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Capítulo 29

El soldado caminó por el bosque con la chica en brazos, luego entró a la cabaña y subió a la habitación de la pelirroja, donde se encontró a los demás hablando sobre su cama y sosteniendo algunas cosas de la pelirroja en sus manos, al verlo todos abrieron los ojos de par en par al ver el estado en el que se encontraba la chica, él la acostó en la cama y le dejó un pequeño beso en los labios, eso iba a ser, posiblemente, la única oportunidad que tendría de probar los labios de la chica, con este acto Xavier reaccionó muy mal y lo sostuvo por el cuello pegándolo contra la pared.

─ Nunca la vuelvas a besar ─le advirtió el chico mientras lo miraba directo a los ojos.

─ ¿Quién eres tú para decirme eso? ─le respondió Jack mientras se zafaba de su agarre y se alejaba un poco de él ─ Porque, que yo sepa, tú y ella no son nada.

En ese momento Xavier se abalanzó sobre el soldado y empezó a golpearlo ya que lo que había dicho le había dolido, porque sabía que era verdad, Jack no se quedó atrás y empezó a tirarle puñetazos en defensa propia. Llegó un momento en el que ambos tenían varios moretones y sangre sobre sus cuerpos, fue ahí cuando los demás intervinieron y los separaron, Zac y Lucas sostenían a Xavier y los otros dos a Jack.

─ Ya basta, Jack ¿Qué fue lo que le hiciste? ─dijo Zac mientras miraba mal al soldado.

─ Yo no le hice nada, maldita sea, ella se quiere entregar, bueno creo que va a hacer eso, no estaba bien, algo malo le está pasando, no le haría nada a la persona que me salvó la vida.

─ ¿Cómo estas tan seguro? ─le preguntó Peter mientras lo soltaba y lo miraba a los ojos.

─ Yo la seguí ─confesó dándose cuenta de que no era algo muy normal que él hubiera hecho eso, pero se consoló pensando que si no hubiera estado ahí la pelirroja se hubiera quedado sola en el bosque─, la seguí a su encuentro con su novio, al regresar se encontró con el rey, le propusieron que se entregara, era su libertad a cambio de nuestras vidas, eso la puso muy mal, no sé qué hicieron, pero ellos provocaron que ella de desmayara, así que a mí no me eches la culpa ─terminó refiriéndose a Zac.

─ No te creo, simplemente no lo hago, nos puedes traicionar en cualquier momento, no eres de fiar ─le dijo Lucas mientras levantaba las manos y empezaba a caminar por la habitación.

─ Sé que yo no le caigo bien a ninguno de ustedes y mucho menos me agradan ustedes a mí, pero esto lo estamos haciendo por Mónica, saben que todo lo que hemos hecho es por ella, ¿Creen que la voy a dejar sola en estos momentos? Por mucho que me odien saben que me necesitan y que ella también lo hace ─gritó el soldado debido a la desesperación que tenía.

─ Claro que lo estamos haciendo por ella, pero aún tenemos desconfianza de que tú nos tiendas una trampa, eras un soldado, el hijo adorado del rey y un asesino ─gritó el rubio en respuesta a Jack.

La tensión entre todos ellos se notaba fácilmente, Peter, Lucas, Samuel, Zac y Xavier desconfiaban de todo lo que hiciera Jack y Jack desconfiaba mucho de ellos, lo cual no era una buena combinación al momento de vivir juntos. En ese momento se dieron cuenta como era que la princesa se empezaba a remover en su cama.

─ Chicos ─susurro la pelirroja mientras apretaba los puños─ No, por favor, no les hagan daño, ellos no tienen nada que ver aquí ─dijo un poco más fuerte mientras movía su rostro de un lado a otro intentando salir de su sueño─ Suéltenlos maldita sea, me quieren a mí no a ellos ─Gritaba ya la chica en sueños despertando la preocupación de todos los que se encontraban en esa habitación─. No les hagas daño ─en ese momento todos se empezaron a preocupar por el tono de voz con el que hablaba la chica, ¿Qué era tan horrible para que ella estuviera en ese estado? Debían averiguarlo si querían ayudarla─ ¡¡CHICOS!! ─gritó al momento de despertarse, tenía algunas gotas de sudor en su frente y estaba muy alterada, pero al percatarse de que todos la estaban viendo intentó parecer tranquila─ Quiero estar sola, y no quiero que vengan a buscarme, hoy fue un día largo, estoy un poco cansada ─pronunció pensando que ellos no sabían nada.

─ Bien ─dijo Xavier, sabía que lo último que ella necesitaba era que la bombardearan con preguntas, además de que posiblemente ni siquiera les respondería─ Adiós, descansa ¿Está bien? ─terminó para luego acercarse a ella y luego dejar un pequeño beso en su frente.

Todos los chicos salieron de la habitación de Mónica y se dirigieron a la cocina ya que tenían que idear un plan para que ella no se entregara, tal vez no guardaran una buena relación, pero la pelirroja era más importante que cualquier rivalidad que pudieran tener entre ellos

Todos empezaron a colaborar con el plan mientras que la joven se quedó alterada en su habitación, se puso a caminar de un lado a otro durante todo el resto de la tarde, estaba demasiado preocupada, eran las visiones y nunca le fallaban, le enseñaron a controlarlas, ella sabía controlarlas.

No los quería perder, no en ese momento, se sentía demasiado consternada, se iba a entregar, no cabía duda, si con eso lograba salvarlos eso haría, que importaba ahora el reino, lo que a ella le preocupaba eran todos los chicos, su familia. Por fin sentía cariño de algunas personas, y ella sentía muchas cosas por ellos. No iban a morir, no por culpa de ella.

...

El cielo totalmente cubierto por nubes ya era muy notable, el invierno había comenzado y eso solo significaba una época de mucho frío en Evenia, pequeños copos de nieve entraban por la ventana de la chica, la cual se había quedado dormida después de tanto pensar en que es lo que iba a hacer, había tomado una decisión,

Abrió los ojos de a poco y colocó sus pies en el frío suelo, fue directo hacia la ventana y la cerró, no quería pensar en nada, no quería hacer nada, simplemente quería esperar a que llegara media noche para que todo ese tormento terminara, para que ella pudiera tener la sensación de que los pudo salvar y que al final sí se sacrificó por algo que realmente valía la pena

Durante todo el día buscó un lugar para esconder los amuletos, ella sabía que los chicos sabrían manejarlos, confiaba en ellos, eran buenos y muy inteligentes, sabrían que hacer de ahí en adelante.

No tenía ganas de comer, no podía ver a los chicos a la cara sabiendo lo que iba a hacer, así que decidió quedarse en su habitación, acomodó los libros, su ropa y también hizo una pequeña carta, ellos no merecían que ella desapareciera de la noche a la mañana, y les iba a explicar todo en esa carta, para que entendieran que ya eran una parte importante de su vida y que siempre los iba a tener presentes.

Ya cuando había caído la tarde ella caminaba de un lado a otro, cada vez estaba más cerca, tenía hambre, pero no quería salir de la habitación, prefería no probar bocado alguno antes que enfrentar a sus amigos.

Fue en ese momento, en el momento en el que ella estaba a punto de romper en llanto cuando pudo oír que llamaban a la puerta, lo cual ella agradeció, no quería llorar en esos momentos, si no había llorado antes ¿Por qué lo haría en ese momento? Volvieron a tocar la puerta, esta vez con más insistencia a lo que ella respondió con un casi inaudible: Pase.

Por la puerta entró Zac con una charola llena de comida y un jugo que al parecer era de frutas, la colocó sobre la mesa de noche y se dirigió hacia Mónica, que se encontraba a un lado de la ventana viendo como caían los copos de nieve.

─ Hoy no has salido de tu habitación, no has comido, ¿Qué tienes Mónica? ¿Hicimos algo? Nunca te vi comportándote de esa manera ─preguntó él mientras colocaba sus manos en los hombros de la chica.

─ No quiero salir de aquí, no tengo ganas, seguro mañana me voy a sentir mejor ─le respondió ella sin ánimos, intentando convencerlo de que no pasaba nada realmente malo, él se lo hubiera creído si no supiera la verdad.

─ Hermosa ─le dijo el captando su atención─, dime que tienes, confía en mí.

─ ¿Cómo me acabas de llamar? ─preguntó Mónica sorprendida mientras volteaba a verlo.

─ Te llamé hermosa ─dijo el mientras la sujetaba por la cintura y se acercaba un poco más a ella.

─ Zac ─dijo ella en tono de advertencia mientras se removía incómoda─, suéltame.

─ ¿Por qué haría eso? Dame una buena razón y lo haré ─susurró el contra su oído, logrando que a Mónica se le pusiera la piel de gallina.

─ Zac, ¡Basta! Ya, esto no... Zac, esto no es correcto ─dijo ella ya nerviosa por su cercanía ¿Qué estaba haciendo ese cavernícola?

─ Mónica, te amo ─le dijo él y ella intento separarse, pero él no la dejó─ y no me digas que tú no me quieres, porque yo sé que tú lo haces tanto como yo a ti.

─ ¿Y tú como estas tan seguro de eso? ─dijo ella molesta mientras intentaba empujarlo, pero él estaba fijo en su lugar, ella no iba a apartarlo tan fácil.

─ Porque sé que estás enamorada del chico de la máscara, y el chico de la máscara soy yo, mi amor ─dijo él dejando a la princesa perpleja.

─ ¿Qué dijiste? ─preguntó ella totalmente desorientada─ No es posible, tú no puedes, no puedes ser... estás mintiendo.

─ Soy yo mi vida ─le rectificó antes de atrapar sus labios en un cálido beso.

Al principio Mónica se sorprendió e intentó separarse, pero después de un rato, al ya sentir el sabor de esos labios que tanto le gustaban besar siguió el beso sin duda alguna, pasó sus manos por la nuca del castaño para acercarlo más a ella, Zac aferró sus manos aún más a su cintura y empezó a mover sus dedos lentamente, sus bocas no se separaban por nada del mundo, ese instante era perfecto, aunque Mónica reaccionó después de un rato y lo empujó

─ Esto no me asegura nada ─le reclamó mientras lo señalaba con un dedo─, necesito pruebas, para comprobarlo necesito que....

─ Cuando eras pequeña te compraron un conejo ─la interrumpió Zac─, lo incineraste semanas después en un ataque de pánico en el que no pudiste controlar tus elementos, desde ese día no volviste a tener ningún animal y empezaste a tenerle miedo a tus habilidades.

Mónica se quedó sorprendida por lo que le había dicho Zac, era verdad lo del conejo, ella no había interactuado con ningún animal desde que lo había matado, al menos hasta que se encontró a Bibbles, el pájaro que, no está demás decirlo, había desaparecido de un día a otro.

─ Eso podría saberlo cualquiera ─le respondió a Zac, el cual estaba recostado en la pared de la habitación.

─ Como toda princesa destinada al trono eres alérgica a todo lo falso, collares que no sean de plata, pendientes que no estén hechos de oro puro, nada de eso puede estar cerca de ti. Te da comezón y te empiezan a salir manchas de color rojo en la piel.

Eso era algo que le confirmaba que Zac estaba diciendo la verdad, ni siquiera les había contado a sus padres acerca de lo que pasaba cuando estaba cerca de joyería falsa, le parecía demasiado tonto y la hacía sentir diferente a el resto de personas que conocía. Se lo había confesado al chico de la máscara en una de sus tantas conversaciones, nadie más podía saberlo más que él.

─ Sí estás diciendo la verdad ─le susurró ella con una pequeña sonrisa, él asintió y se acercó a ella para volver a juntar sus labios en un tierno y amoroso beso, el cual ella correspondió con gusto.

Al separarse Mónica tenía la respiración agitada y tenía varios pensamientos en su mente, pero aun así logró preguntarle: ¿Por qué se había oculto?

─ Tenía miedo a que me rechazaras, nuestro inicio no fue el mejor y, la verdad, yo tampoco me esperaba enamorarme de ti, pero con el tiempo aprendí a quererte Mónica, y necesitaba que tu también lo hicieras antes de que supieras quien era el chico de la máscara ─le explicó mientras acariciaba su mejilla, luego de eso se alejó y tomó el jugo que estaba sobre la mesa de noche─. Ven, bebe este jugo para que tengas algo de fuerza, no has comido y me preocupa ¿Sí? ─le dijo tierno mientras tomaba su mano y besaba sus nudillos.

─ Gracias ─le susurro ella mientras le regalaba una sonrisa.

Después de eso Zac le dio un pequeño beso en los labios y salió de la habitación para reunirse con sus amigos y Jack, lo cuales lo esperaban en la planta baja. Mónica se quedó sola en su habitación, parada al lado de la ventana, bebiendo su jugo y pensando con mucha tristeza:

Al fin encontré a mi chico de la máscara y ya no lo volveré a ver jamás.

Pero se convenció con que eso era lo correcto, salvaría su vida y eso era lo único que importaba, él haría lo mismo por ella ¿O no?

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¿Que les pareció? Lindo ¿No?
Bueno espero que les haya gustado el cap mis hermosos Evenianos.

Los amo a todos
Besos y abrazos
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