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Capítulo 21

─ Oye ¿Me podrías mostrar en donde está el baño? ─le preguntó Mónica al soldado, mientras esbozaba una leve sonrisa.

El soldado asintió con la cabeza y le extendió una mano para que ella la tomara, el soldado la adentró al castillo y la llevó por los largos pasillos, oportunidad que ella no perdió para memorizar puertas, giros y otro tipo de cosas que la ayudarían luego, mientras caminaban ella logró ver una gran puerta que estaba frente a una aún más grande.

─ Oye ¿Para qué son estas puertas? ─le preguntó la chica de la manera más inocente que pudo.

─ Esto no se lo debería decir a nadie, pero... ─le respondió el soldado, pero decidió que podría arriesgarse con Mónica, ella no era un peligro─ la de la derecha contiene todas las coronas y tiaras, ya sabes, las que usaban los antiguos monarcas: Alice Terra, Harry Vento.

─ ¿Clarissa Smoke? ¿Charles Virtrow? ─preguntó Mónica mientras miraba de soslayo a Jack.

─ Ellos también, aunque lo hicieron por menos tiempo, es una lástima. La puerta de la izquierda contiene frascos con los elementos de cada una de las personas en el reino, el rey nunca se deshizo de ellos, solo los escondió, te pido que no digas nada ─le dijo Jack mientras tomaba su rostro entre sus manos y la miraba a los ojos.

─ No te preocupes, no diré nada, tu secreto está a salvo conmigo, no es muy relevante de igual manera ─le prometió, luego le dedicó una tierna sonrisa y besó la mejilla de Jack para distraerlo.

─ Bien, confío en ti. Y esta puerta es el baño ─le dijo señalando la puerta─ ¿Te espero aquí afuera o prefieres que aguarde en el salón?

─ Gracias, me gustaría que me esperaras aquí, pero creo que esas chicas te están llamando ─le dijo señalando a las hijas de los miembros del consejo.

─ Sí, yo creo lo mismo, regreso en unos minutos ─le respondió Jack.

Ella fingió entrar al baño y luego de estar segura de que el soldado se fue se dirigió con sumo cuidado hacia la puerta que él le había indicado era de las tiaras y coronas, al entrar pudo apreciar que toda la habitación estaba en total oscuridad, encendió una pequeña llama en su mano, pero aun así no lograba ver absolutamente nada, al intentar caminar se pudo dar cuenta de que habían varias antorchas, ella no lo pensó dos veces y las prendió todas, al hacerlo pudo observar todas las coronas y tiaras que habían allí, la mayoría tenían demasiadas joyas, tales como: zafiros, esmeraldas, rubíes, diamantes, entre otros, se dirigió hacia la tiara de agua, la cual era muy hermosa y lo mejor de todo simple, después de todo el verdadero poder se encontraba donde menos se esperaba; el plan que todos ellos tenían era robar la corona y otras cosas que los chicos conseguirían, así podrían tener las suficientes pruebas cómo para demostrar que ella era la princesa, lo cual era necesario después de ganar una batalla contra el rey. Estaba a punto de tomarla cuando sintió unas manos deslizándose por su cintura, ella se quedó estática, la habían descubierto, se estuvo unos minutos así hasta que por fin reaccionó y le dio un puñetazo en la cara, sin ver quién era.

─ ¡¡¡Au!!! Eso me dolió, no pensé que fueras tan violenta ─se quejó el desconocido.

De la manera más rápida que pudo la pelirroja se dio la vuelta, encontrándose con un chico que tenía una capa y una capucha sobre su cabeza, la cual no dejaba que le viera los ojos, luego de ellos se dio cuanta que la parte de la boca y la nariz él tenía puesta una cubre bocas, lo cual le pareció hasta gracioso, ya que parecía que él tenía una máscara. No se notaba como si quisiera hacerle daño, lo cual la alivio un poco, pero hizo que se sintiera culpable por el golpe que le había propinado.

─ Perdóname, no te he visto y me has asustado, no agarras a una persona por la espalda cuando está concentrada, eso da miedo ¿Sabías? ─dijo ella mientras seguía intentando ver algo que pudiera hacer que ella identificara a aquel chico, pero parecía imposible.

─ No hay problema, además creo que tienes razón de que lo que hizo no estuvo muy bien, sólo quería verte- le respondió él mientras metía una mano en su capucha y se rascaba la nuca.

─ ¿Qué? ¿Quién eres? ¿Qué es lo que quieres? ─le preguntó la pelirroja desconcertada ante lo que el chico de identidad misteriosa le había dicho ¿Para qué quería verla?

─ No importa quién soy, lo que importa es que sin querer me he enamorado de ti y ya no sé qué hacer, estás haciendo que me pierda y necesito saber como lograr que eso no pase ─le explicó─ quiero que me correspondas como yo a ti, te quiero, Mónica.

─ ¿Acaso me conoces? ¿Yo te conozco a ti? No puedes enamorarte de alguien solo así, no tiene...no tiene sentido ─le insistió ella incrédula ente lo que le acababa de decir.

─ Créeme, nos conocemos, más de lo que deberíamos, yo sé que enamorarse de alguien lleva tiempo, Mónica, mis sentimientos no surgieron de un día para otro, esto lleva rato ─le volvió a contestar él

Con ésta confesión ella se quedó quieta, él se acercó a paso lento a ella, al ya estar lo suficientemente cerca la tomó de la cintura y empezó a acariciar una de sus mejillas, haciendo así, que ella cerrará los ojos. Mónica no sabía si era por las palabras que él había pronunciado o por la forma tan cariñosa en que sintió que la estaba tratando, pero no deseó alejarse, se sentía en confianza y hasta...protegida. Lo cual le pareció una ridiculez, no era posible sentirse así con un desconocido, al menos que él no lo fuera.

─ Quisiera saber tu nombre ─le susurró la pelirroja.

─ Creo que eso no se podrá, no éstas preparada para saber quién soy, por ahora, mientras tanto sólo soy el chico de la máscara, tu chico de la máscara ─le dijo en el mismo tono, como si eso fuera algo completamente confidencial. Algo que solo podían saber ellos dos.

Él empezó a acariciar su cabello, para bajar hacia su mejilla y terminar acariciando sus brazos, ella se estaba volviendo loca con estas caricias, Mónica quería algo más, pero intuía que nada iba a pasar al menos que ella fuera lo suficientemente directa con él.

─ Bésame ─fue lo único que pidió ella mientras tomaba la camisa del chico

─ Está bien, cierra los ojos y no los abras, es mi única condición ─le susurró el chico en el oído, a lo que ella obedeció de inmediato.

El chico bajó la mascarilla que le cubría la cara y se acercó a los labios de la pelirroja, las respiraciones de ambos ya se alcanzaban a mezclar, al final la pelirroja no aguantó más y, aún con los ojos cerrados, decidió eliminar el espacio que quedaba entre ambos. El chico le correspondió el beso sin esperar más, la enrolló entre sus brazos mientras sentía como era que ella enrollaba los brazos en su nuca, logrando que la capucha cayera, dejando su rostro al descubierto, pero no le importó, no en esos momentos. Se estuvieron besando por lo que ellos creyeron unos cuantos segundos, aunque la verdad era que ya había pasado rato desde que ellos estaban así, no se separaron hasta que escucharon un grito. De inmediato el chico se separó, se puso la capucha y se dio la vuelta para arreglarse el cubre bocas y que la chica no lo mirara.

─ MÓNICA, ¿EN DONDE ESTÁS? ─gritaba Jack mientras intentaba ubicar a la pelirroja.

─ Maldición, Jack, me había olvidado de él ─susurró ella─ me tengo que ir.

─Yo también ─le indicó el chico mientras la miraba

Ella subió una de sus manos a su rostro, dándole a entender a aquel desconocido que quería quitarle la máscara, pero él sólo tomó sus muñecas y bajo sus manos lentamente, con el fin de que ella no identificara algún rasgo notable de él.

─ Aún no, princesa, debes esperar un poco más ─le dijo él.

─ No puedo quedarme con la duda, debo saber quién eres, me acabo de besar con alguien que no sé que intenciones tenga conmigo ─le contestó mientras intentaba acercarse a él.

─ Lo sé, sé que no parece algo muy normal, pero supongo que así tendrá que ser lo nuestro, un poco diferente, ten esta carta, resolverá todas tus dudas o al menos la mayoría ¿Está bien?

Él le entregó un pequeño sobre de color crema, ella lo vio detenidamente para luego dirigir su vista a él chico, una carta, como si él no le pudiera decir las cosas en persona.

─ Ya tienes que irte ─le dijo él mientras acariciaba su mejilla.

─ Adiós ─se despidió la pelirroja aún no muy convencida.

Antes de irse ella corrió un poco la mascarilla del chico y dejó un pequeño beso en la mejilla, haciendo que le quedará un poco de lápiz labial en esta, ella retrocedió y se pudo dar cuenta que el chico la veía mientras ella se iba, no había visto su rostro, pero había sido hasta agradable estar con él. Llegó a la puerta y con cuidado salió por ella, no había nadie, corrió lo más rápido que pudo hacia las escaleras que llevaban a la cima del castillo, cuando se observó un reloj que halló en el camino se dio cuenta de que estaba muy atrasada y justo en ese momento se percató de que había olvidado la corona, por lo cual se dio un golpe mental.

Iba corriendo por las escaleras cuando se pudo dar cuenta de que alguien la venía persiguiendo, apresuró el paso hasta llegar a la puerta que llevaba a la cima del castillo, justo en uno de los balcones de la parte de arriba, salió por esta y la cerró fuertemente, la trabó con unas cosas de metal que habían allí y las derritió con fuego para que estuvieran un poco más resistentes, al terminar eso corrió hacía una de las orillas del techo, iba a saltar pero antes de hacerlo el vestido se trabó entre algunas cosas.

─ Maldición ─susurró para sí misma ante ese inconveniente, en especial porque el metal derretido no iba a aguantar mucho sosteniendo esa puerta.

Intento zafarse, pero le era imposible, Mónica se pudo dar cuenta quealguien golpeaba la puerta en señal de que quería abrirla, ella intentó sacarel vestido aún con más insistencia, no quería que la atraparan, no lo lograba yeso estaba haciendo que ella se desesperase, de repente la puerta se abrió,dejando ver a la persona que había estado intentando abrirla.

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