Twilight caminaba con paso firme hacia la casa de Zecora. 

Había recibido una petición de la hechicera y no podía ignorarla. Llegó a la entrada de la casa y la puerta se abrió de inmediato. 

"Twilight, te estoy muy agradecida de que hayas venido. Espero que en tus deberes no haya interverido", dijo Zecora con tono grave.

 "Claro que no, Zecora. ¿En qué puedo ayudarte?" respondió Twilight. 

"El Rey Sombra ha sido herido gravemente en una batalla. Yo lo estoy cuidando en mi casa, pero necesito que lo lleves a tu castillo para que pueda recuperarse en un lugar más adecuado", explicó Zecora. 

Twilight asintió, sabía que no debía negarse a esta petición. La hechicera continuó hablando. 

"Debo informarte que luego de la batalla contra los ponis de cristal, el Rey Sombra perdió la magia de oscuridad. Ya no es un peligro para nadie, pero tampoco puede defenderse. Lo que necesita ahora es descanso y cuidado", informó Zecora. 

Twilight sabía todo esto, pero no dijo nada. Zecora le hizo una seña con la cabeza y la guio hacia la parte trasera de la casa. 

Allí estaba el Rey Sombra acostado en una cama improvisada. 

Notó que estaba muy pálido y débil. Sin embargo, levantó la cabeza cuando vio a Twilight y Zecora entrar en la habitación. 

"¿Twilight? No puedo creer que haya caído tan bajo. ¿Es una trampa?" preguntó el Rey Sombra con voz débil.

 "No es una trampa, Rey Sombra. Zecora me pidió que la ayudara a llevarte a nuestro castillo para que puedas recuperarte", explicó Twilight. 

"Lo agradezco mucho, Twilight. No sé cómo pagaré este favor", dijo el Rey Sombra con sarcasmo. 

"No tienes que pagar nada, Rey Sombra. Nosotros siempre ayudamos a aquellos que lo necesitan", respondió Twilight con una sonrisa amable. 

Zecora se acercó a la cama y comenzó a cubrir al Rey Sombra con una manta.

 "No podemos esperar más, Twilight. Necesitamos llevarlo al castillo ahora", dijo Zecora con urgencia. 

Twilight asintió y ayudó a levantar al Rey Sombra sin esfuerzo. Zecora abrió la puerta y salieron de la habitación. 

"Gracias, Twilight.", dijo el Rey Sombra con voz débil mientras lo llevaban hacia el exterior. Twilight no respondió. 

Simplemente continuó caminando hacia el castillo cargando al Rey Sombra con su magia. Sabía que aún tenía mucho trabajo por hacer, pero estaba dispuesta a ayudar a quien lo necesitara.

Llegaron al castillo y Twilight se encargó de acondicionar una habitación para el Rey Sombra.  El Rey se notaba que estaba resentido. 

"Twilight, sé que tú y tus amigas me perdonaron, pero ¿cómo puedo dejar atrás lo que hice? ¿Cómo puedo ser digno de una segunda oportunidad?" preguntó el Rey Sombra con voz ronca.

Twilight se acercó a él y lo miró a los ojos. "El primer paso es perdonarte a ti mismo, Rey Sombra. Aceptar que cometiste errores y que no puedes cambiar el pasado. Pero puedes cambiar tu futuro. Puedes convertirte en alguien mejor y ayudar a los demás", le explicó ella con convicción. 

El Rey Sombra la miró por un momento y luego apartó la mirada. 

"No sé si puedo hacer eso. He sido malvado durante tanto tiempo que no sé cómo ser otra cosa", admitió con tristeza. 

Twilight se sentó a su lado. 

"No tienes que hacerlo solo, Rey Sombra. Hay muchos que te podemos ayudar. Tú solo tienes que estar dispuesto a pedir ayuda y aceptarla", le dijo con sinceridad. 

El Rey Sombra la miró de nuevo y esta vez sus ojos brillaron con una luz diferente.

 "Gracias, Twilight. No sé cómo voy a hacer todo esto, pero estoy dispuesto a intentarlo", dijo con humildad. 

Twilight sonrió con satisfacción. Sabía que no iba a ser fácil, pero estaba orgullosa de él por dar un paso adelante. 

"Cuenta conmigo, Rey Sombra. Yo y mis amigas estaremos aquí para apoyarte", le aseguró ella.

 El Rey Sombra asintió con gratitud. Sabía que no iba a ser fácil, pero estaba dispuesto a intentarlo. Y con la ayuda de Twilight y sus amigas, sabía que tenía una oportunidad para redimirse y ser una mejor persona. 

...

El rey sombra despierta exaltado, todo había sido un sueño o más bien un recuerdo, se había quedado dormido en la habitación que le asignó Twilight, atormentado por sus pensamientos. Recordaba su pasado como un tirano, un ser oscuro y malvado que controlaba el corazón de sus súbditos "Necesito aire" pensó.

Salió a los jardines. Su mente estaba llena de pensamientos, tanto buenos como malos, pero no podía permitir que los recuerdos de su pasado lo consumieran por completo. De pie bajo la luz de la luna, tomó una respiración profunda y comenzó a caminar por el jardín. Se detuvo en seco. ¿Por qué estaba dejando que sus pensamientos del pasado lo controlaran? 

"Ya basta", dijo en voz alta. "No voy a dejar que nadie se interponga en mi camino".

"Juro que cambiaré las cosas, mi amor", murmuró el rey sombra mientras recordaba su última conversación con Twilight. 

De repente, el rey sombra sintió una presencia detrás de él y escuchó una voz

 "¿Qué piensas hacer ahora, Rey Sombra?"