El Rey Sombra llevaba un tiempo en el bosque buscando pistas para encontrar el amuleto perdido, pero por desgracia no había encontrado nada. De repente, vio unas flores moradas y decidió llevárselas a Twilight.

Mientras tanto, ella estaba aturdida y distraída por sus pensamientos, pensando que quizás había cometido un gran error negándose a aceptar la ayuda del Rey Sombra.

Sentía que lo tenía en la cabeza constantemente, como si hubiera una maldición, y temía no poder deshacerse de ella.

En ese momento, Twilight se percató de que el hechizo que había estado intentando conjurar durante tanto rato faltaba un trozo de papel.

Desesperada por encontrarlo, empezó a buscarlo debajo de la mesa mientras se quejaba, hasta que escuchó a alguien llamándola "Princesa". Al girarse, su cabeza golpeó la mesa, haciéndola tambalearse "Agh! ¡Mi cabeza!"

"No creo que una princesa deba hacer tal escándalo" El Rey Sombra se acercó a ella para ayudarla y Twilight se sintió agradecida por su ayuda.

"Bueno, no puedo quejarme por el dolor serenamente" dijo también estaba molesta consigo misma por haber perdido la concentración de esa manera

Cuando el Rey Sombra le preguntó si había encontrado algo útil, ella le respondió que no, pero él le ofreció las flores moradas que había encontrado en el bosque.

"No muy útil, pero son hermosas" Twilight las recibió con una sonrisa y un sonrojo notorio.

Mientras se las entregaba, el Rey Sombrase acercó más y más, hasta el punto en que sus bocas estaban a pocos centímetros de distancia.

Twilight cerró los ojos, pensando que algo iba a pasar,

"Debemos enfocarnos en la búsqueda del amuleto, princesa", "Tal vez las flores sean una pista o algo" dijo el Rey Sombra, apartándose de ella de repente, dejándola desconcertada y confundida.

Twilight se sorprendió por la repentina frialdad en la actitud del Rey Sombra y se sonrojó aún más, sintiéndose tonta por perder el enfoque.

"Tienes razón", dijo ella, tratando de recuperar su compostura. "Debemos seguir adelante y encontrar el amuleto antes de que sea demasiado tarde".

A pesar de todo, ambos sabían que tenían que seguir adelante en su búsqueda del amuleto y salvar a Equestria de las fuerzas malignas que intentaban apoderarse del reino.

"Me falta un trozo de papel del hechizo y no logro encontrarlo por ninguna parte" dijo Twilight "Tal vez pueda ayudarte a encontrarlo" respondió el Rey Sombra predisponiéndose a buscar.

En una esquina de la habitación, un trozo de papel polvoriento en el suelo de la habitación. al levantarlo la frase escrita en el papel resonó en la mente de Twilight "Donde las flores moradas, en el palacio del sol y la luna"

Twilight volteó a ver al Rey Sombra con exaltación en sus ojos. "Lo encontré, ¡lo encontré!", exclamó con alegría.

"Tenías razón, las flores moradas son una pista importante. ¿Dónde las encontraste?", inquirió Twilight al Rey Sombra con una voz tan fuerte que casi lo aturdía.

"Estaban cerca de un castillo en ruinas", respondió él sin mucho interés aparente.

"Es el castillo de las dos hermanas, ¡Tenemos que ir allí ahora mismo!", exclamó Twilight emocionada

Aunque Twilight estaba confundida sobre sus sentimientos hacia el Rey Sombra, sabía que debía seguir adelante.

Los dos enfrentarían grandes peligros y desafíos en su misión, sabían que, con la ayuda de las flores moradas y su determinación mutua, estaban decididos a tener éxito.

Pero lo que no sabían era que alguien más los estaba observando desde la ventana, escrutando atentamente la información que estaban compartiendo.

Un crujido de interferencias de radio se filtró en la habitación mientras el misterioso personaje se inclinaba sobre un pequeño micrófono para decir: "Ya tengo la ubicación, señora"

La respuesta no se hizo esperar: "Bien hecho, síguelos".