Capítulo 5
Magnolia, 1593
-Señorita, es hora de sus clases de literatura.
-¿Clases de qué?- preguntó Anna confundida, ella nunca había escuchado la palabra 'literatura' en su vida.
-Deje de bromear, princesa. Se nos hace tarde- la sirvienta le dio unos últimos retoques a su vestido y dirigió a Anna hacía otra habitación.
Anna estaba tratando enormemente de no decir alguna grosería a esas personas qué sólo le decían qué debía hacer.
Cada vez estaba más cerca de Christian, era sólo cuestión de horas para qué ella encontrara a dónde escondían a esos chicos para ir por la noche a sacar a su amigo y darle fin a esa pesadilla.
-Hoy comenzaremos con el tono y el modo qué un autor usa a la hora de escribir- empezaba a decir un hombre robusto qué para Anna era casi imposible no reír ante el atuendo qué el hombre tenía -Dígame princesa ¿Cómo usted piensa qué el tono y el modo pueda afectar la idea principal?
-¿Ah?... ¡Ah, si!- grito Anna -El tono es la voz y el modo es por ejemplo si usted lee un libro al revés pues es un modo al revés.- dijo con una sonrisa satisfactoria Anna.
-Mm, no, pero buen intento- dijo confuso el señor por la respuesta qué ella dio. -Ahora vamos a copiar un poco de teoría para entender mejor el concepto de tono y modo.- cambió de tema el señor.
Anna abrió el libro e hizo un gesto de horror al ver las letras y palabras qué no entendía, ella no sabía leer. Ella pensó qué ese libro sólo tendría dibujos y ya.
-Señor...- puso una mano en su frente -Me duele mucho la cabeza- fingió dolor.
-Luego qué terminemos con la clase puede ir al médico.- ella bufó molesta.
Era casi imposible creer lo qué él había dicho. ¿Si en realidad fuera una emergencia no haría nada?
Anna asintió y trato de lucir "concentrada" en lo qué leía. Esperó un tiempo y fingió caerse de la silla.
-¡Princesa!¿Se encuentra bien?- el señor corrió a auxiliar a Anna.
-N-no.
-Descuide ahorita la llevamos al doctor- abrió la puerta para llamar a la guardia y ayudar a llevar a la princesa al doctor.
-No es necesa...- tres hombres la cargaron con suma delicadeza y la llevaron rápidamente con el doctor. Ella no planeaba eso pero ¿A quién no le gusta ser cargada por alguien?
Tuvo qué mentirle al doctor qué aún se sentía mal para así quedarse en una habitación "descansando". Se escapó de la vista de las personas qué la vigilaban y salió en busca de su amigo.
El vestido largo no la ayudaba a caminar rápido, ella estaba acostumbrada a llevar vestidos un poco más abajo de la rodilla o usar los pantalones de Christian.
Había un gran portón sin seguridad, abrió la puerta para encontrarse con un granjero. Cuándo estaba decidida a irse chocó con una persona.
-Auch- se quejó ya qué su cabeza había impactado con el duro pecho de un hombre.
-Nunca te fijas por dónde caminas- ella apreto los labios sin subir la cabeza, no quería ser descubierta. -¿Andas buscando algo?- ella negó -¿Qué haces aquí?
-Que te impor...- cerró la boca al escuchar qué por poco decía algo qué no debía -Paseando- susurró haciendo al chico reír. Su mano viajó a su mentón obligándole a verlo.
-Arely, no puedes andar sola. ¿Recuerdas lo qué tu madre dijo?
-No.- él rodó los ojos.
-Es muy peligroso para ti andar sola.
-Ni qué hubiera una guerra en el palacio.
Anna no sabía lo qué decía, pero en realidad si había una guerra en ese palacio. No era una guerra con armas, pero si una guerra entre madre e hija, una guerra entre la reina y la princesa. Ellas no se podían ver, la princesa siempre mantenía la calma, pero la reina era incapaz de eso.
Arely no era una hija deseada, la reina quería a un hijo. He ahí la razón del odio de la madre a su hija y razón por la qué su padre se suicidó, ellos querían a un chico legítimo para el trono, no a una chica débil.
-¿Usted sabe dónde están los chicos para la guardia real?- él quitó su mano del mentón de ella ya qué tenía la atención de Arely.
-Me haces sentir viejo si me tratas de 'usted'- dijo con resignación.
-Lo siento, la costumbre.
-Cómo sea, ¿Para qué quieres saber?- vaya pregunta qué no se la esperaba Anna.
-Es qué... tenía... ¡Una tarea!
-¿Tarea?
-Si, una larga historia ¿Me dirás en dónde están?
-Pues he oído qué los entrenamientos son en el campo.
-Gracias- sonrió con falsedad Anna y pasó a un lado de él.
Dicen qué los mejores amigos son cómo hermanos. John era cómo un hermano para Arely, y cómo todo hermano él sabía qué esa chica no era Arely. Pues en el palacio no había ningún campo, los entrenamientos se hacían afuera del palacio y esa chica fue en busca de uno.
Él quería saber más sobre esa chica qué se hacía pasar por Arely, antes de poder hacer algo tenía qué ver las consecuencias, consecuencias qué le podrían traer a Arely por desobedecer a su madre.
-No sé a qué juegas, pero nada es para siempre.
Frontera entre Magnolia y Tante, 1593
La guardia real estaba más concentrada en qué las personas de Tante no cruzaran la frontera a Magnolia, qué habían olvidado qué también podrían haber personas de Magnolia tratando de cruzar ese muro. Pero después de todo no era un problema, no dañaban a nadie, pues nadie quería ir de un lugar limpio a un lugar mugroso, pobre y sobre todo peligroso.
Arely podía sentir el aire puro entre los árboles. Se sentía tan bien con ella misma de haber dejado el reino por unos días para aprender a vivir cómo las demás personas.
Ella no sabía qué camino tomar, pero tenía algo muy en claro, ella tenía qué ir a Tante. Cargaba una pequeña bolsa con un poco de comida y dinero para el viaje.
Encontró un pequeño agujero dónde se escabulló gateando por más de quince minutos. Era cómo un pequeño tunel, no había mucho oxígeno y restos de cuerpos humanos eran visibles. Ella ya se empezaba a sentir mareada y con mucho miedo. Nunca en su vida había visto algún cuerpo humano muerto, trataba de ignorarlo pero era casi imposible cuándo por accidente los tocaba.
Dio un gran suspiro al salir de ese tunel, tomando todo el aire qué necesitaba se levantó caminando hasta el pequeño río para refrescar su rostro.
-Ya veo a qué se refería John- digo para si misma al ver el río lleno de basura y sucio.
De su bolso sacó una pequeña libreta, una libreta en la qué anotaba cada cosa qué quería hacer cuándo fuera reina. Ella quería ayudar a los más necesitados para qué la nación fuera una dónde la paz y armonía reinara. Tomó notas viendo a sus alrededores.
-¡Anna!- una voz masculina hizo qué ella frunciera el ceño, unos brazos rodearon su cintura y sus pies dejaron de tocar el suelo -¡Te extrañé!- decía el chico dándole vueltas con suma alegría en su rostro. Arely no dijo nada y esperó a qué él la bajara y escondió su libreta detrás de ella. -¿Porqué no dices nada?... Estas enojada porqué soy un inútil ¿Verdad?- dijo triste el chico.
Ahí fue cuándo Arely dejó de verlo fijamente y pensó en qué podría decir Anna en su lugar.
-Claro qué no eres un inútil. Y no estoy enojada contigo, me alegra verte de nuevo- esta vez el chico frunció el ceño.
-¿Eres tu Anna?- dijo tomando su rostro para verla a los ojos, él esperaba el seguro golpe qué Anna le podría dar si él tocara su rostro pero esto no pasó -¡Ah!- gritó quitando sus manos del rostro de la chica y retrocedió asustado.
-¿Qué?- dijo preocupada Arely.
-Tu... tu no eres tu.- Arely se dio cuenta qué no estaba actuando cómo Anna.
A su mente llegó las imágenes del día anterior, dónde Anna casi la apuñalaba. Tal vez la personalidad de Anna era muy diferente a la de Arely. Si ella actuó amable con el chico y no funcionó era hora de probar algo nuevo, tratar de no ser amable.
-¿De qué hablas? Soy yo... idiota- esta última palabra le costó mucho decirla, pues jamás había ofendido a nadie. El chico suspiró de alivio al escuchar esa palabra.
-Creí qué tenías algo- Arely rió nerviosa -Vamos, Will nos está esperando- la chica empezó a caminar detrás de él, no sabía nada sobre ese chico pero sólo pensó qué podría ser el amigo qué Anna buscaba.
La pregunta aquí era ¿Porqué el chico estaba en Tante y no en Magnolia?
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