Llegamos a la finca antes de llegar a la casa pasamos por un camino arbolado, es muy bello a pesar que estoy aterrada no dejo de admirar el paisaje, el cochero para, mi marido baja inmediatamente da la vuelta abre mi puerta y me toma entre sus musculosos brazos me sube en su hombro y me mete a la casa como si fuera un costal de papas, la casa es muy grande cruzamos una gran sala entramos a un pasillo el hombre abre una puerta entramos, me arroja a una gran cama, enseguida cierra la puerta con llave.

Se acerca a mí se quita la ropa rápidamente hasta quedar completamente desnudo, se acerca, me empieza a arrancar la ropa sin ningún miramiento, cierro los ojos con fuerza no quiero seguir viendo la terrible imagen del hombre con su gran miembro, me grita

-¡¡Abre las piernas!!

Sigo con las piernas fuertemente cerradas, el hombre me empieza a abofetear, mientras sigue gritando, ABRE LAS PIERNAS MALDITA SEA.

-Usando su fuerza me inmoviliza pasea su miembro por mi abdomen  siento mucho asco, reaccionó abro la boca lo más grande que puedo y hundo mis dientes en su carne inmunda, el hombre lanza un aullido de dolor, se retira mientras me golpea sin misericordia sigue gritando.

- MALDITA, MALDITA.

-De pronto abre mis piernas pone su boca en mi mitad, y empieza lamer, siento como introduce su lengua dentro de mí, yo estoy aterrada como para sentir placer, deja de hacer eso me pone en la orilla de la cama me obliga a voltearme pone mis nalga a la altura de su miembro y de pronto siento un dolor indescriptible, siento como me desgarra por dentro, el hombre entra y sale, me jala del pelo de pronto siento que todo mi cuerpo se afloja al momento que siento algo caliente entrar en mi cuerpo, por fin el hombre sale de mí, quedo desmadejada a punto de desfallecer, escucho al hombre alejarse de la cama a los pocos minutos escucho como abre la puerta de la recamara, oigo su voz.

-Atiéndela, no quiero que se muera antes de tiempo, pague mucho dinero por ella.

-Una mano pone algo fuerte en mi nariz, que me hace abrir los ojos, frente a mi esta una mujer, parece africana viste ropa sencilla, trae un rebozo enredado en la cabeza a manera de turbante, me mira con mucha ternura, me toma entre sus brazos y me lleva al baño me deposita en una tina con agua templada, siento mucho alivio ella lava mi cuerpo mientras me dice.

-Mira nada más como te dejo esa bestia, parece perro del mal, merece la muerte, hay personas que no deben existir nada más vienen a hacer sufrir a las personas, si yo no fuera tan cobarde, lo hubiera matado cuando le hizo lo mismo a mi hija.

En mi mente sólo queda registrada una sola palabra, matarlo, matarlo, eso lo tengo que hacer yo, matarlo y enseguida matarme yo, solo la muerte me puede librar de esa bestia.

La mujer termina de lavar mi cuerpo cura mis heridas me pone un camisón limpio, cambia las sábanas de la cama que están manchadas de sangre, me deposita suavemente diciendo

-Ahora vuelvo.

-Yo que hasta ahora no había emitido palabra alguna le digo.

-No, no se vaya por favor, no me deje sola.

-No temas ese hombre por esta noche no va a volver.

La mujer sale de la habitación, me quedo sola temblando de miedo recuerdo las palabras del hombre.

-Pague mucho dinero por ella.

-Eso quiere decir que pago una cuantiosa dote por mí, a mi padre le importó más el dinero que yo, su hija, no tengo salvación estoy a merced de esta bestia, mis pensamientos son interrumpidos por los pasos de la mujer que regresa con una charola con comida.

-Anda niña, come

-No tengo hambre

-Pero tienes que comer, vas a ver que después de comer te vas a sentir mejor.

-Está bien gracias.

Como lentamente, la comida no me sabe a nada, lo único que quiero es dormir, dormir para olvidar lo que me ha pasado, cuando termino de comer, la mujer me lleva al baño, me lavo los dientes, me regresa a la cama me arropa.

-Trata de dormir niña, ese hombre por esta noche no va a regresar.