Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 4

Mónica se encontraba sentada en una silla mientras que su amiga le arreglaba el cabello en una trenza que tenía algunas hebras de cabello sueltas, llevaba un vestido blanco con adornos dorados, sobre el tocador reposaba una tiara dorada muy hermosa, una tiara que Cassy le había regalado cuando Mónica recién había llegado al castillo. La castaña que estaba al lado de la pelirroja terminó de hacerle el peinado y le colocó la tiara para luego poderla asegurar con varias horquillas para el cabello.

─ Has quedado hermosa Mónica, solo deja que te arregle un poquito el maquillaje, a pesar de que últimamente has mejorado mucho aún te miras un poco demacrada.

─ Pon mucha atención, porque te aseguro que de ahora en adelante me pondré peor ─habló la princesa logrando que su amiga esbozara una pequeña sonrisa.

─ Siempre tan positiva ─se burló Nicky mientras tomaba algunos polvos del tocador de Mónica y se acercaba a la chica para empezar a aplicarlos en su rostro, pero antes de que pudiera hacer algo Mónica sujetó su mano.

─ No, deberías estar con Jack, sé que eres mi doncella, pero eres mi amiga y quiero que estés con tu amado, además, ambas sabemos que por mucho maquillaje que tenga en el rostro seguirá pareciendo que estoy enferma, no puedes ocultar algo que todo el mundo sabe ya.

─ Sabes que me gusta ayudarte, lo hago con gusto, además solo en estos momentos podemos pasar tiempo juntas, ya que eres una de las personas más ocupadas en este reino ─le dijo la castaña ignorando lo último que había dicho Mónica, pero dejando el maquillaje a un lado, Mónica Virtrow Smoke no necesitaba eso.

─ Te prometo que haré un huequito en mi agenda para nosotras dos ─bromeó Mónica mientras bajaba la cabeza y empezaba a jugar con sus manos, en un claro ejemplo de que estaba muy nerviosa y estaba pensando en varias cosas.

─ No importa, no puedo hacer que hagas a un lado todas tus responsabilidades, por ahora tienes muchas cosas de las cuales preocuparte, mejor ve con Zac, te debe de estar esperando ─le dijo la castaña.

Mónica se levantó de donde estaba y se vio en el espejo, no se miraba mal, pero sí sentía unas inmensas ganas de inclinarse, tomar una maceta y vaciar todo su estómago en ella. Se calmó, se despidió de su amiga y salió al pasillo, para luego bajar a la puerta de salida hacia los jardines, los cuales eran un lugar donde se hallaban muchas personas, por lo tanto, no se preocupaba porque estuviera que estar sola con el castaño. En la puerta se encontraba Zac, quien estaba vestido con un traje de color azul y plateado, ese traje hacía lucir muy bien a Zac, le quedaba bien ese tipo de ropa, era algo de lo que Mónica se había percatado desde hace rato.

Mónica sonrió al imaginarse a ella como reina y a él como rey en una realidad alterna, una realidad donde las condiciones entre ambos fueran diferentes y no tuvieran que pasar por todo lo que habían vivido y les faltaba por vivir. Al darse cuenta de que Zac le estaba sonriendo intentó ocultar esa sonrisa que se había creado por el pensamiento repentino. Caminó con pasó decidido hacia él, intentando demostrar en ese momento su estabilidad emocional estaba presente, aunque supiera que eso había desaparecido desde hace rato. Espero a que él le ofreciera el brazo, pero al ver que el castaño se había quedado paralizado ella entrelazó sus manos, aunque de inmediato se puso a pensar que tal vez eso no había sido buena idea.

─ ¿Empezamos a caminar? ─preguntó haciendo que el castaño reaccionara y dejara todo en lo que estaba pensando a un lado.

─ Sí, claro ─respondió y dejó que la pelirroja pasara su brazo por el de él. Zac volteó a ver hacia otro lado donde miró a Peter hablando con una doncella, de inmediato el rubio le regresó la mirada y puso ambos pulgares en alto, en señal de que lo apoyaba.

─ ¿Qué planes tienes en mente? ─le preguntó la chica mientras que intentaba no verlo, logrando que Zac dejara de observar a su amigo y fijara la vista en ella.

─ Bueno, últimamente la seguridad en el castillo de Evenia a ido disminuyendo mucho, por lo tanto, creo que la mejor opción sería entrar para ver si podemos conseguir algo que nos sea útil, podríamos llevar algunas tropas para la defensa.

─ Eso significaría que tendríamos que poner en riesgo soldados solo para obtener cosas materiales, las cuales de seguro no serían muy útiles, porque nada en ese castillo lo es─ interrumpió Mónica antes de que su acompañante pudiera terminar de hablar, logrando que él rodara los ojos.

─ Espera a que termine ─ respondió Zac mientras hacia una mueca de fastidio─ en cuanto al robo, porque sería un robo, me refiero a que podríamos escabullirnos y robar algunas cosas que nos pueden ser útiles, porque estoy muy seguro de que no todo dentro de ese lugar no sirve, podríamos recuperar la corona de la princesa de agua, la cuál se nos dificulto conseguir la última vez a causa de...

─ A causa tuya ─susurró ella mientras lo miraba decepcionada─ y ni siquiera valió la pena ¿No es así?

─ Exactamente, por culpa mía y tal vez para ti no valga nada ahora, pero no sabes lo mucho que significa para mi, pero creo que eso no es de lo que vamos a hablar en este momento, tal vez más adelante, pero por ahora es mejor dejar ese tema de lado. Mi hermano, tu cuñado ─dijo intentando sonar gracioso, pero al notar la mirada asesina de la pelirroja se corrigió inmediatamente─, mi hermano dejó algunos planos del castillo, la seguridad no ha cambiado en nada, el rey no ha sido capaz de hacer otro sistema de seguridad, al meno son uno funcional, él no es un estratega, se basa en el poder que tiene para hacer las cosas, aunque no hace mucho que digamos, bueno, lo único que hace es revolcarse en el dinero de su familia...

─ Corrección ─volvió a interrumpirlo Mónica─ el dinero de mi familia, Benjamín no es más que un ladrón, tiene algo que nunca le perteneció.

En ese momento Zac mordió su labio y observó a la pelirroja, confirmando de que a pesar de todo lo que ella decía sobre las nuevas personas que la acompañaban, le seguían mintiendo, todos seguían ocultándole la verdad.

─ Exacto ─le dijo él─, el dinero de tu familia, él no lo ha cambiado porque los soldados que estaba antes se voltearon contra la familia real, fueron unos pocos los que no lo hicieron y, lamentablemente, los asesinaron, incluso los que no están de acuerdo con el rey tienen que fingir que sí, al menos que quieran despedirse de todo lo que más les importa.

─ Supongo que tu hermano estaba contra la familia real, después de todo el que asesino a tu familia fuiste tú, eso significa que el rey no tenía motivos para asesinar a tu familia ─le dijo ella de la manera más fría que puso, observando como era que Zac apretaba la mandíbula y cerraba los ojos.

No era un tema que le gustara tocar.

─ Mi hermano le era fiel a la corona, sin embargo, tuvo que fingir por el bien de su familia, porque para él nosotros éramos todo y se de sobra que el asesino fui yo, no hace falta que me lo eches en cara ─dijo aquel castaño.

En todo el tiempo en el que estuvieron hablando llegaron a unas mesas que se encontraban en una esquina del jardín, Zac retiró la silla para que Mónica pudiera sentarse, luego de que ella tomara asiento él se sentó frente a ella y la miró fijamente a los ojos, perdiéndose en ese color azul que tanto le gustaba.

─ Podría ser la mejor opción ─le dijo él─, de igual manera no tienes porque aceptar este plan, tú sabes que es lo mejor para todo esto, yo solo soy tu novio traidor.

En realidad, nunca fuimos nada, pensó Mónica.

─ Quiero que sepas que no confío del todo en ti, pero la idea no esta nada mal, excepto por el hecho de que aún no sabemos exactamente que es lo que podríamos robar, no sabemos que es lo que es útil y qué no lo es, tomaré tu idea en cuenta, supongo que si el orden no hubiera sido quebrantado tú hubieras sido un gran estratega ─le dijo ella y llamó a un soldado con una mano.

─ Tal vez, pero nunca lo sabremos, después de todo, cuando el orden regrese...─empezó él, pero Mónica lo interrumpió al pedirle algo al soldado.

─ ¿Podrías decirle a alguna doncella que traiga té? ─preguntó

─ Por supuesto señorita, le traeré su medicina también─ le dijo él, logrando que Zac viera confundido a Mónica ¿Qué medicina? ¿Cuándo la había empezado a tomar? ¿Por qué?

─ No, no quiero que traigas la medicina.

─ La princesa Cassy me dijo que ya era hora de que la tomara y...

─ No ─sentenció la pelirroja mientras apretaba los puños y lo miraba de mala gana─ por hoy no tomaré las malditas medicinas, quiero un solo día en el que esas cosas no estén en mi sistema.

─ Entendido, en seguida mando a alguien para que les traiga el té.

─ Sigue por favor ─le indicó Mónica a Zac mientras arreglaba el escote de su vestido, el simple hecho de estar enfrente del amor de su vida la ponía nerviosa, además de que la escena que acababa de protagonizar junto con el soldado no había sido la mejor.

─ Decía que cuando el orden regrese, desapareceré, como tú ordenaste, me estaba decidiendo por irme al Reino de los Mortales, tal vez pueda iniciar una nueva vida allí, es un lugar lejos de aquí, lo suficientemente lejos para no molestarte ─respondió él mientras miraba a los ojos de la pelirroja. No iba a tocar el tema de las supuestas medicinas con ella, luego le preguntaría a alguno de los chicos, seguro que ellos ya estaban enterados de todo eso.

─ No puedes hacer eso, no puedes irte ─dijo Mónica mientras intentaba no perder la compostura.

─ ¿Quién me va a impedir hacer eso? ¿Tú? ─preguntó él de manera sarcástica, pero al darse cuenta del error que había cometido se puso muy nervioso, no había sido muy inteligente de su parte responderle así a la chica, sabiendo que a ella le molestaba mucho ese tono.

─ Sí, exactamente, si yo te lo impido no podrás ir a ninguna parte ─le dijo ella mientras se ponía de pie y se concentraba en su respiración para calmarse.

─ ¿Y para que quieres que me quede?¿Para romperme el corazón al ver como contraes matrimonio con otro? ¿Para que me digas todas esas palabras hirientes? ─preguntó Zac mientras que él también se ponía de pie y se acercaba a ella.

─ Si me caso o no, no es tu problema ─le dijo ella mientras lo encaraba.

─ Si me voy de Evenia o no tampoco es tu problema. Y claro que sí es mi problema si llegas a casarte, mis manos han pasado por tu cuerpo, mis besos y caricias te vuelven loca de una manera que nadie nunca va a lograr, estas enamorada de mi y yo lo estoy de ti, nuestro amor es más grande de lo que cualquiera podría llegar a imaginar y es por eso que es mi problema el si encuentras a alguien más, porque quiero verte feliz Mon, no quiero ver que te quedes con alguien solo para vengarte de mí ─le dijo él mientras que se acercaba, logrando que su aliento chocara contra el rostro de la pelirroja.

─ Pues ¿Adivina qué? No te amo, hace tiempo deje de hacerlo, deje de hacerlo en el instante en el que me cambiaste por tu libertad, y quiero que sepas que tu estancia aquí no durara mucho, así que no te pongas cómodo, no pienso convivir con una persona que amenaza mi tranquilidad ─le dijo ella y empezó a respirar agitadamente.

─ Hay que ver eso, por que te recuerdo que cuando me conociste me querías asesinar, pero terminaste enamorada de mi, no planeas las cosas Mónica, solo pasan, yo tampoco creí que te iba a volver a ver, tampoco estoy listo para que una chica pelirroja me recuerde cada vez que la vea mis errores, pero aquí estamos y tendremos que aprender a convivir juntos, porque lo niegues o no, por muy tóxico que suene, nos necesitamos el uno al otro, aunque cada vez que estemos juntos el puñal se entierre más profundo ─le dijo él

─ Te odio, yo ya no te amo, te odio.

─ Lo sé, te lastimé, es comprensible que no quieras aceptar que mueres por besarme, comprendo que quieras repetirme una y otra vez que me odias y no me molesta porque estoy seguro de que no es verdad.

─ No, no lo admito por que no hay nada que admitir, el único que tiene que admitir que está mintiendo eres tú, porque eso es lo que haces, intentas meterte en mi cabeza de nuevo, quieres volver a tenerme entre tus manos y lastimarme, pero no voy a dejar que hagas eso ¿Entiendes? No voy a dejar que hagas eso de nuevo ─le dijo ella.

─ Sabes que mi intención nunca fue lastimarte ─susurró Zac mientras tomaba la mano de la chica entre las suyas y la acercaba a sus labios para dejar un pequeño beso en sus dedos. Sin embargo, se separó a causa de una cachetada y luego sintió varios golpes. De inmediato los chicos aparecieron para quitarle a Mónica de encima.

─ ¿Nunca fue tu intención lastimarme? Seguro loa gritos y las palabras hirientes tampoco fueron tu intención ¿No es así? ¿Y la maldita cachetada que me diste? ¿Tampoco fue tu culpa?

─Mónica ─susurró Zac intentando acercarse de nuevo, pero Lucas y Javier lo sostuvieron por lo hombros─ cuando hice todo eso mi mente estaba en otro lugar, sabes que tengo problemas de ira y...

─ ¿Ese va a ser tu pretexto ahora? ¿Yo merecía y tenía que aguantar eso solo porque tu mente estaba en otro lugar? ¿¡Tengo que soportar esas cosas solo por tus malditos problemas de ira!?

─ Sé que eso no es excusa, pero te amo y...yo no te quiero perder.

─ Ni siquiera ese amor fue suficiente para evitar que me hicieras tanto daño.Grábate bien estas palabras Zacarias Abad, te odio, no tienes una idea de cuanto lo hago.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro