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Capítulo 32

Mónica bajó las escaleras con una sonrisa triunfal, la cara que había puesto Zac no tenía comparación, nunca se le olvidaría ese momento; hace mucho intentaba hacerlo enojar, nunca encontraba la manera y la que se enojaba era ella, pero ahora ya sabía como hacer rabiar a el castaño, ella era el arma secreta, y sabía que, si seguía así, ganaría una batalla que había empezado a jugar hace mucho.

Poner celoso a Zac

¿Cómo no se le ocurrió antes?

La pelirroja se sentó en el comedor mientras esperaba a que le sirvieran la comida, su estómago rugía debido a la falta de comida, justo en ese momento ella pudo apreciar como era que la reina entraba a la cocina y se sentaba al lado contrario donde ella estaba.

Esa víbora.

─ Me contaron a cerca de tu pelea con Zacarías ─murmuró la reina lo suficientemente fuerte como para que la pelirroja escuchara.

─ Al parecer ese ya se volvió asunto de todo el castillo, por no decir de todo el reino ─escupió Mónica.

─ Soy la reina, es mi deber enterarme de todo lo que pasa en este castillo, en especial si tiene que ver con la futura heredera.

─ ¡Oh! Sigues con esa idea, pensé que querías que Meredith lo fuera, de hecho, aunque Meredith no esté aquí no pensé que yo siguiera siendo heredera de Crissan, solo estaba esperando a que... intentaras asesinarme de nuevo ─dijo Mónica con emoción fingida.

─ Sabes perfectamente que me equivoqué al intentar hacerte daño, fue un error y me siento culpable por provocar tantas peleas entre Zac y tú, pensé que separarlos era mejor opción, no te voy a mentir, te quería ver sufrir y ese chico es la clave para todo, tu amor, tu felicidad, tu fuerza y tu agonía le pertenecen a él. A pesar de todo sé que eres la mejor opción para Crissan, solo quería asustarte, Mónica, nunca te hubiera matado─ Mónica levantó una mano para que parara de hablar.

Como si ella se fuera a creer eso.

─ Tú tranquila, el único problema que hemos tenido con Zac es habernos conocido y habernos enamorado, bueno, ni siquiera se si él lo esta de mí, cuando bajaba por las escaleras, escuché que quería que buscaran a una chica que aceptara ser su amante, ya suficiente hemos tenido. No te atribuyas eso a ti, solo fue algo que sucedió para tu conveniencia.

─ Tu padre y yo teníamos muchas peleas, pero eso nunca fue un obstáculo para lo nuestro, no debería ser un obstáculo para la tuya. Toda pareja normal tiene peleas. Y estoy segura de que Zac...

─ ¿Y cuál fue el resultado de sus peleas Sarah? Mi padre no dudó en correr a los brazos de mi madre, a la primera te dejó. ¿Quieres que eso me pase? ¿Qué deje que Zac corra a los brazos de otra? Pues no dejaré que eso pase, no dejaré que Zac permita que otros brazos lo acurruquen ¿Entiendes? Así que no te meras ─habló la pelirroja, pero nada más decir la última palabra se arrepintió.

Tonta y estúpida Mónica, siempre le habían dicho que pensara antes de hablar, ¿Por qué en ese momento no había podido contener su lengua?

─ Lo más sabio que puede hacer y saber un rey, o una reina, es que debe pensar antes de hablar. Me agrada el hecho de que luches por Zac, él también es buena opción para rey, aunque, dime, ¿A Xavier y a Jack les agradará que estés con quien siempre ha sido su rival? ─Preguntó la reina haciendo que algunos de los soldados que estaban allí se empezaran a reír.

─ Ya no tengo hambre ─susurró Mónica mientras se levantaba.

Se moriría de hambre con tal de no seguir escuchando a Sarah.

─ Pediré que te suban la comida a tu habitación, querida ─le dijo la reina.

─No lo hagas, no vaya a ser que Zac se enoje y me vuelva a dejar encerrada porque evidentemente los soldados le ponen más atención a él que a la futura reina, tal parece que para ellos esto es una burla ─agregó la pelirroja haciendo que los soldados se tornaran serios.

Mónica salió del comedor para encaminarse a su habitación, mientras caminaba sentía que las paredes del castillo se juntaban, se sentía mal, sabía que era el enojo o los nervios, o tal vez la falta de comida le estaba pasando factura ¿Hace cuanto no probaba un solo bocado? Le dolía la cabeza, tenía suficientes cosas en las cuales pensar, sabía que había cosas más importantes que su relación con Zac, pero eso no evitaba que se pusiera mal.

─ ¡Tal vez nunca la amé Erick! Fue un juego de niños solamente ─se escuchó el grito de Zac en todo el pasillo─ ¡Algo inmaduro!¡No la quiero, no la quise y no la querré! ─los ojos de Mónica se llenaron de lágrimas en ese instante y más de una persona se dio cuenta de eso.

Mónica caminó hasta la puerta de Zac y abrió la puerta sin permiso, Zac tenía los ojos llenos de lágrimas y Erick estaba totalmente serio y tenía una daga empuñada. No era una escena muy bonita.

─ Lo hubieras dicho desde el principio, Zac, nos hubieras ahorrado suficiente sufrimiento, al menos a mí ─le dijo Mónica mientras le sostenía la mirada

─ No, Mon ─susurró Zac mientras se levantaba de la cama y se acercaba a ella─ escuchaste mal ─volvió a informarle mientras intentaba abrazarla.

Ya no quería pelear.

Estaba harto de ese ciclo estúpido.

─ No me toques, Zac ─lloriqueó Mónica mientras daba dos pasos hacia atrás─, no quiero que me toques ─sollozó mientras se alejaba corriendo hacia su habitación.

─ Mónica ─susurró Zac─, amor, escuchaste mal. Hablaba de mi exnovia, acaba de aparecer en el castillo, Mónica ─ni siquiera podía gritar, solo podía murmurar mientras observaba como era que otras personas lo miraban en la puerta de su habitación.

─ Iré a hablar con ella ─le dijo Erick mientras ponía su mano en el hombro de Zac─ ¿Qué te parece si vas a mi habitación? Necesito hablar contigo, pero no quiero que sea aquí, en estos momentos tu habitación será el centro de atención, no cualquiera tiene los huev...

─ Basta, Erick.

─ Solo decía que nadie tiene la valentía para confrontar a la gruñona de tu princesa ─le explicó Erick mientras palmeaba su espalda.

Zac suspiró y a regañadientes se fue a la habitación de su hermano, al llegar se sentó en la cama y se recostó en ella, la pelirroja había escuchado mal, una de las exnovias de Zac había aparecido en Crissan y ella era la que había subido para ofrecer su amante, nada que no hubiera querido antes, pero él se negó, él ya había tenido amantes y no era un secreto para nadie, pero desde hace mucho la idea no se le había cruzado por la mente y luego llegó Mónica, estar con alguien ya era algo inimaginable para él.

No buscaba una amante, solo lo había dicho por la rabia del momento, no soportaba ver a Mónica con otro, pero, algo muy dentro de él, sabía que lo tenía merecido, todo lo que le dijo, las palabras que usó en contra de la pelirroja no habían sido bonitas.

Y ella encontró la forma de devolverle todas esas flechas.

Pasaron los minutos y Erick no aparecía, supuso que estaba haciendo entrar en razón a Mónica, se hizo una nota mental, luego de hablar con Erick iría a la cocina a preparar un postre y se lo dejaría en la puerta a Mónica, sí, eso haría.

Se puso a revisar las cosas de su hermano, cartas, papeles, espadas, armaduras, ropa interior sucia, nada fuera de lo común. Hubo una cosa en especial que le llamó la atención, había una carta a medio escribir, tinta y una pluma,

Querido Rey Benjamín:

Me alegra informarle que Mónica y Zac están teniendo más problemas de lo común, supongo que pronto la princesa aceptara la propuesta de matrimonio que tiene usted para ella. Los chicos están bien, lastima que no pudieron herirlos más, me hubiera gustado verlos agonizar un poco más.

En cuanto a le reina de Crissan, déjeme decirle que ya se vio su verdadera cara, si esto sigue así, Mónica será su aliada en menos tiempo del que se imagina...

La carta se cortaba de repente, Erick no había podido escribir más, ¡Era un mentiroso!¡Un espía! ¿¡Qué clase de hermano era!?

La respiración de Zac se volvió irregular, iba a golpear a Erick, lo iba a asesinar con sus propias manos. Salió totalmente enojado de la habitación de Erick y pudo ver que estaba parado en la puerta de la habitación de Mónica, no había nadie en el pasillo. Cuando Zac se acercó se pudo dar cuenta de que la pelirroja se estaba vistiendo, ella estaba desnuda.

Y Erick la estaba...

─ ¿¡Cuál es tu maldito problema!? Es mi novia ─le gritó Zac mientras le daba la vuelta y lo golpeaba─ No tienes perdón, idiota.


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