Twilight y el Rey Sombra se aventuraron en el Bosque Everfree en camino hacia el castillo de las hermanas, envueltos en la oscuridad de la noche. El resplandor de la luna iluminaba sus figuras, permitiéndoles avanzar con seguridad a pesar de la espesura del bosque. El silencio de la naturaleza los rodeaba, pero no lograba abrumarnos.

Fue entonces cuando el Rey Sombra rompió el silencio con una pregunta:

"Twilight, por qué no podemos teletransportarnos al lugar al que vamos?" dijo dirigiendo su vista a Twilight, quien disimuladamente lo miró.

Ella evadió su mirada, respondiendo con cierta inquietud: "No estoy segura de poder controlar bien la teletransportación. No quiero que acabemos en un lugar peligroso"

"Mi Twilight ya lo manejaba", dijo el Rey Sombra, antes de callarse bruscamente. Avanzó un poco más rápido, tratando de ocultar su incomodidad.

Twilight no pudo evitar sonreír al cómico comentario del Rey. Sintió una fuerte curiosidad por su versión del futuro. Se acercó a él, caminando a su lado, y preguntó: "Cómo soy yo en el futuro?".

El Rey Sombra perdió un poco la concentración, sumiéndose en sus pensamientos. Luego respondió con sinceridad: "Eras una alicornio excepcional, avanzada en la magia y muy sabia. Eras un faro de luz para todos los que te rodean"

Twilight no pudo evitar sentirse halagada por las palabras del Rey. Entonces, decidió ser valiente y preguntar algo que llevaba tiempo preguntándose. "Por qué te enamoraste de mí?".

El Rey Sombra se sorprendió por la pregunta, pero su rostro se suavizó al responder: "Me mostraste un mundo que no conocía. Una versión de mí mismo que no conocía. Me dejaste ver la luz, Twilight".

Twilight se sintió feliz y emocionada, acercándose a él con la intención de besarlo. Pero el Rey Sombra se alejó, dejándola desconsolada.

Frustrada por su rechazo, Twilight finalmente explotó y gritó "¿Por qué me evitas?".

El Rey Sombra se detuvo y la miró con preocupación. "Twilight, no sabes lo que dices", murmuró.

"No, desde que llegaste eres como una espina en mi mente, como una enfermedad", dijo Twilight con lágrimas en los ojos.

El Rey Sombra reaccionó con rapidez, acercándose a ella y besándola con dulzura. Cuando se separaron, el Rey Sombra tomó la mano de Twilight y le dijo en voz baja: "Te amo, Twilight"

Twilight se sorprendió por sus palabras, pero sintió una gran felicidad en su corazón

Twilight reflexionó durante un momento. Era cierto que el Rey Sombra había hecho muchas cosas malas en el pasado, había lastimado a mucha gente y había intentado conquistar su hogar. Pero también era cierto que ella misma había enfrentado muchos desafíos y había tenido que aprender de sus errores.

Y, de alguna manera, ella sentía que el Rey Sombra estaba siendo sincero.

"Twilight" El rey sombra se acercó a Twilight y dijo su nombre para llamar su atención, pero ella estaba tan absorta en sus propios pensamientos que no lo escuchó en un primer momento.

"Twilight" volvió a repetir pero esta vez casi un susurro. Twilight estaba todavía embelesada por el beso que acababa de intercambiar con el rey sombra.

"¡Twilight!" Finalmente, el rey sombra se impacientó y exasperado gritó su nombre.

La alicornio se sobresaltó y reaccionó de golpe. "¿Qué?!" casi gritó, un poco molesta por haber sido interrumpida de esa manera.

"Nos están siguiendo" murmuró el rey sombra, al tiempo que hacía señas en dirección a los arbustos de más atrás.

Twilight al principio no le hizo mucho caso, pensando que podía ser algún animal, pero la tensión en el aire empezó a aumentar.

El rey sombra parecía estar seguro de que se trataba de parte del ejército y, por ello, decidieron tomar algunas precauciones.

"Vamos a alejarnos de aquí y escondernos en la espesura del bosque" dijo el rey sombra, agarrando a Twilight para asegurarse de que lo seguía. "Tenemos que despistar a nuestros perseguidores"

Twilight estaba preocupada por sus amigas de las que no tenía noticias desde hacía más de 24 horas. Pero por el momento, lo único que podían hacer era protegerse a sí mismos.

Así que se adentraron en el bosque, esquivando los árboles y tratando de ser lo más cautelosos posible.

De repente, oyeron un ruido detrás de ellos. Twilight estaba asustada, así que se concentró en seguir al rey sombra lo más rápido que podía.

Juntos, se escondieron detrás de un árbol imponente, con cada hoja temblorosa y cada sombra tan oscura como el misterio que los rodeaba. Twilight estaba tensa, esperando que el monarca no los descubriera.

Su corazón palpitaba con fuerza, como si quisiera salirse del pecho, al tiempo que sentía los ojos afilados del Rey Sombra observándola fijamente.

Podía ver su melena de un negro intenso y sus ojos verdes brillantes, así como sus colmillos relucientes. De alguna manera, aquello la excitaba.

"Creo que ya hemos dejado de ser perseguidos", dijo el Rey Sombra, interrumpiendo los pensamientos de Twilight.

Justo cuando lo hacía, ella giró su rostro hacia él y por un momento, se quedó hipnotizada al encontrar su cuerpo cálido y fuerte tan cerca de ella.

Sin pensarlo, acurrucó su rostro en el pecho del Rey Sombra, sintiendo su respiración tranquila y suave bajo el impacto del tacto.

El Rey Sombra, por su parte, se sorprendió al sentir la suave cabeza de Twilight descansando en su pecho de manera tan natural y cándida.

Por un momento, se quedó petrificado, incierto de cómo debía actuar. Pero luego dejó escapar un calmado suspiro y se rindió a la dulzura del momento.

Con un movimiento lento y tranquilo, se acercó un poco más a ella y siguió respirando mientras intentaba no moverse demasiado.

Todo parecía estar sosegado y en paz, a pesar de los peligros impredecibles que los acechaban.