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Capítulo 32

VIOLETA

Al otro día me levanté con nuevos ánimos, nada comparado a como me sentía ayer, esta nueva actitud me fascina y sinceramente me hace sentir más cómoda que la arrepentida Violeta que lloraba por haberle enterrado aquel tenedor a ese chico.

Se lo buscó, golpeó a quien no debía y recibió lo que merecía.

Supongo que la filosofía de Seth se puede aplicar en ciertos casos, y el mío es justificable, no iba a quedarme de brazos cruzados mientras veía como mi mejor amigo era masacrado a golpes por ese gorila de tres metros.

En fin, hoy tengo que hacer algo más importante así que mejor me alisto.

Dejé de pensar en ello y fui a ducharme, dejar que el agua tibia recorra mi cuerpo me trajo algo de tranquilidad, toda tensión de mañana desapareció y al salir me sentí muy relajada.

Lista para ayudar a que esta gente sea libre, no hay mejor manera de empezar un sábado.

Abrí el armario y me topé con una gran sorpresa, toda mi ropa había sido reemplazada por prendas que parecen ser nuevas y más que todo hermosas, supongo que esto es obra de la señora Mónica la cual está muy contenta con esto darme un mejor estilo del que tenía.

Ahora que lo pienso, me veía muy similar a las demás chicas de mi colegio, lo cual es muy sencillo debido a que hay pocas marcas de ropa, además de poca creatividad.

Este nuevo estilo que me está brindando la señora Mónica me encanta.

Me puse una camiseta holgada blanca con una flor morada en el centro como diseño, los combiné con unos pantalones de color negro, algo diferente a lo que usualmente llevaba, me puse unas zapatillas del mismo color de mis pantalones y salí a ver que sucedería el día de hoy.

No encontré a nadie en el pasillo pero si logré verlos a todos reunidos en el salón principal, los saludé animadamente, tuve la impresión que los encontraría hablando pero todos están en silencio.

Un silencio muy notorio.

¿Ahora qué?.

La primera que se me acercó fue Mía, me abrazó con fuerza y con una sonrisa me ubicó en un sitio a su lado.

— Estoy tan feliz de que te unas a nosotros — Chilla emocionada — Será tan divertido.

— Mía, no asfixies a la pobre de Violeta — Menciona su papá suspirando — Es su primer día con nosotros, no queremos que salga corriendo.

— No lo hará — Se adelanta en decir con mucha seguridad — Porque aquí está su mejor amiga, su amiguito nervioso y su novio, no se iría.

En el momento en que mencionó a Seth como mi novio no pude evitar sonrojarme, digo, no es algo que hayamos hablado pero supongo que es lo que somos.

Pero aún así, me sonrojé.

— Ten Violeta — Me saca de mis pensamientos la señora Mónica, me esta dando una unos cupcakes con café en una charola de plata — Debes comer, no voy a permitir que estés con el estómago vacío.

— Muchas gracias señora Mónica, buenos días por cierto — Sonreí, ella me devuelve la sonrisa mientras se ubica al lado de su esposo — ¿Y qué tienen planeado?.

— Me agrada tu entusiasmo — Sonríe ampliamente el señor Henry — Verás, hoy nos pondremos manos a la obra de una vez por todas, tenemos la información necesaria para continuar por lo que, tú, en especial, eres la protagonista.

— Lleva siéndolo desde que apuñaló a ese chico — Se ríe Seth — No debe ser novedad para ella serlo.

Buen punto.

— Vas a ir a pedir una audiencia con los dirigentes — Dice su papá, ignorando el comentario de Seth por completo — Tus padres nos comentaron que el pacto de tu hermana está cercano y lo que harás será pedir que te dejen ver a tu hermana.

Una sonrisa amplia se me formó, ver a Irina es algo que siempre he querido desde que ella se fue.

Pero la sonrisa desaparece de golpe cuando me di cuenta de que, ellos no me estuvieran pidiendo esto si no tuviese relevancia en esto.

Tomé un sorbo de mi café y me dispuse a preguntar...

— ¿Por qué tengo que hablar con Irina?.

— Simple — Interviene Caleb — Mis padres han oído rumores que se planea anunciar un pacto doble a fin de año, sabemos que si es así, sería tu turno por lo que nos parece extraño que esto suceda, investigué algunas cosas sobre esto de los pactos y todas las decisiones sobre este se toman dentro del edificio donde está tu hermana, ella puede saber algo o quizá te ayude a ver donde encontrar una respuesta.

Supongo que ellos no le creen a los dirigentes, ya que supuestamente el rumor dice que lo harán por los 100 años de la ciudad.

A decir verdad, yo tampoco les creo nada.

— Por alguna razón, ellos saben algo que nosotros ignoramos, creo que siempre sospecharon que te pondrías de nuestro lado — Agrega su papá, parece tenso y a decir verdad, no es para menos — Queremos que nuestras intenciones pasen desapercibidas por lo que debemos saber que saben y como desorientarlos.

— Además, nos ayudarás a distraer a los dirigentes — Sonríe ampliamente la señora Mónica — Los mantendrán lo suficientemente ocupados como para que Seth, Mía y Caleb se escabullan dentro y tomen los planos de ese lugar donde tanto se esconden.

— Yo por mientras estaré en el hospital, hoy habrá un recorrido para que vuelva a trabajar como doctor — Sonríe victorioso el señor Henry — Haré que algunas máquinas del hospital fallen, con mi distracción y la de Violeta, se les hará más sencillo tomar los planos, los ojos no estarán sobre ustedes.

Siempre había visto en las películas sobre eso de la distracción, pero solo de una, dos podría ser muy avaricioso sin embargo teniendo en cuenta nuestra situación y lo que quieren sacar de la casa gubernamental, es lo que necesitamos.

— No tenemos equipos para comunicarnos, por lo que si algo sale mal... — Suspira pesadamente el señor Henry, preocupado — Deben hacer lo posible para salvarse por su cuenta, y si los capturan, no decir ni una sola palabra.

Eso me puso algo tensa, pero debía suponerlo, las cosas no siempre salen bien y uno debe aprender a superarlas o morir en el intento. Le dí un mordisco a mi cupcake esperando alivianar un poco la tensión que surgió derrepente pero todos parecen seguir mal.

— No creo que todo salga mal, es un buen plan y parece tener potencial por lo que si lo seguimos al pie de la letra, nada saldrá mal.

— Por eso estoy tan feliz de que se una a nosotros — Me abraza de nuevo Mía, mientras me roba un cupcake — Tiene razón, Violeta sabe lo que dice, solo tenemos que ver que todo salga bien.

— Violeta, yo estaré esperándote en la plaza central — Le asentí atenta a la señora Mónica, ella seguía con su hermosa sonrisa plasmada en su rostro — Si necesitas ayuda o algo, quiero que vayas a buscarme para garantizar que llegues bien aquí.

No hay que ser muy inteligentes para saber que el que propuso esa idea fue Seth, volteo a verlo buscando su mirada pero como era de esperarse él no me estaba mirando.

— Eres lista Violeta, pero quiero que sepas que nuestra prioridad eres tú — Anuncia el padre de Seth, casi leyendome la mente — Por eso cuando mi hijo nos dijo que Mónica supervise como te va no me negué, aquí la que más me preocupa eres tú.

— Lo entiendo, soy inexperta y necesito más ayuda que Seth, Mía y Caleb.

— No solo eso, como dije, al parecer los dirigentes tienen sus ojos en ti y la verdad me tiene intranquilo.

— Ni me digas — Murmura Seth, ahora sí voltea a verme — Si ves que algo no anda acorde a tu sistema, por más mínimo que sea, te sales de ahí.

— Eso haré, no se preocupen.

— Listo, ya se dijo lo que se tenía que decir y ahora termina tu desayuno cielo — Me dice con una sonrisa la señora Mónica — Come tranquila, no tenemos un horario fijo para esto.

Asentí mientras terminaba lo que me quedaba en el plato, apenas acabé subí a lavarme los dientes, cuando iba a volver a decir que ya estaba lista para empezar con esto una figura parada enfrente de mi puerta me frena de golpe, lo reconocí al instante.

Es Seth.

Cuando me ve salir se acerca a mi, parece nervioso, la mirada despreocupada que suele tener en su casa se había ido, ahora se parece a la mirada asustada de Caleb.

Tomó mis manos, noté al instante que las suyas están temblando.

— Ten cuidado — Es lo primero que dice, dejándome sorprendida por su comportamiento — Si ves que las cosas no salen bien, solo vete, no te preocupes por lo que pensará mi familia, solo vete.

— Lo tengo entendido Seth, yo... — Baja su mirada de golpe, trata de tomar aire pero parece que se le dificulta — ¿Te sientes bien?.

— Solo quiero que me prometas algo — Levanta la mirada, buscando la mía — Prométeme que saldrás bien, me vale si no cumples con lo que se te dijo, solo quiero que estés bien.

Entiendo su preocupación, también entiendo este repentino ataque de ansiedad que le está dando, si todo lo que el señor Henry y Caleb han dicho es cierto puede ser que quieran algo de mi.

Puede ser peligroso bajo esa perspectiva.

— Seth, tranquilo respira — Solté sus manos para tomar su rostro en mis manos — Estaré bien, te lo prometo, apenas pueda voy a comunicarme contigo y juro que regresaré aquí sana y salva.

Quizá estoy prometiendo demasiado, pero me duele verlo en ese estado.

Él ya ha perdido a mucha gente que quería, de una manera muy cruel, no quiere agregarle otra más a esa lista y naturalmente lo entiendo.

Pero a decir verdad, lo que más me preocupa es lo que ellos harán, lo cual es 100 veces más peligroso que lo que voy a hacer.

— Mis hermanos estarán conmigo, no tengo porque preocuparme por ellos — Murmura tratando de contener algunas lágrimas — Papá sabe cuidarse mucho mejor que yo, pero tú estarás sola, no me gusta.

— Estaré bien, solo hablaré con ellos — Besé su frente, él se acerca más a mi y me abraza con fuerza — Si no logro convencerlos volveré, no pienso quedarme.

— No vayas a mentirme con esto.

— No lo haría, tenemos un pacto, ¿Lo recuerdas?.

La herida ahora es una línea roja que resalta en nuestras palmas, está cicatrizando, pero al parecer quedará una gran marca que nos recordará muy bien lo que nos hemos prometido uno al otro.

Se separa de mi, no totalmente, pero si lo suficiente como para mirarlo a los ojos los cuales aún se ven bastante asustados.

Tomando algo de impulso, me acerqué a sus labios para plantar un beso suave en ellos, sentir el choque de sus labios con los míos hizo que ansiara besarlo de verdad, pero no tuve que molestarme por darlo ya que Seth fue el que tomó la parte posterior de mi nuca y me atrajo de nuevo a sus labios con más seguridad.

Ahora sí era un verdadero beso.

Uno que sin necesidad de palabras nos consolaba diciéndonos, todo saldrá bien.

Y así lo creo.

Cuando nos separamos, busqué su mirada oscura la cual ahora se ve más tranquila a como ha entrado.

— Eres una de lo poco que me queda — Murmura poniendo un mechón de mi cabello detrás de mi oreja — Protégete, si es necesario asesinalos, pero vuelve.

Eso era más osado, pero asentí. En eso el llamado del padre de Seth nos indica de que ya es momento de irnos.

Que empiece la primera fase del plan libertad.

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