La joven se removió en la cama un poco incómoda, abrió los ojos y se apartó el cabello de la cara, lentamente se dio cuenta que estaba en su habitación, lo cual le pareció extraño, ya que ella no recordaba haber estado en ese lugar antes de desmayarse. Le dolía un poco la parte baja del estómago y le dolía un poco moverse lo cual la incomodó hasta cierto, en especial porque no tenía una imagen clara de lo que había pasado, al ver hacia abajo se dio cuenta de que no tenía todas las vendas que tenía antes y mucho menos una cicatriz, era algo demasiado anormal, incluso para estar en Evenia que tenía métodos tan avanzados en la medicina. Ella estaba confundida, quería saber qué era lo que había pasado y como habían terminado las cosas el día anterior.

─ ¿Qué es lo que ha pasado? ─dijo para sí misma mientras pasaba la mano por donde había estado la herida.

─ Te desmayaste y casi te mueres en frente de nosotros ─le respondió una voz conocida haciendo que se sobresaltara y volteara a ver la puerta de la habitación.

─ ¿Cómo es que ahora siempre se despiertan antes que yo? ¿Hace cuánto estás ahí parado? ─reclamó mientras se arreglaba un poco el cabello, luego intentó levantarse para salir de la cama.

Al intentar levantarse sintió una pequeña punzada en el abdomen, ya la habían curado, pero eso no significaba que el dolor iba a desaparecer de la noche a la mañana, el dolor desaparecería con las horas o incluso los días. Ella hizo muecas al intentar ponerse en pie, Zac comprendió a causa de que eran esas muecas y corrió a ayudarla, pasó un brazo por su espalda y la ayudo a pararse, ella se dirigió al baño con ayuda de él, la dejó allí y se quedó en la cama de su habitación a esperar a que la chica saliera, mientras ella estaba en el baño se duchó, se colocó ropa cómoda, arregló su cabello en una coleta alta y salió de él, apoyándose en todo lo que encontraba, al ya estar fuera Zac le pasó un brazo por la espalda para que no tuviera que hacer mucho esfuerzo al caminar, luego la ayudo a bajar las escaleras y a sentarse en una de las sillas que estaban en la cocina, asegurándose de que estuviera cómoda. En la cocina se encontraban todos los chicos, los cuales al observarla esbozaron una pequeña sonrisa.

─ Ya despertó la princesa ─dijo Xavier mientras se acercaba a ella y dejaba un beso en su mejilla.

─ Hola ─les dijo ella mientras les sonreía y se acomodaba en la silla donde se encontraba.

─ ¿Cómo te sientes? ─le preguntó Samuel mientras se sentaba a su lado y tomaba sus manos.

─ Mejor ─les contestó ella─ No sé que es lo que haya pasado ayer, pero definitivamente espero que todo haya salido bien, puedo soportar este dolor, supongo que estaré de vuelta en uno o dos días.

Zac le sirvió su comida en un pequeño plato, tenía muchas de las cosas que ella solía comer, ella quedó impresionada ante ese gesto, ya que antes él y ella no se llevaban bien, pero ahora eran cómo hermanos, se tenían un gran afecto y todos notaban eso, tal vez las cosas estaban empezando a cambiar para bien; claro que alguien más pensaba que ese afecto se podría convertir en algo más fuerte y duradero, ciertamente no se sabía que era lo que pasaba por la cabeza de Mónica, ellos no sabían que era lo que pasaría una vez ella tomara el trono, no sabían si se casaría, si se alejaría de ellos, si los echaría como ratas o se quedaría a su lado, nada era seguro en ese momento, lo único que podían hacer era esperar a que el destino lo decidiera y que Mónica los quisiera tanto como parecía y no llegara a traicionarlos.

─ Zac preparó la comida, te lo puedo jurar, esta es la primera vez que él se decide por hacer algo de comer y la verdad no le quedó nada mal ─dijo Peter mientras se metía un trozo de jamón a la boca.

─ Creo que tiene fiebre ─dijo Samuel mientras miraba a Zac sonriendo, divertido por lo que había dicho

─ Ya chicos, sólo quería hacer la comida, no es para tanto, si tanto les molesta ya no lo vuelvo a hacer, háganlo ustedes, esta vida no es la mía ─explicó comiendo el castaño, el cual les hizo una mueca de desagrado logrando que todos soltaran una risa.

En el transcurso de la mañana todos se la pasaron tranquilos, fueron a dar un paseo y entrenaron un poco para que Mónica se fuera acostumbrando a la actividad física de a poco, ella se dio cuenta de que los chicos habían mejorado mucho en el entrenamiento, juraba que habían aprendido muy rápido y que en definitiva se habían esforzado mucho por cumplir su parte del trato mientras ella estaba en cama. Claro que la pelirroja no se esperaba una inusual visita, cuando la tarde estaba cayendo la puerta de la cabaña fue abierta por Lucas, detrás de ella estaba un chico rubio y de ojos azules, que al ver a Mónica se le formo una gran sonrisa, de ello sólo dos de los chicos se dieron cuenta. Él se acercó a Mónica y le besó el dorso de la mano, según lo que ella sabía los chicos ya tenían el suficiente entrenamiento gracias a él, ya que mientras ella estaba herida el chico se había encargado de entrenarlos, al principio no puedo evitar mostrar su inconformidad con los chicos por haber confiado en un desconocido, pero luego ellos le explicaron que lo habían hecho luego de asegurarse de que el nuevo era de confianza.

Ella ya tenía el plan perfecto para acercarse un poco más a la corona, pero necesitaba preguntar cuando seria el baile, que los chicos ya contaran con más entrenamiento era otro punto clave para el plan que ella había armado esas noches de insomnio y de dolor, en las que se suponía que los chicos se turnaban para cuidarla, aunque siempre se dormían antes que ella.

El rubio la miraba con esa misma cara con que la veía Caleb, el chico que había ayudado a atenderla el día anterior, los chicos al percatarse de eso se quedaron confundidos, algo raro ocurría en ese preciso momento y estaban seguros que todo giraba en torno a la princesa, no debían confiar en nadie en esos momentos, cualquiera podría querer hacerle daño a alguno de ellos.

─ Creo que ya te puedes ir, Mónica está mejor, ya no te necesitamos ─dijo Peter de una forma muy grosera, lo cual era muy raro en él.

─ Chicos, no sean descorteses, él los ayudó y... ─dijo Mónica, pero fue interrumpida en su intento por defender al rubio.

─ Claro, ya me voy, lo último que quiero son problemas ¿Está bien? ─contestó el rubio─ adiós linda, espero que te mejores pronto ─se despidió de Mónica con una sonrisa de oreja a oreja.

Al irse la chica miro con reproche a los demás, los cuales sólo se encogieron de hombros sin darle demasiada importancia, pero ella exigía una explicación con la mirada. Ellos le explicaron todo lo que había pasado cuando ella se desmayó, desde el enojo de Zac hasta que se retiraron bajo la mirada extraña de Caleb, claro que omitieron la pregunta que le hizo Zac a Lucas y Xavier, no creían que fuera muy conveniente que ella se enterara de todo eso, no era el momento para poner todo incómodo entre todos ellos; ella les prestaba mucha atención y esperaba tranquilamente, esa tranquilidad cambio cuando le explicaron lo de las miradas, estaba muy confundida, no se podían comportar así por algo tan simple y sin sentido.

─ A ver, me están diciendo que se comportaron así porque me estaban mirando, me estaban observando y eso fue suficiente para que piensen que tenían malas intenciones ¿Estoy en lo correcto? ─preguntó ella mientras pasaba su mirada incrédula de uno a otro.

─ Algo así ─contestaron al unísono, en ese momento se dieron cuenta que decirlo en voz alta no tenía tanto sentido como cuando lo habían pensado.

─ Bien, vamos a dejar ese tema para después, no es que interese mucho, de igual manera ya pasó y no controlo el tiempo para hacer algo con eso, ahora lo que quiero es saber otra cosa ¿Cuándo es el baile? Y no me digan que no saben porque yo sé que sí ─cuestionó la chica.

─ No otra vez ─le reclamó Zac─ ya te dijimos que no vas a ir a ese baile. Ya tuvimos esa discusión y no hace falta volver a repetirla.

─ Además ¿Para qué quisieras ir? ─dijo Lucas─ es un lugar lleno de estirados y personas pretenciosas, tacañas y egocéntricas, si crees que hay algo divertido ahí estás muy equivocada.

─ ¿Cuándo es? ─volvió a preguntar ella entre dientes.

─ En tres días ─le contestó Samuel queriendo evitar inconvenientes con esa chica.

─ SAMUEL ─le reprocharon los demás mientras lo miraban mal.

─ Ni si quiera lo pienses, Mónica, no vas a ir a ese tonto baile, en este momento lo que menos debes de hacer es exponerte o ponerte en peligro, no, nunca, no sé de que otra forma quieres que te lo digamos ─dijo Xavier mientras negaba con la cabeza y con las manos al mismo tiempo, quería dejar muy en claro que él estaba en contra de esa decisión.

─ Yo nunca dije que iría ─dijo Mónica y luego hizo una pausa─ al menos no sola.

─ ¿Qué quieres decir con eso? ─le preguntó Peter totalmente desconcertado.

─ Ustedes también van a ir, tengo un plan que nos servirá por lo menos para recuperar la corona de agua o incluso poder saber algo más acerca del castillo y no lo voy a hacer sola, de hecho el baile es una gran distracción, ya que mientras nosotros hacemos eso todos estarán en el baile, nadie va a sospechar que alguien se va a infiltrar esa noche, sí, va a haber el doble de seguridad, pero con una buena fachada podremos pasar desapercibidos, además, necesitamos planos del castillo y los horarios de las guardias, también los puntos débiles del ejercito del rey ─les explicó, esperando que ellos captaran lo que ella les quería dar a entender.

Lo que dijo la pelirroja era verdad, ya había perdido mucho tiempo y sentía que se estaba desviando de su misión principal, necesitaba hacer algo pronto, luego habría más tiempo para hacer otro tipo de cosas y descansar, pero en ese momento necesitaba empezar a planear una estrategia contra el rey Benjamín.

─ Estás diciendo que no quieres ir a ese baile, pero vas a ir para intentar saber algo acerca de cómo recuperar el reino y encontrar cosas útiles para ellos ¿Verdad? ─comprobó Xavier que lo que había entendido era correcto.

─ Sí, estás en lo correcto ¿Van a ir? Porque si es así deben de saber el plan, no quiero tropiezos en esto, saben que es muy importante para mí ─dijo ella.

─ Claro que iremos ─le contestaron todos demostrándoles que su apoyo era incondicional.

─ Bien este es el plan.... ─les empezó a explicar ella mientras tomaba un lápiz y una hoja de papel, para dibujar un pequeño plano del castillo que ella había aprendido hace un tiempo─ la corona de agua posee algo especial que hace que muestre quien es un Virtrow, aún no estoy muy segura de como es que lo realiza, pero lo averiguaré una vez que la tenga en mis manos. Necesito que uno de ustedes vaya por los planos del castillo, están en el estudio de los reyes, que era donde se juntaban antes los monarcas de los cuatro elementos, tengo una pequeña idea de como era el castillo antes, pero necesito una idea exacta de ellos, además de eso necesitamos una lista e soldados, armas, estrategias de protección y de ataque que pueda tener el rey. Si se va a hacer algo se tiene que hacer bien, no puedo darme el lujo de fracasar en una misión que puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte.

Se la pasaron todo el resto del día explicando el plan, por suerte Zac tenía un mapa del castillo gracias a su hermano, quien era soldado, lo cual les facilitó mucho el saber a donde era dónde tenían que ir, el mapa era de hace unos años y ellos necesitaban algo más reciente ya que los garabatos de Mónica no eran muy entendibles, pero ella se defendió que ella no estaba en ese lugar para dibujar nada, ella sabía perfectamente que era lo que tendría que hacer y lo que posiblemente estaba sacrificando, pero era algo que sentía que le debía a sus padres, a los biológicos y a los adoptivos.

Fue una suerte para Mónica enterarse que Peter y Xavier se habían ido a recoger algunas cosas de la vieja cabaña donde ellos cinco vivían antes, entre las cosas que llevaron habían muchas útiles, las cuales siempre tenían empacadas, pues antes de Mónica ellos tenían que escapar más seguido, no se podían dar el lujo de permanecer en un lugar por más de un mes.

─ Bien, entonces la última en salir sería Mónica ¿Verdad? Va a tomar la corona y esconderla en algún lugar a la vista, luego va a estar otro rato con el soldaducho y se va a retirar, no sin antes pasar por la corona ─cuestionó Samuel asegurándose de que esos detalles estuvieran claros para él y para todos sus amigos.

Todos dirigieron su vista hacia la pelirroja que estaba dormida en el hombro de Lucas, y no era de exagerar, pues ya era demasiado tarde y seguramente ella estaría cansada, ya que fue la que más entrenó debido a que no lo había hecho en tanto tiempo, además de que su propio cuerpo exigía un descanso para poder recuperarse. Lucas la cargó en sus brazos y la llevó a su habitación para que pudiera descansar mejor, la recostó en la cama y luego salió directo a su habitación para descansar al igual que los demás. Había sido un día algo y los días que faltaban para el baile lo serían más, pues debían de idear el plan perfecto.