Capítulo 38
VIOLETA
Volví a mi casa con un fuerte dolor de cabeza, todo parece darme vueltas, nada parece real, las casas, la gente que escucho a lo lejos darme el pésame, a ningunos les hago caso, solo me dirijo a mi casa.
O bueno, no es mía.
A la casa de...
Ya ni sé si debería llamarlos mis padres, no creo que merezca el pésame de la muerte de Irina, después de todo biológicamente soy muy distinta a ellos, y si hablamos de origen aún más lejos.
Soy un experimento, alguien que fue creado en algún laboratorio, pero no con el propósito de proteger o tener una especialidad específica como Mía, Caleb o Seth, solo soy el recipiente de repuesto que tenía esa Victoria para poder estar más años con Seth.
Él nunca me amó por lo que era, si no a quien le recordaba, soy idéntica a esa Victoria, lo único que varia entre ella y yo son el color de ojos ya que yo tuve un incidente, donde me salvó el papá de Seth.
Y donde tuvimos ese ridículo pacto, no fueron mis sentimientos los que me guiaron hacia él sino el lazo que tenemos.
No fue amor, para nada.
Todo este dolor y problemas se me acumula en un día, apenas puedo conmigo misma, todo pesa, cada ruido por más menor que sea me saca una jaqueca.
— ¡Violeta! ¡Espera!.
La voz de Iria me hizo voltear, la vi venir corriendo, pero mis pocos ánimos hicieron que volteara de nuevo y siguiera mi camino, los pasos cercanos de mi amiga se hicieron presente y en un abrir y cerrar de ojos ella estaba cerca mío, enfrente para ser más exacta.
— Lamento lo de Irina — Su nombre quema mi interior, Iria lo nota, por lo que se acerca a abrazarme — Estaremos bien, mucho mejor cuando salgamos de aquí y vivamos lo que Irina merecía.
Eso me sorprendió.
— ¿Tú cómo sabes del plan de salida?.
— Caleb — Sonríe de lado — Nos estábamos viendo seguido, resulta que tenemos gustos muy similares y me contó sobre todo lo que hay afuera, de las mentiras que nos dijeron, quería ver si podía ayudar pero Caleb solo me dijo que me avisaría.
Caleb también tenía sus secretos, en ningún momento lo escuché decir que se veía con Iria.
— ¿Cuándo te lo dijo?.
— Hace una semana, ¿Pasa algo?.
— No me dijiste nada que ya sabías...
— Yo solo quería darte tu espacio, parecías abrumada con esto de las clases y tus entrenamientos — Toma algo de aire — Aunque a decir verdad, si es muy tonto.
— Perdón por dejarte de lado — Murmuré mirándola, ella niega con la cabeza — No, debí apegarme a ti en vez de al imbécil de Seth.
— No me dejaste de lado, solo tenías otras responsabilidades... — Ella se detiene un momento, mirándome ahora más preocupada — ¿Seth te hizo algo?.
— Me mintió — Mis lágrimas salieron, de forma desenfrenada — Supongo que eso Caleb no te lo dijo, pero soy igual que ellos, me hicieron y los que creía eran mis padres me adoptaron.
Iria parece sorprendida, miró a alrededor y se acercó a mi costado para hacerme caminar.
— ¿Eres un experimento?.
— Si.
— Vamos a tu casa a hablar, aquí ya no es seguro.
Volteó a ver si había gente y lo único que visualice fue Mía desde lo lejos, mirando como me alejo con algunas lágrimas, algo que no me conmueve, más bien me hace seguir caminando.
Lo que necesito ahora es alejarme de ellos.
Iria me acompañó hasta mi casa, ahí encontré a mis padres adoptivos, quienes al verme se acercaron a mi y me abrazaron con fuerza y calidez, algo que necesitaba desde el momento que salí de la casa de Seth.
— Oh cariño, superaremos esto juntos — Mi mamá peina mi cabello, que obviamente necesitaba un lavado — No te preocupes, veremos que hacer para que te anulen de ese pacto.
¿Y ahora qué?.
— ¿De qué pacto hablan?.
— Creo que se fue de la casa de Seth antes de que los padres le avisarán algo — Murmura Iria — Por eso iba a ir a verte.
— ¿Ese Seth se pasó contigo hija? — Me mira preocupado, analizando todo mi cuerpo, buscando heridas supongo — Porque si es así, no dudaré en...
Por más que lo odie, deteste y aborrezca en este momento, sé muy bien que Seth no haría eso.
— Lo sé todo — Les dije mirándolos a los ojos — Sé lo que soy, y lo de la adopción.
Sus expresiones cambiaron drásticamente, se miraron entre sí y luego me hicieron sentar en el sofá, Iria se puso a mi lado, algo que exigí ya que por ahora ella es lo único real que tengo, la única realidad que es verdad.
Mi mejor amiga.
— Encontré los archivos, iban a criarme hasta que tuviera 18 para luego entregarme, ¿No es así?.
— Cariño — Mamá me miraba confundida — Nosotros si te adoptamos, pero no pusimos ningún plazo.
— Pensábamos criarte hasta que no nos necesites más, los 18 suele ser la edad en la que muchos creen es suficiente para que alguien se mantenga, pero puede traer dinero pero ser un asco de persona, por lo que la crianza no termina hasta que los padres mueran.
— ¿Si saben lo que soy verdad?.
— Eres nuestra hija — Afirma papá, con seguridad — No importa que no tengas mi sangre, para mí, eres parte de nuestra familia.
— Soy un experimento — Les dije mirándolos, ellos no se veían sorprendidos — Veo que si lo sabían.
— Teníamos la sospecha de que no eras como el resto — Toma la mano de su esposo — No nos dieron muchos detalles sobre ti, vinieron los dirigentes a nuestra casa y nos dijeron que había un bebé que necesitaba un hogar.
— Pero empezamos a creerlo cuando veíamos tu desarrollo, había algo en tu forma de crecer que nos hizo levantar más de una vez la ceja — Sonríe de lado, mirándome — Lo que si nos convenció de aquello fue cuando te enfermaste, estabas terrible, pensamos que te perderíamos.
— Sobreviviste, además todo eso pasó antes de que cumplas 6 años por lo que después de que volvieras teníamos que ponerte un nombre oficial — Sonríe ampliamente mi madre — Tus ojos habían cambiado, pero te queda tan bien, son lo mejor de mi vida.
— Violeta, nuestra hija — Sonríe mirándome — A la que amamos con todo el corazón.
— ¿No les molesta tenerme como hija?.
— No, para nada, seas o no una humana, nos da igual — Sonríe mi papá tomando mi mano — Como te dije esa vez, eres mi hija, yo sé quién eres y nadie me va a hacer cambiar de opinión.
— Yo ahora mismo no me siento como su hija — Les confesé, mirándolos, parece que les rompí el corazón con esto — Me siento una extraña.
— Solo es por la noticia, es reciente, cuando lo pienses todo será más claro y sabrás que eres nuestra hija.
Eso suena tan lejano, tanto que no siquiera creo que suceda.
— ¿Tengo un pacto que cumplir verdad?...
— Ni hablar — Se rehúsa mi mamá, quien parece enojada con la idea, algo que me sorprendió — Inventaremos algo para que te saquen de esa lista, no te preocupes.
Si, supongo que es lo mejor.
A menos que...
¿Y si esa es mi oportunidad de ser normal?.
¿Un nuevo empezar?.
Si sigo con esto de la liberación voy a seguir atada a Seth y a su familia, al igual que mis orígenes, algo que no quiero cerca mío, prefiero vivir en este lugar que volver a enfrentar ese tema.
Fingir que nada pasó suena mejor de lo que se siente.
— No va a ser necesario — Me levanté del sofá, decidida — Voy a hacerlo.
— ¡¿Estás loca?! — Interviene Iria, sorprendida — Los pactos son un asco, no merecemos esto.
— Es mi manera de decir que tendré la vida que debí tener, no debí haberme involucrado con Seth — Volteó a verla, ella niega con la cabeza — Si quieren liberar esta ciudad o no, es su problema, si llegan a hacerlo me iré lejos de ellos.
— Hija... — Mamá me mira extrañada, casi queriendo llorar — Creí que después de todo, querrías estar con Seth.
— Él ya no pertenece a mi vida, es mejor así, Axel parece ser un buen candidato para poder volver a mi normalidad — Murmuré mirando el suelo, quitando todo recuerdo de la fiesta de mi mente — Estaré bien, mañana firmaré y pasaré a la institución de preparación. Está decidido.
Me di la vuelta para ir a mi habitación, ignoré a todos lo que me pidieron que vuelva, me encerré ahí y empecé a llorar, derrumbándome al suelo.
Es lo mejor.
Es lo mejor.
Es lo mejor.
Prefiero vivir una nueva vida que volver a recordar todo lo que sé, quiero olvidar este día, tantas mentiras han sido descubiertas que me siento agobiada.
La verdad me agobia.
Alejarme de ella para poder respirar un poco es lo mejor.
Adiós Mía.
Adiós Caleb.
Adiós Señor Henry.
Adiós Señora Mónica.
Adiós Seth.
Nunca debí haberme involucrado con ustedes, mantener mi distancia y dejar de lado esa punzada hubiese sido mejor que enredarme en sus telarañas.
Pero ahora lo sé, por lo que me alejo de todo eso.
Será lo mejor, ahora parece un error pero cuando pacte con Axel me sentiré mejor.
Eso espero.
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