SETH

Al momento de entrar llamamos la atención de muchos, por no decir todos, los cuales nos miraban fijamente queriendo analizar cada una de nuestras facciones.

La música de fondo seguía sonando pero todos dejaron de bailar y de conversar entre si para mirarnos.

Aunque también había expresiones de sorpresa, y si eran por la transformación de Violeta, además de por ese vestido apegado que lleva que atrae a más de una mirada masculina, sonreír nunca se me había hecho tan complicado como ahora, los hormonales ni siquiera disimulaban, la miran de arriba y abajo como si fuese una muñeca de exhibición.

Si tan solo dejara salir un poco de mi verdadero yo, estoy seguro que pensarían dos veces antes de verla de esa manera.

Pero como soy aquel chico lindo, tierno y amable del que todos hablan estoy muy limitado en ese aspecto, aunque claro, me las cobraré hoy mismo, eso solo me motiva a seguir con el plan que armé.

Nos dirigimos al patio trasero, donde hay más aire y se me hará más sencillo esto de sonreírle a todos los que miran descaradamente a Violeta.

La tratan mal y luego la comen con la mirada, la gente es muy díficil de entender.

Esta casa es como las demás que hay por aquí, por dentro también es una copia exacta a las demás, por lo que no hay nada nuevo que ver.

Aburrido.

— ¡Hola! — Viene a mi la chica que nos había invitado en la ferretería — Me alegra que hayan podido venir.

— Si, nos parece una fiesta espetacular — Dije sonriéndole ampliamente, ella se sonrojó — Felicitaciones, se nota tu esfuerzo.

— Muchas gracias — Responde emocionada por mis palabras, algo tan simple puede revolucionar el ser de una persona con tan baja autoestima — Sírvanse lo que quieran, bailen y disfruten.

Ella se va dando saltitos de felicidad, la vi unirse a su grupo de amigas y cuchichear entre ellas, cuando volví mi vista a mi grupo me di cuenta de que Mía ya se había desaparecido.

Debía verlo venir.

— Ella no pierde el tiempo — Murmuré riéndome — ¿Vi quieres hacer algo en este lugar lleno de gente irritante?.

— Pues...

— ¡Ni se les ocurra dejarme solo! — Interfiere Caleb, quién se apagó a Violeta mientras observaba a todos — Muchas personas, no quiero estar solo.

— Oh Caleb, no te dejaríamos solo jamás — Sonríe de forma amable, rodé mis ojos mentalmente — Iba a decir que vayamos por unas bebidas.

— ¡¿Vi?! — La voz de una chica hace que todos fijemos nuestra mirada de donde salía aquella voz, era su mejor amiga y detrás estaba el rubio — ¡Vi!.

Ambas se abrazaron como si no se hubiesen visto esta mañana, la saludé pero al verme, su rostro lleno de felicidad por ver a su mejor amiga desaparece y me mira con desprecio.

Me cae bien.

— Luces tan bien — Dice el rubio saludándola con un abrazo — Me alegra verte radiante después de tanto disgusto.

Él también me cae bien.

— Olvidemos ese tema porfavor — Todos asienten, Vi se pone del lado de su amiga y con una sonrisa que claramente dice tengo un plan, señala a Caleb — Creo que no los he presentado formalmente, él es Caleb, hermano menor de Seth.

Caleb solo la saludó con la mano rápido, después por los nervios, el piernas de gelatina miraba a otro lado que no fuese la chica que tiene enfrente.

— Hola, Caleb, soy Iria.

— Un gusto.

— ¿Qué tal si hablan un rato?, Nosotros tenemos que ir a por las bebidas, no tardamos.

Ella me toma de la mano y luego hace un gesto para que el rubio nos siguiera, no puede ser más evidente lo que trata de hacer y quizá no es una mala idea, aunque conozco a mi hermano, si Iria no le habla, él va a quedarse en su sitio rogando que algo lo asesine.

— Violeta, no sabía que tenías poderes de Cupido — Rueda los ojos, yo reí — Es obvio lo que tratas de hacer.

— No está mal que ambos hablen un poco.

— ¿Te imaginas que ambos queden para que pacten?, juro que si llega a suceder haré que te metan presa por bruja.

¿Pacten?.

¿A qué se refiere el rubiesito?

— ¿Qué es eso de "pacten"? — Dije sin poder contener la curiosidad — ¿Es una ceremonia o algo así?.

— ¿No te lo han dicho? — Negué con la cabeza, ¿De donde saca tanta inteligencia el señor obvio?, por algo pregunto — Bueno, nosotros a cierta edad nos elijen una pareja con la cual se pacta, es a lo que antes se conocía como matrimonio pero claro eso lo escogen los dirigentes por ti.

Esta tribu está loca.

Quizá debería fingir mejor delante del ricitos de oro pero mi sorpresa fue algo que no pude evitar, con razón la mayoría de chicas caen tan rápido con un par de palabras, la mayoría de estos chicos no deben ni saber coquetear.

— Lo sé, es abrumador con solo pensarlo — Susurra, parecía más apagado — Chico nuevo, supongo que a ti te asienta peor por lo que eres nuevo, a nosotros nos han criado con eso.

— Por cierto, ¿Sabes algo del pacto doble del que tanto hablaban? ¿No hay ningún rumor? — Violeta voltea a verlo preocupada, él niega con la cabeza, ¿Pacto doble?. — Menos mal, no quiero pactar con nadie, prefiero morir que seguir esa regla.

— Es algo extremo, pero te apoyo.

¡¿Violeta va a pactar con alguien?!.

Esta gente está loca, debo hacer que esto de liberarlos sea rápido, así me iré con Violeta lejos de este lugar tan enfermo.

Mañana me pondré manos a la obra.

— Ah cierto, vine con Axel — Dice su amigo rubio, supongo para romper el ambiente desanimado que habían creado por hablar de eso — Estaba conmigo cuando llegamos, pero desapareció.

— ¡¿Qué?! — El grito de Violeta casi me deja sordo — Debemos encontrarlo.

— ¿Y por qué? — Suspiré hondo — Es grande, puede cuidarse.

— No debe estar solo, no habla con nadie más que con nosotros — Mira a su amigo, quien se puso nervioso de repente — Vamos, debemos encontrarlo.

Ella se adelanta un poco, antes de que Oliver la siga lo miré serio haciendo que se sorprenda por mi expresión, inmediatamente se puso más nervioso.

Hace tiempo vengo sospechando que ese Axel oculta algo y el rubio va a decirme ahora todo lo que sabe sobre el escarabajo.

Me puse enfrente de él y me crucé de brazos, las palabras no son necesarias, sabe perfectamente que todo esto es enserio.

— ¿Sabes dónde está? — Niega con la cabeza, sin embargo no me mira directamente, buscaba mirar a otros lados sin querer verme a los ojos. Miente. — No le diré nada a Violeta, pero quiero saber.

— Deja que ella misma lo encuentre, ¿Ok?.

— Lo haré — Sonreí de lado, manteniendo mi mirada, la cual el busca evitar — Pero no creo que quieras que tú amiga se entere que le ocultas algo, así que dime, yo solo la guiaré y nunca sabrá que fuiste tú el que me dijo.

Él parece dudar un momento, pero después de soltar un fuerte suspiro se acercó a mi oído.

— En los cuartos de arriba — Señala unas escaleras — Axel se fue con unas chicas hace rato, me dijo que lo acompañara pero me negué, por eso se fue solo.

Bingo.

Conque no es tan santo como le pinta a Violeta, sabía que por algo no me cae bien esa bolsa de carne.

— Felicidades rubiesito, pasaste la prueba, créeme esas cosas no valen la pena — Asiente, algo apenado — Ve y finge que buscas a tu amigo, yo haré que Violeta vea lo que tiene que ver pero no sabrá de tu participación.

— Gracias — Murmura con una sonrisa — ¿Sabes?, no eres tan malo como Iria dice.

Por supuesto que no, soy un ángel, que se convertiría en el mismo demonio si lo provocas, como todos tengo mis propios límites.

Solo que yo puedo ser más cruel que el resto de la gente, es todo.

Le sonreí de lado y me di la vuelta en busca de Violeta, la encontré desesperada buscando al inocente de su amigo, supongo que lo menos que se imagina es que ahora mismo el santo de Axel está con más de una mujer en los cuartos de arriba.

No hay de necesidad de ser un detective experimentado para saber qué está pasando allá arriba.

Es momento de abrirle los ojos.