Epílogo

Llevaba semanas evitándolo.

Draco lo entendía. Su relación era cordial con Harry Potter y Ronald Weasley porque en esos tres años habían colaborado en numerosas ocasiones junto al Ministerio y habían aprendido a tolerar y a apreciar el esfuerzo de los otros para recuperar el esplendor del mundo mágico antes de la Guerra. Con Hermione, todo era una historia distinta. La última vez que ella lo había visto antes de perder la memoria había sido mientras él era aún miembro de los mortífagos y Potter y sus amigos habían sido capturados y llevados a Malfoy Manor.

Aun así, Hermione y Draco se encontraron de nuevo en el juicio en el que, por fin, le concedieron a Draco la libertad condicional para poder vivir en el mundo mágico sin más preocupaciones que las de su día a día. Con mucho esfuerzo, Draco había cumplido su deuda con la justicia mágica y el tribunal lo había absuelto.

—Ha realizado un trabajo impecable, señor Malfoy. Tenga en cuenta que se le contactará para futuras misiones de estas características —le había dedicado Sophia Bones, admirada por el modo en el que Draco había traído a Hermione de vuelta.

Cuando la sesión terminó, el rubio salió de la sala. Alcanzó a ver a Hermione en el pasillo, a punto de entrar a uno de los ascensores. Se apresuró a seguirla y pronto llegó hasta ella.

—Granger —la llamó.

Hermione se giró hacia él y se quedó pasmada. Acto seguido enrojeció furiosamente.

—Hola, Malfoy.

—Te veo bien. Conservas el pelo rubio —dijo él, señalándola.

Llevaba el cabello atado en una cola apretada en la nuca, pero sí, Hermione había decidido conservar esa melena rubia y salvaje. Su ropa, a pesar de no ser como la que utilizaba para trabajar en el Lornie's, era mucho más relajada y desinhibida que la Hermione seria que Draco había conocido en Hogwarts.

—No es tan fácil deshacerse de todo esto. Puede que antes no recordara mi pasado, pero ahora yo recuerdo perfectamente los tres años que he vivido en Londres. Son parte de mí.

Draco asintió con la cabeza.

—Me alegro de verte.

—Quería... quería agradecerte lo que has hecho por mí —comentó Hermione, mirándolo con sinceridad—. Gracias por no rendirte cuando quería que te marcharas y me dejaras ahí. Gracias por haber insistido para conseguir traerme aquí hoy.

—No ha sido nada —respondió Draco y él mismo se sorprendió de haber dicho eso—. No puedo creer que quisieras ligar conmigo mientras eras una muggle.

Hermione enrojeció, avergonzada. Apartó la mirada de Malfoy con evidente aire molesto.

—Eso es porque no te conocía, evidentemente. No sabía nada.

—Lo sé, lo sé. No es tu culpa.

—Te recuerdo que tú me besaste. Y, al contrario que yo, Malfoy, tú sí recordabas perfectamente todo sobre mí.

Draco no pareció avergonzado, más bien al contrario.

—Mereció la pena. Sabía que cuando volvieras a ser tú, no me querrías cerca.

Y no se equivocaba. ¿No? A juzgar por el hecho de que Hermione no había hablado con él hasta ese momento después de recuperar la memoria. Ella chasqueó la lengua.

—Me voy a arrepentir de esto, ambos lo vamos a hacer, pero... ¿te apetece que vayamos a tomar un té alguna vez? —susurró ella.

—Claro. Conozco un sitio, una pequeña cafetería en Kilburn, el barrio de Londres...

Hermione puso los ojos en blanco.

—De acuerdo. Mañana a las dos allí. ¿Te parece bien?

—Me parece bien —contestó Draco.

Después ella se dio la vuelta en dirección al ascensor. Necesitaba salir del Ministerio para poder respirar aire fresco y procesar que iba a quedar con Draco Malfoy y que, para colmo, no era la primera vez. ¿A quién pretendía engañar? Estaba nerviosa, mucho más ahora que sabía quién era él que antes de toda esa historia.

Salió del edificio por fin y agradeció los rayos de sol acariciando su rostro mientras Hermione caminaba entre la multitud del ajetreado Londres. Pero ella ya no era una persona cualquiera, no. Entre todos esos muggles, Hermione Granger tenía magia.

FIN. 04/12/2019. 3:42am. Edimburgo.

Mil gracias por leer. Espero que os haya gustado <3

Si os gusta el Dramione pasad por mi nuevo fanfic "Nunca le hagas cosquillas a un Dragón herido", ¡seguro que os encanta!