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Capítulo 43

─ Que lindas palabras, su majestad, la felicito, veo que eligió bien a su consejo ─le dijo la reina de Samford a Mónica.

─ Muchas gracias, y no sólo elegí a mi consejo, elegí a mi familia ─le agradeció Mónica para luego pararse de puntillas y besar la mejilla de Zac, quien la tenía sujeta por la cintura.

─ Por cierto, mi hijo quería saludarte, debo decir que nos entristeció un poco saber que la carta que nos llegó a cerca de la propuesta de matrimonio era un error, de igual manera, él quiere conocerte un poco más, para hacer más fuerte la relación entre ambos reinos. Ya sabes, no descartes lo que él te ofrece aún

─ Seguro me lo encontraré en un rato, la noche aún es joven, la veo luego, debo ver a los demás nobles ─contestó Mónica ignorando las últimas palabras que la reina le había dicho.

─ Claro, querida, seguro nos encontraremos dentro de unas horas ─se despidió la reina, pero antes de irse le dirigió una mirada fría al castaño que se encontraba al lado de la pelirroja.

─ Mi hiji qiirii silidirti ─la imitó Zac por lo bajo─ ¿La viste? ¿Viste como me miró?

─ No te burles, podría escucharte ─lo regañó Mónica, pero luego soltó una gran carcajada─, la mitad de las personas te miran como si fueras una clase de Dios por enamorarme y la otra mitad te dirige miradas de odio.

─ Que graciosa, vamos a comer algo ─murmuró Zac antes de rodar los ojos.

─ Te amo ─habló Mónica mientras le sonreía a Zac, desde que había bajado de la tarima para encontrarse con Zac y con sus amigos, se había empeñado en fastidiar al castaño.

─ Yo te amo mucho más ─le respondió Zac de manera distraída mientras metía una fresa con chocolate en la boca de la pelirroja─ ¿Alguna vez te comenté que cuando comes pareces una muy linda ardilla? ─indagó Zac a lo que la pelirroja negaba con la cabeza mientras intentaba masticar la fresa para poderla tragar─ Bueno, cuando comes mandas la comida a una de tus mejillas, eso hace que se infle y parezcas una...

─ ¡Mónica!¡Que gusto que te encontré! ─chilló una voz detrás de los dos jóvenes haciendo que Mónica se empezara a atragantar, Zac empezó a darle unas palmadas en la espalda y luego le pasó un vaso de agua para que se calmara un poco─ Lo siento, no sabía que volver a escuchar mi voz te iba a alegrar tanto, ¿Estás bien?

─ Sí, estoy bien ─murmuró Mónica con la voz ronca antes de toser una última vez─ ¿Cómo estás, Agni Woodlook?

─ Mucho mejor ahora que te veo ─indicó el heredero de Samford mientras besaba la mano de la pelirroja─. Que hermosa te has puesto, la última vez que te vi tenías unas pequeñas ojeras, pasabas por una severa depresión, según me dijeron mis padres, en realidad nunca profundicé mucho en el tema.

─ ¿Por qué no lo habrás hecho? ─preguntó fastidiado Zac.

─ No soy un metiche.

O simplemente no te importaba. Pensó Zac mientras ponía los ojos en blanco.

─ Ahora estoy mucho mejor, Agni ─contestó Mónica para que esos dos chicos no se pusieran a pelear.

─ Mónica, veo que estás con...

─ Zac, su novio ─soltó el castaño mientras apretaba la mano del chico de cabello gris frente a ellos─ Mucho gusto, estábamos a punto de ir a bailar, espero no te moleste.

─ Espero que a ti no te moleste si primero la saco a bailar yo, es una gran amiga, quisiera hablar con ella un momento, si no te importa, después de todo, hay asuntos muy importantes que me gustaría tocar con Mónica ─pidió Agni mientras le sonreía de manera hipócrita a Zac.

─ No ─susurró Zac entre dientes─, no me molesta ─mientras soltaba la mano de la pelirroja.

─ ¿Mi opinión no cuenta? ─preguntó Mónica mientras se aferraba al brazo de Zac─ No tengo ganas de bailar, Agni, tal vez en un rato, la verdad quisiera estar un rato más con Zac, si no te molesta.

─ Como tu quieras, vi a Cassandra por allá, iré a preguntarle a ella si no quiere bailar.

─ Suerte, Lucas no se va a controlar como lo hice yo ─le informó Zac mientras le regresaba la sonrisa hipócrita de hace un rato.

─ Vete al demonio ─rechistó el príncipe mientras se alejaba muy enojado de ahí.

─ ¡ADEMÁS SE LLAMA CASSIDY, NO CASSANDRA! ─gritó Zac para seguir molestando a Agni.

Mónica le sonrió a Zac mientras negaba con la cabeza.

─ Creí que solo te gustaba fastidiarme a mí.

─ Si te consuela, eres a la que más disfruto molestar.

─ Imbécil.

─ Amargada.

Durante el resto de la noche hablaron con otros nobles de reinos vecinos, caminaron juntos por el gran salón y hablaron entre ellos de diferentes cosas, además de que fue más que claro que las muestras de cariño se notaron durante toda la velada.

La noche transcurría lentamente; no había noticias de Meredith, todos los chicos se hallaban esparcidos por todo el salón, durante la noche Sarah se había retirado ya que se hallaba muy cansada, era una noche magnífica.

─ No miro a nadie por aquí, Zac, nos dejaron solos ─refunfuñó la pelirroja mientras miraba por todo el salón. Nicky y Jack se habían retirado hace un rato a su habitación, Lucas y Cassy estaban...vaya a saber donde se encontraban esos dos, Peter estaba afuera del salón coqueteando con una princesa, Samuel se había unido a los soldados para buscar a Meredith junto con Evan, Xavier y Erick habían salido con una botella de alcohol hacía el jardín hace un rato.

─ Vamos a bailar una pieza, luego buscamos a algunos de ellos para que se queden aquí y nosotros subimos, debes de estar cansada y necesitas todas las fuerzas que tengas para mañana ─aconsejó Zac mientras le acariciaba la mejilla con cariño.

─ Está bien, vamos a...

─ Cuñada ─gritó Erick logrado que la pareja volteara, detrás de él venía Xavier con una sonrisa en el rostro─ Tú y yo, en la pista de baile, a ver quien es mejor─ luego de eso la alejó de Zac y la abrazó.

─ No sé bailar, Erick, creo que tú me ganarías ─bromeó la chica.

Esos dos apestaban a alcohol.

─ Yo te enseñaré, te dejaré ganar si es que lo haces muy mal.

─ Me parece una muy buena idea, vuelvo en seguida, amor ─le informó Mónica a Zac mientras se alejaba y se despedía con la mano─ Dime que no tomaron demasiado.

─ ¡Claro que no! ─exclamó indignado Erick─ Fue la mitad de la botella cada uno, eso no es demasiado, en las fiestas que hacía el rey tomaba más. Tomamos cuatro botellas y nos tomamos la mitad él y luego yo...

─ ¡Eres un grosero! ─bromeó Mónica para que Erick parara de divagar─ Dices que sus fiestas eran mejores que las mías, mal amigo.

─ No, no eran mejores, pero yo me sentía miserable, entonces tomaba para olvidarme de todo un rato...eso no importa ya. ¿Cómo va todo con el mapache de mi hermano?

─ No lo llames así ─regañó Mónica a su cuñado, hace ya un rato que se habían empezado a mover al ritmo de la música─. Todo va de maravilla con él, estamos muy bien y felices, cada día me convenzo más de que él es la persona con la que quiero estar el resto de mi vida ¿Sabes? Tal vez más adelante él y yo pensemos en tener un bebé, me lo ha mencionado varias veces y la verdad, últimamente me lo he pensado y... ¡Oh por... lo siento! Estaba hablando en voz alta.

─ No te disculpes, estoy seguro de que él te ama más de lo que seguro te imaginas, no por algo me pegó una paliza cuando se enteró de que me besaste, me sigue pareciendo una grosería que por unos segundos me hayas confundido con él, es feo, con lo del niño... o niña, creo que debería llamarse Erick o Erica, el nombre de los Dioses ─comentó Erick haciendo reír a Mónica.

─ Fue un gusto bailar contigo, pero seguro Zac está cansado, quiero bailar con él antes de irnos a dormir ─le confesó la pelirroja al chico frente a ella, aún sin borrar la sonrisa de su rostro─. Nos vemos mañana por la mañana antes de...la batalla, espero que...

─ Mónica ─la llamó alguien mientras le tocaba el hombro─ ¿Me concedes esta pieza?

─ Xavier ─murmuró Mónica.

─ Erick, Zac te está llamando, dice que tiene algo que ver con el anillo de papa de tu madre, no le entendí nada, fueron más balbuceos que otra cosa.

─ El anillo de papa de... ¡Ah!¡Ya entendí! Con permiso.

─ Bueno, vamos a bailar ─exclamó Mónica agradecida por el hecho de que Zac hubiera llamado a su hermano y así ella no tuviera que rechazar a Xavier.

Ambos se acomodaron en la pista de baile y se empezaron a mover al compás de la música que estaba de fondo, a su alrededor se encontraban algunas parejas, hubo un largo silencio por un rato, pero Mónica intentó romperlo

─ Perdón, por no sentir lo mismo por ti.

Era una disculpa que ella tenía pendiente desde hace mucho tiempo, sabía que, a pesar de que Xavier apoyaba su relación con Zac, en algún momento él había esperado tener una oportunidad con ella y eso la hacía sentir culpable.

─ No te disculpes ─la tranquilizó Xavier mientras besaba el cabello de Mónica─, tú y Zac se ven muy felices juntos, si tienes que estar al lado de otro hombre, me alegro que sea él.

─ Yo te juro, que si...si no me hubiera topado con Zac, tú hubieras sido el amor de mi vida, eres muy lindo Xavier, espero que sepas que algún día una chica se va a dar cuenta de lo mucho que vales y ella sí te va a amar.

─ Eso espero, Mónica, eso espero... ─balbuceó Xavier mientras miraba a los ojos a Mónica─ lo siento mucho ─susurró y luego se alejó a paso apresurado de ahí, Mónica de inmediato divisó como era que Erick salía corriendo detrás de él, Zac se acercó a ella y la tomó por la cintura.

─ ¿Todo bien? ¿Qué pasó?

─Nada importante, amor─ respondió Mónica mientras abrazaba a Zac y bostezaba─, sólo estoy un poco cansada, han sido demasiadas emociones por hoy.

─ Vamos a dormir, debes descansar un poco antes de mañana, no fue la mejor idea de todas que recuperáramos el reino de Evenia mañana, todos vamos a estar muy agotados, Peter ya terminó con su conquista y Samuel y Evan están regresando de revisar el castillo, ellos pueden quedarse aquí y despedir a los invitados que hacen falta.

─ Pero querías que bailáramos.

─ Ya lo haremos otro día, mejor vayamos a dormir ¿Sí?

─ Sí, me parece perfecto.

La pareja se alejó caminando hacia la salida del salón, cuando estaban afuera se encontraron con Lucas y Cassy, los cuales les sonrieron y entraron al salón.

Juntos subieron las escaleras hacia donde se hallaban todas las habitaciones, durante el camino Zac no dejaba de robarle besos a la pelirroja, justo cuando estaban en la puerta de la habitación de la pelirroja, Mónica decidió profundizar el beso, volviéndolo más apasionado que alguno de los otros besos que ellos ya se habían dado.

Zac abrió la puerta de la habitación de la pelirroja, entraron y luego el la cerró de manera delicada, todo esto sin separar sus labios de los de la pelirroja un sólo segundo. Con delicadeza el castaño dio una pequeña vuelta con Mónica, logrando que ella quedará de espaldas a la puerta, caminó un poco hasta que la recostó totalmente contra la puerta de la habitación y se acercó mucho más a ella.

─ Zac ─jadeó Mónica por lo bajo.

Al oír a la pelirroja, Zac se dirigió hacia su cuello, empezó a besar lentamente la piel pálida de Mónica, durante un momento soltó las caderas de Mónica y empezó a desabrocharse el saco, Mónica tomó las manos de Zac y las volvió a posar en su cintura; esta vez, Mónica dirigió las manos al pecho del castaño y fue ella la que empezó a desabrochar los botones del saco de Zac, luego continuó con la camisa, dejando el torso de Zac al descubierto. La respiración de ambos era irregular, no dejaban de devorar la boca del otro y de vez en cuando el castaño dejaba pequeños besos en el cuello y la clavícula de la pelirroja.

─ ¿Estás segura? ─preguntó Zac por lo bajo mientras colocaba las manos en la espalda de la pelirroja y empezaba a deslizar el cierre del vestido.

─ Completamente.

Cuando el cierre del vestido ya estaba abajo el vestido de deslizó hasta mostrarle a Zac el cuerpo de la pelirroja, iluminado sólo por el resplandor de la luna, de un saltó Mónica se enredó en las caderas de Zac, quien la llevó en brazos hasta llegar a su destino final.

Zac tumbó lentamente a Mónica en la cama, seguido de eso empezó a desabrochar su pantalón, con ayuda de la pelirroja se despojó de este y ya sólo eran unas cuantas prendas las que los separaban. Mónica sonrió y sus ojos brillaron al ver al chico, al mismo tiempo que Zac apartaba un mechón de cabello que había caído en su cara.

─ Eres lo más hermoso que tengo ─le susurró Zac mientras la acercaba más a él.

─ Y yo espero que sigamos juntos por todo el tiempo que podamos ─contestó Mónica antes de tomar el rostro de Zac y plantar un beso que Zac le correspondió de inmediato.

Ambos empezaron a besarse con más urgencia esta vez, Mónica acariciaba la espalda de Zac y se encargaba de pasar las manos por el cabello del chico, mientras él deslizaba sus manos por la piel desnuda de Mónica, logrando que pequeños jadeos salieran de la boca de la chica.

─ Te amo, Mon ─gimió Zac sobre los labios de la pelirroja, acarició lentamente su cintura─, pero no puedo hacerlo...

─ ¿Qué? ─preguntó Mónica mientras su pecho todavía subía y bajaba, lo apartó un poco y se enderezó sobre la cama.

─ No quiero esto, no antes de comprometerme o casarme...lo siento mucho, sé que tú...

─ No importa, es tu decisión, la voy a respetar, sólo duerme conmigo ¿Puedes?

─ Claro ─respondió Zac mientras se acostaba a su lado mirando el techo de la habitación, él se dio cuenta como era que Mónica se volteó dándole la espalda─ ¿Estás enojada?

─ No estoy enojada, Zac, sólo estoy cansada ─explicó Mónica mientras se daba la vuelta para quedar frente a frente con Zac─.

— Te amo, Mon —susurró Zac mientras apartaba un mechón de pelo del rostro de la pelirroja—, perdón por arruinar el momento.

— No te preocupes por eso —murmuró Mónica mientras acariciaba la espalda del castaño, pasando sus uñas delicadamente por su piel.

Un escalofrío la recorrió cuando sintió los dedos de Zac acariciando la piel de su espalda y la de su vientre.

— Espera un momento —le dijo Zac mientras se levantaba para buscar sus pantalones y luego buscar en los bolsillos de los mismos, después de unos minutos volvió a la cama, junto a la pelirroja—, mi familia ha tenido un anillo por mucho tiempo, siempre se le pasaba al primer hijo en comprometerse... es uno de los pocos recuerdos que me queda de mi madre...lo que quiero decir es... ¡Maldición! No sé como hacer esto.

─ Tranquilo, solo dime lo que pasa.

─ Te busqué por mucho tiempo, Mónica, pero ni siquiera sabía que eras tú lo que buscaba ¿Entiendes? Y luego un día apareciste para poner mi mundo de cabeza y mostrarme lo que en realidad quería... Mon, lo que quiero decirte es ¿Quieres casarte conmigo?

─ Zac...esto... ─la pelirroja se trababa con sus propias palabras, sus ojos se llenaron de lágrimas mientras veía como era que Zac le colocaba el anillo en el dedo─ Amor...─ ella no puedo terminar de hablar ya que Zac empezó a besarla de manera pausada, mientras se iba colocando sobre ella de manera lenta, ella, al sentir cuales eran las intenciones del castaño se separó de inmediato y como un acto de reflejo se cubrió con la manta de la cama─ Pensé que no...

─ Ya estoy comprometido, serás la Señora Abad dentro de poco.

─ Amor...estoy un poco cansada, el anillo está muy bonito pe...

─ Entonces hay que dormir ─la cortó Zac mientras la apretaba contra su pecho, Mónica recostó su cabeza al lado del corazón de Zac y pudo escuchar cuan acelerado estaba, la mano de Mónica estaba sobre el torso de Zac, ambos se quedaron admirando el anillo que relucía en la mano de la pelirroja.

La princesa soltó un suspiro y cerró los ojos deseando poder congelar ese momento. A pesar de que quería pronunciar ciertas palabras, no lo hacía, porque no quería destrozar ese momento.

Ya lo haría al siguiente día.

Después de un rato, ambos cayeron rendidos y se quedaron profundamente dormidos.

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