Capítulo 43
Primer mes.
MÍA
Seth sigue encerrado en su cuarto, ni siquiera baja a comer, mi papá es el que siempre le sube su comida aunque después de unas horas vuelve a bajarla con todo el contenido aún en el plato, indicando que no ha querido ingerir nada.
Algo que ya es un tema de preocupación en esta casa, papá ha tenido que inyectarle suero en más de una ocasión.
— ¿Tienes noticias sobre Violeta? — Le pregunté a Caleb, quién devotamente va cada tarde a ver a Iria — ¿Iria te dijo algo?.
— Solo la ha visto de lejos, ya ni siquiera se saludan — Suelta un suspiro pesado — La hemos perdido Mía, acéptalo.
— ¿Tú ya lo aceptaste?.
Él se quedó callado, trata de hacerse el rudo debido a la falta que nos hace Seth sin embargo conozco a mi hermano menor, está inquieto con todo esto, por lo que supongo ha tomado su medicamento más de una vez en todo este mes.
Justo cuando la había dejado.
— No pienso aguantar más — Baja mi papá con de nuevo con el plato lleno — Nos vamos.
— Tenemos órdenes de quedarnos — Responde apresurado Caleb — Debemos hacernos cargo de la misión, Seth estará fuera, nos encargaremos nosotros.
— Estoy harto de tener que inyectarle suero a Seth para mantenerlo vivo — Deja la comida en la mesa, enojado — Nos vamos.
En eso mamá ingresa, con una sonrisa como la que siempre, deja una carta en la mesa lo cual nos deja a todos con la intriga, el primero en agarrarlo fue papá quién la abrió y sacó su contenido.
Caleb y yo lo miramos con detenimiento, esperando a que nos dijera porque esa carta parece tan importante.
Lo primero que hizo mi padre fue sonreír.
— Nos vamos, es definitivo — Me alcanza la carta, era de nuestros superiores — Alisten sus cosas.
Revisé de arriba a abajo, verificando lo que decía en aquel pedazo de papel y efectivamente, por razones que se desconocían nos ordenan volver a nuestras instalaciones lo más pronto posible, supongo que debieron tener algún inconveniente.
De todos modos, lo mejor para Seth.
— Me llavaré a Iria y a Oliver.
Todos volteamos a ver a la máquina de nervios quién luce decidido con lo que acaba de soltar, es la primera vez que lo veo así, él suele ser el tipo de persona que previene los conflictos pero esta vez parece que está dispuesto a todo.
Sin embargo, después de una gran pelea, mi papá convenció a Caleb que lo mejor sería volver por ellos, no sabemos que inconvenientes se presentaron en nuestras instalaciones por lo que llevarlos en este momento podría ser un poco complicado.
Algo con lo que concorde con mi progenitor.
— Puedes ir a despedirte de ellos, decirles que volveremos para sacarlos y listo.
— Entendí — Suelta un gran suspiro, irritado diría yo, se ve molesto — Iré a verlos antes de empacar.
— Te acompaño — Añadí con una sonrisa — Tengo que ir a despedirme de Violeta.
— Lo único que les diré es que tengan cuidado y vuelvan aquí en menos de dos horas — Nos advierte papá — Nosotros hablaremos con los padres de Violeta, cuando podamos, también volveremos por ellos.
Asentí comprendiendo la notable amistad que habían desarrollado mis padres con los de Violeta en este último mes, básicamente se unieron muy rápido, además de que Carlos nos ayudó muchas veces a hablar con Seth quién en momentos de completa desesperación, quería ir a ver a Violeta.
Lo único que le permitieron fue ir al instituto, pero a unos cuantos metros, solo ver, al volver a casa ese día rompió en llanto toda la noche.
Sé que ella no quiere vernos, pero como le dije, ella es la única amiga que tengo y a pesar de que ha cambiado bastante, la sigo considerando de esa manera.
Me duele verla tomando estás decisiones, al igual como me duele ver a mi hermano sufrir por ella.
Son tantas cosas que ni se como es que no se me ha caído el cabello por estrés.
En fin, debo ser fuerte en estos momentos.
Caleb me indicó cual era la ventana que me guiaría al cuarto de Violeta, por lo que en el momento más preciso, abrí la ventana con facilidad y entré con cuidado, estaba vacío, o eso creí hasta que observé la luz que salía del interior del baño.
Está ahí dentro.
Mientras ella estaba en lo suyo, decidí echarle un ojo a este sitio, paredes color verde y bordes blancos, las paredes tienen algunas grietas lo cual me indica que no ha sido cuidada ni remodelada en mucho tiempo.
El ropero es como todos, y la cama es igual, hasta tienen el mismo modelo de espejo en cada sitio a donde voy.
Esta parece la habitación de un esclavo.
La puerta del baño se abre, dejándome ver a Violeta quién al verme palideció del susto, iba a ir a abrazarla, pero tras verla por más tiempo me di cuenta que tenía un gran morado en el pómulo izquierdo, sus brazos también tienen moretones al igual que sus piernas.
— Por el amor de lo más sagrado que existe — Me acerqué a ella y tomé su brazo, para verlo con más detenimiento — ¿Qué te ha pasado?.
— Nada, me he tropezado...
Algo que estos años de experiencia me han enseñado es reconocer moretones, de todo tipo, he visto y me han hecho muchos por lo que en el momento en que los tuve cerca pude ver que no era por un tropezón.
Estos, son golpes.
Sentí rabia, al verla al los ojos comprobé mi teoría, está asustada y nerviosa.
Alguien le ha golpeado.
— ¿Alguien aquí te está golpeando?.
— Mía, solo vete — Susurra mirándome, a punto de llorar — Déjame, puedo con esto.
— Violeta, ¿Qué no ves lo que te ha hecho? — Solté su brazo y decidí observar el de su rostro, con preocupación — Solo dame el nombre, me encargaré de que no vuelva a despertar nunca más.
— ¡No! — Grita alejándose de mi — Basta, Mía, ni siquiera deberías estar aquí. ¿Qué quieres?.
Por como me mira en estos momentos, sé que ella no quiere hablar sobre esto y sinceramente no quiero que me eche así que.
Lo dejaré de lado, por ahora.
— Vine a despedirme.
Ella voltea a verme, confundida, pero creo que encontró la respuesta en su propia mente porque su confusión desapareció en cuestión de tiempo.
No quiero dejarla aquí, pero no puedo secuestrarla tampoco, también tengo mis propios principios y quizá si fuera una desconocida a quien odio lo consideraría...
Pero es mi mejor amiga, si ella no quiere salir de este entorno yo no soy nadie para no llevarla.
Solo me la llevaré en caso que ella quiera, algo que ruego me pida.
— ¿Se van?.
— No sé que sucedió, pero nos pidieron que volviéramos a nuestras instalaciones de inmediato — Bajé la mirada — ¿Sabes?, Aún puedes venir con nosotros.
— La decisión ha sido tomada Mía, no iré.
— Puedes cambiar de opinión, mira no te pido que vuelvas con Seth, solo que salgas de este sitio — Ella me miró un cierto destello de duda, algo que me dio esperanzas — Esto no es para ti Violeta, mereces más.
— Esta es la vida que siempre debí seguir, basta de eso.
— Esta es la vida que otros escogieron por ti, enserio, ¿La aceptarás? — Ella soltó un fuerte suspiro, yo tomé su mano con cuidado y la acerqué al espejo rectangular donde nos podíamos ver todo el cuerpo — ¿No lo ves?, Esta no eres tú.
— No he cambiado...
— Si lo has hecho, trata de hacer memoria, ¿Recuerdas cuando te arreglamos para la fiesta? — Ella asiente, yo sonreí ante el recuerdo, fue el mejor día de todos — Así es como deberías verte ahora mismo, luciendo un hermoso atuendo, no moretones y un camisón blanco.
— Mía — Yo la miré con atención — Supongo que tienes el tiempo medido, te sugiero que te vayas, ahora.
Todas mis esperanzas se vinieron en picada, hasta sentí ganas de llorar, por lo que sin decir nada la abracé con cuidado, ahí desahogue todas las lágrimas que he tenido acumuladas en todo este tiempo, no he llorado, me mantuve firme para ayudar a Seth, pero estoy harta.
No siempre puedo ser fuerte.
Si Seth se vino abajo, todos estamos igual.
Pero eso no es todo, mi hermano no es lo único que me preocupa, ahora viviré con la preocupación constante de saber que alguien abusa físicamente de Violeta.
Y ella, al parecer, no se defiende.
— Volveremos para sacar a algunas personas de aquí — Susurré en su oído, ella seguía quieta y sin reaccionar — Mi propuesta siempre se mantendrá en pie, solo piénsalo, ¿Ok?.
Me separé de ella y la vi asentir, sonreí ante ese progreso, por lo menos es algo.
— ¿Recuerdas la maniobra que te enseñé aquella vez? — Ella asiente levemente — Esa técnica se llama "Conmigo no te metas", úsala de ser necesario — Dudó por unos segundos, pero asintió. Realmente espero que lo hagas — Adiós Vi, te extrañaré.
— Adiós Mía.
Con una presión fuerte en el pecho salí de ahí, con la misma sutileza con la que entré, apenas puse un pie fuera empecé a correr rumbo a casa con muchas lágrimas en los ojos, apenas puedo ver, pero no puedo aguantarlo.
Espero que en este tiempo que estemos fuera reaccione de una vez por todas.
Querida Vi, reacciona porfavor.
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