Varios adolescentes se encontraban parados frente a dos grandes puertas de color plateado, las cuales resguardaban a la futura reina de Evenia. La mayoría de ellos todavía estaban intentando despertar, pero había uno en particular que estaba más despierto que nunca, y no era solo el saber que posiblemente su plan funcionaría, sino que estaba tan alegre al saber que su amada dejaría en claro el amor que sentía por él frente a todos.

─ Bien, Nicky, ¿Sabes el plan?

─Sí, Zac, me lo has dicho como cien veces, no soy tonta, tal vez un poco, yo no debería estar ayudando con estas tonterías, ni meterme en sus problemas de pareja.

─ Sí, lo siento Nicky, son los nervios, ya sabes, no creo que vaya a ser tan sencillo, pero en serio te agradezco lo que estás haciendo ─habló Zac para luego voltearse a los demás─. Bien, para lo que los reuní tan temprano es... bueno, Mónica todavía me quiere, creo que lo vieron ayer, pero yo...bueno...ella me odia

─ ¿Te odia o te quiere? ─preguntó Lucas disgustado debido a la hora que era.

─ Zac sin rodeos, tengo sueño, mucho sueño tuve una noche bastante...cansada ─le siguió Peter.

─ Nicky tiene una clase de elemento, o algo así, puede crear ilusiones ópticas con el viento y polvo, o eso le entendí yo, no soy experto en cosas crissanianas ─explicó el castaño.

─ Puedo controlar la materia, usar cualquier cosa que esté a mi alrededor y convertirlo en algo que use en ese momento, luego se evapora y vuelve a su estado normal, no es tan difícil de entender ─se expresó ella.

─ A eso me refería yo ─le restó importancia Zac─ el punto es que ella hará un perrito, el perrito empezará a juguetear con Mónica mientras ella duerme...

─ ¿Y eso qué? No tenemos nada que ver en esto, si quieres que ella te patee el trasero asegúrate de que no nos lo patee a nosotros también, estás siendo un muy mal amigo en estos momentos.

─Claro que sí tienen que ver en esto, haré como si le estoy hablando a Mónica, ella pensará que soy yo él que la está acariciando y quiero que ustedes estén aquí en el momento en el que Mónica declare su amor por mi, si hay testigos ella no se podrá excusar tan fácil. Además, soy muy buen amigo, Samuel.

─ Pregunta seria ─opinó esta vez Cassy─ ¿Por qué en vez de que Nicky cree algo no eres tú el que se acerca a Mónica?

─ ¿Y arriesgarme a que me deje un ojo morado si esto no funciona? No estoy tan desesperado y a mi parecer eso sería un poco...raro, está durmiendo, no me voy a acercar a hacerle caricias mientras está tan...vulnerable.

─ Sí, y esto es menos raro.

─ Nos va a mandar a todos a la mismísima... ─empezó Evan.

─Cocina, ve a la cocina, normalmente tengo aroma a pastelillo, trae un poco de levadura para que Mónica se lo crea, además es su postre favorito y eso hará que se despierte de buenas ─habló Zac interrumpiendo a Evan.

─ Tendrás olor a pastelillo quemado, no entiendo como a Mónica le puede gustar tu olor, claro que es comprensible, solo cuando estás con ella te bañas ─se burló Xavier y todos se empezaron a reír.

─ Yo iba a decir que nos iba a mandar a la mierda, pero el razonamiento de Xavier tampoco está tan errado.

─ Bien no importa, el punto aquí es que Mónica me eligió a mí por sobre todos los chicos, me bañe o no, aunque siempre lo hago ─se defendió Zac y se acercó a la puerta intentando ignorar al resto.

─ Empecemos ─suspiró Nicky sabiendo lo que se avecinaba y se puso al lado de Zac. Antes de acercarse a Zac notó la mirada hostil que Jack le lanzó y solo pudo rodar los ojos ante esto, que lo superara, Jack no podía decidir con quien tenía que salir Mónica.

Abrieron la puerta lentamente y vieron a Mónica, la cuál yacía en la cama inmóvil, de no ser porque a lo lejos se notaba que estaba respirando, posiblemente todos hubieran creído que estaba muerta; a Zac se le dibujo una pequeña sonrisa al verla, era tan bella, estaba despeinada y con la boca semi abierta, pero igual se miraba hermosa. El resto de los chicos se colocaron detrás de los ya mencionados, Nicky tomó un pequeño jarrón que había estado sosteniendo todo ese tiempo, luego soltó una pequeña montaña de arena en el suelo y con ella creo un canino, hizo que se acercara a Mónica e intentara despertarla mientras este jugueteaba un poco a su alrededor, pero justo en el momento en el que Zac iba a empezar a hablar escucharon como Mónica pronunciaba algunas palabras aún dormida.

─ Zac, basta ─murmuró y se giro dándole la espalda a los chicos, aún estaba dormida─ Zac, tengo sueño ─volvió a repetir mientras hacía un pequeño puchero que no fue visible para los demás─ Mi amor, basta, estoy hablando en serio ─ordenó ella haciendo que todos la miraran enternecidos y Zac esbozara una pequeña sonrisa. El amor seguía ahí, pero necesitaba recuperar la confianza de la chica para tenerlo de vuelta. Justo en ese momento Nicky hizo que el perrito lamiera el rostro de la pelirroja, haciendo que esta se despertara sobresaltada─ Zac, eres un asqueroso, te dije basta.

El rostro de Mónica cambio de un momento a otro al ver a todos los chicos parados en la puerta de su habitación, no pudo evitar que los colores se le subieran a las mejillas y que sus manos empezaran a sudar, lo único que deseaba era que las palabras solo hubieran sido parte de su sueño.

─ Eres tan linda cuando estás enamorada ─se mofó Jack, mordiéndose la lengua para no terminar de decir lo que pensaba "enamorada de un imbécil".

─ Salgan de aquí, ya ─ordenó la pelirroja mientras apretaba los puños en una manera de calmarse─ ¡¡LÁRGUENSE AHORA!! ─gritó totalmente enojada.

Todos salieron lo más rápido que pudieron, lo último que querían era que la chica los sacara a patadas, solo el castaño se había quedado en la habitación con una sonrisa de oreja a oreja, en sus ojos había una chispa muy especial que nadie podía describir con exactitud, por que era una chispa que solo tenía cuando estaba con cierta princesa. Mónica al verla parado en la puerta se levantó de la cama hecha una furia.

─ Dije que se largaran, para ser más exacta, pedí que tú te largaras ─dijo mientras examinaba el rostro del castaño.

─ Ambos sabíamos que no querías decir eso, tú querías que nos dejaran solos ─murmuró el castaño y luego estampó sus labios contra los de la pelirroja haciendo que ambos caminaran hasta caer en la gran cama que había en la habitación. La pelirroja enredó los dedos en la cabellera del castaño, la cual ya necesitaba un buen corte; el castaño acariciaba lentamente la mejilla de la pelirroja mientras que los labios de ambos seguían un dulce compás. ¿Por qué se torturaban tanto? Si ambos sabían que eran felices de ese modo.

Después de un largo tiempo de tener sus labios unidos y de acariciarse todo lo que no habían podido hasta ese momento la pelirroja recobró la cordura y empujó a el castaño lejos de ella, ella se levantó de la cama y se dirigió al balcón, su respiración estaba agitada, su mente estaba nublada y sus manos estaban temblando.

─ ¿Cuál es tu problema? ─le reclamó al castaño mientras lo empujaba─ No quiero estar contigo ¿Tan difícil de asimilar es eso? ─pronunció y volvió a empujar al castaño─ Te juro que ya no aguanto, y esto ha llegado a tal punto que he decidido contraer matrimonio.

─ ¿Qué? ─preguntó el castaño desconcertado e impactado por las palabras de Mónica─ ¿Con quién?

─ No lo sé, pero he llegado a un grado de desesperación que soy capaz de casarme con quien sea, te dije muchas veces que te alejaras de mi, pero no entiendes, así que te haré entender por las malas, me voy a casar.

─ ¿Por qué? ¿Por qué no quieres estar conmigo?

─ No quiero dañarme y distraerme más de lo que lo he hecho.

─ ¿Ya no me quieres?

─ ¿Tú que crees? ─seguido de esto la pelirroja empujo al castaño fuera de la habitación y cerró la puerta en su cara.

─ Mónica, abre la puerta ─gritó Zac mientras golpeaba la puerta varias veces. "¿Tú que crees?" ¿No era más fácil decirle sí o no?

─ Se ve que está loquita por ti ─dijo alguien a sus espaldas.

─ Xavier ─pronunció y se acercó a su mejor amigo─, pensé que habías huido como cobarde para que Mónica no te pateara el trasero.

─ Hui como cobarde, pero me quedé cerca para que ella no te pateara el trasero a ti. ¿Qué pasó?

─ Es tan terca y tan orgullosa, no deja que hable con ella y tampoco deja que le explique los que paso, es tan... necia ─exclamó el castaño con total frustración.

"¿Tú que crees?"

Pues él calculaba que sí, pero no estaba muy seguro.

─ Es igual a ti ─habló Xavier─ es por eso que sus personalidades chocan, Zac, pero te paciencia, te prometo que todo se va a arreglar, y no sigas teniendo ideas tan dementes, en otras circunstancias podrían decirte acosador.

─ Xavier ¿Te puedo hacer una pregunta? ─indagó el castaño.

─ Por supuesto

─ ¿Cómo le haces? Me refiero a ¿Cómo haces para evitar pensar en el amor que sientes por Mónica? Te comportas indiferente y parece que no te afecta ─empezó a hablar Zac.

─ Mira, una de las principales razones por las que evito pensar en eso es porque ella te quiere a ti, es hermosa por dentro y por fuera, pero soy consciente de que eso no está destinado a mí. Nuestros casos son diferentes, lo que funciona para mí no es lo mismo que funcionará para ti.

─ ¿De que hablas? ─preguntó Zac confundido.

─ No soy quien, para darte una solución, porque no sé si funcionaría para ti, solo dale tiempo, deja que tenga su espacio, ella lo necesita. Puede sonar un poco egoísta para ti, pero a ella aún le duele, a diferencia nuestra no le enseñaron a controlar lo que pasa aquí ─explicó Xavier mientras ponía una mano en el lado izquierdo del pecho de Zac─, verás que todo se irá calmando, ahora vamos a comer, me muero de hambre y seguro tú también.