Capítulo 28
Todos estaban en la sala de juntas, a excepción de Meredith y Mónica, quien por supuesto, seguía encerrada en una maldita celda.
Zac estaba rojo de furia y en cuanto vio a la reina su furia solo aumentó más. Durante toda la noche del día anterior había leído el diario que había encontrado y al pensar en todo lo que había leído si estómago se retorcía.
Intentó calmarse durante unos segundos, pero eso no funcionó, así que al final, habló de manera que se notó toda la furia que tenía dentro.
─ Sarah, me quieres explicar ¿Por qué Clarissa Smoke dejó escrito que cuidaran a Mónica de ti?
─ No se de que hablas, Zac, yo siempre quise a Meredith, porque ella es la hija de Clarissa, lo de esa mentirosa solo fue un pequeño error ─susurró lentamente Sarah mientras miraba a Zac.
Debió de deshacerse primero de ese chico idiota.
─ ¡No mientas! Clarissa especificó aquí que su hija era pelirroja ─gritó Zac mientras señalaba el diario─. Quieres deshacerte de Mónica, como Clarissa se deshizo de ti. Aún cuando ella no tiene nada que ver, todo el tiempo has querido herir a Mónica de la manera que te sea posible. La haces creer que no sabrá gobernar, a nosotros cinco nos trajiste para herirla y ahora esto.
─ Mamá ¿Eso es verdad? ─preguntó Cassy mientras se acercaba a Evan para abrazarlo. No era posible, su mamá no la pondría en contra de su hermana ¿Verdad?
Lucas los miró enojados, él junto con Erick sabían que el teatrito de la tal Meredith se iba a acabar. Sabían que la reina no era de fiar.
─ Sí, odio a Mónica, pero yo no cree esta farsa, esa chica apareció para mi suerte y ha traído tantas cosas buenas que siento que la amo. Charles siempre quiso más a Mónica que a mi hija, siempre puso a Clarissa antes que a mí, y esta es mi venganza contra esas dos ─dijo llena de odio la reina─. Yo amaba a Charles y esas dos entrometidas se metieron en lo que sería nuestro final feliz. Si ellas hubieran salido del camino todo habría sido más fácil.
─ Hay más escritos aquí ¿Te los leo? ¿O es que te los sabes todo de memoria? ─preguntó Zac para luego abrir el libro.
30 de agosto de 1999.
Escribe: Charles Virtrow de Smoke.
Mi pelirroja hermosa ya creció, está preciosa, digo, se que es mucho decir cuando solo tiene un mes, pero ya me imagino cuando sea grande, habrá que protegerla tanto, aunque creo que ella hará un buen trabajo cuidándose sola, me lamento el que no voy a estar para ver eso. Cassy juega mucho con ella, dice que quiere mucho a su hermanita, ambas son mi vida entera. Esa pequeña rubia energética y la pelirroja gruñona son dos de las partes más esenciales de mi vida. La tercera es Clarissa.
Como sea, he notado un poco rara a Sarah, sé que nos acaba de delatar ante mis padres, y tengo que hacer todo lo posible para cuidar a mis niñas, yo la amé, pero ahora tiene que entender que ya no lo hago. Quiero a mis dos hijas, pero ya no puedo decir lo mismo de ella.
Rawson no va a estar cerca de mis hijas, no es lo que deseo, no quiero que envenene esos corazones tan nobles que poseen mis dos chicas, es lo único que quiero para ellas, que crezcan sin ningún rencor en su corazón.
─ ¿Por qué, Sarah? ─preguntó Zac mientras su voz se quebraba─ A pesar del carácter de mierda de Mónica, ella te quiere, y tú nos quieres hacer dudar de ella.
─ Por mis dones, todos aquí me van a decir que no se sintieron aliviados al no ver a Mónica por ahí, esa chica con cara de amargada y mandona.
─ No hables así de ella.
─ Cassidy, tú eres la que le diste pie a otros de mis grandes problemas, meterte con este bueno para nada ─gritó la reina mientras señalaba a Lucas─ ¿No te podías buscar algo mejor?
─ Ya estaba bien con ella, estábamos bien ─reclamó Zac─ y pasa esto, Meredith tiene algo muy turbio, porque me hizo dudar de inmediato. Tú te aprovechaste de eso.
─ Hay un don en Crissan ─lloriqueó la reina─ se trata de control mental, muy pocas personas lo tienen.
Era su intento de dar lástima, pero no la daba, en absoluto.
─ Mónica es inocente y los únicos que confiaron en ella fueron Lucas y Erick; Erick la acaba de conocer y confió más en ella que yo ─se lamentó Zac
─ Yo debí deshacerme primero de ti, chico estúpido, eres un entrometido que está tan embobado con la muñeca pelirroja que metes tus narices donde no debes. Un día ¡UN DÍA! SOLO TENÍAS QUE ESPERAR UN DÍA PARA HABLAR DE ESTO, MÓNICA SERÍA CONDENADA Y YO ESTARÍA BIEN, PERO TE TENÍAS QUE METER. ¿¡SABES CUANTOS AÑOS ESPERÉ ESTO!? LE LAVÉ EL CEREBRO A EVAN PARA QUE NO MENCIONARA NADA Y LLEGAS TÚ A ARRUINAR TODO.
─ Mamá ─susurró Cassy se abrazaba a sí misma. Lucas se acercó lentamente hasta posarse detrás de su novia y fue en el momento en que él la abrazó.
─ Evan... ¿Eso es cierto?
─ Yo solo... siempre quise una familia, todo este tiempo ella me hizo sentir como si no perteneciera aquí, me hizo creer que si no decía nada para defender a Mónica... ella me dejaría entrar a su familia, pero... creo que perdí a la única que siempre me trató como a su hermano.
─ Mónica te perdonará ─le aseguró Nicky.
─ No lo hará, ella no perdonará a ninguno de los que está aquí.
─ Y TODO SIGUE GIRANDO ENTORNO A ESA NIÑA, COMO SI NO TUVIERAN NADA MÁS EN QUE PENSAR, USTEDES NO LO ENTIENDE, ESTAMOS MEJOR SIN ELLA. Debemos deshacernos de ella, nadie sospechará, no más rey, no más planes, no más herencia Smoke andando por ahí.
─ Definitivamente enloqueció ─murmuró Peter─, Su majestad, se le han caído unos cuantos tornillos.
Cassy estaba a punto de responder cuando de repente vieron como era que Evan caía al suelo cual saco de papas, gritaba de dolor y se retorcía en el piso mientras sostenía una mano en el pecho y la otra en el estómago.
─ Me duele mucho, es como...co...como si me...me hubieran enterrado un cu...cuchillo en el pecho y en el estómago.
─ Mónica ─dijeron a coro Lucas, Erick y Zac mientras salían corriendo alarmados de la habitación.
(...)
─ Quiero ver a la traicionera ─ordenó Meredith mientras pasaba delante de dos guardias y se dirigía a la celda de Mónica. Ella estaba sentada en el suelo jugando con un rompecabezas─ Hola ─saludó a Mónica.
─ ¿Qué quieres? ─respondió esta mientras miraba como era que Meredith entraba a la celda.
─ Solo vengo a decirte que me descubrieron, saben que la mentirosa soy yo y tengo que escapar, al menos por un tiempo ¿Sabes? ─dijo ella y se acercó a Mónica, sin darle tiempo a reaccionar clavó un cuchillo en su estómago haciendo que abundante sangre saliera de la herida─, pero no me iré hasta que esté segura de que te vas a morir ─susurró en el oído de la pelirroja y luego clavó un cuchillo en su pecho─ y para que este pensamiento te de vueltas en la cabeza en tus últimos momentos de vida, te lo voy a decir porque mi intención no es ser buena contigo. Para nada ─siguió mientras miraba como era que salía sangre de la boca de Mónica─. Zac me hizo su amante, él y yo estuvimos juntos en una habitación, los dos solos y gozamos mucho ─una lágrima cayó por la mejilla de la pelirroja al escuchar esas palabras. No era cierto. No podía ser cierto─, su cuerpo es digno de un Dios y su voz cuando pronunciaba mi nombre era un deleite, pero eso tú nunca lo sabrás, porque no tendrás oportunidad de experimentarlo ─luego de esto la castaña sacó ambos cuchillos del cuerpo de Mónica─, ahora cada vez que lo mires quiero que recuerdes que YO fui la primera.
Meredith salió casi corriendo de la celda de Mónica, la pelirroja cayó al suelo mientras sangre brotaba de sus heridas y por su boca, se estaba muriendo por culpa de esa traicionera.
Su vista se volvía cada vez más borrosa y lágrimas caían por sus mejillas al recordar lo que esa bruja había dicho: Zac me hizo su amante.
No podría ser verdad.
Por favor que no lo fuera.
La última imagen que sus ojos pudieron captar antes de cerrarse fue la de Zac, Erick y Lucas corriendo y gritando preocupados por ella, luego ya no sintió nada más.
Todo se sumió en una oscuridad abrumadora.
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