VIOLETA

No exagero cuando digo que entrar a su cuarto fue como trasladarse a otra dimensión, todos los cuartos que he visto lucen exactamente iguales y ahora que lo pienso el mío también, no sé nunca se me ocurrió cambiar las cosas de lugar o quizá pintarlo.

Él por su lado tiene su habitación pintada de negro, su cama está al lado de su ventana y el ropero enfrente apegado a la pared, es simple en lo que cabe pero ver todo movido para mi es como traspasar las paredes de lo permitido, quizá está loco y su familia es la única que lo sabe.

Pensándolo bien, no son los únicos, ahora también lo sé yo.

— ¿Te gusta? — Dice sentándose en su cama, yo asentí pero sin mirarlo directamente a los ojos — La hice yo mismo, no soy un experto pero por lo menos sé lo que quiero.

Eso me dio escalofríos, no es por ser paranoica pero dado a lo que Mía me confesó es muy difícil verlo de otro modo.

— Perdón — Murmura mirándome, esperando mi reacción, la cual obviamente es de sorpresa — No fue correcto, estaba enojado y con muchas cosas en la mente, desfogué mal mis emociones.

Sus palabras parecen ser sinceras pero, piénsenlo, un chico que engaña a medio pueblo con facilidad y que además crea mentira tras mentira a la perfección logrando así cada cosa que se propone te pide perdón, como Seth ahora, ¿Le debería creer?.

Si las cosas se ponen difíciles se pone en la cabeza y le engañaría a medio mundo con tal de solucionar lo que sea, él es un mentiroso por naturaleza y es muy difícil de creerle a alguien que vive mintiendo.

¿Y si soy solo una más de sus mentiras?.

Una parte de mi lucha por creerle, quiere decirle que no fue nada, pero la otra me mantiene en alerta ante el peligro que tengo enfrente. Siento a mi mente dividida, y ambas parecen tener razón.

— ¿Lo aceptas o vas a seguir mirándome así? — Me hace reaccionar, incluso para pedir perdón sigue siendo un imbécil, no pude evitar mirarlo mal — Solo digo.

— Deberías decir menos entonces — Rodé los ojos, él solo me miraba impaciente — Te lo pondré en perspectiva, cambiemos de roles por un momento para que así entiendas mi situación — Él arquea una ceja confundido — Imagina que yo soy tu, engaño a toda la ciudad haciéndolos creer que soy amable, no les contesto mal, hasta parece que soy una persona recién caída del cielo y por eso me adoran, ante situaciones urgentes invento mentiras con naturalidad, como si me nacieran y en cuestión de segundos — Lo escuché suspirar, yo proseguí — Ahora que te ves como yo, ¿Me aceptarías las disculpas?.

— Buen punto, sin embargo no te estoy mintiendo — Trata de defenderse, pero las dudas siguen en mi mente — Estoy diciendo la verdad.

— ¿Cómo creerte? Ahí abajo creí que me matarías, no puedo creerte así nada más, todo tú parece estar repleto de mentiras y me harté de eso... — Suspire, en ese momento las ganas de llorar surgieron de la nada, dentro de mi duele — Lo peor es que una parte de mi quiere creer en ti a pesar de que casi me da un ataque de pánico al verte, no sé porque me nace confiar en ti cuando claramente tus acciones me demuestran que eres un mentiroso.

— Lo soy pero... — Lo interrumpí —

— No vale confiar en alguien que solo miente, estoy harta de sentirme así de estúpida, quiero que desde ahora te alejes de mi y esta vez hablo en serio.

Su sorpresa fue muy evidente, pero estoy segura.

Dejaré de lado todo esto, está decidido y todo tipo de plan acaba de cancelarse, no sé ni que es lo que me guía hasta él, cuando menos me lo espero vuelvo a estar envuelta en su entorno.

No quiero volver a él, quisiera

Pero voy a evitarlo, adiós curiosidad y adiós misterios, me dan igual, no quiero estar rodeada con alguien que me hiere.

¿Por qué esta vez me duele? Debería darme igual, pero hasta quiero arrepentirme de mi decisión.

Más aún al ver su rostro lleno de angustia.

No sé en que momento él se adentró en mi vida, antes me causaba pánico ver su cara, pensar en que podría ser algo peligroso era lo que me mantuvo en alerta.

Pero una acción, la de protegerme, hizo que todo eso cambiara.

Sin embargo, no voy a quedarme en un ambiente donde lo único que puede ofrecer es falso.

— No — Se levanta de golpe, se ve asustado. ¿Estará solo actuando? — Juro que nunca te diré ni una sola mentira, te lo prometo.

— Basta Seth, adiós — Me di la vuelta, pero instantáneamente se pone enfrente mío — Estás  haciendo esto más difícil.

No me dijo nada, parecía tener un debate interno sobre que hacer pero en el momento en que iba a darle la vuelta para irme me toma de los hombros para que la mire directamente a los ojos.

En ellos solo ví miedo y desesperación.

— ¡Te lo diré todo! — Me quedé pasmada al escuchar eso, inesperado sin duda — ¿Quieres saber qué soy?, ¿De dónde vengo?, solo dime que quieres sabes y juro que te lo diré, pero por favor... — Su voz se volvió quebradiza, bajó la mirada  parecía querer llorar, algo que también me sorprendió pero a la vez me rompió por dentro — No te vayas, no lo hagas, me rompería.

Eso bastó para que él se desmorone por completo, cayó al suelo en medio de un fuerte llanto cubriendo su rostro, sus sollozos resonaban por toda la habitación siendo este el único sonido que había, algo que me duele en el alma.

Si alguien me hubiese dicho que alguna vez vería a Seth llorar peor que bebé lo tildaría de loco, pero si también me decía que lo que haría ante eso sería abrazarlo lo hubiese tildado de demente.

Sin embargo, esa es la realidad.

Me puse a su altura y abracé a Seth con fuerza, él me sostuvo de la misma manera, es difícil concentrarse cuando todo mi interior me grita que debería alejarme de aquel chico pero voy en contra de mi buen juicio con tal de ayudarlo.

No sé que me sucede pero no pienso dejar que eso me distraiga ahora, dejé que la corriente me lleve y me guio hasta él.

Por ahora, dejémoslo así.

— No me iré Seth, me quedaré — Le susurré, eso pareció calmarlo — No es necesario que me digas nada, confío en lo que me dices, solo te pido que tengas en cuenta eso.

— Lo tendré siempre presente — Se separa de mi, más calmado, pero aún había rastros de su llanto — Pero creo que las cosas serían más faciles si sabes la verdad, y la de mi familia.

— Creo que mejor deberías consultarlo con ellos...

— Lo superarán, devolveré la confianza que depositas en mi con lo mismo — Se levanta y me extiende la mano para hacer lo mismo, lo cual hice. No pensé que extrañaría verlo sonreír — Y sé que ellos también confían en ti, está decidido.

Él me lleva hasta su cama donde ambos nos sentamos, mirándonos directamente. No sé que está por contarme pero creo que es más complicado que solo decir "Soy un vampiro", cosas terribles le han pasado, sus expresiones lo demuestran, sus ojos reflejan un pasado que le duele recordar.

Por más que estoy ansiosa por conocer la verdad de aquel chico, decidí ser paciente, que se tome su tiempo para hablar.

Pero hoy, sabré la verdad, eso sí está definido.