Tiempo acelerado
Layan, Layan, Layan
-LAYAN- los ojos de Priscila se abrieron de golpe para después- AAAAAAAAAAAHHHHHHH- un grito desgarrador salió de su boca dejando salir todo el aire de sus pulmones.
-¿Priscila?-escuchó una voz familiar pero ella no pudo atenderla, ni siquiera enfocar a quien se había sentado al lado de ella en la cama.
La loba sentía que su cuerpo entero ardía y a la vez se enfriaba a tal punto que sus músculos se tensaban. Miles de voces gritando en su cabeza a tal punto que no podía entender ninguna. Pensaba que ya había pasado por ese proceso. Pero sentir las cosas tan vividas era demasiado. Incluso la textura de la sábana bajo ella y la que la cubría parecían miles de clavos que se hundían en su piel.
-Priscila, Priscila, hija mía- la voz de su madre volvió a llegar en medio de la nebulosa de control y la hizo aferrarse a ella.
Apretó sus dientes y se concentró. Si ella había sido capaz de controlarlos una vez con o sin la ayuda de su lobo, esta vez no sería diferente. Y ahora había cosas más importantes en las que centrarse como ella misma. Reunió la poca fuerza que le quedaba y se enfocó. Controlar el fuego y el hielo dentro de ella no era algo fácil. Eran poderes que luchaban entre si y buscaban hacerse con el control constantemente, mas ella no lo dejó.
No supo cómo lo hizo pero los reprimió tan fuerte en su interior que sus pulmones se quedaron sin aire. A la vez cerró su mente como una enorme barrera donde hasta sus propios pensamientos se vieron sacudidos.
Y de pronto... nada.
Abrió los ojos y se encontró jadeando. Empapada en sudor y con la mano de su madre palpando su frente, con una angustia que desfiguraba su rostro completamente. Abrió la boca para hablar, pero nada salió.
-Tranquila, calma- la voz de Nebraska era demandante, como esa cuando usaba para domar a los lobos en la locura y surtió efecto en su hija que poco a poco fue estabilizando su respiración.
Cinco minutos después Priscila podía respirar con más facilidad y sus ojos eran capaz de enfocar a su madre.
-Ma- jadeó hacia ella.
-Sí, hija mía, estoy aquí- Nebraska llevó su mano a sus labios y la besó- Todo está bien ahora. Descansa. Estuviste tres días inconsciente.
¿Tres días?
¿Por qué había estado tanto tiempo inconsciente?
Su memoria era confusa, sobre todo por la barrera mental que ella misma había creado cuando...
Se levantó de golpe, sentándose tan rápido que Nebraska tuvo que estabilizarla contra su pecho cuando no se pudo sostener y todo le dio vueltas.
-No te muevas así. Apenas te has recuperado. Tuviste una fiebre enorme y además...- Nebraska la regañó tan suave como pudo, pero vio como la loba más joven llevaba su mano a su cuello palpando la marca definitiva que la hacía ahora la compañera de Layan- Si Priscila. El enlace se ha completado. Eres la compañera de Layan, pero necesitas descansar. Las toxinas de él como mismo se afianzaron a ti eliminaron por completo las de Kei de tu sistema y... -no pudo proseguir.
-¿Y qué más?- Priscila se enderezó como pudo y miró a los ojos a su madre, entonces lo sintió. No estaba... la presencia de Liam se había esfumado de su interior.
Una expresión de terror se mostró en su rostro. Acaso Layan... él. No lo pensó dos veces antes de correr la sábana a un lado y comenzarse a arrastrar por la cama esquivando a la omega para caer de rodillas en el suelo ante la debilidad notable en cada parte de su cuerpo. No le prestó atención al dolor y se levantó tambaleante caminando hacia la puerta.
-Priscila, espera- Nebraska rodeó la cama y fue tras ella, pero su hija, aun en su estado ya estaba en la puerta y la abrió de golpe.
Una sombra se proyectó delante de ella.
-Priscila, vuelve a la cama- la voz de su padre fue grave.
La loba alzó la mirada para encontrarse con el rostro de Hades que mostraba marcadas ojeras debajo de sus ojos. Este la sostuvo rápido de los brazos tras ella tambalearse notablemente hacia atrás.
-Pa, por favor, déjame ver a Layan- ella casi le suplicó. No podía creer que hubiera usado su celo para enlazarse con ella y absorber a Layan dentro de él. Entonces ¿Qué pasaría con su lobo? Liam quería eso desde el inicio. No debía haberlo permitido por más loca que hubiera estado durante su celo. Celo que apenas recordaba cómo había pasado. Solo el dolor, las marcas que aún no desaparecían de ella, las palpitaciones en su interior y la mordida en su cuello era lo que la hacía consciente de todo. Sus recuerdos eran muy difusos en ese momento.
-No Pris. Tú debes descansar, acaso no has notado algo diferente en ti- Hades se mostraba muy preocupado.
Además del enlace completo y que su cuerpo se sentía molido a golpes, una parte literal dado que, aun si era muy efímero, su lobo no había sido precisamente gentil al tener sexo, no sentía nada diferente. Fue entonces que la brisa sacudió encima de su hombro desde atrás y un muy largo mechón de cabello cayó sobre el brazo de su padre. Ella se quedó mirándolo fijamente para notar que su melena otra vez estaba larga, cayendo como una cascada pesada y oscura a lo largo de su espalda hasta pasar sus glúteos.
Sus ojos se abrieron y miró a su padre sin comprender. Este ya había visto algo parecido a esto, pero con su esposa. Después de tomar la sangre de los lobos su cuerpo sufrió un cambio abismal y su cabello había crecido dado lo rápido que se desarrollaba su organismo. Pero Priscila no había tomado ninguna sangre, está ya estaba dentro de ella. Y no solo eso. La mirada de la loba era un poco... más adulta. Y Hades sabía muy bien la razón de ello.
-Su tiempo se volvió a acelerar- otra voz familiar se unió a ellos y Priscila pudo ver una cabellera plateada por encima del hombro de su padre- Los años que ella no estuvo congelada ya están afectado a su cuerpo y su desarrollo se volvió a acelerar. No estás lo suficientemente fuerte como para controlarlos del todo aun si el poder de Layan despertó.
¿Litus? ¿Qué hacía Litus allí? ¿Qué acababa de decir? Ella no podía volver todavía a esa caverna de hielo, no cuando no sabía que había pasado con su lobo y estaba de seguro luchando con. Demonios Layan. Siempre la hacía preocuparse hasta por gusto
Al carajo ella, necesitaba saber el estado de su lobo.
-Padre- ella volvió a insistir de forma firme- Solo será un momento. Déjame verlo. AL menos quiero saber cómo está- ella sabía muy bien de los que Liam era capaz.
-NO- la respuesta del alfa fue absoluta.
Hades no podía permitir que Priscila se acercara a Layan y más en el estado que estaban ambos. Era muy peligroso. Y por supuesto se espetaba que Priscila mostrara resistencia. Ella era igual de dura que su madre, pero terca como él. Aunque se sorprendió cuando ella bajó la cabeza. El cabello ocultó toda expresión de su rostro.
Priscila había sido enseñada bien y aunque se había desarrollado muy rápido físicamente, y ahora fuera adulta, y hasta enlazada eso no quitaba que la loba detrás de ella era su madre y el que estaba al frente era su padre alfa. No los desobedecería ni formaría una perreta. No era tan inmadura como para hacer aquello aun si cada uno de sus sentidos le pedía que apartara a su padre de su camino y corriera en dirección a su lobo. Ahora que estaban enlazados la sensación de querer estar junto a él era tan fuerte que hasta la estremecía.
Ella se dejó cargar en brazos por su padre que la llevó de vuelta a la cama y la recostó. La cubrió con la sábana y se quedó mirándola.
-Pris, confía en nosotros. Cuando sea el momento te dejaré ver a Layan. Por ahora tienes que descansar o tu cuerpo no resistirá. Ya escuchaste a Litus-
Priscila no dijo nada, solo asintió con la cabeza y dejó que su madre pasara su mano por encima de sus ojos sumiéndola nuevamente en la inconciencia.
Minutos después los tres lobos adultos salieron del cuarto cerrando hades la puerta a su espalda después de dejar salir a su esposa.
-¿Cómo la viste Litus?- Nebraska se recostó contra su esposo, sentía que necesitaba el apoyo y el calor de más que nunca.
El lobo cruzó sus brazos contra su pecho.
-Mi recomendación sería que ella volviera al hielo, al menos los 5 años que ella se saltó... como mínimo. Incluso si se ha enlazado con Layan no tiene la suficiente fuerza para que todos sus poderes se estabilicen en su interior. Más bien, es como que después que se enlazó todos se han vuelto más fuerte y quieren tomar el control en su interior. Y eso es muy peligroso. Me temo que mientras más tiempo esté afuera más acelerado será su desarrollo en sus células y más rápido pueden morir. Ni siquiera siento que el poder de Layan pueda restaurarlas todas, al menos de momento.
Los dos padres se miraron con dolor en sus orbes. Otra vez tendrían a su hija lejos de ellos, pero si era para que estuviera a salvo esperar un poco más era necesario.
-¿Cuándo puede volver?- Hades fue el primero que habló abrazando la cintura de su esposa en su fuerte brazo.
Litus abrió su boca para hablar, pero fue interrumpido.
-No creo que puedan hacer eso de momento- los pasos de Victore resonaron cerca de ellos hasta detenerse delante de los tres- Mis disculpas, pero tengo que intervenir. No pueden llevarse a la princesa así, y mucho menos cunado no está el consentimiento de mi alfa.
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