Palacio de Magnolia, 1593

Anna estaba lista para entrar a la sala de corte, pero ¿Por qué sus manos temblaban? ¿Cuál era la razón de su nerviosismo? Ella no era la culpable de nada ¿Pero por qué se sentía como si ella fuera la única culpable ahí?

El sirviente le dio la seña para que saliera, y ella caminó derecha hasta su silla. La mirada de todos los presentes estaban puestas en la princesa enmascarada. Los murmuros se hicieron presentes, pero ella los ignoró y terminó por sentarse.

Desde su asiento, pudo visualizar a John en la primera fila de asientos en la sala. Este al verla le dio una sonrisa tranquilizadora.

El encargado de la corte empezó a hablar.

-Traigan al acusado.- las puertas de al lado se abrieron.

Guardias sostenían al hombre que estaba amarrado de pies y manos con cadenas. Las heridas y moretones estaban por toda su cara y cuerpo. Su vestimenta estaba sucia, rota, no calzaba nada, y vista de todos estaban las visibles heridas en sus pies. Su pequeña barba daba la apariencia de que era un vagabundo. Apenas lograba caminar adecuadamente, pues estaba exhausto. Lo obligaron a ponerse de rodillas en el centro de la sala, tiraron de su cabello para levantar su cabeza y que viera a los ojos a la reina. Esta lo vio sin expresión alguna, volteó su vista ignorando al acusado y mostrándose seria ante el caso.

-Hace dos días, este hombre violó las leyes de Ellewebis. Retando el poder de su majestad, insultó al rey Williams cuando estaba siendo arrestado. Robó a un campesino de Magnolia.- empezaba el hombre mientras caminaba en círculos explicando, mientras con sus manos hacía gestos y ademanes. En ningún momento se detuvo a ver al acusado a los ojos. -Y por si fuera poco, asesinó a una niña de tan sólo cinco años.- los murmullos de la gente se hacían cada vez más fuertes, todos hablando mal del acusado.

-¡Eso es mentira!- uno de los guardias que lo sostenía le dio un golpe en el estomago en modo de castigo.

Anna vio con detenimiento al hombre, le parecía familiar, pero no lograba recordar en donde lo había visto. Trató de ignorar sus pensamientos y se enfocó en estar inexpresiva, tal y como la reina lo hacía.

Las personas empezaron a murmurar cosas en contra el acusado.

"No merece vivir", "¿Cómo una persona como él puede existir", "No se merece el perdón de nadie", "Él debería estar muerto".

Aveces las personas se dejan llevar por las palabras o acciones de los demás; sin embargo, no tratan de buscar las razones del porqué o qué lo llevó a cometer sus acciones. La reina tenía al pueblo de Magnolia ciego a su favor. Pues a ella no le importaba nada más que el qué dirán los demás de la reina. Pensaba que dándoles la mejor comida, joyas, y dinero, ella lograría comprar la ceguera de las personas en Magnolia, y sin duda lo hizo.

-¡Orden!- gritó el hombre, las personas callaron al instante -Prosigo. Hemos contactado a cada persona en Magnolia preguntando por el acusado, pero según el pueblo, nadie lo conoce, nadie sabe donde vive. Sin embargo, el lugar donde solía trabajar también había reportado un robo, y raramente este hombre renunció un día antes de que los demás se dieran cuenta del robo y desapareció. Creo que hay mucha coincidencia en esto ¿no?- todas las personas a excepción de el acusado, la reina, y Anna, asintieron -A la semana siguiente, la guardia real había recibido un reporte de desaparición de una niña. Y como ya todos sabemos, hace dos días una horrible noticia se presentó en todo Ellewebis... una noticia que impactó los corazones de todos los sensibles, incluyéndome.- bajó su cabeza dramáticamente -La niña había sido encontrada sin vida cerca de el centro de Magnolia. Este crimen fue cometido por la madrugada, cuando todos aún dormían.- todos estaban callados, pues era lamentable cómo una criatura perdió la vida a tan corta edad, cuando apenas empezaba a vivir. -La madre de la difunta niña acusó unicamente a este hombre presente.- señaló con su dedo índice al acusado. -Dijo que este hombre ya había estado detrás de su niña desde hace mucho tiempo.

Las acusaciones eran graves, pero había algo que Anna no entendía. ¿Por qué acusaban a ese hombre sin tener pruebas? La corte real solía hacer especulaciones, cosa que no era justa para nadie. Necesitaban tenes pruebas para estar seguros de lo que decían. Y si tenían pruebas al respecto ¿Por qué no las mostraban? No era extraño que la reina no hablara nada sobre eso, pues Anna pensaba que ella ya estaba enterada del caso, y buscar pruebas era sólo una perdida de tiempo para ella.

-El cuerpo de la niña presentaba un golpe de una roca al lado derecho de su rostro. Golpe que le llegó a romper parte del cráneo, y una hemorragia en el interior de su cabeza se presentó en la niña. Seguido de un derrame cerebral debido a la falta de oxígeno al cerebro. Esto le causó la muerte al instante. Los estudios que presentó el doctor que examinó el cuerpo de la niña decían que la criatura había sido abusada tanto físicamente como sexualmente días atrás.

El hombre abrió los ojos con sorpresa, levantó el rostro para ver con rabia a todos a su alrededor, más no dijo nada. Pues ya sentía mucho dolor en el cuerpo como para recibir más golpes. Quería gritar, hablar de lo que en realidad pasó, pero personas como él que son tachados por sus acciones no tienen esos privilegios. Se estaba mentalizando su probable muerte, pues eso era lo único que le quedaba por pensar.

-Este hombre había estado molestando a la madre de la niña, al no conseguir la atención de esta, se acercó a la niña tratando de ganarse su confianza en modo de venganza por que la madre lo había rechazado. Esto lo llevó a raptar a la niña y abusar de ella tan horriblemente. No hubieron testigos el día del asesinato. Pero las pruebas sólo apuntan a una persona, y es a este hombre. Se le acusa por faltarle al respeto a la realeza, de asesinato, robo, secuestro y violación a una menor de edad. Creo que esas son pruebas y acusaciones suficientes como para imponer en el acusado el mayor castigo que Ellewebis puede tener.

Anna no podía evitar sentirse mal por la niña y el acusado. Gracias al reinado de sangre, todo Ellewebis parecía estar en guerra. Las personas se estaban matando mutuamente.

Cada día que Anna pasaba en el palacio, no le quedaba la menos duda que la única bruja y causante de todos estos conflictos es la reina. Le daba coraje no poder enfrentar a la reina siendo Anna, y no siendo la princesa Arely.

-Dejaremos que la reina...

-¡Pero yo no hice nada! ¡Yo no maté a nadie! ¡Lo juro!- el hombre había empezado a llorar mientras gritaba desconsoladamente -¡Esto es injusto! ¡Este pueblo no merece una reina como ella! ¡Ah!- los guardias volvieron a golpear al hombre, esta vez con más fuerza que antes.

-Creo que es lo único merece una basura como tú.- dijo el encargado viéndolo por primera vez a los ojos con una sonrisa triunfante -Reina, corte real, les daremos tiempo para pensar en el veredicto final.- se dio la vuelta quitando su sonrisa y volviendo a ponerse serio. Su actuación sin duda era muy buena, era tan hipócrita en los ojos de Anna, tal y como la mayoría de las personas en esa sala.