no es que sea asustadiza, es que se supone que no podemos estar aquí ─le susurró mientras tomaba su rostro para que le pusiera más atención a las palabras.
─ ¡Oh! ¡Vamos!, tranquila, solo daremos una vuelta, no pasara nada, además no es como que los Crissanianos sean muy crueles cuando matan ─la animó él logrando que la pelirroja lo observara como si estuviera loco.
La tomó de la mano y juntos se adentraron a Crissan, él empezó a ir a paso rápido, ella solo podía seguirlo mientras corría y se preocupaba por la vida de ambos, al final llegaron a un lago hermoso, tenía una cascada y hermosas plantas, ella escuchó unas voces hermosas y, esta vez, por su cuenta, se dirigió al lago, en el vio sirenas ¿Todavía existían?
─ ¡Hey! Hola, soy Amaya ─se presentó la primera mientras le sonreía.
─ Yo soy Den, debo decir que me encanta tu cabello ─le dijo la segunda.
─ Y yo soy Shizu ─dijo la tercera mientras la miraba con altanería.
─ Soy Mónica ─se presentó la pelirroja, pero de inmediato se empezó a sentir un poco confundida.
─ Bueno, aprovechando que estás aquí, ¿Quisieras relajarte un buen rato? Debes estar cansada y entrar en el agua siempre es una buena opción.
Amaya estiró una de sus manos hacía Mónica y ella la iba a tomar, ya que estaba un poco mareada y confundida al estar viendo a esas mujeres con cola de pez, en ese momento apareció una chica de cabello castaño que la arrojó contra el suelo impidiendo que ella tomara la mano de la sirena, de inmediato Evan corrió hacia ella y retiro a la chica de encima suyo, para que ella pudiera levantarse. Las sirenas se fueron enojadas al fondo de ese lago, mientras que
─ Mierda, Evan, la tienes que cuidar, no dejar que la ahoguen, es que yo dije que si iban a perseguir a las sirenas tenían que eliminarlas a todas, no dejar a estas tres pirañas ─le dijo ella enojada al chico─ Sarah está esperando, se supone que debías estar con ella desde hace rato.
─ No te metas, si vas a regañar entonces hazlo con tu novio, él si está para soportar esto ─le respondió Evan mientras rodaba los ojos.
─ Esperen, ¿Ustedes se conocen? ─preguntó Mónica un poco confundida. ¿Cómo era que Evan conocía a una Crissaniana?
─ Eso se explica en otro momento, cariño ─le respondió la chica mientras le regalaba una sonrisa─. Ahora debemos de ir a otro lugar.
Guiaron a Mónica por todo Crissan, mostrándole algunos lugares e intentando que ella confiara un poco en ellos, así todo sería más fácil. Cada vez que ella miraba a un guardia se ponía súper nerviosa, ya que si la descubrían prácticamente seria el fin para ella, para su plan y, posiblemente, para Evan; Evan y la otra chica, de la cual aún no sabía el nombre, solo reían al ver lo nerviosa que ella se ponía, esa no era la Mónica de tiempo atrás, ahora era más insegura y en cierta parte más débil, pero no se podía esperar menos después de lo que le hicieron los chicos.
Había varias cosas hermosas en Crissan, que era conocido como el Reino de Cristal, así como Evenia era conocida como: El Reino de Fuego y Cenizas. Había varios niños corriendo por todos lados y las personas estaban sin preocupaciones, esa realidad era muy diferente a la de Evenia, lo cual hizo sentir un poco incómoda a la pelirroja, al lado de su lugar de nacimiento había un reino que no debía preocuparse porque lo gobernara un rey injusto y cruel.
Después de tanto caminar llegaron al castillo, por lo cual ella los vio alarmada, se supone que los Evenianos tenían prohibido el ingreso a Crissan y ellos la llevaban al castillo, en ese momento ella no puso en duda que, definitivamente, esos dos estaban locos. Con total pánico ella los siguió por los pasillos hasta que llegaron a una parte del castillo, donde había hermosos unicornios y pegasos, así también como grifos y un gran y hermoso Fénix que volaba de un lado a otro.
─ ¿Qué no son hermosos los unicornios y pegasos? Estás cosas son divinas ¿No es así? ─le preguntó Evan.
─ Esos son cuentos de hadas, para pequeñas niñas ─le dijo ella fría mientras hacía una mueca de desagrado, le encantaban los caballos, pero los pegasos y unicornios le parecían imitaciones baratas a las que solo les habían pegado cuernos y alas.
─ ¡Hey! Son hermosos, tranquilo, pequeño, ella no sabe de lo que habla ─le dijo Evan a un unicornio que había tomado mientras lo acariciaba─, sólo está enojada porque se peleó con su novio.
─ Prefiero los grifos, son hermosos y no son de niña, son seres majestuosos, una mezcla de animales fuertes y poderosos ─dijo ella ignorando el último comentario del chico─ son geniales por ser una mezcla de otros animales. Nada simples.
─ Pero te gustan los caballos, deberían de gustarte los unicornios y los pegasos, claro que olvido que eres medio rara ─dijo Evan a la defensiva.
─ ¿Es normal llevarle la contraria a tu protegida? Por que creía que el punto era que me apoyarías en todo ─le preguntó ella mientras ponía sus manos en sus caderas.
─ No, pero de por si yo no soy normal, así que calla y aprecia esto, que no viste esto antes ─le contestó él.
Era impresionante el ver a esos animales que para muchos eran solo cuentos, sus grandes alas, sus talentos, su belleza era algo que cautivaba, pero a Mónica le hacía falta algo y sabía que era, le hacían falta los chicos, esos chicos que no se podía sacar de la cabeza, porque solo imaginaba las bromas o las groserías que seguro estarían diciendo si estuvieran viendo eso con ella, pero si quería seguir adelante debía borrarlos y empezar a odiarlos tanto como odiaba al rey, porque todos estaban hechos de la misma manera, con cuidado y un poco de inseguridad empezó a acariciar a uno de los pegasos que se le había acercado, eran hermosos.
─ ¿Ves? no son animales de niñas pequeñas e inmaduras, son realmente hermosos, tienen un toque especial y pueden impresionarte cuando menos te lo esperas, parecen frágiles, pero son muy fuertes, como tú, ¿Quieres dar un paseo? ─le preguntó el chico mientras se acercaba a ella y besaba su frente, a lo que ella lo vio con una pequeña mueca, había que aceptar que era bueno intentando convencer a las personas, pero con ella le costaría un poco más.
─ Evan, creo que estamos abusando, somos Evenianos y estamos en el castillo con estos animales y... no creo que sea lo mejor ¿Está bien? No sé si es suerte que no nos hayan metido en una celda hasta ahora o es que solo nos están vigilando para podernos capturar a la primera, pero no es coherente que expongamos nuestras vidas así ─le dijo ella en un susurro, luego pasó una mano por su rostro y resopló.
─ Ya te lo dije, tranquila, no va a pasar nada malo, no mientras estés conmigo, vamos a dar un paseo, tal vez así dejas tanto estrés y puedes despejar un poco tu mente.
Después de esto él le pasó un equipo para poder montar el pegaso, Mónica se vistió con ellos de mala gana, aún inconforme por lo que le había dicho el chico, se subió al pegaso con un poco de dificultad, ya había montado caballos, pero no caballos con alas, eso era un asunto totalmente diferente.
Evan buscó otro y al igual que ella se subió a este, ambos emprendieron marcha o, más bien dicho, vuelo, los pegasos eran realmente hermosos, al llegar a una altura determinada la pelirroja pudo ver todo Crissan y parte de Evenia, Crissan era tal y como lo describían, era brillante con varias estatuas y algunas "casas" de cristal que permitía que las personas de adentro vieran todo lo que sucedía en el exterior, pero las personas de afuera no podían ver hacia el interior de las casas, algo muy creativo para Mónica, pero Evenia había perdido su toque, estaba sombrío, el bosque de invierno casi no tenía vida y eso se extendía al bosque de otoño, que ya empezaba a perder sus tonalidades naranjas y rojizas, se sentía realmente mal al ver eso ¿Cómo era posible que su hogar hubiera pasado de ser un paisaje envidiado por muchos a un lugar sombrío y sin chiste?, Estaba en una clase de trance hasta que escuchó gritos lejanos, miro hacia abajo y pudo ver a una chica rubia gritando el nombre de Evan, ¿Quién era ella? ¿Y por qué estaba vestida como una princesa?
─ Evan, Evan baja, Evan mi madre te está buscando, Evan ─escuchaba ella por lo cual volteó a ver a su ángel guardián en busca de una respuesta.
─ Evan, te están... ─empezó a decir ella, pero el chico la interrumpió.
─ Me están buscando, ya lo sé, ya lo sé, ya escuché los gritos, creo que hay que bajar ─dijo él mientras suspiraba cansado.
Ambos guiaron a sus pegasos hacia tierra y bajaron de ellos con cuidado para no lastimarlos, la chica rubia estaba con un lindo vestido color blanco, y un peinado realmente hermoso, tomó a Evan de la mano y se lo llevó del lugar, para que segundos después regresara por Mónica, había olvidado que ella había llegado con el chico, Evan y la rubia la guiaron a una gran habitación o, más bien, una biblioteca gigante, ella se quedó petrificada, le encantaban toda clase de libros y esto era increíble, nunca había visto una biblioteca más grande en toda su corta vida, era un lugar en el que podrá pasársela el resto de su vida.
─ Entra ─le ordenó Evan logrando que ella saliera de su embelesamiento y lo mirara fijamente.
─ ¿Por qué o para qué? ─le pregunto ella confundida, intentando ponerse a la defensiva en caso de que le quisieran hacer una mala jugada.
─ Solo entra, haya hay unos sillones allá, siéntate ahí, yo ahora vuelvo, no tardo mucho ─le dijo él mientras la tomaba por los hombros─ intenta no extrañarme mucho y no caer en un ataque de locura, me he dado cuenta de que eres un poquito inestable y bipolar, Mónica.
Ella aún confundida fue al lugar donde él le había indicado y pudo ver que en uno de los asientos estaba el mismo diario que había aparecido aquel día en su habitación, lo cual solo hizo que su confusión aumentara, revisó entre sus cosas y para su sorpresa no había nada, ella estaba segura de que había metido ese diario en la mochila ¿Cómo había desaparecido?
Tomó aquel libro entre sus manos e intento abrirlo, pero un fuerte estruendo la sorprendió haciendo que diera un salto en su lugar y emitiera un pequeño y agudo grito al mismo tiempo que soltaba el diario logrando que este cayera en el suelo.
─ Mónica, querida, que bueno que estas aquí, te estaba esperando desde hace un rato, supongo que te retrasaste con Evan, ese chico suele retrasar un poco las cosas, espero que te hayan dado una buena bienvenida ─dijo una señora con un gran vestido azul, era la reina, la reina de Crissan.
─ Emmm... yo no estaba... no era mi intención, digo, lo siento, no sé que hago aquí, sé que es en contra de la ley, pero Evan...Evan ─intentó excusarse ella, pero de lo nerviosa que estaba se trababa con las palabras.
─ Tranquila, tú tienes tanto derecho de estar aquí como yo, no tienes nada de que temer ─le dijo ella pacífica mientras se sentaba frente a la chica y esbozaba una pequeña sonrisa.
─ ¿Por qué? ─preguntó la pelirroja olvidándose de los nervios que la habían asaltado hacia unos segundos.
─ Bueno, eso te lo explicare, ten un poco de paciencia, primero quiero hablarte de esos cinco chicos con los que la pasabas, con los que te encontraste a tu llegada a Evenia... ─empezó a decir la reina, pero Mónica la interrumpió de forma muy grosera.
─ No quiero hablar de ellos, así que ahórrese su discurso.
─ Pero esto es sobre cuando te entregaron, en realidad no ─intentó hablar de nuevo la reina, pero Mónica se levantó de su asiento realmente enojada.
─ SI SOLO ME VAS A HABLAR DE ELLOS ENTONCES NO TE QUIERO ESCUCHAR ─gritó mientras miraba a la reina realmente enojada─ Ellos ya no pintan nada aquí ¿Entiende?
La reina observó atenta a la pelirroja, sabía que hablar con ella iba a ser un poco difícil, pero no se imaginó que fuera a levantarle la voz de esa manera, ¿Tan mal la había dejado la traición de esos chicos? ¿O es que ella ya era maleducada de nacimiento? Mientras pensaba en una razón la reina solo pudo negar un poco con la cabeza mientras fijaba su atención en la pelirroja. Igual y lo de esos chicos no era tan importante.
─ Bien, dejemos ese tema de lado, no quiero que peleemos, ahora lo que tengo que decirte es importante y no tiene nada que ver con ellos ─le dijo ella aún manteniendo la postura, estaba con adolescentes a diario, sabía que también podía aguantar a Mónica.
─ La escucho ─dijo Mónica más tranquila mientras volvía a tomar asiento. Escucharía lo que esa señora le iba a decir, pero no significaba que le fuera a creer, solo con el simple hecho de haber mencionado a los chicos había hecho que Mónica no se fiara para nada de ella.
La reina tomó el diario que había botado Mónica entre sus manos y con sumo cuidado lo abrió, lo cual sorprendió a la pelirroja ¿Por qué ella no podía abrirlo y esa desconocida sí?
De el diario salieron varios trozos de cristal, pequeñas ráfagas de viento, pequeñas llamas y unas cuantas gotas de agua, todo esto formo varias imágenes, desde la de sus padres los cuales la cargaban en sus brazos, hasta la imagen de ella y Ethan abrazados, de repente fue como si eso la envolviera, ella se vio atrapada en un huracán de imágenes, eran de ella, todo lo que había pasado en su vida, todos sus recuerdos, habían algunas cosas donde solo miraba a sus padres, pero no eran muy claras, imágenes de la chica rubia, de la chica castaña, de Evan, al ver todo eso se sintió abrumada. De un momento a otro todo eso se esfumó, logrando que ella volviera a la realidad mientras intentaba calmar su respiración.
─ Yo conocí a tu padre el día en el que se estaban firmando los acuerdos de paz entre estos dos reinos, me enamore de él y él lo hizo de mí, juntos tuvimos una hermosa hija, se llama Cassidy, fue la chica rubia que te acompaño hoy, es una buena chica. Tiempo después fue cuando a tu padre le dijeron que se tenía que casar con una de las herederas de Evenia, la hija del menor de los Vento, pero tu padre en serio me amaba, fue muy duro para él pasar por todo eso, para él fue muy difícil decidir, al final yo lo obligue a que me olvidara, nuestro amor siempre fue secreto, nadie nunca de entero de él, así que era lo mejor, antes que causar una guerra por culpa de un amor adolescente, con la niña le dije a mis padres que no sabía quién era el padre, fue difícil hacer que me creyeran pero al final dejaron ese tema en paz.
«Claro que tu padre siempre tenía que tener amores prohibidos, porque si no hay peligro a él no le interesa. Él se enamoró de tu madre y eso no me molestaba, ya que yo le dije que me olvidara, sus padres se enteraron y no le prestaron mucha atención a eso, no era como que en la realeza no hubieran algunos amores prohibidos, pero siempre acababan tan rápido como empezaban, al saber que tú venías en camino se enojaron mucho, ¿Cómo era posible que hayan sido tan irresponsables?, en ese momento tu padre otorgó a un chico, el cual había sido abandonado en las puertas de este castillo, había nacido días antes que tú y eso le dio un poco de ventaja a Charles, así fue como Evan se convirtió en tu ángel guardián, la persona que siempre va a velar por tu vida.
«Yo te recibí, fui yo la encargada de ayudar a tu madre a traerte e este mundo, naciste en la cabaña en la que has vivido todo este tiempo, un lugar seguro que habían conseguido tus padres, siempre has sido como una hija para mí, ya que tu padre me pidió que te cuidara y eso es lo que he hecho hasta ahora. Tal vez tu nunca supiste de mi existencia, pero yo sí y espero que eso sea suficiente para ti. Los hechiceros que te encontraron cuando la irresponsable de tu madre te dejó en un lago no fueron planeados, se supone que tú te criarás en este castillo, junto a Evan, Cassidy y Nicol, una chica que nos ayuda en tu protección. Con la llegada de esas dos personas cambiaron muchas cosas, pero hay que admitir que hicieron un buen trabajo, lo único que hubiera querido que fuera diferente es que te hayan entrenado a defender tu mente y a controlar tus emociones.
─ Mis emociones están bien, muchas gracias por tu preocupación ─murmuró Mónica de mala gana al momento en el que escuchó lo último que había dicho la reina.
─ No soy tu enemiga, Mónica, no tienes razón para comportarte de esta manera conmigo, necesito que te comportes y me dejes terminar con la historia ¿Puedo?
─ Sí, puedes ─dijo la pelirroja a regañadientes, no le gustaba que la regañaran, mucho menos desconocidos.
─ Por lo menos entre los planes de tus padres adoptivos estaba que volvieras a Evenia, el día en el que lo supimos tuvimos que poner en marcha muchas cosas, seguro Evan ya te contó que el puede cambiar de forma ¿Cierto? ─preguntó la reina a lo que Mónica asintió un poco confundida─ Cuando llegaste te encontraste con un pajarito tierno e indefenso que parecía entenderte ¿No es así? Ese pajarito era Evan, que se supone iba a cuidarte durante el tiempo que te llevara encontrarnos, al final te encontraste con esos cinco chicos, decidimos no intervenir, así que dejamos que estuvieras con ellos durante un tiempo.
─ Y también dejaron que me entregaran
─ Hay cosas que no estaban en nuestros planes, como por ejemplo cuando te dieron con una flecha, la que tenía el líquido crissaniano, no sabemos quien era él ni que quería, porque de parte del rey no fue. Solo con esa situación Evan tuvo que dejar de ser un pájaro y tuvo que hacer de Caleb, el chico que ayudó a curarte y también hizo del chico que ayudó a tus amigos a entrenar.
─ No son mis amigos.
─ Cómo los consideres es lo menos importante en estos momentos ¿Está bien? El punto aquí, Mónica, es que nosotros te ayudaremos a recuperar Evenia, pero tendrás que seguir las órdenes y reglas que nosotros tenemos, ya no eres la jefa en este asunto.
─ Esto no puede ser real ─dijo ella asombrada por lo que la reina le había dicho─, este asunto no le corresponde a nadie más que a mí, y me costó un mes de torturas entender eso, porque ustedes, quienes dicen protegerme, no me sacaron de ese lugar, aunque sabían que podían llegar a matarme.
─ Teníamos que esperar el momento oportuno.
─ ¿Incluso si ese momento era cuando yo fuera un cadáver? ─preguntó Mónica con la voz entrecortada, peor se recompuso de inmediato─ ¿Sabes qué? No te creo ni una sola palabra, ni siquiera sé que hago perdiendo el tiempo aquí.
─ Mónica ─la llamó la reina cuando vio que la pelirroja se levantaba del lugar donde se encontraba.
─ Muy linda su bienvenida y todo, pero no me apetece quedarme, mucho menos sabiendo que me pueden estar mintiendo ¿Quieres el diario? Quédatelo, no hay nada que me interese en esa libreta, pero yo me voy, ni siquiera sé que sigo haciendo en este lugar.
─ Mónica, aquí estás más segura.
─ Mhj, sí, seguro ─dijo Mónica de manera sarcástica─, el punto aquí es que no te creo nada, así que no creo estar segura aquí tampoco, con desconocidos. Dile a Evan que si lo miro más seguido que no cambie de forma o voy a terminar golpeándolo, la veo en futuras reuniones de reinas, cuando yo recupere Evenia.
─ Ya sabía que no me creerías, por eso esta este último recurso ─le dijo la reina cuando vio que Mónica estaba llegando a la puerta.
─ ¿Y ahora de que hablas? ─le preguntó la chica a la reina mientras se daba la vuelta, en ese instante se abrió la puerta a su espalda.
─ Habla de mi, princesa ─escuchó una voz conocida a sus espaldas, logrando que ella se volteara sorprendida.
─ ¡JACK! ─gritó mientras se le tiraba al soldado.
Él extendió sus brazos y la envolvió con ellos, sin darse cuenta ella ya estaba llorando en su pecho, no se había dado cuenta de lo mucho que lo extrañaba, él por su parte le besó la coronilla de la cabeza varias veces. A Mónica en ese momento no le importó nada más, Jack estaba ahí. Jack estaba vivo.
─ No estás muerto ─dijo ella con la voz quebradiza mientras sentía como era que el chico limpiaba sus lágrimas.
─ No, no estoy muerto, de hecho, los chicos intentaron asesinarme, ya que cuando fui a buscarlos los vi haciendo el trato con el rey y es obvio que era una oportunidad perfecta para deshacerse de mí, por suerte, antes de que muriera llegó Nicky, ni novia...bueno, en ese momento era una desconocida, pero... ─empezó a explicar él, pero ella la interrumpió.
─ ¿Novia? Pensé que estabas enamorado de mí, tú lo demostraste en más de una ocasión ─le dijo Mónica mientras fruncía el ceño, podía alejarse de él, pero no quería, se sentía segura estando con Jack, y seguridad era lo que necesitaba en esos momentos.
─ Pero ya te superé ─le contestó Jack con gracia, esbozó una pequeña sonrisa y acarició la mejilla de la pelirroja ─todo lo que Sarah te dijo es verdad, Mónica, los chicos, Evan, tus padres, sé que puede ser un poco abrumador, pero es la verdad, ellos solo quieren cuidarte ─le explicó mientras colocaba un mechón de su rojizo cabello tras su oreja.
─ Pero es que es imposible ─dijo ella mientras miraba por unos segundos a la reina y devolvía la vista al castaño.
─ Es posible Mónica, sé que lo que ha pasado últimamente te tiene muy consternada ¿Está bien? necesitas descansar un poco, te llevaré a una habitación, descansa y mañana te explico mejor, necesitas ponerte bien antes de recibir más información de la que ya tienes ─le informó Jack.
─ Los dejo solos ─dijo Sarah mientras pasaba al lado de ambos y salía de la habitación─, espero y puedas quedarte aquí, Mónica, en Crissan siempre serás bienvenida.
Mónica decidió ignorar lo que le había dicho la reina, no estaba para enfocarse en eso en esos momentos, había cosas más importantes que ella debía de resolver, como terminar de ponerse al tanto de todo lo que sabía Jack.
─ Bien ─le respondió Mónica a lo que había dicho el chico anteriormente─, iré a descansar, pero con la condición de que no me vas a dejar sola, Jack, y que cuando despierte vas a explicarme todo lo que sepas, absolutamente todo, no quiero razones para desconfiar de ti también.
─ Te contaré lo que sé, te lo prometo, pero no será de mí de quien saques tanta información, porque al igual que tú hay muchas cosas que no sé, pero algo te puedo asegurar, todos los que te hicieron daño no lo volverán a hacer, porque de ahora en adelante me tienes a mí. Y si las personas que están aquí nos fallan, seremos nosotros dos contra todos los que se interpongan en nuestro camino, y te aseguro, que vamos a ganar.
En ese momento Mónica volvió a abrazar al castaño, mientras lloraba de nuevo, él no la juzgo, solo la abrazó y le susurraba cosas reconfortantes al oído, ella lo necesitaba, y aunque él le había mentido cuando dijo que ya la había superado sabía que debía hacer que eso fuera una realidad. Mónica necesitaba un amigo, no a alguien que la agobiara con cosas del amor. Además de que él ya tenía una novia, a quien aprendería a conquistar y a querer, porque ambos estaban enamorados de alguien más.
─ Veo que ya hablaste con Jack ─dijo Evan apareciendo al lado de las otras dos chicas─, ahora deja que te llevemos a tu habitación, Nicky ayudará sanando tus heridas y Cassy te traerá algo de comer.
Y así fue como Mónica siguió a aquel grupo de adolescentes, quienes la acompañarían por mucho tiempo más y la ayudarían a recuperar la confianza. Jack tenía razón, la información sería demasiada para soltársela en ese momento, ella necesitaba descansar y eso haría.
Y aún así lo único que repetía en su mente era una sola frase, la frase que marcaría el inicio en una personalidad totalmente nueva de la pelirroja:
"No vuelvas a confiar en nadie"
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Fin, ¿Qué tal chicos? La verdad me gustó como quedó el final, ¿Y a ustedes?
Evan en multimedia.
Bueno, vamos a hacerlo de una vez por todas, quiero agradecerles por todo el apoyo que me han brindado, por que si leen esto significa que han estado aquí desde el principio y me alegra que hayan terminado la historia junto conmigo, hay una persona en especial a la que quiero agradecerle: JenifferLCa, has estado ahí desde el principio y créeme que eres muy especial para mi.
Quiero agradecerles por que me han dado una oportunidad, a mí y a la historia, porque se interesaron por este libro que, tal vez, no sea el mejor, pero que me esforcé mucho en el, espero realmente que al igual que yo hayan podido entrar a mundos fantásticos, hayan podido enamorarse de los chicos tanto como yo lo hice, también me rompieron el corazón, pero es parte de leer un libro. Dicen que si sales intacto después de leerlo es que en realidad nunca has entrado en él.
Esta historia a llegado a su fin, algo inesperado la verdad ¿No? Digo, muchas veces pensé que no lo iba a terminar, y que como otros proyectos los tendría en borrador, pero es así, las mejores cosas son las que en realidad son inesperadas.
Quiero despedirme y, aunque lo haya dicho muchas veces, gracias, gracias, gracias por toda su ayuda. No habrá una próxima o al menos eso es le más seguro, en realidad no he contemplado una segunda parte, pero la vida da muchas vueltas, así que quien sabe y una segunda parte termina por sorprendernos.
Daniela V.
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