Capítulo 3
La pelirroja salió de ese salón realmente enojada, escuchó como fue que Zac la llamó, pero no le prestó atención, ella solo quería salir de ese lugar lo antes posible, subió a su habitación y se sentó en su cama mientras agarraba su cabeza, de inmediato dirigió la visa hacia su mesa de noche, había varias cartas sombre ellas, pero decidió no prestarle atención. Eso era lo que ella tanto temía, sabía que si los volvía a ver iba a ser un tornado de emociones, ella no iba a saber como actuar y eso era justamente lo que estaba pasando. Respiró profundo para intentar calmarse, no era hora de que se dejara llevar por sus emociones, o eso causaría que se distrajera y fallara en todo lo que quisiera hacer.
Luego de calmarse empezó a cambiarse, cuando terminó se dirigió hacia la mesa de noche y leyó algo que hizo que el corazón se le estrujara "Tuyo, el chico de la máscara", Tal vez el único que había sido suyo era el chico de la máscara, porque Zac no lo era, y eso le dolía mucho, decidió olvidar eso, se hizo una coleta y terminó de arreglarse el traje que llevaba puesto, lo que había pasado hace a penas algunos momentos la había dejado aturdida, enojada y por alguna extraña razón feliz, pero no era hora de ponerse a pensar en lo que sentía. Caminó por los pasillos y al llegar a la puerta de entrada del castillo vio a todos afuera, ella era la última en llegar, así que eso le dio tiempo a hacer algo para tener un poco de precaución, se acercó a un soldado y se inclinó un poco al oído de este.
─ Hagas lo que hagas, pase lo que pase, quiero que haya hombres escondidos en cada parte de Crissan, quiero que vigilen a esos cinco, la traición puede venir de donde menos los esperamos ─le susurró ella y se alejó de él─ Se discreto, por favor, esto solo yo lo puedo saber, no quiero que nadie más sospeche de esto.
─ Entendido princesa ─le dijo él mientras le daba una rápida mirada a todos los chicos, quienes ya habían visto que estaba hablando con el soldado, así que le puso una mano en el hombro al soldado y este sonrió al darse cuenta de lo que la princesa planeaba hacer─, puede confiar en mí, para lo que usted quiera, sabe que solo estoy para servirle.
─ Nunca se sabe que intenciones puedan tener las otras personas ─le contestó ella mientras fingía quitarle una pequeña mota del saco que él tenía puesto, luego de eso se alejó del chico y se acercó a los chicos─ Bueno, empecemos ─dijo cuando llegó con los demás y, sin prestar atención al resto empezó un trote lento.
La persona que encabezaba la fila era Jack, ya que él, por ser soldado, estaba en mucha mejor forma que el resto, luego de ellos seguían Peter, Lucas, Nicky y Samuel, después de ellos se encontraban Xavier y Cassy, luego estaba Mónica seguida por Evan y de último estaba Zac. Al correr varios kilómetros la pelirroja se empezó a sentir cansada, hace tiempo que no entrenaba, ya que un mes después de la traición ella había decidido dejar el entrenamiento y centrarse en las cosas que requerían más el uso de la razón. Al sentir que la respiración faltaba se inclinó y colocó sus manos en las rodillas, sentía la boca seca, le ardía el pecho y sentía el cansancio en cada parte de su cuerpo, no era posible que su cuerpo se hubiera degradado tan rápido.
─ Ya no estas en forma, Mónica Virtrow ─le gritó Evan en forma de burla mientras pasaba de ella para alcanzar al resto. Ella se quedó viendo la espalda del chico con una mueca en el rostro.
─ ¿Te sientes mal? ─se escuchó la voz de una persona detrás de la chica, debido a que un pequeño pitido sonaba en sus oídos no pudo identificar muy bien quien había sido.
─ Sí...─contestó esperando recibir un poco de ayuda de alguien, pero al ver quien era la persona a la que le pertenecía esa voz se corrigió─ Si necesitara tu ayuda te la hubiera pedido ¿No crees? ─le dijo de manera fría y pudo observar como aquellos ojos castaños que alguna vez la traían loca se cristalizaban de inmediato, el chico desvió la mirada hacia los árboles y luego regreso la vista a los ojos de la chica.
─ Esta bien, lo siento, Mónica ─le dijo el castaño mientras se preparaba para echarse a correr de nuevo, pero antes de que se fuera la pelirroja lo tomó de la mano, Zac se dio la vuelta con una pizca de esperanza, la cual se desvaneció en seguida al ver la gélida mirada de la princesa.
─ Princesa, su majestad, señorita, llámame como quieras, menos Mónica, no tienes derecho a llamarme por mi nombre ni por un apodo cariñoso ¿Entiendes? ─le preguntó ella intentando no demostrar nada en su voz y luego le soltó la mano, la misma que le había regalado tantas caricias durante un tiempo y que extrañaba, pero no lo iba a dejar claro.
─ Entendido, Mónica... Princesa ─se corrigió él un poco triste y luego salió corriendo de allí, media vez él se fue Mónica derramo una lágrima, la limpió y volvió a correr.
Sabía que estaba mal y que hasta cierto punto lo que estaba haciendo era muy inmaduro, pero no sabía como actuar, le dolía, le dolía mucho todo lo referente a esos chicos y Sarah lo sabía, ella sabía todo el daño que le habían causado esos chicos y lo ignoró, solo para molestarla, pero Mónica no iba a dejar que la reina lo tuviera tan fácil, le hacía falta mucho si se quería deshacer de la pelirroja.
Alcanzo al resto casi de inmediato, corriendo con toda la energía que le quedaba, sin embargo, el ardor que sentía en el pecho no cesaba y sentía que en cualquier momento se iba a desmayar, la próxima vez buscaría ella un nuevo entrenamiento, no volvería a actuar por impulso y dejar que las ideas de Sarah la dejaran de esa manera. La mayoría estaban tumbados sobre el pasto, debajo de unos árboles frondosos, descansando después del recorrido que habían hecho, pero aquel castaño estaba cerca del lago, hablando con las sirenas, las cuales estaban muy cerca de la orilla.
Demasiado.
─ ¿Qué hace Zac con las sirenas? ─preguntó Mónica mientras caminaba un poco hacia donde él se encontraba
─ ¿Zac esta con las sirenas? ─preguntaron Evan, Nicky, Jack y Cassy a coro mientras se levantaban de donde estaban muy preocupados. Esas chicas con cola de pescado significaban un peligro la mayoría de las veces.
Mónica al ver que las sirenas estaban a punto de adentrar a Zac al lago corrió y se abalanzó sobre Zac, haciendo que las sirenas perdieran la oportunidad de ahogarlo y dejando a Mónica sobre el cuerpo del chico, quien la miraba con adoración. La pelirroja se levantó de donde estaba y dejó que Peter se acercara y ayudara a Zac a levantarse.
─ ¿Es que acaso eres imbécil? ─le gritó Mónica a Zac mientras se pasaba las manos por el rostro, una muestra de que estaba muy irritada─ Si no hubiera sido por mí, te matan, y te matan sin ninguna piedad, esas víboras devoran todo lo que ven y no pienses que las hubieras convencido de que no lo hicieran.
─ Hubiera sido lo mejor para ambos ¿No es así? Hubiera sido mejor que me ahogaran ─murmuró Zac mientras miraba hacia otro lado, logrando que todos se le quedaran viendo fijamente.
No es así, para mí no. Retumbó en la cabeza de la pelirroja.
─ Tal vez sí ─le respondió en contra de todo lo que estaba pasando por su cabeza, luego se dirigió a los demás para evitar hacer una escena en ese lugar─ Hay reglas en este reino, Cassy renunció a el poder y me lo ha otorgado a mí, eso significa que después de la reina, yo soy la mayor autoridad, no se acerquen a las sirenas, no obedezcan a los duendes y hagan lo que hagan no molesten a los minotauros, si se meten en algún problema les juró que haré que los tiren en un calabozo lleno de ratas, tengo muchos problemas en la cabeza como para preocuparme por un grupo de forajidos mentirosos que no hacen más que estorbar.
─ Mónica ─la regañó Evan, pero solo logró que la pelirroja se alejara de donde todos estaban, Evan sabía mejor que nadie que Mónica estaba muy frustrada, sentía una pequeña opresión en el pecho debido a todo lo que le pasaba a la chica, así que decidió no acompañarla, en su lugar, alguien más fue detrás de Mónica.
─ Mónica ─se escuchó una voz muy familiar a las espaldas de la princesa. Era Xavier─ Sé que nos odias, también sé que lo que hicimos estuvo muy mal, pero no seas tan dura con Zac, ha estado llorando por ti desde que te fuiste, solo quiere que tú lo escuches, hazlo por favor, no tienes idea de lo mucho que le afecta todo lo que pasó. ─pidió él y luego volteó a ver a su amigo el cual estaba siendo consolado por el resto de los chicos─ Sabes que estoy enamorado de ti, no quiero que pienses que de alguno manera uso esto para acercarme a ti, pero Zac está enloqueciendo, tú viste lo que dijo hace algunos minutos, prefiere morir, Mónica esto ya me está preocupando demasiado. ─le dijo él
La mente de Mónica recibió un fuerte impacto, se tuvo que resistir para no echarse a llorar ahí mismo, ellos la estaban engañando, estaba casi convencida de eso, pero si quería que quedaran al descubierto tendría que seguirles la corriente. Al menos esa era la excusa que quiso poner antes de hablar para que todos la escucharan.
─ Bien ─murmuró intentando mantener su respiración calmada─ Bien, regresando al castillo cada uno de vosotros se duchará, luego de eso quiero que Zac salga a los jardines, será bueno saber que planes tiene, según la reina él es quien sabe mejor acerca del reino y del castillo, el resto de los días me juntaré con cada uno de los nuevos integrantes del grupo, tal vez eso me haga confiar más en ustedes.
─ Volver a amar ─la corrigió Lucas con una sonrisa ladeada.
─ Volver a confiar ─confirmó Mónica.
Tras decir eso, una sonrisa se formó en los labios de aquel castaño, Mónica al ver tal gesto salió corriendo dejando al resto por su cuenta, si se quedaba mucho más tiempo ahí terminaría comiéndose a besos al castaño y demostrando lo mucho que lo extrañaba.
Existía algo llamado orgullo que no dejaría que ella hiciera eso.
Al llegar al castillo Mónica subió a su habitación y se quitó la ropa de entrenamiento por un conjunto de ropa mucho más cómodo, no importaba si se miraba bien o no, solo quería sentirse bien, sus ojos ardían demasiado como para prestar atención a otras cosas, se arrodilló frente a su cama y lloró más de lo que había llorado desde aquella traición, no se había dado cuenta lo mucho que extrañaba y lo mucho que le dolía la traición que había vivido.
Era más de lo que ella podía soportar.
Sus lágrimas caían sin cesar y sus ojos estaban rojos e hinchados, era más que evidente que estaba llorando demasiado y que se sentí mal, en medio de su lloriqueó entró su mejor amiga, aquella que siempre la había ayudado.
─ Mónica no salgas corriendo así ─la regañó Nicky, pero al ver las lágrimas de la chica se agachó al lado de ella y la tomó entre sus brazos, dejando que la pelirroja soltara todo lo que necesitara─ Mónica ¿Qué tienes? ¿Es por ellos que te encuentras así? ─preguntó.
─ Es por él ─le dijo Mónica llorando─ No sabes cuanto lo había extrañado, y lo mal que me siento ahora que lo tengo aquí, sé que suena demasiado tonto, pero lo que ellos hicieron me dejó tan afectada que no sé que hacer ahora que los tengo aquí ¿No entendían que si no los quería enfrentar era porque me dolía? Los trajeron aquí y abrieron la herida ─le dijo Mónica─ ¿Por que organicé los de esta tarde?
─ No lo sé, tal vez porque, de algún modo, quieres estar un rato a solas con él, hablar como lo hacían antes, volver a lo que tenían.
─ Nunca volveremos a ser los mismos, sabes todo lo que pasó, no puedo solo ignorarlo y fingir que nada pasó, cuando sé que me dolió demasiado y que sigue doliendo con la misma intensidad.
─ Mira, en realidad no sé como esté el asunto entre ustedes, entre tú y Zac o entre tú y cualquiera de los chicos, pero si algo sí sé, es que vas a querer que él te mire hermosa, y que se enamore más de ti de lo que ya está...─empezó, pero fue interrumpida
─ Él no me ama Nicky, nunca lo hizo, solo busca poder, eso me lo dejó en claro cuando me entregó al rey ─le dijo Mónica y se levantó de donde estaba.
─ ¿Y tú le creíste al asesino y mentirosos más conocido de Evenia?
─ Le creí porque él no gana nada alejándome de esos cinco ¿Qué beneficios crees que él habría obtenido de todo eso?
─ No sabemos cuales sean sus planes, Mónica, se dio cuenta que eres un peligro y ellos siempre lo fueron, si sus dos grandes problemas se unen él seguro no sabrá que hacer.
─ Entonces ¿Crees que él sí me quiera?
─ Te ama más de lo que crees Mónica, Zac te ama con todo su corazón ─le dijo Nicky─, nunca dudes de lo que él haría por ti.
__________________
Hola, bueno, les quiero proponer algo, he estado pensando en subir un capítulo por semana, pero hay días en los que estoy muy ocupada o tengo demasiadas cosas en la cabeza haciendo que se me olvide, así que si algún día se me olvida solo necesitaré que me perdonen, en el caso de que no publicara en un largo tiempo les pido que me tengan paciencia, si aceptan esto, haré todo lo posible por subir todas las semanas.
Voten y Comenten
Besos virtuales
Mariam V.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro