[046]
No hay grandes finales para las historias cortas. No hay sentimientos encontrados cuando te lo lees en menos de una hora. No hay nudo en la garganta, no hay un revoltijo en el estómago y no tienes lágrimas en los ojos. Su historia es tan corta como si un niño estuviera escribiéndola, sus interacciones son tan pocas y leves que no comprenderás.
No vas a hacerlo por el simple hecho de que no eres Baekhyun. Nunca va a entender por lo que él está pasando. No tienes el derecho.
Tú no puedes retroceder.
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—Mi hermana me dijo que su vuelo se atrasó y llegará tarde a la ceremonia —Chanyeol dice con la boca llena, llevándose la comida sin importarle la suciedad—. Todo es culpa de su novio, es un exagerado por donde lo veas. Si pensé que tú, tardándote más de siete horas en elegir qué ponerte, era demasiado, imagínate a ese bastardo recorriendo tiendas por dos semanas sin detenerse. Dos semanas.
Baekhyun mira simplemente cómo es que su huevo frito se enfría y los colores pierden un brillo especial. Su café aún humea, pero el olor no le llega a las fosas nasales. Revolviendo su desayuno, Chanyeol lo mira por un segundo.
—¿Estás bien?
¿Estás bien? Baekhyun lo arremeda en su mente.
—¿Te duele la cabeza?
¿Te duele la cabeza?
—¿Estás nervioso?
¿Estás nervioso?
Baekhyun piensa en su respuesta y descarta las palabras que ya ha usado.
—Estoy perfectamente, mi hombre —le guiña el ojo, levanta su pulgar hacia él y sonríe grandemente.
Chanyeol sonríe hacia él mientras despeina su cabello.
—Quiero decir, yo estoy muy nervioso —el alto deja su tenedor a un lado y limpia su boca—. Hoy prácticamente es el día más importante de mi vida. Nuestra vida.
—Por supuesto, Chan —Baekhyun mira el rostro de su prometido, tan lleno de vida, lleno de luz.
¿Cuántos universos tendría que cruzar para volver a verlo sonreír así? ¿Cuántas capaz de tierra debería desenterrar para lograr su hallazgo? Cero, se responde. Uno no puede hacer definitivamente nada.
—Cuando nos encontremos allá más te vale no usar un vestido de novia —Chanyeol deja que Baekhyun le coloque su saco, hoy está más hablador que nunca. Que siempre. Sus hombros son anchos, perfectamente proporcionales a su alto cuerpo y esculturales para cualquier artista.
—¿Qué crees que soy, eh?
Baekhyun le golpea la espalda y en ese mismo momento Chanyeol se voltea y lo estampa contra la pared del recibidor de su departamento. Hoy se ve atractivo, flamas en sus ojos y una potencia voraz lo mira directamente por donde sus ojos.
—¿Sabes lo que más espero del día de hoy? —murmura con lujuria, su rasposa voz en el oído y acariciando la entrepierna de Baekhyun sobre sus pantalones.
Baekhyun no tiene expresión. Probablemente ya está un poco cansado. Su cabeza se revuelve, hay miles de posibilidades y trata por todos los demonios no repetir ninguna.
Por su falta de reacción, Chanyeol aminoriza su sonrisa, sus ojos viajan de sus labios a los de Baekhyun y planta un suave pico en ellos.
—Deja de mentirme —Chanyeol vuelve a reír. Juguetona, dulce y absorbiblemente. Lo abraza, repartiendo besos por todos lados y acurrucándose junto a él—. Estás completamente nervioso, sólo mira tu rostro, estás totalmente pálido.
Y es cierto, pero lo que hay en la cabeza de Baekhyun son simples puzles sin encajar. Expresiones, palabras y movimientos; todo eso es un conjunto del cual tiene que darse cuenta segundo por segundo. No puede parar a pensarse cuánto ama a Chanyeol o cuánto lo ama el alto a él, lo único que puede darse es el lujo de pensar en qué respuesta tiene que murmurar.
—Chanyeol... —inicia y aprieta los labios, las posibilidades se acortan y hay un gemido dentro de él.
No lo expulsa, porque no es placentero, no lo hace porque Chanyeol le esté acariciando de esa forma, lo hace porque todo se está acabando, el tiempo se agota y tiene que probar de todo. La positividad se agotó, tal vez desde el número quince o el número cinco o incluso desde el número dos.
—Chanyeol —repite, y el otro está expectante a lo que va a decir. Entonces Baekhyun lo aleja, le deja ir con un pequeño empujón y suelta una ácida risa para que el otro la escuche—. Chanyeol yo, sabes qué, he cambiado de opinión.
Cejas alzadas y cuerpo tenso, Chanyeol se endereza y lo mira desde arriba. Se ve confuso, completamente, no hay lágrimas en sus ojos y es obviamente por el hecho de que las palabras finales aún no han salido.
—¿De qué estás-?
—Ya no quiero casarme contigo.
Chanyeol suelta una risa crédula, su cuerpo recae un poco y mira directamente a su novio con una mueca divertida.
—Por supuesto, y yo no te amo, ajá —cuando no hay risas en Baekhyun el alto se detiene, sus labios tiemblan y su cabeza se ladea—. Baekhyun, estaba bromeando, eso lo sabes-
—Yo no.
Lo mira directamente. Lo mira como si sus palabras fueran verdaderas.
Como si fueran verdaderas. Pero Baekhyun, ¿no lo son?
—No es gracioso —Chanyeol pasa una mano por su cabello intentando que la temblorosa sonrisa siga en sus labios—. Deja de decir eso-
—No me voy a casar contigo —repite. Extrañamente ya no le duele tanto, ¿tal vez porque es la décima vez que dice eso? ¿Puede ser?—. Y ya no te amo más. Lamento decírtelo ahora pero, ¿no es mejor que decírtelo en el altar?
—Baekhyun.
—Fuera de mi casa —prosigue, ojos con filo atravesando casi visiblemente el corazón del alto—. Cancela todo o si quieres ve a la puta fiesta y festeja tu soltería. O tu miseria. No me importa.
Ahora sí hay dolor, lágrimas y fuertes respiraciones frente a él. Chanyeol le mira como si estuviera esperando aún un 'es broma coloso, te amo' pero no va a suceder. Baekhyun ya intentó hacer eso y no cambia nada. Jodidamente nada.
Y esperaba que esto sí, que las palabras aquí dichas le hicieran caminar por otro camino para salvar las pocas esperanzas que le quedan.
—Largo.
Hoy Chanyeol no luchó. No pidió explicaciones ni tampoco lloró explícitamente frente a él. Hoy su Chanyeol simplemente caminó hacia la salida y se quedó durante tres horas afuera de la puerta de Baekhyun. Por otro lado, el más bajo estuvo sentado justo al otro lado de la puerta, escuchando respiraciones provenientes de su amante. Desea con todas las fuerzas que se quede allí y que no pase nada, le pide a Dios que deje que hoy sea un día feliz.
Porque desea eso para Chanyeol, mínimamente espera que él sea feliz al dejarlo ir. Baekhyun llora sin parar, apretando con sus manos su camisa y dejando escapar pequeños ruiditos de agonía.
Que sea hoy.
—Sé que estás allí —la voz rota de Chanyeol le habla— y sé que estás llorando. Sé que aún me amas y sé que tus palabras son por el hecho de que estás nervioso, Baek. Tal vez no estás aún preparado.
Lo estoy. Lo estoy.
—Podemos esperar, amor —hay toques, acaricias sobre la puerta que Chanyeol desea hacer llegar a Baekhyun—. Pero no vuelvas a decir eso, no vuelvas a tan siquiera inquirir que no me amas. No lo hagas.
Baekhyun mira la hora, el intervalo está en su punto medio y reza que por lo menos pueda salirse de su tiempo un poco. Porque si es así hay una posibilidad, el cambio puede ser verdadero y así podría apoderarse de los segundos, minutos y horas para quedarse junto a Chanyeol y luchar.
Se voltea, dejándose que su rostro mire el color café de la puerta. Su vista está nublada, sus ojos se humedecen mucho más y está a punto de gritar. Y, ¡bam! Ya son las doce en punto y Baekhyun abre la puerta porque, no importa qué pueda salir mal, ha habido un quiebre en su círculo y las cosas tuvieron buenos resultados.
Resultados que duraron tan sólo diez segundos.
Porque el bam no solamente vino de parte de su reloj, porque el bam no es tan sólo su corazón latiendo fuertemente. Ese bam vino de una bala, precisamente una perdida, tan perdida como Baekhyun en el momento que miró el cuerpo de Chanyeol caer frente a él.
Y es que las explicaciones están de más, los policías le explicaron dos horas después que hubo un asalto en el lobby de su edificio y los asesinos corrieron por los pasillos para escapar de las autoridades. Su lucha con punzantes armas llegó al piso diez, su piso, y Chanyeol fue un blanco expuesto en la lluvia de balas.
Baekhyun no se sorprende, solamente es una muerte más en su lista de muertes.
Hoy obtuvo diez segundos más de lo que normalmente.
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Baekhyun, por favor escúchame. ¿Te gusta jugar a ser Dios? ¿Sientes un poder indescriptible en tus venas? El destino no existe, es lo que tú dices. El destino es algo a que tú estás predispuesto, cosas que haces que terminan de alguna manera diferente y todo depende de ti. Eso me dijiste.
Baekhyun, ¿puedes oírme?
¿La sensación de la sangre sigue entre tus dedos? ¿Te gusta poder mantener el presente bajo tus decisiones?
¿Sabes tan siquiera algo sobre todas las demás personas que murieron? ¿Sabes que su destino ya está marcado por ti?
¿Vas a retroceder de nuevo? ¿Vas a jugar con el espacio-tiempo? ¿Vas a morir en su lugar?
Baekhyun, ¿estás escuchándome?
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