─ Lo que escuchaste, Zac, Mónica nos engañó, ella no es ninguna princesa y solo es una mentirosa que ha decidido vernos la cara de tontos ─susurró la reina luchando contra la sonrisa que quería abrirse paso en sus labios.

─ Que buena broma, casi me la creo ─bromeó Zac pero al ver él rostro de los demás sus ojos se llenaron de lágrimas─. No puede ser verdad, Mónica no nos traicionó, ella... no, ella no nos estaría acusando de traición si ella hiciera lo mismo.

─ Hay personas que no tienen principios ─comentó Meredith─ ni moral.

Cuando Zac escuchó la voz de Meredith fue como si alguna clase de clic ocurriera en su cerebro, sintiendo como las palabras que le habían dicho se metían en su mente y como era que poco a poco él se las creía.

Era como si todos los recuerdos que tenía con Mónica se vieran manchados, como si hubiera doble sentido u otras intenciones en cada palabra que le había dicho.

Y no pudo soportarlo.

En ese momento Zac caminó en dirección al castillo dando grandes zancadas, su ira era más grande que cualquier cosa, él le había dado todo su amor a Mónica y ahora él solo podía pensar que Mónica fingía para hacer más creíble su mentira.

Llegó a las celdas y se dirigió a donde estaba Mónica, no le fue muy difícil encontrarla, ya que ella gritaba como una loca

─ Zac, ya me viniste a sacar ¿Quiénes se creen? ─murmuró la pelirroja alegre, pero al ver el rostro del castaño retrocedió asustada.

─ Eres una mentirosa, una embustera, una traicionera ─gritó Zac mientras entraba a la celda y tomaba a Mónica por lo hombros─ eres una hipócrita, una...eres tan mentirosa.

─ Zac ¿Qué pasa? No me digas eso ─susurró la pelirroja─, me estás lastimando.

─ Es lo menos que te mereces ─gritó Zac mientras soltaba a Mónica y se daba la vuelta dándole la espalda, acto que asustó a la chica, logrando que caminara hacia atrás y tropezara, cayendo al suelo─, rogué tu perdón cuando nunca debí hacerlo, me hiciste sentir como la peor persona cuando tú habías hecho lo mismo.

─ Zac, si me sigues diciendo eso, me voy a enojar mucho contigo ─sollozó la pelirroja aún sentada en el suelo.

─ Ya me importa una mierda lo que pienses de mi ─exclamó Zac sin darse cuenta de las palabras que soltaba mientras salía de la celda y la cerraba de un golpe─. Ojalá te pudras Mónica, si es que ese es tu nombre real, solo tengo una pregunta, una sola ¿De verdad me amas?

─ Zac, sabes que sí.

─ ¿Y entonces por qué no te creo? ─preguntó Zac mientras pateaba la pared.

Ese no era él. No era Zac quien estaba hablando en ese momento.

Las lágrimas de Mónica caían sin parar por sus mejillas, lo que le había dicho Zac le había dolido mucho, en especial porque hace unas horas, no, hace unos minutos el le estaba diciendo lo mucho que le amaba. ¿Qué había pasado? ¿Acaso tenía que ver con la razón por la que los soldados la habían llevado a ese lugar?

¿Por qué no entendía nada?

¿Qué era lo que estaba sucediendo?

Ella lloró por algunos minutos hasta que sintió dos figuras posarse frente a la celda, eran Jack y Nicky. Quienes no tenían muecas muy agradables.

─ Eras mi amiga, Mónica, confiaba en ti más que en nadie y resulto que eres... solo eres... ─la castaña ya no pudo continuar debido al llanto que hizo que sus hombros se sacudieran.

─ Solo te diré una cosa, Mónica, tú me salvaste la vida y ahora yo te la perdono, no voy a hablar en tu contra en el juicio, estamos a mano ─murmuró Jack para luego irse de allí, intentando ocultar las lágrimas que dejaría caer cuando estuviera solo en su habitación.

Luego de ellos llegó Cassy y la pelirroja no sabía si eso la hizo sentir peor o mejor.

─ Pensé que en serio eras mi hermana, mi madre tenía razón...

─ Cassy...

─ ¡No me hables! Tengo suficiente de ti, Mónica, solo dime algo ¿Por qué Lucas?

─ ¿Lucas? No entiendo de que me hablas ─susurró Mónica desconcertada

─ ¡Oh! Pero claro que lo sabes, lo sabes perfectamente ¿No podías solo apartarte?

─ No entiendo, Cassy, te juro que no sé de que me estás hablando

─ ¡NO TE BASTÓ CON JACK, CON XAVIER Y CON ZAC! TE TENÍAS QUE METER CON LUCAS TAMBIÉN.

─ ¡NO SÉ DE QUE ME HABLAS!

─ Lo sabes, lo sabes muy bien, pensé que eras una buena persona ─habló la rubia muy despacio─, pero no eres más que una basura.

─ No me digas eso ─susurró la pelirroja─, me duele.

─ Una persona como tu no puede sentir─ le respondió la rubia.

¿Qué había pasado? ¿Mónica y Lucas...? No tenía sentido, ¿De dónde había sacado eso Cassy? ¿Quién se lo había...tan siquiera insinuado?

Y como cereza del pastel, tuvieron que llegar Xavier, Peter y Samuel.

─ Hipócrita ─la acusó Xavier─, eres una...hipócrita.

─ Nos mentiste, Mónica, confiamos en ti, arriesgamos nuestra vida y... solo para descubrir que eres una mentirosa ─se quejó Peter mientras sorbía por la nariz, todo rastro de diversión se había esfumado de sus ojos en ese momento.

─ Fue divertido vernos la cara de estúpidos ¿No? Seguro disfrutabas mucho eso ─terminó Samuel haciendo que los sollozos de la pelirroja fueran peor.

Luego de decirle eso ellos solo desaparecieron, como si no se dieran cuenta de las palabras que acababan de decir, como si les diera igual lo mucho que lastimaron a la pelirroja.

El que llegó a continuación fue Evan, el cual abrió la boca, pero de él no salió más que un sollozo y una disculpa.

¿Una disculpa? ¿Por qué?

Luego él solo desapareció para que llegaran Erick y Lucas.

─ ¿Qué me van a decir? Les puedo dar opciones, me han dicho hipócrita, basura, mentirosa, traicionera, impostora, embustera ¿O tienen uno nuevo? ─luego de que terminó, pudo sentir como ambos se arrodillaban frente a ella y la abrazaban con mucha fuerza; de inmediato ella se soltó a llorar mientras se acurrucaba en el pecho de los chicos─ No... no sé... no sé que pasó, pero no pueden estar diciendo todo eso. Yo no sé si hice algo malo. Yo no creo haber hecho nada.

─ Lo sabemos, lo sabemos ─murmuró Lucas.

─ Ayer llegó una chica alegando que era la princesa, ni siquiera le hicieron pruebas de ADN, pero logró lavarles el cerebro a todos, empezando por la reina, pero me da muy mala espina, igual que a Lucas, no tiene sentido ─explicó Erick.

─ Les dijo a todos muchas cosas sobre ti, pero yo no le creí, iniciando porque ni siquiera nos ha mostrado sus elementos y porque... la reina siempre se ha mostrado muy hostil contigo ─murmuró Lucas mientras limpiaba las lágrimas de la pelirroja─. Cuando la reina le dijo a Zac lo que la idiota esa le dijo, él se enojo mucho, es como si hubiera dudado automáticamente de ti.

─ Yo soy la princesa, lo juro, al menos eso es lo que me dijeron toda la vida, yo nunca haría nada... que los lastimara ─lloriqueó la pelirroja.

─ Mónica, lo sabemos, pero nadie lo quiere ver, no nos quieren prestar atención, nosotros dos fuimos los únicos que no hablamos a solas con ella. Y hay un error en su mentira, si no fueras la princesa, el rey no te buscaría como un loco, él sabe perfectamente que lo eres ─le dijo Erick.

El rey.

...tu enemigo es esa reina que traicionó la confianza de tus padres...

Y que por supuesto no dudaría en traicionarla a ella.

─ Mónica ¿Alguno de los que vinieron a verte te golpeó? ─preguntó Lucas a lo que Mónica salió del pequeño trance en el que se había metido, negó con la cabeza y sorbió por la nariz.

─No, él que me trato peor fue Zac, pero no me golpeó, él no lo haría ─le respondió─ ¿Por qué?

─ Esto ─murmuró Erick mientras señalaba el cuello de la princesa, logrando que sus ganas de llorar, aumentaran.

─ No, eso no es golpe, Zac me mordió el cuello ayer ─al decir eso las lágrimas de la pelirroja volvieron a brotar como ríos.

─ Estaban bien ¿Verdad? Habían resuelto sus problemas ─volvió a decir Erick, pero el llanto solo la dejó asentir.

─ Mon, esto no te va a hacer sentir bien, pero, dentro de dos días la reina te va a quitar tus elementos y luego te condenaran a la... a la horca, dijo que iba a haber un juicio, pero es más que obvio que ella ya tomó su decisión ─susurró Lucas haciendo que la pelirroja negara varias veces con su cabeza─. Planean darte la sustancia que ya te han suministrado dos veces para inhabilitarlos, hasta entonces, intenta estar tranquila aquí, no dejes que te hagan más daño.

─ No uses tus elementos, lamento decirte esto, pero tendrás que huir al Reino de los Mortales, los tres lo haremos, es el único lugar seguro en estos momentos ─continuó Erick─, allá planeamos todo en cuanto a recuperar Evenia, pero te tienes que ir.

─ ¿Ustedes también lo harán? ─preguntó atónita Mónica─ ¿Qué pasó con Cassy, Lucas?

─Meredith no solo puso a todos contra ti, al ver que desconfiamos de ella ha hecho que Cassy me odie y piense que estoy enamorado de ti, cuando sepan que te ayudamos a escapar entonces nos van a condenar a nosotros dos por traición, eso y que no pensamos quedarnos en un reino donde no esta la real heredera. Además, la reina tampoco me quiere a mí, esto le queda como anillo al dedo, no pienso pelear con su madre, no ahora ─le respondió Lucas

─ Nos vamos ¿Sí? Descansa un poco, estos dos días van a ser algo agitados, será un milagro si encontramos otra solución ─se despidió Erick para luego besar la coronilla de la cabeza de Mónica.

─ Te quiero y te creo, tendremos que irnos por tu bien, se darán cuanta de su error, pero me temo que será demasiado tarde ─le dijo Lucas mientras besaba su mejilla─, intentaré hablar con Zac, tal vez logre hacer que escuche.

─ Zac ya no me importa ─murmuró Mónica─, no quiero tener que ver nada con él, si desconfía de mí de esa manera, no quiero saber en que va a terminar lo nuestro

─ No está demás intentar.

─ No, Lucas, hay algo raro acá y estoy segura de que él no te creerá ni a patadas

─ Como quieras, adiós ─murmuraron ambos castaños antes de desaparecer, dejando a Mónica sola en esa celda.