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Capitulo 10: ¿Cuántos Años Tienes?

<<>>>>Wendy>>>>>>>

¡Adecuada! ¡me dijo que me veía adecuada! ¿adecuada para qué? eso no solo no era un halago, era prácticamente un insulto. ¿Qué clase de idiota no sabe esa mínima regla básica de cortesía con una dama?

Estaba tan enojada, que al pasar a su lado me dieron ganas de dale un buen golpe, pero deseché la idea, no quería verlo ni estar con él, así que sin pensarlo dos veces me subí al carruaje junto con Jackson, quien por cierto también estaba enojado por algo. Al estar arriba comencé a mover frenéticamente el talón de mi izquierdo de arriba hacia abajo para poder tranquilizarme

-Preciosa sé que estas enojada, pero por favor no muevas tan violentamente los pies. Estas aves son muy sensibles a las vibraciones y un movimiento así lo pueden confundir con la orden de arrancar.

-Perdón, pero es que estoy tan enojada ¿Quién se cree que es? Además...espera ¿Acabas de llamarme preciosa?

-Pues si... ¿te molesta?

-No, no realmente, pero es un poco inapropiado- creo que nadie me había dicho preciosa antes, bonita si, varias veces, pero preciosa era algo nuevo y me hizo sentir avergonzada.

-Si te molesta podemos volver a lo de "niña" o "Wendy", pero quería decírtelo, aunque sea una vez porque efectivamente te vez preciosa. - giró su mirada para encontrarse con la mía, mis mejillas se sonrojaron levemente por su comentario, después de todo lo que había pasado en estos días un poco de reconocimiento me caía bien, era una lástima que quien lo decía no era Garfio. Supongo que en general lo que ocurra conmigo no es de mucha importancia para él, como siempre.

-Gracias. - respondí cortésmente inclinado la cabeza y desviando la mirada para cortar el contacto con sus ojos verdes mirando rumbo a la dirección donde estaban Garfio y Madame conversado todavía. Él se percató de que los observaba y respondió a mi mirada de manera insistente y molesta, volví a girar mi cabeza rápidamente al otro lado para que se diera cuenta de no importaba en lo más mínimo. Al cabo de unos minutos él se subió al carruaje que estaba adelante junto con mi equipaje, hizo una señal con la mano y empezamos el camino de regreso al puerto.

Es una verdadera lástima, estoy a punto de irme del Archipiélago verde, no se si voy a poder regresar alguna vez y no pude conocer ni hacer nada en este lugar. Particularmente quería conocer el faro que se podía ver en las noches desde mi habitación. Me dijeron que era el faro más viejo de todo el puerto y que a su alrededor había un parque muy bonito con una plaza de piedra donde la gente se reúne para para pasar el día en familia o en pareja caminando, comiendo golosinas y viendo a los artistas callejeros.

De improviso Jackson freno de golpe, velozmente sacó el arma que lleva en su cintura y apuntó hacia el frente ¿le estaba apuntado al carruaje de Garfio? ¿por qué? cuando volteé al frente vi que Garfio se había bajado y venia con pasó rápido hacia nosotros.

-¡Que carajos James! ¡no puedes frenarte así de golpe! -grito Jackson guardando nuevamente el arma en la cintura- por un instante pensé que nos estaban atacando.

-¡Cambiemos de carruaje! Tu llévate el equipaje al Jolly Roger y yo me llevo a la señorita Darling, espera a que regresemos, si en dos horas no hemos llegado ve a la punta norte a buscarnos.

Jackson me lanzo una mirada rápida y obedeció la orden de mala gana, bajo del carruaje y se fue al que estaba en frente mientras que Garfio se subía a mi lado tomando las riendas del ave. Jackson tomo velocidad casi instantánea y desapareció rápidamente de nuestra vista. En verdad que esos pájaros corren rápido.

-¿A dónde vamos? ¿No íbamos también al puerto? - pregunte sin dirigirle la mirada, aún seguía molesta

-Iremos después. Te llevare a otro sitio primero- tiró de la rienda del ave y fuimos al lado contario a donde había ido Jackson, comenzamos a subir cuesta arriba una pequeña montaña cercana, el camino estaba muy desolado, no había personas ni otros carruajes y la naturaleza poco a poco había comenzado a invadir el camino con raíces y ramas muy crecidas. Pasaron más de 20 minutos de viaje en total silencio entre nosotros y cada vez todo parecía más y más desolado.

- Ya llegamos- por fin habló

- ¿A dónde? ¿A la orilla del mundo? - En serio en ese lugar no había nada más que árboles. Garfio se bajó y dio la vuelta hasta mi puerta para ofrecerme su mano para ayudarme a bajar, pero la rechace. -Como quieras- fue todo o que recibí como respuesta de su parte.

Me pido que lo siguiera, a los poco minutos se empezó a escuchar murmullos de gente, al dar la vuelta a un pequeño sendero que apareció de la nada, llegamos a una pequeña plazuela de piedra, en ella había mucha gente y niños corriendo por todos lados, parecía una tarde cualquiera de domingo. Los niños jugaban entre ellos mientras que sus padres los vigilaban a la distancia en alguna de las bancas, también se podía ver a algunas cuantas parejitas conversando entre ellas tomadas de las manos. Todo ahí era un ambiente tranquilo y feliz

-¿Qué estamos haciendo aquí?

-Me dijeron que querías conocer este lugar así que aquí estamos- Su voz se oía mas ronca de lo usual, su cabello seguía escondido de bajo del sombrero y el garfio dentro del bolsillo de su chaqueta. Su mirada estaba ansiosa y voltea a todos lados como buscando que algo o alguien le saliera por sorpresa.

-¡Estamos en el faro! -grite toda emocionada, él asintió con la cabeza y me señalo hacia arriba para que pudiera verlo, no había podido distinguirlo antes porque no parecía un faro común, era más como un árbol gigante rodeado de piedras, pero en la punta en lugar de tener hojas estaban unos grandes espejos y focos.

-Estoy sin palabras Capitán, pensé que era muy urgente zarpar-respondí un tanto sarcástica mientas me giraba verlo con los brazos cruzados. Se acerco despacio hacia mi sin dejar de girar los ojos en todas direcciones, su voz era casi susurro ronco

-Por el momento no me llames así, tampoco Garfio, y por favor baja un poco la voz no es bueno llamar la atención- La petición me pareció peculiar, pero recordé lo que Madame había contado sobre los intentos de asesinato y demás cosas desagradables que él vivía cada vez que estaba en el puerto.

-¿James está bien? - pregunte ya más calmada y con voz baja

-Se escucha raro viniendo de ti, pero si, James está bien por ahora- Nos sentamos en una banca cercana, pasado algunos minutos James comenzó a relajarse y aunque nunca saco su brazo derecho del saco ya no miraba recelosamente a todo el mundo.

Un vendedor ambulante pasó vendido algo pareció a unos helados de frutas naranjas y rojas y una gran cantidad de niños lo rodearon por completo para comprar su producto, cuando la multitud se despejo James fue a comparar uno de esos.

-Toma, te gustara, a todo mundo le gustan­- Lo acepte de buena gana, aunque algo sorprendida por el extraño arrebato de amabilidad. Al darle el primer bocado me sentí en el cielo, la intensidad de los sabores en mi boca era maravillosa, es un sabor dulce y ácido al mismo tiempo con un toque cremoso, muy refrescante. Estaba tan feliz de poder probar nuevamente comida con sabor que se me olvido por completo de que estaba molesta con él.

-¡Es delicioso! Ya estaba harta de la comida para conejos a la que me sometieron por 3 días. -El observaba con cierto interés como me comida ese helado, su gesto era raro y difícil de leer, no si estaba feliz o incomodo a mi lado- ¿Quieres un poco? - le ofrecí amistosamente al tiempo que lo acercaba su boca para que lo probara. Me miro con asombro, como si le estuviera ofreciendo que bebiera sangre de un cráneo, pero al final acepto y comió.

-Es más dulce de lo que recordaba- dijo al tiempo que se limpiaba la comisura de los labios con su pulgar

-¿Hace cuanto que no lo comías?

-No estoy seguro, algunas décadas supongo- respondió sin darle importancia al asunto

-¡Unas décadas! ¿pues cuantos años tienes? - El me miro a los ojos para después alzarse de hombros ­- No lo sé, perdí la cuenta hace mucho tiempo.

-¿Qué eres un a vampiro? - le pregunte riéndome un poco al imaginar esa posibilidad

-No sé qué es eso de "vampiro"- fue todo lo que recibí por respuesta, para ese momento el helado se había acabado y también un poco mi risa. La conversación se estaba tornando un poco extraña.

-¿Cuándo fue la ultima vez que festejaste tu cumpleaños? -volví a preguntar ahora con verdadera curiosidad

-Cuando cumplí nueve años­-respondió burlonamente mientras que caminamos por los alrededores disfrutando del paisaje.

-Está bien lo plantearé diferente ¿Cuál es la última edad que recuerdas haber tenido?

-31 años- Lo observe de pies a cabeza, efectivamente parecía tener esa edad, pero hace 7 años cuando nos conocimos el también parecía tener esa edad. Recordé que hacía unos días cuando me rescataron de la isla, pensé que tanto él como Smee se veía iguales, ninguno había envejecido mientras que yo había crecido, no le tome importancia en esa entonces pero ahora parecía un asunto relevante.

-¿En qué año naciste? - James lanzo un suspiro sin decir nada, su mirada se fijó en el horizonte como pensado si debía o no responderme. -¡No tienes que responder si no quieres! - me apure a decirle con amabilidad, si alguien sabia sobre secretos incomodos era yo. Además, la repuesta seguramente me turbaría sea cual fuere.

-Ya habrá tiempo de platicar de este y otros asuntos que tenemos pendientes en el transcurso del viaje Señorita Darling, mientras tanto disfrute de su estancia en este lugar- esbozó una linda sonrisa, creo que era la primera vez que lo veía sonreír de verdad y no con esa mueca burlona que hacía a veces.

No hablamos mucho después de eso. Seguimos caminando, viendo algunos malabaristas hacer sus actos y un par de acróbatas escupiendo fuego montados en esos extraños tigres dientes de sable. Yo estaba maravillada por todo lo exótico que eso me resultaba, era mejor que cualquier circo o teatro al que yo hubiera asistido. Tenia exactamente la misma mirada que los niños pequeños que me rodeaban, admito que era un poco vergonzoso al principio que la gente me mirará con desdén por asombrarme con trucos aparentemente sencillos, pero para mí todo era demasiado nuevo y excitante.

Pasado un tiempo tuvimos que irnos. Esas 2 horas habían pasado inusualmente rápido, resultó que James era una gran compañía después de todo. Me había divertido mucho como hacia años no lo hacía.

El Jolly Rogers ya estaba listo para zarpar. En cubierta una gran cantidad de hombre se movían jalando cuerdas, estirando las velas y gritándose instrucciones entre ellos. Garfio nuevamente me ofreció su mano para bajar del carruaje, pero esta vez si la acepte (después de todo, ya no importaba seguir fingiendo que seguía enojada con él) Me ofreció también su brazo para escoltarme al subir al barco como un caballero y también lo acepte con gusto. Al terminar de abordar gritó unas cuantas instrucciones en otro idioma, Smee apareció detrás de él cargando su habitual saco rojo y sus sombreo a juego para que se cambiara de ropa, ahí mismo en cubierta se quitó el saco y el sombrero negro que traía, desató su cabello por completo dejándolo caer libre por sus hombros, ajusto un poco más su garfio al a montura de su muñeca.

-¡Señores! - grito con una fuerte voz de mando que hizo que todos los marinos y unas cuantas personas en el muelle voltean a verlo con total atención. -¡A sus puestos, listos a salir, leven anclas! ¡Rumbo, al Palacio Imperial del Reino Sur del Desierto Rojo!

Dicho eso todos los hombres continuaron sus labores frenéticamente y el barco comenzó a moverse. Garfio subió a la cubierta superior del timonel sin dignarse a mírame, despedirse o darme alguna instrucción de ningún tipo, eso me dejó descolocada ya que en un instante parecía que me había vuelto totalmente invisible para él. Smee que estaba a mi lado, me acompaño a mi camarote, que era el mismo de hace unos días.

Mientras avanzamos por la cubierta lo pude observa a la distancia mientras el sol cortaba su silueta con ese magnifico porte de militar intimidante, justo como lo recordaba en mis cuentos. Era casi imposible pensar que él James que estuvo conmigo en la plaza del faro fuera la misma persona que se encontraba al mando del barco con su imponente traje rojo y su mirada fría y distante.

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Dato: Dracula se publicó en 1897 por eso Garfio no sabe a qué se refiere con el término "vampiro" entonces...
¿Cuántos años tiene Garfio? Solo digamos que es un viejo sabroso 😁

🧚Ya poco a poco más misterios y sentimientos se van revelando en esta historia que espero estén disfrutando en leerla tanto como yo en escribirla, recuerden votar y suscribirse...los quiero 3000❣️

Vestido usado por Wendy en este capitulo con blusa turquesa y falda gris oxford
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