Capítulo 25
─ ¡Mónica! ─gritaban al unísono aquellos chicos mientras buscaban a la pelirroja.
─ Mónica, sabemos que te enojaste, perdónanos ─gritó el pelinegro lo más alto que pudo para que la chica los escuchara.
─ Mónica, deja de comportarte como un bebé, ya estás lo suficientemente grandecita como para andar jugando al escondite ─dijo lleno de rabia Zac, era un hombre de poca paciencia y ese momento se la estaba agotando.
─ Mónica, por favor ─gritó Xavier─ No huyas de nosotros, ¿Quieres saber por qué nos comportamos así? Estamos celosos ¿Si? ─prosiguió él lo que todos lo miraron raro ¿Celos de qué?─ Los cinco, estamos celosos de que ese chico pudiera lograr lo que nosotros hemos querido desde que te conocimos, tener tu confianza y que te sientas segura con nosotros ─cuando dijo esto los otros cuatro bajaron la cabeza, pues sabían que él tenía la razón─, pero debes de tener en cuenta que ─hizo una pausa para poder respirar y continuar con su discurso─ te queremos y mucho, si ese chico te lograra hacer algo, que esperemos que no sea su intención, estoy seguro de que ninguno de nosotros sabría qué hacer, escúchame bien, somos chicos, esa es la realidad, tú vives con cinco chicos, y tú misma lo has visto, hay veces que nos paseamos de un lado a otro en ropa interior frente a ti, somos orgullosos y claramente no sabemos expresarnos, a veces te desesperamos o nos comportamos como idiotas al querer protegerte, incluso aún no podemos creer que vivamos con una chica ─dijo algo divertido mientras se mordía el labio y esbozaba una sonrisa a medias─ muy hermosa a decir verdad ─murmuró para el mismo─, pero nosotros solo queremos cuidarte, porque te metiste muy dentro de nuestros corazones y... ─Xavier paró de hablar al sentir una mano en su hombro.
Al voltear se encontró con unos ojos azules y una gran cabellera rojiza cerca de él, de un momento a otro sintió unos pequeños y frágiles brazos en su cuello, Mónica lo había abrazado, sin esperar que una palabra saliera de la boca de la chica, él la rodeo con sus brazos y así se envolvieron en un cálido abrazo, un abrazo que ambos disfrutaron, cada uno por razones distintas, pero se sintieron bien, por un momento se sintieron bien.
─ ¿Y nosotros? ¿Somos parte de la decoración? ¿Parecemos árboles o algo así? ─preguntó Lucas a modo de broma.
Ella extendió uno de sus brazos dándoles a entender que se unieran a aquel abrazo, ellos se acercaron y la abrazaron por un buen rato, dejando que aquel momento quedara en sus memorias por mucho tiempo, disfrutando aquel instante en el que aún se encontraban todos juntos y esperaron que eso nunca fuera a cambiar. En el momento menos esperado pudieron escuchar una hermosa risa, al darse cuenta de quién era la persona que había reído se separaron totalmente asombrados.
─ Mónica te reíste ─dijo Zac con una sonrisa mientras observaba con detenimiento a la pelirroja.
─ No ─le respondió ella con un tono divertido mientras intentaba ocultar la sonrisa que tenía en los labios.
─ Tienes una muy hermosa risa ─le dijo Samuel.
─ Ya me habían escuchado reír antes, no es para tanto ─les dijo mientras se ruborizaba un poco.
─ En eso tienes razón, ya te habíamos escuchado reír antes, pero siempre lo hacías de manera sarcástica, esta vez fue sincera, somos tontos, pero no tanto como tú llegas a creer a veces ─informó Zac mientras se acercaba y pasaba un brazo por los hombros de la chica.
─ Eso no es cierto ─contraatacó mientras se alejaba de Zac─, me he reído de manera sincera varias veces con ustedes.
─ Ajá ─dijeron los demás divertidos logrando que la pelirroja se mordiera el labio inferior y sonriera.
─ Son unos tontos.
─ Unos tontos a los que quieres mucho y ya no puedes vivir sin ellos ─se burló Lucas, logrando que la chica largara una carcajada.
─ ¿Quién les dijo tan vil mentira? Es que hoy en día hay gente tan mentirosa ─dijo totalmente divertida.
Todos ellos arquearon una ceja y de los labios de el rubio solo se pudo escuchar un "¿En serio?" Por lo que ella entendió de inmediato lo que iban a hacer y salió corriendo del lugar en donde estaban, los chicos no tardaron mucho en reaccionar y salieron corriendo tras de ella, por fin Mónica se estaba divirtiendo y les estaba dando la confianza que no les dio al principio, y todo gracias a ese chico, todo gracias a esa carta y todo gracias a esos chicos que eran unos completos entrometidos y sobreprotectores. Tal vez sus padres siempre tuvieron razón, sus amistades verdaderas llegarían a su vida de la manera más inesperada, porque ellos sabían que lo que realmente va a causar impacto en la vida de una persona tardaba en llegar, e incluso tardaba en consolidarse.
Iban corriendo a través de los árboles, las hojas se pegaban al gran vestido blanco que Mónica tenía puesto, mientras que los chicos iban corriendo detrás de ella intentando alcanzarla, en ese pequeño juego que habían empezado en el momento menos esperado; cierto castaño era el más rápido de todos, por lo cual logró alcanzarla aunque con ciertas consecuencias, al intentar agarrarla ambos tropezaron con el vestido de la chica y cayeron de bruces al suelo, estaban como aquel primer día de entrenamiento, cuando él cayó sobre ella y habían quedado cara a cara, él solo sonrío y se apartó de inmediato, pero no fue precisamente por los nervios o porque le desagradara, simplemente había escuchado unas voces y su instinto lo obligó a hacerlo. Sus amigos llegaron hacia ellos y todos se escondieron tras los árboles, pudieron ver como aquel soldado que habían utilizado en el plan era arrastrado hacia un pequeño lago, custodiado por dos chicos altos y con gran cantidad de músculos. Se quedaron sumamente callados para que no los atraparan y no sospecharan que había alguien más que ellos en ese lugar.
─ A ver soldadito, ¿Dónde está esa maldita pelirroja que tanto amas? ─le dijo uno de ellos arrojándolo al suelo cubierto por hojas, logrando que Jack se diera un buen golpe.
─ Hey Alex, ¿Por qué no le decimos que seguramente está haciendo su amada? ─dijo el otro mientras esbozaba una sonrisa burlona.
─ Tienes razón, tenemos que decírtelo Jack, en este momento seguramente estarán festejando su victoria, demostrándose lo mucho que se aman, pero no de cualquier forma sino de una muy particular, porque seguramente ahora mismo ellos dos se están revolcan... ─ las palabras del chico fueron interrumpidas por una voz débil, que casi no se escuchaba y denotaba dolor profundo.
─ Ya basta ─susurró Jack a modo de súplica─ mátenme de una vez, no quiero saber qué es lo que piensan respecto a esto, solo acaben con ello, ni siquiera es su problema.
Mónica les dirigió una mirada de confusión a los demás, sabía que se referían a ella en específico, pero ¿Un acompañante? Ella había estado sola esa vez al menos que... al entrar en cuenta de a lo que ellos se referían solo pudo cerrar los ojos. Eso cada vez iba de mal en peor, ahora le estaban metiendo una pareja y ni siquiera era acertado lo que ellos pensaban.
─ Vamos Jack, grítale, grítale a esa maldita pelirroja que te venga a ayudar, seguro aparece para rescatarte ─gritó uno de ellos, era el tal Alex.
─ Vuelve a llamarme maldita y te juro que te voy a sacar los intestinos y... ─Mónica se quedó con las palabras en la boca ya que Samuel le había tapado la boca para que dejara de hablar o los descubrirían. Ella lo sabía, pero la rabia la había obligado a soltar esas palabras.
─ Púdranse ─espetó aquel chico mal herido con odio, ellos eran sus amigos y ahora hacían esto, no se podía ser más hipócrita.
─ Bien, al parecer no va a venir, hay que terminar con esto de una vez─ dijo el otro mientras hacía una mueca de fastidio, tenían cosas más importantes que hacer.
Todos ellos pudieron ver cómo era que golpeaban con furia a aquel chico que en ese momento se encontraba totalmente débil, tenía moretones por toda la piel y sangre escurría de su boca, sin contar que tenía varios rasguños en los brazos, estaban acabando con él y de la peor manera posible, ellos lo querían hacer sufrir antes ¿Tanto era el odio que le tenían?, al final solo se pudo ver como él empezó a sacar sangre por la boca, uno de los soldados le escupió al final de todo esto.
─ Bien, hay que dejarlo así, morirá después de un rato y después solo les echaran la culpa a los forajidos, al final si vas a servir de algo, adiós mi queridísimo Jack ─dijo por ultima vez uno de los soldados para después irse ambos de ese lugar.
El cerebro de Mónica trabajaba a mil por hora en ese momento, no podía dejarlo morir, pero estaba insegura en si salvarlo o no, sentía que ellos se habían burlado de Jack, pero una cosa era eso y otra dejar que su vida acabara de aquella forma, sin pensarlo dos veces solo les dijo a los chicos:
─ Hay que ayudarlo.
─ ¿Estás loca Mónica? Creo que cada día se te funde otra neurona ─dijo Peter mientras la miraba incrédulo.
─ Chicos hay que ayudarlo, no lo podemos dejar morir ─dijo ella realmente indignada por su comportamiento, Jack no era malo y que lo quisieran dejar morir era realmente decepcionante.
─ No vamos a hacer eso, puede ser una trampa, no estamos libres porque siempre hayamos sido benevolentes con soldados heridos ─le dijo Xavier mientras se cruzaba de brazos, quería hacerla entender.
─ Bien, entonces pueden irse, yo llegare en un rato, no los voy a obligar a nada, pero si me pasa algo al estar sola quiero que sepan que quedará en sus conciencias ─les dijo ella para luego voltearse y caminar en dirección a Jack.
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Bueno, he tomado una decisión importante, el libro de Reino en Llamas tendrá 35 capítulos más el epílogo, o sea que faltan 10 caps sin contar el epílogo para que termine, espero que les este gustando la novela, les daré un adelanto del próximo capitulo ya que vamos en la recta final de la historia.
─ ¡¡¡DISELOS!!!¡¡ DILES LO QUE OCULTAS MALDITA!! ─gritó aquel chico mientras sostenía a la pelirroja por el cuello.
─ ¿De... de que... hablas? ─dijo apenas audible debido a que el oxígeno ya no pasaba correctamente a sus pulmones.
─ SUÉLTALA, NI TE ATREVAS A DAÑARLA ─gritaba fuertemente Zac mientras intentaba acercarse, pero no se quería arriesgar, el soldado podía hacer algo contra la chica si el daba un paso de más.
─ DILES EL ENGAÑO EN EL QUE LOS HAS METIDO ─gritó aún más fuerte mientras apretaba más fuerte el cuello de la chica.
Pero toda esta pelea se vio afectada por unfuerte ruido que se escuchó desde la habitación de la joven, Jack la soltó yella calló intentando recuperar el aliento, Peter y Lucas la sostuvieron y laayudaron a recuperarse, su cuello estaba totalmente rojo y le costaba trabajorespirar, la llevaron a su habitación para ver que era lo que había pasado, alllegar pudieron ver todo destrozado y un diario con V y una S unidas, sabían loque significaba, Virtrow Smoke.
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