Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 52

SETH

Mis ojos se abrieron poco a poco, tartando de acostumbrarse a la luz que hay en este sitio, tomé asiento y lo primero que hice fue tratar de identificar dónde estoy, es complicado debido a que mi mente aún tardaba en procesar todo.

Cuando ya veía todo con más claridad me percaté de que estaba en mi cuarto.

¿Estoy muerto?.

Me toqué el rostro y mi torso tratando de verificar si era una especie de fantasma pero me sentía como antes, volteó a ver mi brazo derecho que es donde aquel pedazo de porquería me había inyectado esa cosa, está como si nada hubiese pasado.

Dolía como el infierno y ahora está normal.

No, definitivamente estoy muerto.

¿Entonces el más allá tiene forma de mi habitación?.

Solté un fuerte suspiro sin poder entender mucho de lo que sucede, decidí ir a verme en un espejo para poder saber si tengo algún cambio, pero no, sigo igual, excepto por ciertos destellos violetas que ahora tienen mis ojos.

Eso es nuevo.

Un momento, ¿Y si todo fue un sueño?.

¿La misión fue toda una obra de mi imaginación?.

Ante la desagradable idea de que todo hubiera sido un sueño sali corriendo afuera de mi cuarto, no había nadie en los pasillos, por lo que empecé a recorrer los pasillos en busca de alguien.

Con la primera que me topé fue con Iria quien llevaba un tazón de palomitas consigo, comiendo tranquilamente mientas tarareaba alguna canción, al verme enfrente de ella abrió los ojos de par a par, sorprendida.

Ahora lo sé, no estoy muerto.

He sobrevivido.

— Me alegra verte vivo Seth, ven, tu familia querrá verte al igual que Violeta.

Su manera de decirlo parecía la de un robot, sin ningún tipo de expresión de felicidad, solo hablando por puro compromiso.

— ¿Enserio estás feliz de verme?, porque no lo parece.

— Eres el novio de mi mejor amiga, tengo que ser buena y amable contigo a menos que le rompas el corazón — Sonríe ampliamente, algo que me hizo rodar los ojos — Advertido estás.

Asentí mientras caminaba detrás de ella, observando a mi alrededor, nada parecía diferente solo que todo se ve desolado, antes había mucha gente que te saludaba al pasar, a decir verdad era molesto para mí pero me siento mal por su destino a manos de Jhon.

Espero no verlo por aquí.

Entramos a la sala principal la cual es inmensa, con muchas sillas y mesas de metal, Iria sin dejar su tazón de palomitas extendió la mano para presionar un botón, el cual hizo que en toda la sala empezara a sonar un ruido irritante una y otra vez.

Una alarma.

— Apaga eso — Murmuré enfadado, ella solo rodó los ojos — Podría ir a buscarlos sin hacer este escándalo innecesario.

— Se dice gracias, pesado.

Todos ingresaron por la puerta del otro extremo, Caleb tiene un bate en sus manos, Mía un arma y Violeta un cuchillo, hasta parecen una pandilla que busca exterminar a algún rival.

Detrás de ellos vienen mis padres sin ningún tipo de arma, calmados, y con una sonrisa.

Iria vuelve a presionar el botón para por fin callar esa cosa la cual podría agregar a mi lista de cosas que odio, es larga pero esa alarma se ganó un espacio.

Y Iria también, solo por no haberla apagado antes.

Todos observaban alrededor buscando a la persona que había apretado aquella alarma, al cabo de una pequeña búsqueda visual ellos logran vernos, bajan sus armas y vienen corriendo hacía nosotros.

O más bien, hacía mi.

La primera en llegar fue Mía, quien se ablanzó contra de mi pobre ser con fuerza haciendo que haga un gran esfuerzo para no caer con ella en brazos.

— Hermanito mayor de mi corazooooon despertaste — Sonríe ampliamente — Ya era hora, una semana es demasiado tiempo, nos asustaste desgraciado.

— ¿Tanto tiempo?.

El segundo que se acerca a mi para abrazarme pero con más delicadeza es Caleb, quien hasta desordena mi cabello con alegría.

Está más estable, algo que me tiene tranquilo.

— Menos mal que despertaste antes del mes, ahora Oliver me debe 6 cómics.

— Que buen hermano eres, apostando mientras estoy postrado en una cama.

— Ibas a estar bien, no seas dramático.

Rodé los ojos y lo aparté de mi, tener de frente a Violeta fue algo que me alivió, estar muerto no es algo que me hubiese gustado, eso significaría estar lejos de ella por lo que todo el paraíso hubiese sido una tortura sin ella a mi lado.

Si es que iba al paraíso...

La tomé por la cintura y besé sus labios sin querer despegarme de ella.

Por fin.

Nos separamos por el exceso de miradas que hay ahora mismo sobre nosotros, ella me peinó un poco y miró con detenimiento mis ojos los cuales ahora tienen cierto parentesco con los de ella.

— Se ven diferentes...

— Me gustan más así, llevo algo que me une a mi salvadora.

Ella suelta una risita. Volteó a ver a mis padres, quienes me ven alegres, me imagino que a ambos debí darles un gran susto por lo que soltando a Violeta me acerqué a ellos y los abracé.

Estaban sorprendidos por mi acción, pero a decir verdad, se lo merecen.

Solo no lo diré en voz alta.

Comí mucho ese día, casi dejo vacío todo el almacén que hay de comida, de no ser por mi padre que vino a mi con un mapa hubiese seguido comiendo sin tener ningún tipo de fondo.

¿Qué esperan?, no he comido en días.

— ¿Qué dices? — Extiende el mapa en toda la mesa, apenas lo puso, me percaté de que era uno de toda la zona — Hay una ciudad que se encuentra a unos kilómetros de aquí, podemos irnos allá.

— ¿Por qué no quedarnos?.

— Es arriesgado, hay muchas cosas aquí que podrían ser tentadoras para el resto de gente y no solo por la tecnología...

Entendí al instante lo que quiso decir, habla sobre nuestra creación, que el ser humano se afane por crear humanos como nosotros con quién sabe que propósito.

Sería arriesgado mostrarle eso a la humanidad.

Además de lo que ahora sabemos de la sangre de Violeta.

— En algún sitio de las instalaciones hay experimentos que no son como nosotros — Continúa, mirándome preocupado — Fueron creados para destruir, algo que no podemos dejar que salga de aquí.

— Quememos todo entonces — Sonreí de lado, apuntando aquella ciudad a dónde piensan ir, papá parece estar de acuerdo conmigo— Vayamos a esa ciudad esperando a que nos reciban bien, pero el problema, es que se darán cuenta de que somos, recuerda que tú ya deberías ser ceniza.

— Le diremos lo que somos a el líder del lugar, pero omitiremos lo de Violeta — Asentí estando de acuerdo, de todos modos todo será consumido por el fuego — Si vemos que las cosas se ponen raras, nos salimos — ¿Cuándo nos vamos?.

— Mañana temprano — Anuncia enrrollando de nuevo su mapa, luego se levanta mirándome — Alista todo lo que creas conveniente y disfruta un poco de las instalaciones, además por lo que tengo entendido, Violeta tiene una sorpresa para ti.

¿Sorpresa?.

¿Qué sorpresa?.

— No se mucho los detalles — Continúa al ver mi expresión de sorpresa — Pero tiene que ver con algo que han encontrado en los calabozos.

— ¿Oliver y Iria?.

— A decir verdad, no tengo idea — Se hunde de hombros, desinteresado — Es algo para ti, no para mí.

— Que buen padre eres.

— No pienso arruinarle la sorpresa a mi nuera — Rodé los ojos, papá por su parte soltó una risita — Ahora mismo ha de estar en la sala botánica con Oliver y Mía.

— ¿Y su mejor amiga?.

— Piensan que no lo sé, pero la ví con Caleb ingresando a la sala de cine — Se cruza de brazos, casi riendo — Verte a ti enamorado es una cosa, pero ver a Caleb así es otra, está más tranquilo.

— Pensé que sería por el medicamento.

— No sé en que momento ese medicamento pasó a llamarse Iria — Suelta un suspiro, para luego darse la vuelta — Como todos piensan estar con su pareja, yo iré a ver a mi esposa para tener un momento íntimo.

— No necesitaba saber eso...

Una risita fue lo último que escuché hasta que saliera de aquella puerta con salida al sur de las instalaciones, me levanté y tiré los platos a la basura, de todos modos no servirán el día en que nos vayamos.

Me dirigí a la salida del lado norte, para ir a la sala botánica, una vez ahí encontré a Oliver y Mía hablando exageradamente de, creo haber escuchado, ropa para verano.

Genial, otro trabajador para el salón de belleza.

— ¡Hermanito! — Me saluda con la mano Mía, mirando de reojo a Violeta — Supongo que vienes a ver a tu novia, dudo que sea a nosotros.

— Más bien vengo a rescatarla de estar con ustedes.

— Eso no es cierto, nuestras conversaciones son interesantes.

— A decir verdad — Murmura Violeta, en medio de un bostezo — No había escuchado a Oliver hablar mucho de moda de verano en mi vida.

— Porque ustedes no lo iban a entender — Se cruza de brazos — Si menciono cuero sintético lo único que me dirán es que es plástico pintado.

— Suficiente — Le extendí mi mano a Violeta, ella la acepta y se levanta de su lugar — Sigan hablando de sus trapos, nosotros nos vamos.

Antes de escuchar las quejas ofendidas de ambos, salimos de ahí sin prestarle atención a lo que sea que quieran decirnos.

— Menos mal viniste — Dice con una sonrisa, sobándose los ojos los cuales se veían cansados por lo aburrida de la conversación —Ser el mal tercio no es algo que me agrade.

— De nada — Me hundí de hombros, en eso la sorpresa viene a mi mente, tengo que saber que es, Mi poca paciencia no me deja esperar a que ella me mencione algo al respecto — Por cierto, ¿Tienes algo para mí?.

— ¿Quién te dijo?.

— Un pájaro, ahora dime.

— Vamos señor impaciente — Ella empieza a caminar — Supongo que tú papá ya te informó de todo lo que descubrimos.

— Creo que prefería que tú me lo digas, porque no me dijo nada.

— Bueno, descubrimos Jhon tenía una enfermedad terminal llamada cáncer y específicamente estaba en su páncreas — Suelta un suspiro, apenada — Por eso quería mi sangre, para sanarse.

— Darle toda tu sangre no es una opción, sus acciones dan vergüenza y nada las justifica.

— Lo sé, solo que da lástima.

— Le tendría lástima si es que no se hubiese vuelto loco.

— En fin, luego de saber lo de él, encontramos la razón por la que reclutó a Lydia — Toma un poco de aire — Iba a hacerle a alguien, perfecto y hermoso, para que ella cumpla su sueño de estar con alguien a su altura.

— Ahora ya siento lastima, pero es por ese pobre experimento condenado a vivir con una loca.

— Eso no es lo peor — Se cruza de brazos, enojada, sus facciones demuestran que lo que viene la hizo enfadar demasiado — Ella es quien dejó los documentos que encontré sobre mi en la cama de invitados de tu casa, conspiró con Jhon para alejarme de ti y así, ver si puedo someterme a órdenes, Lydia era su secuaz.

Ahora entiendo el porque de su enfado, su mejor amiga, a la que defendería a pesar de todo, le clavó una daga en la espalda y todo para seguir las órdenes de ese demente.

Egoístas.

Todo para él era un juego, éramos sus peones y no lo sabíamos, de no ser por todo lo que ha pasado seguiríamos en su tablero moviendonos a su conveniencia.

Maldito sádico.

— ¿Dónde está la pelirroja?.

— Oh eh... — Se puso nerviosa, jugando con sus dedos y mirando al suelo — Pues, me enteré de todo y...

No tiene que decirme más.

— La mataste.

— Estaba enojada, conspirar con todo y encima cooperar con lo que le pasó a Irina, porque ella lo confesó de que le entregó la idea de Jhon a los dirigentes... — Su expresión cambia, a una más furiosa pero para nada arrepentida — Se lo buscó.

— Y yo me lo perdí, que desastroso.

— Quizá deberías sentir pena por ti mismo, estoy medianamente loca — Suelta un suspiro, pesado — Aunque pensándolo bien, estoy completamente loca.

— Si, lo estás — Sonreí de lado, poniéndome enfrente de ella, deteniendo su paso — Pero amo esa locura, verte perder el control debe ser lo más hermoso que he visto en mi vida, siempre has estado controlada, salir de eso me encanta.

Además si hacemos comparaciones, soy peor que ella.

Violeta por lo menos tiene algo de moral y solo es cruel con aquellos que lo son con ella.

Yo no suelo tener límites.

Pero creo que ella será mi límite desde ahora.

Se acerca a mi y besa mis labios brevemente, algo de lo que iba a renegar lo corto que fue pero toma mi mano y empieza a correr rumbo con destino, supongo, a la dichosa sorpresa que me tiene.

Al llegar mi expresión de confusión no puede ser menos obvia, estamos fuera de aquel lugar donde me tenían capturado junto a mi familia pero la puerta está cerrada.

— Antes que nada, quiero que sepas que mientras estaba preparándome para mi pacto, Axel me golpeó muchas veces.

Oh no, eso no.

Ese idiota traspasó mis propios límites, se me hirvió la sangre con solo pensarlo.

Al demonio los límites.

— ¡¿Él qué...?!.

— Está adentro.

Miré aquella puerta y no dudé en abrirla, apenas lo hizo, ví al manojo de excremento en la celda en la que yo estaba, no pude evitar sonreír al ver como al verme retrocedía asustado.

Balbuceaba muchas cosas, pero ninguna coherente.

Pero no puedo juzgarlo ahora, tengo que ser bueno enfrente de mi novia, por lo que le daré una oportunidad...

— ¿Te pidió perdón?.

— Trató — Se cruzó de brazos, con una sonrisa inigualable — Pero dijo que en parte lo merecía por provocarlo.

Con eso tengo suficiente.

Abrí la puerta y entré dentro de ella.

No pudo escapar de mis puños, burlas y de más, pero eso mis niños no es algo que narraré debido a lo violento y sangriento que ha sido, aparte estoy cansado, hacer este tipo de cosas siempre me deja sin energía.

Pero alegrense, ahora está muerto.

De nada.

2...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro