Capitulo 7, parte 2
Vernatrix gruñía, Izoztea apretaba su puño mientras bajaba las caderas hasta ponerse en cuatro patas como un perro.
-Este humano es mio, Izoztea.- Dijo Vernatrix, tensando su cuerpo en posición de ataque.
Sorprendentemente, Izoztea hablo en un lenguaje que el humano entendió perfectamente. -Vernatrix... ¿El celo te afecto?- Dijo Izoztea, su voz era ronca y fría.
-¡¡Ugh!! ¡Voy a matarte por tu insolencia!- Grito Vernatrix mientras rugia y se preparaba para atacar.
-¿¡Se pueden calmar!? ¡Expliquenme que carajo es todo esto!- Grito T/n, asustado y nervioso.
-Estas en...el planeta "2780-9B"...Vernatrix quiere refugiarse unos días...- Respondió Izoztea, poniendose derecha mientras caminaba hacia el.
-no te acérques, Izoztea. ¡Voy a matarte si lo haces!- Grito Vernatrix con un tono molesto. -Tengo que llevarte a otro lugar...– agrego Vernatrix, llevándose a rastras al humano.
*Horas después*
Vernatrix gemia, su enorme cuerpo saltando sobre el pene del humano. Ella tenía las tetas saltando de arriba hacia abajo ferozmente, el sonido parecian puñetazos con cada empujón. Ella tenía las garras clavadas en los hombros del chico, sus piernas envueltas alrededor de las piernas de (T/n) para no dejar que el se mueva.
El chico no sentía placer, sentía más bien dolor. Estuvieron fornicando durante horas, el chico sangraba desde varias partes del cuerpo y sentía un ligero ardon en el pene.
-Ya es la qu-quinta vez que me corro dentro... Déjame ir...- Murmuraba el humano, cerrando los ojos mientras Vernatrix se dejaba caer sobre el.
-Tu pene aún sigue duro, ¡Voy a sacar hasta el último esperma de tus testículos! Para mí, cinco meses no son nada, pero cuando una está en celo los meses se convierten en años. ¡No voy a dejarte ir, humano!– Grito Vernatrix, presionando sus tetas y su fuerte abdomen contra el pecho de T/n, aplastandolo con su propio peso. –Tu cuerpo normal no soportaría esto. Esta es la ventaja de tener el cuerpo de un Yautja.– Dijo Vernatrix mientras comenzaba a mover su cadera de arriba hacia abajo nuevamente, rugiendo de placer otra vez.
«Mierda.... Ya ni siento mis piernas....» pensaba (T/n), no teniendo otra opción más que sucumbir a los deseos sexuales de Vernatrix, quien estaba totalmente desnuda a excepción de su casco.
–Ah! ¡Mmmh! ¡SII! ¡¡Humanooo!!– Rugia Vernatrix, clavando sus uñas en la espalda del humano por la excitación. Vernatrix observo el rostro del chico, miro fijamente sus ojos atraves de su casco, se pregunto a si misma en que momento había pasado todo esto.
Finalmente, y después de mucho insistir, (T/n)soltó una última carga de semen dentro del coño de Vernatrix, una carga más pequeña que las anteriores.
Con esto Vernatrix concluyó el acto sexual, sintió el pene de (T/n)encogerse en señal de no poder más. La vagina de Vernatrix está equipada con un fluido que hace muy difícil sacar cualquier cosa que metan, además de tener pinchos los cuales se clavan en la piel de la pelvis del individuo.
*Al día siguiente*
(T/n) se despertó de golpe al sentir como algo lo golpeaba muy fuerte en la cabeza, tratandose de el mismo cayendo sobre el suelo.
Frente a el estaba una gran hembra Yautja de cuerpo robusto con tetas y muslos medianos, tenía la mandíbula de un esqueleto atada a su casco. Ella tenía una piel verde con escamas rojas, su armadura siendo bastante trivial.
Aquella hembra no estaba sola, estaba acompañada de dos hembras más. Estás dos hembras tenían una piel y armadura prácticamente iguales, con la diferencia de que una tenía un casco diferente con dos enormes colmillos a los costados. La otra tenía un casco parecido al rostro de un halcón.
La hembra de los colmillos parecía ser la más pequeña en altura, la hembra con casco de halcón era la segunda más alta, y la hembra con una mandíbula en su casco era la más alta.
–¡¡Basura inservible!!– Grito la mayor, rugiendo mientras le daba una patada en el rostro al humano.
–He-hermana, basta..– Murmuro la hembra más baja en altura.
–¡¡Tu cállate, Koltzak!!– Grito la hembra más alta, enfurecida. –¿¡Cómo puede haber un humano en mí reino!?– Exclamo ella posteriormente.
–¿Quienes son ustede– El humano fue nterrumpido por otra patada en la cara de parte de la yautja mayor.
–¡¡Ustedes son como la desgraciada raza de los xenomorph, no pueden estar en algún lugar que no sea donde nosotros estamos!! ¿Cómo llegaste aquí? ¿¡Porque hay una hembra durmiendo contigo!?– Exclamó la hembra mayor, sujetandole el cabello al humano y estampandolo contra el suelo. –¿Y porque tienes el cuerpo de uno de mí raza...?– Pregunto ella, las dos otras yautjas miraban todo con horror.
En ese momento Vernatrix salto de su dormitorio (si es que a una sábana en el suelo se le puede decir así), rugiendo como un oso salvaje mientras se abalanzaba sobre las demás yautjas.
Sus ojos rojos atraves del casco iluminando el mismo, sus garras sobresaliendo de sus dedos, su enorme sombra cubriendo a las dos hembras en el aire mientras ellas se asustaban, sus formidos glúteos apretandose al saltar.
La hembra vieja clavo sus garras en los cascos de ambas Yautjas, tumbandolas al suelo fuertemente mientras ellas gruñían.
–¡No!- Exclamó la hembra mayor, corriendo inmediatamente hacia vernatrix con desesperación.
La reina volvió a saltar hacia delante, está vez mucho más feroz. Sin embargo, en vez de asustarse o intimidarse como sus hermanas, la yautja mayor extendió los brazos y con un saltó choco contra Vernatrix, las dos cayeron al suelo.
Ante todo esto, (T/n) aprovecho para irse corriendo lo más lejos posible, pero un grito lo detuvo.
–¡Espera!– Exclamó la hembra mediana, acompañada de la temblorosa hembra menor. –¿Porque tienes el cuerpo de uno de nosotros?– pregunto ella, sosteniendose de uno de los árboles cercanos.
–uhm... ¿Porque deberia confíar en ustedes? ¡Vernatrix debe estar matando a esa alien alta para protegerme de ustedes!– Exclamo el humano, mirando a lo lejos como la hembra mayor le daba un golpe en el abdomen de Vernatrix.
–Nosotras no queremos matarte. Nuestra hermana mayor si, ella quiere matarte. A ella hechale la culpa de esto.– Respondio la hembra mediana.
–Solo queremos ayudarte...– Murmuro la hembra menor. –No nos hagas d-daño... Por favor...– Agregó la menor, la presencia del humano la atemorizaba.
–. . . . Primero díganme que es lo que pasa.– Dijo el chico.
Al mismo tiempo, Vernatrix sacudio el rostro de la hembra mayor contra el suelo.
-¡¿Sabes quien soy?! ¡¡Podría aplastarte si quisiera!! ¡Deja ir al humano y entregamelo, de eso modo no voy a matarte!– Exclamó la reina, sus tetas desnudas sacudiendose salvajemente mientras golpeaba repetidamente el casco de la hembra.
-Maldicion....– Murmuro Vernatrix al sentir como su corazón latía demasiado fuerte, a tal punto de hacerla caer de espalda en el suelo al lado de la hembra mayor.
Vernatrix comenzó a marearse, todo a su alrededor se volvió borroso. Su cuerpo poco a poco se fue volviendo sudoroso, sus enormes músculos temblando.
–ya estoy vieja para andar poniendome tan salvaje....– Murmuró la reina, cerrando levemente los ojos mientras extendía los brazos en el suelo.
-¿Tu cuerpo de anciana no te deja moverte bien eh? Pensé que por fin alguien me ganaría en este planeta...– Dijo la hembra mayor con un tono confiado en la voz, levantando su cuerpo hundido en el suelo. –en una cacería el último que queda de pie es el ganador, así que...– Agrego ella, levantandose y pisando el abdomen de Vernatrix.
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