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Capitulo 3. Jackson

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El sonido de la cerradura abriendo la puerta y unos fuertes golpes me despertaron por completo del sueño más reparador y tranquilo que había tenido en muchos años.

−Ahm mmm, ¿si, ¿quién es? −dije con la voz ronca aun medio dormida e incorporándome lo mejor que pude sobre la cama.

−Soy su capitán Señorita Darling, la puerta ahora está abierta y se le ha traído ropa limpia y otra jarra con agua para su aseo. En exactamente 9 minutos regresare y espero que ya esté lista, no soy una persona paciente Señorita Darling −y diciendo eso se escuchó como se alejaba de la puerta con prisa.

Entonces como si un rayo me golpeara, recordé todo lo que había pasado ayer y al darme cuenta de que no era un sueño como ya me había pasado en otras ocasiones, me puse extremadamente feliz y al mismo tiempo preocupada por el interrogatorio que se veía.

− ¡Rayos no debí mentir en primer lugar! ¡Garfio me cortará la garganta! −Salte de la cama recogí las cosas de la entrada y a la velocidad que me permitían los pies me arregle lo mejor que pude −¿pantalones? nunca antes he usado pantalones, supongo que sería peor estar denuda.

No había espejo y tampoco un cepillo para el cabello, así que realmente no pude ver como quedé al final con esa ropa de hombre puesta: camisa blanca, pantalón negro, cinto rojo y unas botas que eran sorprendente cómodas y justo de mi tamaño. Arregle mi cabello haciendo una trenza rápida y estuve lista justo al tiempo en Garfio abrió la puerta.

−Ya estoy lista capitán, disculpé el haberlo hecho esperar −y nuevamente hice otra reverencia. Al alzar la cabeza pude notar que Garfio se palmeaba la frente murmurando unas maldiciones por la ropa que llevaba puesta −¡Jackson esta me la vas a pagar caro! − También pude verlo ¿avergonzado? ¿tan mal me había vestido? una gran vergüenza me invadió y me quede congelada en mi lugar sin saber qué hacer.

−No importa la ropa, no es tu culpa, ¡Es tarde ya, vamos! −grito al tiempo que me tomaba bruscamente del brazo para avanzar.

Llegamos a su camarote en un parpadeo, durante esos escasos metros de distancia sentí como si mi brazo fuera a ser arrancado por la fuerza que le puso para jalarme. Al llegar cerró la puerta detrás suya y me soltó del brazo al mismo tiempo que soltaba un suspiro de alivio. Cuando se giró para verme se dio cuenta me estaba sobando el brazo por el dolor.

−Le pido disculpe mi brusquedad señorita Darling, pero no podía permitir que la tripulación la vieran vestida así, sería un problema para mi, digo para usted.

−¿Por qué sería un problema? ¿Acaso me veo muy mal? ­­­­− pregunte genuinamente preocupada de avergonzar a Garfio

−¿Qué? ¡no! ¡Es que trae pantalones por dios santo! ­− mientras señalaba frenéticamente con su mano derecha mi forma de vestir y colocaba su garfio sobre sus labios de forma pensativa.

−Pero... esta la ropa que dejo para mí, pensé que estaría bien ya que fue lo que usted ordeno...

−Sí, lo sé, me disculpo por eso también; el atuendo lo consiguió Jackson; Es que no pensé que se viera así...con pantalones, bueno, eso ya no importa

­­−Admito que es la primera vez que uso pantalones también, y aunque se siente raro, creo que son cómodos ahora entiendo porque algunas mujeres han comenzado a usarlos­ en Paris− comente al mismo tiempo que giraba observándome en reflejo de una vitrina cercana, Garfio solo se limitó a llevarse la mano a la cabeza y con desesperación y en tono de súplica me pidió que ya dejara de dar vueltas y que tomara asiento.

Ya sentada pude ver como Garfio volvía a respirar con normalidad mientras se acomodaba un mechón de cabello suelto detrás de su oreja. Con todo lo que había pasado no había podido observarlo bien, pero ahora que lo vea más de cerca, con más luz y con menos hambre, pude notar que se veía muy diferente.

Ayer él estaba con la barba muy crecida y con su cabello medio alborotado recogido en una coleta baja, hoy por otro se había afeitado dejando solo su usual bigote y una delgada línea de barba recortada definiendo su mentón y patillas, además se había arreglado el cabello con la misma coleta de ayer, pero su cabello ondulado se veía peinado y brillante. Vestía ropa parecida a la mía junto a su distintivo saco rojo brillante con botonadura de oro como la vez en que nos conocimos, pero ahora se ve mucho más discreto. Era como si el ostentoso y fanfarrón Garfio de antaño se hubiera vuelto más práctico y recatado. Y eso me agradó.

­La puerta sonó tres veces y Garfio fue a abrirle al visitante. Era un hombre en sus treintas, era alto, delgado y rubio, vestía todo de negro y sus ojos eran de color verde, su cabello era lacio y le llevaba a los hombros, portaba una pistola de la cintura y un rifle de casería en la espalda. Al ver sus armas me tensé en mi silla y sentí como la sangre se iba a los pies de miedo al verlo.

−Me permito presentarle al Sr Andrew Jackson, mi primer oficial, jefe de seguridad y también el hijo de perra que le consiguió esos escandalosos pantalones. No se asuste por esas armas que trae, son solo para cacería y protección. De hecho, no debió traerlas a esta reunión en primer lugar ­− y lanzándole una mirada agresiva a Jackson este se quitó las armas y las dejo justo al lado de la puerta

−Es un placer conocerla Señorita Darling­− se acercó a besar el dorso de mi mano. −Lamento no haberme presentado ayer pero cuando usted llego al barco me encontraba de guardia en el puesto de vigía y no es posible abandonar ese puesto a menos que el turno termine o que ocurra una verdadera emergencia.

−No tiene que disculparse Señor Jackson, lo entiendo perfectamente.

−¡Vaya! me da gusto saber que mis apreciaciones fueron correctas, la ropa y las botas le han quedado bastante bien por lo que puedo ver. Sabe es difícil calcular la talla de ropa a 30 metros de altura y más si se trata de las tallas de una dama, y a diferencia de lo que James le haya podido decir sobre mi elección de moda, en este barco no contamos con ropa femenina así que tuve que echar mano de la ropa de que disponía. Le pido una disculpa si la hice sentir incomodad de alguna manera- y diciendo estos se sentó junto a Garfio y frente a mí al tiempo que cruzaba las piernas

−¿James? − Mi confusión fue real al escuchar su nombre, es decir si sabía que ese era su nombre, pero lo había olvidado por completo

−Si ya sabe, el sujeto a mi izquierda− mientras sarcásticamente señalaba con su pulgar en dirección a Garfio− El temible Capitán James Garfio, pensé que sabía su verdadero nombre en consideración de que se conocen hace mucho tiempo

−Bueno si hace mucho tiempo, pero... − no se me ocurría que decir, me sentí un poco avergonzada sabiendo que Garfio me recordaba mejor de lo que yo lo recordaba a él, de hecho, pude notar como Garfio soplaba un pequeño suspiro de decepción al notar ese hecho.

Para mi buena fortuna, llamaron nuevamente a puerta y en esta ocasión era Smee que traía un abandera con té, 3 trazas y unos panecillos, así por fin se pudo desviar el tema

­−Buen día señorita Darling, me da gusto verla más repuesta esta mañana− saludo cortésmente Smee dirigiéndose a mí de forma afable. Yo estaba a punto de devolverle el saludo cuando Garfio con un ademan le indico a Smee que se retirara y así lo hizo sin chistar ni darme tiempo a devolver el saludo.

−¿Wendy cierto? ¿Me permites llamarte por tu nombre de pila? es que eres tan joven que me parece extraño llamarte por tu apellido− me pregunto Jackson al mismo tiempo que él servía él te en las 3 tazas− ¿Lo tomas con azúcar Wendy? ­− preguntó al tiempo que sostenía un terrón de azúcar con las pinzas, Yo asentí con la cabeza y después de poner un terrón me dio mi taza y un plato con 3 galletas.

Este definitivamente no era el interrogatorio que había esperado. En lugar de acusaciones y preguntas había té y galletas, ¿estarán envenados? Pff, ¡claro que no! Si me hubieran querido envenenar ayer habría sido más fácil con los 4 tazones de sopa. Pero había algo en los modales de Jackson que hacían sentir profundamente insegura de estar en su presencia.

­−Sabes Wendy, James me había hablado de ti anteriormente, pero nunca creí que tendría la oportunidad de conocerte en persona, dime ¿Qué te trae a Nunca jamás?

−Me halaga saber que deje un hondo recuerdo por aquí Capitán­− le dije dirigiendo una mirada un tanto inquisidora mientras bebía un poco de té, Garfio por el contrario también bebió un poco de té y desvió la mirada para no encontrase con la mía

Jackson comenzó a reírse estrepitosamente − Ciertamente fue una honda impresión, no muchas niñas han puesto en verdadero peligro su vida, según recuerdo las palabras textuales que James uso fueron: "esa maldita mocosa traicionera casi hace me trague por completo el cocodrilo, no es más que una manipuladora convenenciera que mueve a los niños perdidos a su antojo, hasta el mismo Pan cayó presa de sus encantos. Con razón esa estúpida hada quería destruirla"

Mi corazón se encogió un poco al escuchar esas crueles, aunque ciertas palabras. Ciertamente en mi primera visita a nunca jamás no todo había sido bello del todo: Campanita trato de matarme, las sirenas trataron de ahogarme y Garfio...bueno el trato de matarme también, me hizo caminar por la plancha para que me ahogará. Supongo que en me enfoque tanto en lo bueno que había vivido aquí que había olvidado que estar en este lugar era también muy peligroso.

−No nos enfoquemos en el pasado­ interrumpió Garfio- ella trato de matarme, yo trate de matarla, así que considero que estamos a mano. ¡El pasado en el pasado! Ahora Jackson limítate a hacerle las preguntas que tanto quieres saber− De alguna forma bizarra, me sentí mejor después de Garfio interviniera, era como si me hubiera defendido de las palabras mal intencionadas de Jackson

−Ja ja ja, como siempre el capitán tiene razón­, enfoquémonos en el presente− Algo en esa frase me hizo sentir miedo nuevamente de Jackson. -¿Qué haces en nunca jamás?

Las preguntas transcurrieron si mayores altercados, les dije la verdad sobre que un libro que había traído de regreso aquí, que había estado viviendo en Londres y trabajando como asistente de bibliotecaria desde 1 año. Que no había visto a Peter pan ni a Campanita desde que nos fue a dejar en casa de mis padres a mis hermanos y a mí hace 7 años.

Les conté un poco de la situación actual de mis hermanos. Durante todo el interrogatorio Garfio no volvió a decir ninguna palabra y todas las preguntar las hizo Jackson. Después de más o menos una hora Jackson dio por terminado el interrogatorio.

−Vaya entonces parece que el que la tengamos a bordo con nosotros es solo una cuestión meramente fortuita ¿estoy en lo correcto Wendy?

− Sí, si eso parece ¿Por qué otra cosa estaría yo aquí? - dije al tiempo que terminaba mi taza de te

El silencio se hizo patente justo al decir esa frase exacta ¿Por qué estaba yo aquí? En nunca jamás, en este barco, con estos hombres justo en este momento.

−Por el momento es un misterio, Señorita, pero espero poder averiguar el motivo de su presencia en nuestro barco muy pronto, soy realmente bueno resolviendo acertijos­­− Se levantó, recogió sus armas y haciendo una reverencia se dirigió hacia la puerta, no sin antes girarse en redondo para darme un último sermón.

−La verdad yo creo que lo pantalones se le ven muy bien Señorita Wendy, Usted es una mujer más fuerte de lo que cree y debe vestirse precisamente para demostrar esa fortaleza que usted posee. Limitarse a vestir como le dicta la sociedad solo sirve para que la sociedad misma siga teniendo poder sobre los espíritus indómitos como los nuestros­ ¿no piensa lo mismo? Además estoy seguro de que la única razón por la que al Capitán lo le gusta verla con pantalones es porque no está acostumbrado a ver piernas tan bonitas como las suyas y eso le causa problemas para mantener la concentración en su presencia. Que disfrute del resto de la Mañana Señorita Darling− Y al terminar de decir eso atravesó la puerta dejándome totalmente avergonzada por lo que acabada de decir.

Al salir del camarote, Jackson se encontró con Smee quien venía empujando un carrito con el desayuno para 3 personas

−Señor Jackson pensé que almorzarían los tres juntos para continuar con su charla

−No Smee, tu comida siempre es un placer, pero mi trabajo de investigación ha concluido por el momento y no quiero hacer mal tercio con el capitán y su invitada. Y Smee si yo fuera tu, esperaría unos minutos antes de entrar, el ambiente está muy raro ahí dentro

−Seguramente es por algo que usted dijo ¿o me equivoco?

−Yo solo digo la verdad de lo que veo y si la verdad les molesta a los demás, ese no es mi problema. Estaré descansado un rato en la cubierta del barco si alguien me necesita.

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Hola mis lectores por si se preguntan el porqué se escandalizo tanto Garfio, la razón es usar pantalones en la época de Garfio era una prenda muy escandalosa para una mujer. Era casi como estuviera usando un bikini en nuestros días

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